Partida Rol por web

Malkar sobrevolaba los estanques, y nada parecía peligroso ni preparado como una trampa. Sin embargo, el adivino no podia intuir cual era el propósito de todo esto...

No me gusta éste lugar Yal...no me gusta en lo más mínimo. Aunque? Tampoco me han gustado mucho los...Intentó bromear el erudito. Sin embargo, sus palabras se vieron interrumpidas por una visión. El adivino, se llevo ambas manos a la cabeza, apretándose la sien y abrumado por el repentino arranque de dolor.

Ahhhhggg
¿...Que la ira de los dioses caiga sobre mis enemigos...?
Que...que fue eso?...

Nuestro compañeros...est...están en problemas Yal!... exclamó sin poder comprender mucho más de la reveladora visión.
El mago, sin esperar más, se arrojo escaleras arriba para tratar de regresar y brindar ayuda a los que habian quedado rezagados.
Vamos!

La pequeña se asustó al ver como Malkar se llevaba las manos a la cabeza de dolor. Al parecer acababa de tener una visión, y no habia sido agradable. Lo importante era que, por lo visto, sus otros compañeros necesitaban ayuda.

Joanna pensó que algún día, cuando fuera grande y fuerte, también le pedirían que fuera en ayuda de sus compañeros. Pero ahora debía ser una niña buena y portarse bien, por lo que no iba a salir de la torre. Pero...

- Malkar... -llamó su atención delicadamente pensando que si hablaba muy fuerte le daría más dolor- ¿Qué pasa con ese voz? ¿Es un amigo?

Como parecía que el mago enmascarado, con el mediano alocado, iba en ayuda de los demás ella regresó a donde estaba Marco. Tiró de su pernera para distraer momentáneamente su atención, pero se aseguró de que no estuviera pronunciando palabras raras ni moviendo las manos de forma extraña. No, estaba segura de que no estaba lanzando un conjuro.

- Marco... ¿quién era ese? ¿También quiere hacernos daño? ¿Qué es un Aenry? ¿Puedo tener un nombre secreto?

Los ojos espectantes de la niña lo miraban todo, al igual que Kricco sacando su cabeza del zurrón de la pequeña. Ahora, para su desgracia, contemplaba a un ser indudablemente maligno.

- Creo que ese sí que puede entrar... -dijo distraídamente.

Mientras marco observa el exterior esperando a que sus compañeros regresasen la pequeña volvió a llamar su atencion.
No se quien es ese hombre pequeña, pero parece que por ahora solo incordia, sobre el nombre verdadero y los Aenry te lo explicare en otro momento
Devolvio la atencion al gigante y a sus compañeros.
Si creo que ese si puede entrar
Se acerco a la entrad y grito a sus compañeros.

Cuando llegaron a la planta de arriba pudieron darse cuenta de que fuera solo estaba Askritt y cedric, el cual parecía querer entrar en la torre. Askritt parecía estar esperando a que este entrara para entrar el tambien

Subiendo tras Malkar mierda, mierda, ahora ¿qué pasa? pienso mientras subo por las escaleras.

Una vez arriba, saco mi pequeño Kukri busco una buena sombra donde esconderme para cuando entre el gigante, el cual parece que sí que puede entrar, asì que no habrá más remedio que luchar y acabar con él, solo espero que no salga nada más de aquí

Malkar adivina las intenciones del pequeño Yal, y sin decir palabra flota hasta ubicarse entre las penumbras, en el lado opuesto de la entrada a la torre.
Al ver al mediano al acecho con su kuri, el mago mueve las dagas en un saludo cómplice, a la espera de que el coloso se adentre a la emboscada.

Cedric se dirigía al interior de la torre, parecía haberse dado cuenta de la urgencia de la situación

trás cruzar el arco de entrada se extendía un pasillo de cien pies a ambos lados se habían puertas. el hielo, la escarcha se entremezclaban con las antigua construcción.

El tiempo había tratado mal a esta torre, y era evidente que no estaba en muy buen estado.  Cuando echó un vistazo a su izquierda pudo ver que a menos de veinte pies se abría una sala, la podían ver gracias a que la puerta que debía impedirlo había desaparecido hace vete tu a saber cuanto tiempo. Através de esa puerta pudieron ver una enorme sala larga y ancha tambien cubierta de escarcha.  A la derecha vieron otra puerta, la cual estaba caida al suelo, el hueco que había dejado permitía ver una habitación en la cual había una escalera de caracol.

Justo delante suyo estaban sus compañeros

Askritt, una vez dentro de la torre, apenas si miró a su alrededor. Su preocupación era la extraña oscuridad y el gigante que esta había convocado.

Con su enorme cimitarra en sus manos y el escudo volando frente a el observó al exterior, esperando que dichas criaturas no entrasen en la recepcción.

Segun sus compañeros terminan de entrar por la puerta Marco termina el conjuro que habia preparado para cuando sus compañeros entrasen.
Un anillo de fuego violáceo se forma en la pasarela exterior mientras que su zona mas alejada de los aventureros se interpone entre el gigante y ellos la mas cercana crea otra nueva cortina que justamente queda cubriendo la entrada a la torre.
Esperemos que esto lo detenga parcialmente mientras nos preparamos.

Dicen que no hay peor espera que la de la calma que sigue a la tormenta, pero en este caso la tormenta no parecía llegar nunca, era como si se hubieran olvidado de ellos ¿ puede ser eso posible... ?

Al ver cómo los héroes tomaban posiciones entendió que no podía quedarse allí, ¿pero a dónde iría? La torre parecía que tenía dos posibilidades: una habitación de la que no sabía nada y unas escaleras que bajaban. Joanna pensó, con cierta lógica, que si el aterrador gigante lograba entrar le sería más difícil acceder al subsuelo por las escaleras. ¿Qué hizo finalmente? Acercarse a ellas, claro está. Desde allí, en silencio y escondida como le habían dicho, aguardó echada sobre los escalones.

Apenas se veía media cabeza de la niña asomada por el primer escalón, que precedía a muchos más que bajaban en forma de caracol. Como Kricco no paraba de revolverse en el zurrón la pequeña no tuvo más remedio que sacarlo.

- Quieres enterarte de todo. Eres peor que las viejas del pueblo –susurró a su amiguito asomándolo finalmente- Se enteraban de todo lo que pasaba en el pueblo. Mamá decía… ahm… ¡ah!... “que el día menos pensado se enredarían con sus lenguas largas”. Así que ya sabes: si no quieres que te crezca la lengua no seas un metomentodo.

Como todos se mantuvo expectante ante la extraña espera. Era como si aquellos dos seres jamás se hubieran topado con ellos.

- ¿Qué habrá allí abajo? –se preguntó en alto mientras miraba escalera abajo- ¿Cómo? ¡Ja! ¿Ahora soy yo la vieja? Kricco, tú eres un listillo…

Joanna había caído en su propio juego. Kricco no era un animal cualquiera.

- No, Kricco. No voy a dejar que bajes volando –dijo firmemente pero en voz baja- ¿Qué? Eres un graciosillo... Ya quisiera verte bajar caminando de escalón en escalón. Vuelas muy bien, pero eres como un pato fuera del agua –respondió a la ocurrencia del familiar a la espera de que algo sucediera.

La elfa había seguido recostada en el alféizar de la puerta, mirando hacia el exterior. Pero cuando el resto de compañeros se precipitó hacia la Torre, buscando zafarse de la amenaza del ser convocado, ella también se internó en sus entrañas. Vió a Joanna escudriñando la oscuridad desde el nacimiento de los escalones que se adentraban en las profundidades. Se acercó a mirar... 

Al ver que pasan los segundos y nadie penetra en la torre tras el, el enorme lenauro respira algo más aliviado y observa con cuidado el pasillo de acceso a la torre y la sala tras la desaparecida puerta

- Parece que "eso" no quiere entrar aquí... deberemos tener cuidado al salir... quizás nos estará esperando, pero podríamos investigar un poco este lugar antes de intentarlo - Al ver como la niña juega con el murciélago cerca de las escaleras, la criatura celestial se acerca y observa hacia abajo - Bien hecho! - la felicita - Mirando pero sin correr riesgos. No sabemos si allí abajo no hay "cosas" como las de afuera -

Tras un momento, indeciso, sin saber como tratar a la pequeña le pregunta - por cierto, tu mascota, se está portando bien? -

Alasa parecía enfurecida, ni con sus mejores conjuros había podido saber siquiera las debilidades de aquella cosa, como para intentar siquiera dañarla, sospechaba que podía alterar el tiempo y el espacio, lo que hacía muy complicado el alcanzarle. Aún así... era aterrador enfrentarse a algo como éso. Se obligó a base de pura voluntad a calmarse, antes de dirigirse a sus compañeros.

- ¿Alguno ha sufrido algún tipo de daño?