Partida Rol por web

Turno 816

Lykaios se sentó en una mesa con un barro de vino en las manos mientras pensaba en las palabras del conde "Este medallón significa algo, y no ha de ser nada bueno, debe estar en peligro o él mismo habría venido a traerlo." No era un obsequio cualquiera, era casi como una premonición. Algo faltaba. ¿Ni una nota? ¿Solo un medallón? Le daba vueltas a la cabeza obviando la fiesta que había en aquel salón. Algo faltaba, estaba seguro. Él había acompañado y ayudado al rubio rohirrim en la búsqueda de aquella cajita misteriosa y no habían encontrado nada más. Algo faltaba en ese rompecabezas y a su parecer aquello no significaba nada bueno.

TURNO 816A

El alto muchacho rubio, tras se extraído el símbolo familiar se apesadumbró más aún. Una misión de pesares, penas, hambre y sólo para traer malas noticias. No sabía como, pero, para él, aquel "mensaje familiar" era una despedida. Un "el fin de mis días así que ahora eres tú el señor de la casta". Había perdido a amigos y compañeros, había gastado todo su pecunio en el camino, y para más desgracias suya, la misión, a sus ojos, era poco más que un fracaso perdonable. Aquello no valía tanta sangre perdida. Tantos compañeros muertos.

Incluso su fiel montura había dado su sangre por defender al barbudo cerrado de miras. Había sido valiente, preciso y había dado la posibilidad de vivir a aquel enano un día más. Un tiempo que fue suficiente como para que ese mismo viajero diera su vida para que, tanto Tedmuyin como él pudieran intentar escapar, a pesar de una suerte dispar.

Ahora, tras todo aquello, su alma clamaba venganza. Pero no una fanática carga suicida contra aquellos orientales invasores: - Malditos Shagat. Sino premeditada, paciente, concienzuda ... que acosase a toda aquella raza, y la dejase en un único superviviente, que fuera víctima de las atrocidades que todos sus hermanos habían cometido, hasta que su último suspiro se escapara entre unos labios amoratados por el frio, hinchados por los golpes y cortados por la sed que causa la ausencia de agua, la exposición al sol y, como no, unos cuantos golpes.

RESOLUCION FINAL
 

Todo se estaba organizando ya, incluso antes de terminar la fiesta. En un par de días, un contingente saldría hacia Burh Waldlaes seguros de que algo ocurría. La recepción de aquel medallón había dado la voz de alarma en la mente de Naduin. Solo podía significar algo malo, y en su mano estaba la posibilidad de ponerle fin.

Freagulf paso los siguientes dos días rodeado de preparativos para la guerra, quiso ayudar, pero siempre le negaron hacerlo. No lo llevarían, no pertenecía a ese ejército. Por otra parte, el ailgratha hubiera ido de buena gana con ellos, pero estaba cansado, había perdido mucho en días anteriores. Ulfer, sus compañeros, unido a los rigores del viaje, habían mermado la mente de Freagulf. Pero era un tipo valiente, y aunque no le permitían enfrentarse a lo él ya sabía que encontrarían, buscaría la manera de seguir haciendo frente a los orientales.

A sus oídos había llegado que Agranil, el regente de Esgartoh y al que ya conocía, buscaba a algunos hombres para que lo acompañasen en cierta misión. El conocía el por qué, querían recuperar algo que los orientales les habían robado, la cota de malla enana que debía ser un regalo para el futuro rey Eldarion. En aquella misión tendría su oportunidad de venganza, además de reencontrase con viejos amigos, justo lo que necesitaba.