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Escape de la Isla de la Muerte

Escena VI: Escape de la Isla de la Muerte (Todos)

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12/04/2018, 12:01
NAVEGANTE

Música ambiental

 

No divisaron soldado montaigne alguno por la zona cercana a la plantación que pudiera retener a los negros. O bien los soldados que quedaban habían huido ya hacia el barco o no había quedado ninguno con vida tras su contienda con el mono gigante de dos cabeza y el grupo formado por Lope, Orologgio y los demás.

Los negros se defendían de las criaturas con lo poco que tenían, esto es, herramientas de labranza y con herramientas para la limpieza de maleza y ampliación de terreno de cultivo. Algunas horcas, azadas, un hacha, un machete, cosas así.

 

Notas de juego

Podéis hacer una tirada de (Ingenio + Percepción) de dificultad 15. Si la superáis encontraréis por la plantación el cuerpo de un soldado montaigne atacado por una de las criaturas y un florete a su lado.

Si alguno no logra sacar la tirada le permito encontrar el cuerpo con el florete a cambio del gasto de un Punto de Drama.

Un mosquete es más difícil de obtener. Deberéis obtener un éxito en la tirada de (Ingenio + Percepción) y ADEMÁS gastar un Punto de Drama.

También tenéis la opción de volver atrás al polvorín (donde encontraréis mosquetes, munición y pólvora sin duda) con el tremendo riesgo que eso incurre, pues el enorme gorila de dos cabezas seguirá sin duda pululando por ese edificio.

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12/04/2018, 12:14
Etienne

—¡No, por el pantano no!— Respondió Etienne a Orologggio. —Es el lugar que estaba más infectado de esos seres. Seguramente han salido de allí, aunque aún no sé por que razón. Además, el terreno es muy impracticable.—

—Allí, por la puerta de la empalizada para escapar a la isla.— Señaló a las puertas dobles de madera, aparentemente libres de guardia alguno, flanqueadas por sendas torres de madera una de las cuales sostenía en lo alto un pequeño cañón apuntando hacia el exterior. Una gran tranca mantenía cerradas las puertas por el lado interior en el que ellos se encontraban.

Etienne se giró levemente para mirar hacia el punto opuesto en el pueblo montaigne, al embarcadero de madera pegando al mar.— O bien hacia la nave extranjera, antes de que parta.—

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12/04/2018, 12:21
Toa Rappa

Ayudado por Etienne, Toa Rappa cruzó la plantación y se dirigio hacia las toscas cabañas de madera alrededor de las cuales se congregaban los negros. Al verle, muchos de los antiguos nativos se giraron, aparentemente sorprendidos por verle vivo. En ellos había también una mirada de respeto y reverencia hacia el venerable anciano.

Toa Rappa empezó a hablarles en una extraña lengua nativa. Los negros asintieron y empezaron a dirigirse en marcha hacia los otros edificios mucho mas elaborados del pueblo montaigne. Mientras corrían hacía allí, eran acosados por algunas de las espeluznantes criaturas, pero ellos se defendían con sus armas.

Toa Rappa se giró luego hacia Orologgio y los otros, dirigiéndose a ellos en tosco montaigne: —Vayamos a las casas grandes del pueblo de los blancos; una vez en sus calles decidamos si salir por la empalizada a la isla o intentar subir al barco. O podemos fortificarnos en alguna casa del pueblo de los blancos y esperar a que todo pase.—

En ese momento, oyeron los sonidos de detonación de varios disparos provenir de algún punto lejano de la planta superior del enorme edificio de la Villa, seguido por los reconocibles rugidos de la enorme y terrible bestia de dos cabezas.

 

Notas de juego

Ustedes deciden: Intentar probar suerte en el barco o escapar hacia el interior de la isla abriendo la puerta de la empalizada o hacerse fuerte en uno de los edificios del pueblo de los montaigne (o intentar regresar al edificio de la Villa, o lo que se os ocurra, como si queréis arriesgaros pro el peligroso pantano).


Haced tiradas de (Fortaleza o bien Reflejos + Forma Física) a dificultad 15 para poder escapar a la carrera de las criaturas y que no os alcance alguna. 

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13/04/2018, 00:17
Orologgio d'Orivanni

 

Orologgio estaba en fuego, parecía un ninja corriendo de un lado al otro, saltando encima de los seres alterados que tenían alas, esquivando a los que tenían puños o garras, engañando de un lado al otro a quienes les intentaban dar de coletazos.  Ayudando de paso a Toa a abrirse paso.

¡ A la empalizada ! ¡Ayudemos escapar al interior de la isla !   -Finalmente esta era su casa esta isla, ¿por qué habrían de irse en un barco?    Y meterse en un barco lleno de montaigneses aterrados era seguro suicidio o prisión o más.  Organizaron a los isleños para que salieran en grupos, guarecidos, cuidando a ancianas y niños en el centro de los grupos para ir todos seguros; vigías, señales, todo serviría. 

Vió un florete en el piso y lo tomó.   ¡Vamos!

 

- Tiradas (2)

Motivo: (vs bichos) reflejos+forma física

Dificultad: 15

Habilidad: 4+6

Tirada: 7 10 10

El dado ha explotado: 3 5 10

Total: 15 +4 +6 = 25 Éxito

Motivo: ingenio+percepción (encontrar florete)

Dificultad: 15

Habilidad: 7+7

Tirada: 5 6 10

Total: 6 +7 +7 = 20 Éxito

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13/04/2018, 09:46
Sebastián Montefiel

No hizo falta que Lope buscara mucho tiempo entre los cuerpos para que consiguiera encontrar un par de armas -un florete y un mosquete cargado- [1]. No parece que le sirvieran de mucho a su anterior propietario -un pobre diablo cadáver entre los cultivos, con una expresión de profundo terror en la mitad rostro que no le habían arrancado de un zarpazo-, pero Lope no parece darle importancia. Se mueve rápido, corriendo de aquí para allá como no parecía posible que lo hiciera a su edad, buscando el cobijo de las cabañas para eludir a las criaturas [1].

Finalmente, Lope llega al centro del poblado esclavo, donde Toa ha conseguido reunir a mucha de su gente. Mientras Toa habla, Lope inicialmente escucha y observa, pero luego busca a Armando y acercarse hasta él. Sin interrumpir las palabras del viejo negro, Lope da al chico unas palmadas amistosas en la cara: se alegra de verle.

Tenemos que mantenernos juntos, ¿oído, chico? —le susurra. [2]

Cuando Toa les indica que se dirijan a las casas de los colonos, Lope asiente y obedece. Las explosiones en la mansión de Dul Motte llaman su atención, pero el peliagudo aquí-y-ahora le impide hacer mucho caso a lo que pasa en la gran casona.

El vodacho tiene razón —dice a Toa y a Etienne cuando los tiene cerca, mientras Orologgio intenta organizar la evacuación. Se le ve agitado—. Olvidad el barco: los colonos lo defenderán con uñas y dientes. La isla es lo mejor: es vuestra tierra, hay alimento, conocéis los mejores lugares para defenderos, recobrar fuerzas y retomarl... —El rostro se le ilumina.— ¡Incluso construir una nueva nave! El vodacho sabe —¿miente?—. Podemos seros de mucha ayuda.

Es obvio que Lope ayudará, pero no parece interesado en liderar la empresa... ¿Salvo si es necesario?

- Tiradas (4)

Motivo: Buscar un florete (Ingenio-Percepción)

Dificultad: 15

Habilidad: 5+5

Tirada: 5 6 8

Total: 6 +5 +5 = 16 Éxito

Motivo: Buscar un mosquete (Intelecto-Percepción)

Dificultad: 15

Habilidad: 5+5

Tirada: 3 8 10

Total: 8 +5 +5 = 18 Éxito

Motivo: Evitar a los monstruos (Fortaleza-Físico)

Dificultad: 15

Habilidad: 4+5

Tirada: 1 4 8

Total: 4 +4 +5 = 13 Fracaso

Motivo: Activo aspecto "Pies en polvorosa" (-1 PD) para repetir 2 dados

Tirada: 2d10

Resultado: 10, 8 (Suma: 18)

Notas de juego

[1] Gasté drama para conseguir el mosquete, y de nuevo para repetir la tirada para eludir a los monstruos. Mi reserva pasa de 5 a 3.

[2] Si Armando no tiene un arma, le doy el mosquete.

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13/04/2018, 11:18
Sebastián Montefiel

Mientras busca entre los caídos algún arma, Sebastián no ve guerreros monteñeses vivos ni en el poblado esclavo ni en la colonia. Esto le produce cierto alivio, pero también preocupación, pues el enemigo de tu enemigo siempre es un más que probable aliado, y ahora le vendrían muy bien más aliados. Con respecto a los monstruos y a su obviamente anómala irrupción en el pueblo, el viejo castellano sospecha que ha sido el brujo, Dul Motte, quien los mantenía a raya con su poder, y que, por algún motivo anterior al ataque del mono gigante, ya no es capaz de hacerlo. «Nada podemos hacer al respecto ahora», se dice.

Una vez en el centro del poblado esclavo, Sebastián observa con preocupación lo precariamente armados que están los negros: van a necesitar mucha suerte para sobrevivir. También se fija en el respeto que infunde Toa. «Él es el líder de esta gente, no debo olvidarlo». El reencuentro con el joven, Armando, le alegra: es una cara conocida y familiar, y le ha cogido cariño. Poco a poco, quizás el viejo empieza a entender que lo que importa en esta vida son los lazos que hacemos. Sin embargo, el brazo nuevo del chico sigue inquietándole.

A Sebastián le sorprende que Etienne llegue a plantearse la opción del barco, aunque entiende que ningún amor al hogar le quitaría de tratar de huir de un infierno como aquel, si hubiera alguna posibilidad. Pero no la hay. Por eso, cuando Orologgio manifiesta su favor por la isla, Sebastián ha llegado también a esa conclusión: es la mejor opción, si no para todos, al menos, para los negros. También es la de Sebastián, Orologgio y Armando, siempre que los negros les acojan y no les culpen de los crímenes de los colonos.

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14/04/2018, 18:53
Armando Bastardo

-¡Claro! ¡No pienso separarme de ustedes ni por un segundo!- Así respondió Armando a las palabras de Lope. Se puso algo serio, pues se había percatado de que su compatriota no dejaba de mirarle a su nuevo brazo. Pero no dijo nada al respecto, simplemente sonrió de manera animosa y siguió adelante con confianza. Por supuesto, el maldito perro del capitán se había convertido en su sombra, y le siguió a la zaga.

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14/04/2018, 19:36
NAVEGANTE

Música ambiental

 

Había personas gritando por todas partes. Seres surgidos de las peores pesadillas a la zaga. Sonidos de detonaciones en el aire. Sangre y sudor. Las palabras de Orologgio y de Lope convencieron de inmediato a los antiguos nativos de huir directamente en dirección a la puerta de la empalizada, y eso es lo que hicieron. No necesitaban entretenerse en las casas del pueblo montaigne. Algunas de las criaturas les acosaron mientras cruzaban la plantación, pisando atropelladamente plantas de algodón, maiz y otros cultivos, pero los monstruosos seres estaban muy dispersas y parecían atacar a lo loco y de manera desorganizada. Los negros pudieron ahuyentarlas con sus herramientas cuando no eran Lope u Orologgio los que acababan con el sufrimiento de aquellos engendros con un buen sablazo o un disparo.

Por cierto, Orologgio no sólo había logrado encontrar un florete, si no que durante su periplo hacia las puertas de la empalizada también logró hacerse con un mosquete cargado [1] que se hallaba junto a un montaigne medio devorado.

Pronto llegaron hasta las grandes puertas dobles. Varios negros se agruparon para apartar el barrote que atrancaba la puerta mientras el castellano y el vodaccio cubrían sus espaldas.. y, bueno, el perro también ladraba mucho. A lo lejos, al otro lado de Noveau Paix, la nave empezaba a elevar las rampas de acceso a cubierta e hinchar sus velas mientras algunas de las criaturas se lanzaban al agua o intentaban trepar torpemente por el costado del barco. En el embarcadero había cadáveres tanto de montaignenses como de aquellos engendros.

Al fin oyeron el sonido sordo de la gran tranca contra el suelo al ser arrojada a un lado. Los negros empezaron a abrir las puertas dobles a los lados y en cuanto hubo un resquicio entre las hojas los hombres, mujeres y niños de color empezaron a salir en marabunta. Los demás les siguieron pronto

Tuvieron que dar cuenta de un par de criaturas mas que se colaron por las ahora abiertas puertas pero pronto tomaron se alejaron de las empalizadas y tomaron el camino que se alejaba del pueblo y se elevaba poco a poco en dirección a un paso de las montañas al oeste.

 

*****    *****

 

Un buen rato después, desde un punto más alejado y elevado del camino, pudieron echar la vista atrás. Podían ver lo que quedaba de Noveau Paix, ahora despoblado salvo por los cadáveres esparcidos y las pocas criaturas que aún pululaban por allí. La mayoría de ellas, sin blancos claros en los que centrarse, habían empezado a huir hacia la zona pantanosa.

La nave montaigne se alejaba de la costa rumbo al horizonte. Muchos de los montaigne habían escapado con vida. Otros, que ahora yacían muertos por toda Noveau Paix, jamás regresarían a su hogar.

Un rugido aterrador cruzó todo el valle al tiempo que parte de un costado de la segunda planta de la Villa se desmoronaba. Cuando el polvo se aposentó vislumbraron la enorme figura del mono de dos cabezas asomando en lo alto de la construcción, victorioso. Él era el origen del rugido.

Su demostración de fuerza no duró mucho, empero. El ser estaba cubierto de heridas y sangraba por todos lados. Se tambaleó visiblemente y su enorme cuerpo cayó desde lo alto al suelo. Pero una vez allí, de algún modo, tuvo fuerzas para semincorporarse y avanzar, medio a rastars medio a cuatro patas, en dirección al pueblo de Noveau Paix. Iba dejando un rastro de su propia sangre tras de sí. Que atravesaba las calles de la población hasta que llegó a la plaza en la que se encontraban los restos de la antigua iglesia. Una vez frente a ella, las fuerzas aprecieron abandonarle. Antes de desplomarse, realizó una serie de gestos con la mano... ¿se estaba santiguando? Y, finalmente, cayó inerte antes los restos de la antigua iglesia calcinada.

Al ser testido de estos hechos Toa Rappa dijo algo en su extraña lengua nativa mirando la escena, para luego girarse encarando de nuevo hacia las montañas y guiando de nuevo a su pueblo en dirección opuesta de aquél maldito lugar...

 

Notas de juego

[1] Al fin y al cabo, Orologgio ha sacado un crítico (dos dieces).

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14/04/2018, 19:48
NAVEGANTE

Y así, dejando atrás el peligro, todo se resuelve en...

 

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