Te comento: para saber algo sobre el orbe puedes tirar conocimiento de los artefactos de conocimiento mágico (tienes un +27) y Sintonización (+77). Sólo puedes hacer una tirada por nivel para ver si sabes usarlo. Las tiradas las puedes intentar ayudar con la habilidad Documentación (tienes un +15) y con Meditación que si te tiras una hora en un ambiente relajado tendrías un (+70). Es decir que puedes tirar documentación y meditación con los bonus que te dicho.
Te pongo los bonos que obtendrías por meditación a la tirada sobre la que has meditado sería: +5 por éxito parcial, +10 por casi éxito,+15 por éxito y +25 por éxito completo.
Respecto a documentación: El bono sería +10 por éxito parcial, +20 por casi éxito, +30 por éxito y +50 por éxito completo.
Meditación te sirve para documentación, sintonización y conocimiento de los artefactos.
Documentación te sirve para conocimiento de los artefactos.
Ya puedes empezar
Sidoc solía disfrutar mucho de su tiempo libre, incluso del que no disponía. Se conocía la ciudad de cabo a rabo, las jovencitas guapas y disponibles, las mejores y más animadas tabernas y quién le invitase a comer, beber o retozar. Su don de gentes era grande, aunque su cara dura mayor todavía. Pero era joven, simpático y... sabía magia. Las jóvenes y sus amigos estaban maravillados con sus trucos. Podía invocar animales y le obedecían, de hecho solía ir con algún animal siempre con él. Había tenido gatos, perritos y aves. Lo que suele encontrarse en la urbe.
Sin embargo, últimamente estaba más taciturno. No se le veía casi por la calle. No era tan extraño, puesto que a veces sus obligaciones le retenían días enteros. Pero esta vez no era así. Frecuentaba la biblioteca privada de su maestro, así como a las que tenía acceso en la ciudad. De un lugar a otro iba cargado con grandes tomos, de lectura engorrosa y pergamino amarillo. Estaba madurando?
Todo empezó tras una de las escasas visitas a su familia. Sus padres estaban muy orgullosos de Sidoc, ignorantes de sus correrías. Ya era un hombre, merecía algo que siempre había estado en su familia... Bueno, no siempre. Su familia conservaba poco de su antiguo esplendor, salvo un pequeño orbe, el cual perteneció a Artheroc, el Rojo, y que había pasado de generación en generación. Nadie sabría decir qué era. Quizá alguien lo supo, quizá ni el mismo Artheroc, el cual era un hechicero muy misterioso, del que se cuentan raras historias, como que se desdoblaba y podía actuar en dos sitios a la vez, que era capaz de invocar demonios para que lucharan por él o que quitaba maldiciones. Alguien dice que él las lanzaba previamente. Quien sabe. Un día, tras vivir mucho tiempo con la familia, desapareció, dejando el orbe y algunos libros, que se han perdido ya. Eso y tal vez un hijo. Hecho sobre el que no se quiso hablar demasiado, pero del que se rumoreaba. Fuera como fuera, el que había sido el ser más reverenciado de la casa, pasó casi al olvido, como si no hubiera estado nunca.
Sidoc tomó el objeto, sin saber nada más, y supo enseguida que era poderoso. Lo podía sentir. Por primera vez en su vida se puso a estudiar. Quería saber algo de ese objeto. Quizá esos tomos llenos de polvo, que le habían parecido una tortura, ahora pudieran arrojar luz sobre el pasado de su familia. Algo le interesaba más allá de su placer inmediato.
Rápidamente le enseñó el artefacto a su maestro Shafir. Éste lo examinó interesado, pero no supo decirle nada que no supiera ya. Eso sí, tenía una gran lista de libros para que consultara el muchacho.
Estudiaba horas y horas, pero no tenía costumbre. Se dormía y le fallaba la concentración. Entonces recordó que meditar es una buena forma de obtener mejores resultados cuando hacía falta concentración. Poco a poco empezó a crear una rutina en su vida diaria. Después de sus obligaciones, meditaba y se ponía a estudiar. Aunque, curiosamente, cuando la meditación era para luego estudiar, solía dormirse. También manipulaba el objeto, dejaba que, intuitivamente, le trasmitiera el poder de sus energías. Eso se le daba bien.
Tras unos días hizo acopio de sus avances. Con la documentación no había logrado nada apreciable. Al menos que tuviera que ver con el orbe. Había seguido muchas pistas falsas, otras debió haberlas dejado pasar... La cuestión es que tuvo estupendas siestas, pero nada más. Sólo su intuición le sería útil. Así que se concentró en contacto con el orbe. Medió con él en las manos. Algo sucedió y fue muy potente. Realmente fuerte. Casi se asustó. Pero mantuvo la calma.
Motivo: Meditar para documentación
Tirada: 1d100
Resultado: 2(+70)=72
Motivo: Meditar para documentación (abierta abajo)
Tirada: 1d100
Resultado: 86
Motivo: Documentación
Tirada: 1d100
Resultado: 16(+15)=31
Motivo: Meditar para artefactos
Tirada: 1d100
Resultado: 18(+70)=88
Motivo: Conocimiento artefactos
Tirada: 1d100
Resultado: 27(+27)=54
Motivo: Meditación para sintonización
Tirada: 1d100
Resultado: 62(+70)=132
Motivo: Sintonización
Tirada: 1d100
Resultado: 97(+97)=194
Motivo: Sintonización (abierta
Tirada: 1d100
Resultado: 15
- Empleo meditar para intentar un bono en documentación = -84 (horror!!)
- Tiro documentación = 31 - 20 = 11 (nada)
- Empleo meditación para intentar bono en conocimiento de artefactos = 88 - 20 = 68 (fallo)
- Tiro conocimiento de artefactos = 54 (fallo)
- Empleo meditación para intentar bono en sintonización = 132 (éxito completo?)
- Tiro sintonización = 209 (éxito espectacular?)
Lo de estudiar... va a ser que no. xD
Pues te cuento lo que sabes del orbe: tiene muchísimo poder de esencia para desencadenar hechizos que tú no controlas, pero que con la esfera puedes intentar ejecutarlos. Tiene todas las listas básicas de elementalista arcano sin límite y posee poder en sí misma para ejecutarlas sin necesidad de gastar tu propia esencia, de hecho no puedes gastar tu propia esencia para lanzar estos hechizos.
132 es éxito normal.
Las listas de elementalista arcano aparecen en el libro Fuego y Hielo: el manual elemental. El que te envié.
Tiene las listas hasta nivel 50 (son 6) y posee 140 puntos de poder para ejecutar dichos hechizos, utilizas sintonización cada vez que quieras lanzar un hechizo.
Lo malo es que si quieres lanzar un hechizo de la esfera, es como lanzar un hechizo que conoces tu pero con sintonización por lo que tendrías que concentrarte y no creo que puedas lanzar hechizos superiores a nivel 8 por mucho que te concentres. Aún así no está mal eh
Cuando las capacidades del orbe le fueron reveladas poco a poco, a medida que sentía su poder, comprendió que era un artefacto de leyenda. Le extrañaba no haber encontrado nada sobre él. Pero era cierto que no había puesto un gran esfuerzo. Pensó en mostrárselo a su maestro, pero, por otra parte, era un legado familiar y dudó si sería conveniente. Pero, por otra parte, no confiaba en nadie como en él.
Le buscó por la noche a sus aposentos. Tocó a la puerta.
Maestro Shafir! Puedo pasar? Tengo algo que mostrarle.
-Sí pasa hijo, ¿ya has vuelto a hacer de las tuyas? Espero que no. Entras en su habitación, que para ti es muy familiar, llena de libros por todos lados, con un escritorio lleno de pergaminos con runas y un candelabro. El estaba durmiendo ya por lo que te abre en pijama y ves la cama deshecha.
Sidoc, emocionado como estaba, no había reparado en lo tarde que se había hecho. Pero entró en la habitación y cerró la puerta para que nadie pudiera escucharles.
Disculpad, maestro, os he despertado... - El joven tenía el orbe en las manos y la voz entrecortada. Pero, en vez de preguntarle si prefería que se marchase, dio por hecho que querría escucharle. Al fin y al cabo, ya estaba despierto.
Estaba intentando contactar con el poder del orbe y... lo he logrado, maestro, es muy poderoso. - Se lo mostró. - Es un artefacto de magia elemental. Contiene muchos poderes relacionados con estos. Algunos increibles. Aunque, dudo que pudiera manejar más de unos pocos por mi inexperiencia. Si es cierto que perteneció a Artheroc, el Rojo, debió ser un mago o hechicero muy poderoso. No entiendo porqué desapareció dejando tal objeto a manos de mi familia. Que yo sepa, pocos hemos seguido la senda de la magia. Puede que sea el único.
El joven bajó la cabeza, como si el peso de los años hubiera caído de repente sobre sus hombros inocentes.
Maestro... no merezco tal legado. No soy digno... Mi ambición no ha llegado más lejos de divertirme con la magia, las muchachas y los amigos. Cómo puedo custodiar un artefacto de gran poder como este? Ni siquiera merezco ser tu discípulo.
Sidoc nunca había sido más humilde que ahora.
-¡Por supuesto que eres digno! Cada persona tiene unas virtudes y unos...digamos rasgos de personalidad que mejorar pero eso no te hace menos que los demás, al contrario tienes que aprovecharlos para que jueguen a tu favor. Se queda pensativo. Muy poderoso dices, no conseguí averiguar lo que era o hacía, cuéntame. Te tiras un rato hablando con él del orbe hasta que dice: ¿Vaya y qué piensas hacer con él? Aunque quizás sea mejor hablar mañana, es tarde y deberíamos descansar, aunque no sé si podré con lo que me acabas de contar. Bueno hijo, al menos lo voy a intentar, hasta mañana, que descanses...
Había sido una larga conversación. Sidoc estaba más tranquilo, pero todavía tenía una decisión importante que tomar. Qué haría con el orbe?
Buenas noches, Maestro. Gracias por escucharme y... animarme. Sin dejarle replicar, se marchó y cerró la puerta casi silenciosamente.