Se acerca a distancia de conversación -Saludos Logen, mi nombre es Voriig Kye y vengo de muy lejos para hablar contigo, ¿tienes unos minutos?
Unojo se gira sorprendido. Sumido en sus pensamientos no había reparado en que se le acercaban tanto. - Vaya... Hacía mucho tiempo que la gente no me paraba para saludarme .- Responde torciendo el gesto en una macabra sonrisa.- Soy todo oidos.- Finaliza. ¿Cómo no había notado la presencia de aquel gigante antes?
-Veras Logen, Eterva está en peligro, fuerzas oscuras descontentas por su situación están pensando como terminar con las formas de vida humanoides que no les sirvan. La cuestión es la siguiente, eres mercenario pero ¿trabajas sólo por dinero o también trabajarías por una causa? Sé que en el pasado luchaste contra la entrada en Eterva de los demonios, pero han pasado muchos años desde entonces y no estoy seguro de si seguirías actuando de forma altruista o pedirías algo a cambio.
Logen emitió una especie de sonido gutural. Algo parecido a la risa. Hacía mucho tiempo que no encontraba nada gracioso y parecía que se había olvidado de cómo se hacia. Su propio sonido le sorprendió por un momento.
- En efecto luché como mercenario, junto a mi maestro.- Apuntilló el hombre de los bosques.- Mas no hay riqueza echa por el hombre que llame minimamente mi atención. Todo lo que busco en la existencia se encuentra aquí.- Dice alzando los brazos para abarcar el amplio bosque que le rodeaba.- No hay riquezas, no hay honor, ni tan siquiera familia. Tan sólo el Bosque.
Tras una pequeña pausa que aprovecha para meditar prosigue. - El destino de los hombres poco me importa, al final todos volvemos al barro. Pero ¿demonios? Diablos gigante, haber empezado por ahí.- Se ríe de nuevo.- Odio a los demonios, y tan sólo hay un capricho que me permita en mi deber de cuidar estos bosques, y es clavar cabezas de demonios en picas.
- Ideales para el jardín. - vuelve a reír quedamente
-Me alegra oír eso, los demonios son una de las facciones que van a luchar, sí. Ahora mismo estoy formando un grupo para que en el futuro esté preparado para enfrentarse a lo que nos viene encima, y créeme si te digo que el Bosque Silvano peligra si no hacemos nada. La primera lucha, que servirá para defender inocentes y de camino para que os forjéis y os conozcáis, es en las Cinco Villas del Glaciar Eterno. Allí hay un artefacto maldito y en cuestión de meses va a reunir un ejército y atacar el pueblo de los semi-elfos. Dineval es el señor del castillo más importante de las Cinco Villas y os estará muy agradecido si le ayudáis. ¿Cuento contigo entonces?
Logen se rascó dubitativo la descuidada barba por unos momentos. Desde que había vuelto al hogar ya nada era igual. Su rostro deformado hacía de barrera con sus antiguos amigos y conocidos. Él les había salvado, pero poco o nada se acordaban de ello ahora. Tan sólo era una cara desagradable a la que evitar.
Tener una meta en la vida era algo que podía estar bien. De nuevo en camino. - Soy tu hombre. Al fin y al cabo la inactividad me habría matado aquí. - Responde encogiéndose de hombros
-Perfecto, toma esto te da 3 mo con esto tendrás para comprar el billete de la caravana que parte pasado mañana desde tu ciudad natal hasta la Metrópolis Central. Una vez allí nos veremos en la posada del Dragón Plateado dentro de unos cuarenta días aproximadamente. Buen viaje y bienvenido al grupo.
Vas a tu ciudad y compras el billete tras despedirte de la gente que piensas que vas a echar más de menos. El billete cuesta 2 mo y 8 mp e incluye pasaje en carro hasta la Metrópolis Central, custodiado por guardias y con comida y bebida durante el trayecto.
El viaje se hace largo, las Llanuras sin Fin son tediosas y monótonas, pero al menos vas acompañado y con buen servicio. Tras 38 días de viaje llegas a tu destino.
La Metrópolis, no tiene nada que ver con El Bosque Silvano. Es una ciudad masificada, las casas de varias plantas se agolpan, gente de todas las razas van y vienen por las calles, olores, ruidos, comercios... Tras un rato callejeando por la Metrópolis llega la caravana al final del trayecto la posada del Dragón Plateado.
Hacía poco que venía de un largo viaje, y volver a recorrer las Llanuras sin fin no tenía ni pizca de gracia. Pero estaba otra vez en camino y eso era lo importante, no parar.
Llego a las puertas de la taberna, y tras detenerse un instante a mirar su cartel, entró con paso firme en la taberna.
Se tomó unos segundos para observar el establecimiento para luego dirigirse hacia la barra. - Posadero, me gustaría saber saber si tiene una habitación para un par de días. - Pregunta educado.
Todas las tabernas eran iguales.
Pásate por la escena de la Posada del Dragón Plateado, voy a describirla allí.