Partida Rol por web

Se abre el ascensor y veo como salen el señor Morse y... ¡¿THEO?! Nah, no puede ser, Theo no llevaría así los pelos. Aunque es igual de atractivo que él. 

- ¡Calvin! Oh, perdón. Mi jefe me ha dicho que en la oficina tengo que hablar a la gente de usted. ¡Señor Morse! Cuanto tiempo sin verlo. ¡Mire, me han aceptado!

Le devuelvo la sonrisa a Johann y asiento. -Por supuesto, si alguna vez necesito ayuda en algo, sé que podré contar contigo-le digo con sinceridad. Le creía con lo de ser inteligente. Al fin y al cabo él debía serlo para alcanzar un puesto en el departamento de contabilidad.

Cuando veo a la nutria sonrío una vez esta me saluda. Sabía que ella conseguiría el puesto de trabajo. -Buenos días, señorita Peralta. Es un placer volver a verla y me alegro de ver que ha conseguido el puesto. Espero que podamos colaborar más en el futuro-digo con una amable sonrisa a Sheila.

-Éste es mi compañero en contabilidad, el señor Johann Michaels-digo mientras le presento al otro león. -Johann, esta es la señorita Sheila Peralta-

Tras presentarle, le vuelve la sonrisa zalamera a Johann, que se adelanta hasta alcanzar el puesto de recepción, donde apoya un hombro y coloca su cara muy cerca de Sheila.

- Es un placer... - mira la plaquita con el nombre de Sheila - señorita Peralta. Estaré en la tercer planta por si necesita algo - esto último lo dice peligrosamente cerca de Sheila, la cual no muestra ninguna señal de incomodidad pero sí empieza a sudar. Esa situación le podía. Y, por su expresión facial, dirías que la procesión va por dentro. Está incómoda pero no quiere manifestarlo.

- Nosotros íbamos a tomarnos un café. Si quieres puedes - acerca aún más su rostro, hasta estar a la altura de sus orejas, las cuales baja un poco - acompañarnos - entonces, se lame los labios y se retira - Bueno, vamos a tomarnos un café, Calvin. Ha sido un placer, señorita Peralta - tras decir esto, hace algo que no te fijas qué es, pero por la expresión de Sheila no puede ser nada... Moral.

No puedo evitar observar el comportamiento de Johann con la señorita Peralta. Prácticamente había sido igual conmigo y recuerdo la conversación de sus "preferencias" en el ascensor. Me acerco un poco y me pongo cerca de Sheila mientras pongo una mano en el hombro del otro león. -Como ha dicho Johann antes, íbamos a tomarnos un café en la sala de descanso. Puedes venir si quieres, pero si te necesitan en tu departamento podemos hablar más tarde-digo mientras hago un sutil movimiento con la mano para alejar al león de la pequeña nutria que estaba incómoda como yo lo estuve. 

Me sentía mal por Sheila. Este era su primer día de trabajo en la oficina y se había encontrado en una situación para nada agradable. _{-Lo lamento mucho señorita Peralta-}me disculpo con un susurro a la nutria. Si ella quería hablar conmigo al respecto, la escucharía.

No me había fijado en el gesto del león, pero no debía haber sido algo agradable. Una vez nos alejamos a la sala de descanso, lo miro con una expresión seria. -Johann, como compañero de trabajo debo decírtelo...la manera en la que has hablado con la señorita Peralta...la has puesto muy incómoda-le digo. Lo mejor era intentar ponerle límites, porque si no, a este paso la cosa iba a seguir empeorando y mucho.