Gregory observa las calles. No ve nada raro ni que le llame la atención. Sólo espera que las mujeres salgan pronto de ahí dentro con el códice.
Jenna abre la puerta y echa un vistazo. Una cocina. El lugar es igual de espartano que la entrada. Casi se diría que allí no vive nadie. Los ojos de la ingeniero van directos a una trampilla en el suelo. ¿No dijo el científico que el códice estaba en el sótano? Hay una ventana que da a la parte trasera de la casa pero ninguna otra puerta.
Vaya... no me di cuenta de que abrías la puerta. Pensé que faltaba Hadyn por contestar :(
Me pongo al día.
Jenna avanza hacia el fondo de la cocina y abre la trampilla. Una escalera se adentra en la oscuridad. Tras ella Hadyn la sigue con el rifle desenfundado.
Ambas mujeres descienden hasta un sótano lleno de polvo, donde se amontonan cajas y víveres. El lugar está oscuro pero Jenna encuentra sin problemas el interruptor de la luz. Agachándose en el lugar descrito por el difunto Balmer encuentra unas tablas que parecen más claras que las demás. Al levantarlas aparece el libro.
Se trata de un tomo grueso, de unas cuatrocientas páginas, y del tamaño aproximado de una carpeta. Sus lomos son de madera forrada con cuero, aunque no hay ningún emblema, letra o símbolo en su superficie. La única decoración son las guardas de metal que cubren las esquinas y el marcador de tela rugosa que señala algún punto del medio del mismo.
Si no contestáis os iré llevando en piloto automático para que el resto de los grupos no se pierdan. Daros cuenta de que la idea es sincronizar en un determinado momento todos los equipos ;)
Jenna avanza con cuidado y finalmente encuentran lo que habían venido a buscar. Parece que se habían adelantado a cualquiera que haya atacado a Balmer. Aunque sospechaba que ahora vendría la parte difícil... Tenía que llevarle ese códice a Pollux... o sino, a Casmir, el mayor. Eran las dos únicas personas en las que sabía que podía confiar... A parte de Tanhauser que, precisamente, seguía encerrado, así que no era una opción válida en estos momentos.
Tras ponerse en pie, desliza la yema de los dedos por la portada del libro y luego lo abre por el marcapáginas. Dudaba que pudiera entender las notas, pues ni el mismo Balmer, que en paz descanse, había podido hacerlo.
Enseguida mira a su alrededor también, para buscar algún tipo de bolsa para llevarlo oculto a ojos de los demás. Era demasiado grande para guardarlo entre la ropa.
Lo siento, se me cerró el explorer y no me guardó pestañas el otro día >.<
Hadyn comprueba la ventana de la cocina antes de bajar al sótano, siguiendo a Jenna. Observa el lugar, antes de acercarse a su compañera para mirar el libro.
-¿Y ahora qué?
Ella no tiene demasiado claro qué hacer con eso, si las cosas fueran como deberían de ser, acudiría a Tanhauser, lo más probable, pero está detenido. Si las cosas no fueran como son no estaría detenido, pero no lo son.
-Deberíamos ir a algún otro sitio para echarle un vistazo, y para decidir nuestro siguiente movimiento, esta casa no es segura.
Ya no tiene demasiado claro si hay algún sitio seguro, pero sí que sabe que quedarse quietos allí aumenta las posibilidades de tener otro encuentro como el de la taberna.
Sorry, a mí se me fue la pinza...
Jenna abre el libro por la página del marcador. Efectivamente la escritura le resulta incomprensible, así que fija su mirada en el grabado que ocupa la mitad de la página impar de esta parte. Es una figura extraña: representa a un sacerdote que levanta en alto una piedra de color negro. A sus pies se retuercen varios demonios, como si la piedra los aterrorizase. Jenna siente como su corazón se acelera al recordar una escena similar: Travis con la piedra negra en alto haciendo que los simbiontes se retorciesen convulsos a su paso. ¿De qué trata este libro? ¿Es una casualidad?
Mira hacia un lado y encuentra un pequeño saco para carbón que podría ocultar el libro. Lo coge e introduce en su interior el volumen.
Gregory aguarda pacientemente. No ha pasado demasiado tiempo pero a su forma de ser impulsiva le parece que ha pasado una eternidad desde que sus compañeras entraron en la casa. Sigue observando a la gente que pasa.
De pronto levanta la mirada. ¡Y se sorprende al ver un movimiento en un tejado cercano! Ha sido fugaz pero le ha parecido entrever a alguien asomado al borde de uno de los tejados de las casas del fondo de la calle. ¿Un albañil? ¿O vigilan el lugar?
La casa está a cinco casas de distancia al otro lado de la calle. Es una casa de dos plantas, como la mayoría que hay en este lugar. Gregory no ha podido ver demasiado: sólo una cabeza que se ocultaba rápidamente.
Gregory sabe que en una labor de vigilancia, abandonar el puesto era algo que no se debía hacer, sobre todo cuando se esta solo. Por eso las patrullas siempre cuentan con al menos dos soldados.
La figura que había visto podía ser cualquier cosa. Desde un casero espiando a sus inquilinos, un albañil trabajando, alguna mujer tomando el sol sin pensar en que Gulliver había sido destruido hacía nada o alguien con motivos menos inocentes...
El soldado se mete las manos en los bolsillos. Le había escamado la figura, pero no podía hacer nada. Lo único que podía hacer era seguir vigilando y prestar atención a la zona por la que podían volver a asomarse.
-Jenna, podemos mirar el libro con calma en otro sitio.
El tono de Hadyn es de urgencia, mientras se acerca a la escalerilla para controlar que no haya entrado nadie, o cualquier ruido, sabiendo aún así que fuera está cubriendolas Gregory.
Se acerca de nuevo a ella, para mirar por encima del hombro lo que tanto le ha llamado la atención, arruga el entrecejo, no es posible, niega, pero ahí está, joder, ¿qué es ese libro? Pero también sabe que deben irse, pronto.
-Cierralo, joder, lo podemos mirar con calma, hablarlo, discutirlo, todo lo que quieras, pero no aquí y no ahora.
Vuelve a mirar por las escaleras, comprueba que Lynch le haya hecho caso y empieza a subir, con el fusil por delante.
Odiaba estar perdida. Odiaba ver algo y no tener ni idea de qué iba el asunto. No había algo que odiara más que la ignorancia. Ni siquiera la religión. Frunce el ceño, frustrada, mientras observa cada detalle del libro, hasta que Hadyn la devuelve a la realidad. Estaban en un sótano y tenían que salir de allí pitando.
- Sí, lo siento. Vamos.
Se guarda el libro en el pequeño saco y lo cuelga de su hombro mediante una cuerda, cruzada al pecho, asegurándose de que no vaya a soltarse de ninguna de las maneras. Se dispone en seguida a seguir a su compañera mientras sus pensamientos se centran en dónde acudir ahora.
¿Cómo podría encontrar a Pollux o a Casmir?
¿Tenemos alguna idea de cómo contactar con alguno de ellos, dire?
Jenna y Hadyn salen de la casa. La ingeniero lleva un saco de tela entre los brazos. Gregory permanece en su puesto, vigilante. Mira de vez en cuando hacia los tejados del fondo de la calle.
Respondiendo a Jenna: Casmir anda desaparecido estos días. Pollux suele rondar el edificio central, que hace las veces de ayuntamiento. Sabéis que es de los pocos que tiene permiso para visitar al Capitán Tanhauser, dado su rango y categoría de héroe. Ni siquiera los traidores se atreven a acusarlo de algo porque saben que el carisma de Pollux y sus buenos contactos en el Imperio lo hacen muy peligroso. Pollux no ha usado su influencia todavía aunque apoya abiertamente la inocencia de Tanhauser.
Esto... Castor no estaba muerto, ¿jefe? Yo buscaba a Pollux, que es con quién me encontré cuando hablé con él y con Rubeus Casmir.
Ops. Patinazo :D Me confundí de gemelo. Ya he corregido el texto.
Sin moverse del sitio, Gregory espera a que Nova y Lynch bajen a la calle.
-Parece que habéis conseguido encontrar lo que buscábamos. Bueno, pues mejor vámonos ya que nos están vigilando.
No debían perder el tiempo. Le interesaba saber si sus compañeras habían ojeado el tomo, pero no era el lugar ni el momento para preguntar por ello.
Hadyn asiente a las palabras de Gregory. Mira hacia donde va su mirada.
-¿Cuántos? Deberíamos perderles de vista.
Mira a Jenna.
-Tú dirás dónde vamos ahora, si conseguimos despistarles, podremos mirar el libro con calma.
Vuelve a mirar hacia los tejados, no le gusta que la sigan, aunque sean unos carroñeros, como los otros, lo más probable, no debería ser complicado, y más conociendo tan bien como conoce estas calles.
Jenna asiente a ambos y empieza a caminar de forma firme, sin dudar, como si hubiera planeado dónde iban a ir. En su brazo, intenta llevar el libro lo más oculto que puede pero sin llamar la atención, con postura y movimientos naturales.
- Debemos buscar a Pollux. Vamos al edificio central, debería andar por allí.
Habla sin detenerse y sin mirar a los tejados. Tenía suficiente información con lo que decían sus compañeros. No necesitaba verlo para creerlo.
Gregory sigue a Jenna, posicionándose detrás, donde puede defender la retaguardia de aquella pequeña comitiva.
-Solo he visto uno, pero seguro que hay más escondidos. Si son listos esperarán que lleguemos a un sitio más aislado.
El edificio general de acuartelamiento en Karma está en el centro de la población. Dada la situación había dos maneras de llegar hasta él con el códice: o bien iban por las calles más transitadas para intentar disuadir a los posibles atacantes de un enfrentamiento directo con testigos de por medio o por el contrario buscar una ruta alternativa por callejas por las cuales darle el esquinazo a posibles perseguidores.
Decisión vuestra.
Volvemos al trabajo... y espero vuestra respuesta ;)
-Deberíamos actuar con naturalidad. No nos están persiguiendo abiertamente, por lo que lo mejor sería ir por las calles. No tengo muy buen recuerdo de las callejas de Karma- menciona Greg mientras rememora la persecución de aquella maldita criatura que casi mata a Aron. "Vaya, al menos el grandullón consiguió vivir algo más de tiempo..."
-Que Lynch vaya con uno de nosotros- decide, dirgiéndose a Nova. -El otro que vaya por detrás, como un transeúnte más, desligado. Si nos asaltan será mejor que crean que somos 2.