Partida Rol por web

Te pasas un ratito cocinando algo, pero hay algo extraño en todo aquello. No sientes ningún tipo de hambre anticipatorio y la comida se hace especialmente poco apetecible.

Sin embargo te fuerzas a agarrarlo todo y sacar una botella de leche del refrigerador.

Cuando acercas esta a tus labios sientes que algo esta claramente mal en todo aquello. Recuerdas la sensación de intentar comer el ajo y poco a poco abres la boca dispuesto a tragar aun que en este instante no se te hace apetecible para ninguno de tus sentidos. Abres conscientemente el paso de tu garganta y te arrepientes al instante: una sequedad extrema inunda todo tu conducto fonador y se convierte rapidamente en ardor que se dirige hacia el pecho.

Al momento piensas que acabas de ingerir algún otro producto químico tóxico o que alguien cambió el contenido de la botella o lo alteró, pero nada más lejos de la realidad.

Aquello te sigue doliendo, te raspa por dentro y tu cuerpo empieza a convulsionar. Instantes mas tarde los tosidos se suceden y empiezas a vomitar la leche ingerida que sale por tu boca y nariz de igual manera con cada reflejo nauseabundo.

-Otra prueba más.-Pienso mientras sigo vomitando.-Y una mala idea.

Me aferro con las dos manos a la taza del vater tratando de no golpearme con ella mientras vomito. Mi idea del superhéroe a lo marvel se va desvaneciendo con cada repugnante bocanada que abandona mi cuerpo. Mis costumbres alimenticias parecen haber variado... de forma muy alarmante.

Pierdo la noción del tiempo mientras vomito. Es una experiencia particularmente desagradable. Más aún de lo que yo la recordaba, pero aún con todo es pasajera. En ese momento, una idea viene a mi cabeza. ¿Tendré que beber sangre? Desecho esa idea al momento. Es posible que así sea, pero segun todas las leyendas de vampiros la sed me dirá cuándo debo hacerlo. Es algo a desechar por el momento, no me gustaría hacer daño a nadie.

Una vez ha terminado, intento comprobar más leyendas sobre vampiros. En una peli se convertían en murciélagos, gatos y cosas raras... ¿Podré transformarme en murciélago? Sin pensarlo dos veces, me pongo a ello.

"Otra vez de noche - pensé.- He hecho bien en cogerme vacaciones..."

El hambre parecía haberse esfumado, al menos en parte, conservaba una sensación más leve de sed que parecía manterse latente por el momento aunque yo sabía que estaba ahí. Me entregué a la rutina diaria, en lo que sería una nueva oportunidad para explorar lo que me estaba ocurriendo. Tomé una ducha rápida y volví a contemplar el espejo roto del baño, que siempre me recordaría lo que había ocurrido aquella noche. Mientras me secaba me fijé en unas marcas que tenía en la piel, una especie de moratón rojizo, como una quemadura. Enseguida recordé el calor abrasador del sótano y supuse que había llegado a quemarme de alguna manera.

Sin embargo, había algo raro en la herida, habían pasado dos días y las heridas no tenían costra alguna, de hecho la ropa del día anterior estaba ligeramente manchada con la sangre de la herida. Era como si la herida no se cerrase como solía hacerlo habitualmente, como si la sangre no acudiera a la herida para taponarla. Hasta el momento no me había preocupado, al fin y al cabo no se trataba más que de una herida superficial, pero estaba acostumbrado a ese tipo de heridas por mi trabajo y sabía perfectamente que aquello tenía que empezar a curar.

Quizás fuera por el estrés y la ansiedad de la situación que estaba atravesando, o quizás tuviera que ver con lo que me estaba ocurriendo directamente. Sin saber muy bien que hacer, pasé la mano por las heridas como acariciándolas, tocando mi propia sangre y acostrumbándome a su tacto y su aroma... no sabía muy bien qué estaba buscando, pero me dejé guiar por mi instinto, que en las últimas noches parecía haberse acrecentado enormemente.

Tus heridas empiezan a cicatrizar ante tu mirada mientras les pasas los dedos por encima.

Es algo realmente prodigioso ver como la piel se recupera y va retomando el mismo tono que el resto de tu cuerpo

Al cabo de unos segundos tu piel es todavía mas lisa y firme de lo que la recordabas.

Las leves molestias en la garganta y el pecho por la ingesta de humo se desvanecen de la misma forma

- ¡Pero qué coño! - exclamé asombrado.

Las heridas se estaban curando solas, y a una velocidad pasmosa, era como ver uno de esos documentales dónde graban cosas a cámara lenta y luego lo pasan a toda velocidad... era... era... no sé ¡era la ostia! Le di varias vueltas al brazo para comprobar que no había ningún truco, y me toqué la piel ahora curada como cinco veces antes de convencerme de que efectivamente la herida estaba curada.

Al estar concentrado en aquella tarea había sentido cómo el corazón había empezado a latir para enviar toda la sangre de mi cuerpo hacia la herida, y en cuanto había terminado, sencillamente se volvió a parar... Después de aquello me sentía genial, como nuevo, aunque había percibido que la sensación de sed aumentaba ligeramente. Por suerte, ser consciente de todo aquello me ayudaba a controlarlo un poco. Iba a necesitar tiempo para asimilar todo aquello...

Terminé de secarme y me cambié de ropa, comprobé los mensajes del contestador, tal y como había hecho la noche anterior, y después fui a hacer lo único que no me había dado tiempo a hacer la noche anterior: visitar a Jane.

Esta noche Jane si estaba en su casa. Cuando picas el timbre de la puerta se escucha un ruido seco y luego tu oída excepcional incluso escucha el deslizarse de la tapita metálica en la mirilla de la puerta al otro lado de donde te encontrabas.

El olor de sangre se hace presente al instante

- Dios santo, que susto me diste.

La chica te da un beso en la mejilla y te invita a pasar.

Los dos os sentáis en el sofá de su salón. Su piso está muy arreglado y ordenado, cuidado hasta el mínimo detalle para parecer de lo más acogedor.

- No te esperaba. De hecho creía que te habías ido una temporada después de lo ocurrido o que n...

La mirada de Jane se desvía hacia el suelo mientras se frota el brazo con la mano dejando la frase inacabada

- Bueno, da igual. Estoy un poco paranoica des del accidente. ¿Tu cómo estás?

Sus ojos derrochan sincera alegría de verte cuando vuelve a dirigirte la mirada sonriente.

Tratas de convertirte en murciélago. Pero a decir verdad no sabes muy bien por donde empezar.

Visualizas el animal y aprietas fuerte los músculos. No ocurre nada.

Concentras tu mirada en tus manos y tu piel deseando con fuerza que cambien. Nada.

Frustrado por mis intentos fallidos respiro hondo. Si de verdad soy un vampiro es posible que lo de convertirme en murciélago no sea cierto. De todos modos, sumado a mi reflejo en el espejo, hay muchas opciones de que no lo sea, con lo que me siento considerablemente aliviado. Sin embargo, el ajo, la sangre de la mujer, la comida, la bebida y mis ojos siguen torturando mi mente.

-Es el momento de buscar más respuestas.-Pienso mientras miro el reloj de mi casa.

Fue increíble volver a notar el tacto de su piel cuando me dio un beso en la mejilla, fue como una dosis de realidad en toda aquella fantasía macabra. Como siempre, Jane mantenía un escrupuloso orden en su apartamento, al contrario que yo en el mio, supongo que por eso siempre nos veíamos en su casa cuando tomábamos café... Parecía tan contenta como de yo pero el asunto del secuestro todavía se mantenía en su mente.

- ¡Oh! Nada de eso, pero he estado ocupado estas últimos días... por culpa de lo que pasó tuve que faltar al trabajo y al supervisor no le hizo mucha gracia, ya sabes - contesté para dejar claro que no era mi intención marcharme y dejarla sola.- Estoy... bien, supongo - realmente no lo tenía claro.- Anoche me llamó un detective y estuve hablando con él sobre lo que nos ocurrió, le conté mi versión de los hechos y todo eso ¿Vino también a hablar contigo?

Me parecía demasiado pronto para contarle todo lo que había descubierto sobre mi, lo de la sangre, las heridas y todo eso... claro que existía la posibilidad de que ella estuviera pasando por lo mismo. Supongo que tarde o temprano tendría que contárselo, y lo haría encantado pues ella era la persona en la que más confiaba sin duda alguna, sin embargo, no sabía muy bien como se lo iba a tomar.

Pone una mirada astuta ligada a una sonrisa de puro orgullo cuando te responde

- Pues si. Lo he visto varias veces.

Se levanta dirigiéndose al lado de donde se encuentra el teléfono. Ahí donde suele haber una libretita para apuntar recados, agarra un par de cuartillas con algo escrito en ellas luego vuelve al sofá. Tu nueva visión mejorada distingue en ellas algunos números en una lista

- La policía esta tan sorprendida como nosotros de lo que ocurrió. No saben nada.

Su sonrisa sigue delatando que esta guardando algo para el final.

- Sin embargo, he conseguido los números de contacto de todos los secuestrados

Dice meneando las cuartillas de su mano como si fueran algo muy preciado que le hubiera costado un verdadero esfuerzo conseguir

- Tengo la intención de reunirnos a todos para intentar sacar algo claro en todo esto

Claramente por lo que propone, no tiene mucha confianza en que el trabajo del detective llegara a buen puerto

Tu reloj marca las 21:30

La noche es joven y yo también. Si es cierto lo que salía en "Abierto hasta el amanecer", la luz del sol me pondrá muy moreno, demasiado moreno, así que no es muy conveniente que me toque. Será mejor moverse de noche.

Me ducho y me cambio de ropa tan deprisa como puedo, poniéndome algo oscuro para pasar desapercibido. Ademas, cojo unas gafas de sol para que me cubran los ojos. Una vez listo, salgo por la puerta con el perro en dirección a la casa del incendio.

Me quedé realmente sorprendido con el trabajo que había hecho Jane, aunque tampoco es que yo estuviera muy convencido de aquello de reunir a toda la gente. En cualquier caso, parecía que había conseguido mucho más que aquel detective.

- Vaya... esta es mi chica - dije mientras le sonreía.- ¿Cómo diantres lo has conseguido? No estoy seguro de que reunirlos a todos sea una buena idea, aunque tampoco quiero quedarme con la intriga de saber por qué nos secuestraron... además, si lo hicieron una vez podrían volver a intentarlo...

Me quedé unos instantes pensativo, lo cierto es que no parecía que nadie me siguiera ni nada por el estilo, o al menos no me había dado cuenta. Hasta el momento no se me había ocurrido pensar que quizás volvieran a intentar secuestrarnos. Conseguir algunas pistas quizás despajara nuestras dudas.

- Está bien, yo te ayudaré a contactar con esa gente - dije decidido.- Por cierto... ¿Cómo te encuentras desde aquella noche? ¿No sientes nada extraño? Creo que nos pincharon con aquellas jeringuillas que había en la camilla, a saber lo que nos pueden haber metido en el cuerpo...

Jane asiente ante tu idea de un posible nuevo secuestro demostrandote asi que comparte tus miedos al respecto

- La verdad es que estas noches casi no he pegado ojo...

Las ojeras y su desmejorada apariencia confirman lo que dice. Hace cara de cansada

- Quizás deberíamos hacernos análisis

Se detiene un segundo pensativa

- ¿A ti te iría bien ir conmigo al hospital mañana por la mañana? Es que no le he dicho nada a mi familia para no preocuparlos

No podía culparle por tener esas inquietudes, además su idea es probablemente lo primero que se me habría ocurrido a mi si no hubiera descubierto otras cosas antes. Todo el asunto de la sangre y demás... no podía ir al médico a hacerme una revisión, lo primero que haría sería auscultarme y quedarse a cuadros cuando se diera cuenta de que no me late el corazón... Iba a ser complicada la cosa, tenía que contárselo. Ordené mis ideas en la cabeza y empecé.

- Verás Jane, creo que no voy a poder ir al médico contigo - dije con sinceridad.- Voy a contarte algo muy importante, algo que me está ocurriendo desde que salimos de ese sótano de mierda... pero antes, necesito que me prometas algo - me incliné un poco hacia adelante para estar más cerca y le hablé con voz tranquila.- debes prometerme que no vas a asustarte por lo que te diga, pase lo que pase seguiré siendo yo, Robert ¿lo entiendes? Prometelo, por favor.

Ves el miedo aflorar en los ojos de Jane a medida que avanza tu discurso. ¿Cómo podía prometerte no asustarse si con cada palabra que le decías la cuestión parecía más y mas grave?

- Lo entiendo pero...

Varias hipótesis pasan por la cabeza de Jane; des de que fuiste tu quien los secuestro a todos hasta que os inyectaron una enfermedad mortal que va a acabar con todos antes del amanecer.

El pánico hace funcionar demasiados circuitos en su cerebro a la vez y no hay modo de poder evaluar la credibilidad de ninguna de dichas hipótesis

- ¿Qué ocurre? ¿Qué ha pasado?

Parece ponerse nerviosa

No había hecho más que alarmarla y ponerla nerviosa... menudo zoquete estoy hecho... pero ya no había vuelta atrás, continuaría con todas las consecuencias. Estábamos bastante cerca el uno del otro, de modo que alargué la mano para coger la suya suavemente. El contacto de su piel era muy agradable, al contrario que la mia que se había vuelto fría y carente de emoción.

- Lo notas ¿verdad? - dije mirándola fijamente a los ojos.- Mi piel... es pálida y está fría... lo sé, pero aún hay algo más - conduje su mano lentamente hasta posarla sobre mi pecho.- Es como si estuviera... muerto... pero sigo vivo - había angustia en mis palabras.- Esto... sea lo que sea... me lo han hecho en ese maldito sótano, no sé cómo, pero ahora soy así... He tenido unas pesadillas terribles, teñidas de sangre, muy reales... me despierto bañado en sudor y siempre es de noche... ayer puse un despertador pero no lo he oído, acabo de levantarme hace menos de una hora - me llevé las manos a la cabeza mientras negaba con la cabeza.- Es como una maldición... no sé que me pasa... pero necesitaba contárselo a alguien, necesitaba contártelo a ti... ¿Confías en mi verdad? - suplicaba.- Dime que confías en mi, por favor.

Con la palma sobre tu pecho, Jane rápidamente levantó la mirada hacia tus ojos.

Sus pupilas temblaban conteniendo un miedo que su brazo rígido intentaba calmar

Pasaron unos segundos antes que la chica pudiera articular alguna palabra

- Con... fio en tí

Dijo poco a poco cada una de las silabas sin terminar de creerse lo que estaba viendo 

Otro largo silencio volvió a sucederse después de aquello. Te podías imaginar que el cerebro de Jane seguía funcionando a toda velocidad incapaz de articular nada debido a la sobrecarga de información

- Me he cogido dos semanas de vacaciones en el trabajo... para tratar de descubrir lo que me está pasando - dije mientras me recostaba en el sofá.- Llevo dos días sin ver la luz del Sol, me despierto cuando es de noche y no estoy cansado... no sé, es como si cada noche mi vida empezara de nuevo - hablar del tema me estaba ayudando pero aún así resultaba difícil, muy difícil.- He perdido el apetito... la comida me da asco y no sé por qué, ayer casi vomito cuando abrí la nevera... esto es lo suficientemente raro como para no querer que un médico me vea, enseguida se daría cuenta de que no estoy realmente enfermo - por mi mente pasaron ideas muy extrañas y poco agradables.- Me encerrarían para hacerme pruebas o algo así... mejor no pienso en esas cosas.

Cuando me quise dar cuenta había soltado casi todo y, en cierto modo, me había quitado un peso de encima. Por su parte, Jane continuaba asimilando lo que le había contado, notaba que se creía todo lo que le había dicho y lo había visto con sus propios ojos. No parecía que a ella le ocurriese lo mismo, supongo que me habría dado cuenta, de modo que no podíamos sacar conclusiones de aquel hecho.

- ¡Hey! - la llamé y le dediqué una sonrisa tierna.- No pasa nada, todo va a salir bien, ya lo verás... me siento mucho mejor ahora que estás conmigo... Vamos a llamar a toda esa gente y a ver que nos cuentan... me alegro de que a ti no pase lo mismo que a mi...

El olor de la cocaína me exita tanto o más que el propio cliente. Mientras nuestros cuerpos se retuercen en la cama, no puedo evitar morder su cuello al principio como un simple juego, pero mis ansias por aquella droga que hacía días, puede que semanas que no probaba no me las podía aguantar.

El fluido caliente se derrama sobre mi boca, y durante unos minutos, me olvido de lo que realmente estoy haciendo, de que me estoy alimentando de sangre humana. Sólo el sabor cálido y ferroso de la sangre edulcorado con esa droga cubre la totalidad de mis pensamientos.

Agarro al tipo fuertemente, apresandolo, mientras sigo bebiendo de ese delicioso placer y noto como mi cuerpo entero se exita, similar a cuando me colocaba en el pasado, sólo que más apagado quizás. Mi mente piensa rápido, pero no está atenta a lo que ocurre fuera, sólo mantengo al hombre y bebo de él para saciar mi mono....