Vale, entonces puede que si que haya que intentar abrir el cofre aunque estén esas espinas venenosas.... por eso de que no hay logro sin dolor.. qué os parece?
No es que sean venenosas es que ons vampiricas osea que te chupan la sangre y tal vez lago mas, mejor buscar otra solución.
Pero... Si hemos fracasado. Creo que será mejor salir de aquí. Ya poco podemos hacer...
No hemos fracasado aún, se ha puesto roja pero peude cambiar de color si al final damos en la tecla, además no tenemos por donde seguir hacia adelante, creo que debemos probar algún brebaje de los que estan en la estantería.
A ver, entonces, no me entero. ¿Qué nos queda por investigar?
yo creo que si al final logramos sacarlo, se pondrá morada como con lo de la otra sala... además, no os pica la curiosidad para saber cómo era?
por quedarnos... creo que queda una puerta grande que estaba en el centro de la sala en la que aparecimos. Eso o me lo acabo de inventar...
Con vuestro intelecto superior de enjambre y basándoos en vuestra propia experiencia, termináis por deducir que las pruebas sólo se pueden pasar una vez. La cuenta morada de Meiar y Rognar se volvió roja por fallar una prueba y luego cambió a morado por hacerlo bien en otra distinta.
Asimismo, repasando el pergamino que tan útil ha mostrado ser (más a unos que a otros), os llama la atención una estrofa que estáis pasando por alto, quizás por ser de las primeras:
Ni todas las vidas se pueden salvar,
ni todos los sueños se pueden vivir,
y muchos problemas ha de procurar
resolver enigmas sólo "porque sí".
Echáis la vista atrás: siempre que habéis tenido que hacer algo, que "resolver" un enigma, ha tenido una razón de ser. Tuvisteis que elegir entre una de las tres puertas, que derrotar a los grimórlocks en vuestra defensa, que salir de la sala de los tesoros...
¿Cuál ha sido la razón que os ha llevado a determinar que había que hacer algo en esta sala? La puerta para continuar estaba abierta y el esqueleto no custodiaba nada que pareciese valioso o importante, simplemente se trataba de un adorno roto y de mal gusto.
Por otra parte, recordáis una vez más las sabias (aunque no tenidas en cuenta) palabras de Thesa en la puerta de entrada. La escuela está abandonada y, por tanto, fuera de control. Quizá sea más peligrosa hoy que antaño.
Por tanto, decidís dejar al esqueleto en su argéntea quietud.
Una estatua con un gong bloquea un camino. Un misterioso cofre protegido por espinas de rubí... y demasiadas cuentas rojas en vuestro haber. Es hora de afrontar la recta final, de armarse de cafeína y clavar los codos, aunque eso signifique no dormir. Es hora de la legendaria