Raymond volvió a su apartamento. Frustrado y cansado, comprobó que las defensas mágicas de su casa se habían debilitado, lo que era consistente con el aparente salto de varios meses desde que fueran a buscar a Mara. Entró en el apartamento y vió más polvo del que acostumbraba. Mascullando algo, dejó el paraguas y el sombrero y buscó la tarjeta del guardian james en la cómoda de la entrada. No le costó mucho encontrarla, no era precisamente alguien que acumulase gran número de tarjetas de visita. R.J. James, leyó, mientras marcaba el número que estaba escrito, haciendo girar el dial de su antiguo teléfono, uno de los pocos que funcionaban en su presencia.
Una voz de mujer contestó a Raymond, no de muy buen humor por recibir una llamada de madrugada, y tras pensar un momento cuando le preguntó por el guardián, contestó finalmente. — No, el señor James no está en estos momentos. ¿Quiere que le deje algún mensaje?
Raymond tenía cada vez más claro que todo aquello había sido un gran error. El estado de sus defensas indicaban que había pasado algo más que días fuera. Lo cuál era extraño ya que a pesar de que el tiempo era diferente en el Nuncamás no había esa latencia. Debía ser algo especial de Otoño.
Como si hubiera algo bueno de ese sitio.
No se había fijado en la hora, de hecho no la sabía, pero la llamada era importante.
Sí. Por favor dígale que Raymond Grend ha llamado. Que es muy urgente y que tengo noticias graves sobre aquello que me mandó investigar.
No quería arriesgarse a decir nada más, aunque sí que añadió.
Y perdone las molestias por la hora, pero es importante. Buenas noches.
Después de aquello, y como no tenía sueño e iba con el ritmo cambiado, se dedicó a renovar sus protecciones. Así evitaría pensar que todo el tiempo que habían perdido era culpa de dos personas que conocía y a las que era muy probable que no volviese a ver más.
dejó el paraguas y el sombrero
¿Llevo paraguas? Primera noticia que tengo. XD
lo que era consistente con el aparente salto de varios meses desde que fueran a buscar a Mara
En serio han pasado meses. Si no hemos estado ni una hora allí. El tiempo no va tan rápido. Cuando fueron a salvar a Molly en invierno estuvieron horas, varias, en la zona y "perdieron" un día. ¿Cómo hemos podido perder meses?
Empiezas a conjurar tus defensas, pero poco antes del amanecer no es el mejor momento para hacerlo. Te sientas en un sillón y, lo que te parece un momento después, abres los ojos sobresaltado por los golpes de alguien llamando a la puerta. Debes haberte quedado dormido, porque está amaneciendo.
Te levantas y miras por la mirilla de la puerta. No te sorprende demasiado ver allí al guardian a quien has llamado hace un rato. Abres la puerta y el hombre te saluda desde el otro lado del umbral.
— Señor Grend. Me alegra verle. Pensaba que, tras todos estos meses de ausencia, algo grave podría haberle ocurrido... Me han hecho llegar el mensaje de que me estaba buscando con ciertas noticias...
A pesar de la hora, el rellano de la escalera no es el mejor lugar para hablar de estas cosas. ¿Invitarás esta vez al guardian a tu casa?
¿Llevo paraguas? Primera noticia que tengo. XD
Estaba pensando en dejar el sombrero junto al paragüero y al final se me fue la pelota.
El comentario de James fue un jarro de agua fría para Raymond, sus peores temores se habían hecho realidad. Habían pasado meses en el nuncamás. Cosa que no se había querido creer hasta aquel momento.
El Nuncamás no funciona así. El tiempo no pasa tan rápido. El jodido Cornurus tiene que habernos hecho alguna cosa.
El mago se obligó a calmarse, pues no podía hacer nada por evitarlo en aquel momento, y abrió del todo la puerta y se apartó de ella. Dejando hueco para que el Guardian pasase, sin invitarle directamente. Después de todo lo que había pasado no pensaba fiarse de nada ya.
Sí. Noticias preocupantes, si son verdad. Que por lo malas que son me temo que van a ser ciertas. Tengo noticias sobre el estallido mágico del hace unos días...Meses al parecer. Maldita sea. ¿Cuanto hace que nos vimos exactamente? Me temo que he perdido mucho tiempo.
Pues eso. No le invito a entrar pero dejo que si quiere lo haga. Por si acaso.
¿Puedo hacer alguna tirada para saber por qué ha pasado tanto tiempo? El Nuncamás no funciona así.
El guardián frunce el ceño ante tu pregunta.
— Sí, meses. Unos cuatro, aproximadamente.
Desde que llegaste, sabías que el desfase temporal no era lo habitual para el Nuncamás. Unas pocas horas podrían haber sido uno o dos días aquí (o unos minutos, depende), pero no meses. Si hubieras comido algo, tal vez podríais haber sido presa de un encantamiento, pero tuviste la precaución de no hacerlo cuando el señor sidhe pidió bebida y frutas para la mesa. Piensas en los momentos en los que realmente pudisteis atravesar un bucle espacio-temporal que hubiera podido generar esa dispersión: la entrada al claro, flanqueado por las dos estatuas, es una opción, pero sería mucho más sencillo, sobre todo teniendo en cuenta su extensión, que esa zona estuviera protegida por un sencillo Glamour. La casa, evidentemente, distorsionaba el espacio, pues era mucho más grande en su interior que en el exterior; tal vez podría haber distorsionado el tiempo de forma similar, pero no todos vosotros estuvisteis el mismo tiempo en su interior: Mara llegó mucho antes y Au Fae también estaba allí cuando llegaste con Jade. La tercera opción sería el propio túnel de vuelta del Nuncamás... ¿Os habría mandado el ogro por un "camino largo" a propósito? ¿Qué ganaría el señor del otoño de eso?
James se queda esperando a esas noticias, aunque algo en él te indica que también tiene alguna información que darte sobre lo ocurrido en todo este tiempo.
No hace falta que tires: de las tres opciones, apuesta por la última, dado que es el único camino que los cuatro habéis recorrido juntos y en el que habéis pasado el mismo tiempo. Pero tampoco le des demasiadas vueltas, que no es especialmente importante.
Raymond se mordió la lengua para no decir lo que estaba pensando en aquel momento, pues lo cierto es que no le llevaría a ningún lado. Pero no pudo evitar soltar un.
Malditos shides y sus mierdas.
Suspiró resignado y se sentó en su sillón mientras señalaba una silla al guardian.
En fin. Ya no se puede hacer nada sobre ello. Pero hemos perdido un tiempo precioso que podríamos haber usado en prepararnos.
He descubierto qué fue el estallido mágico que se notó hace unos...hace unos meses. Al parecer es la llegada de un dios de la muerte y de las plagas sumerio. Eso si le hacemos caso a un antiguo señor shide que controla un Feudo del Nuncamás. Aunque aquí diría que no está mintiendo pese a ser un cabronazo. Pero claro, con los shide ya se sabe.
Al parecer ese dios está tratando de recobrar su poder, y tiene a agentes humanos, y otros que no lo son, ayudandole. Como no podía ser de otra forma claro. Se llama Nergal.
Dejó que asimilara aquello, pues era bastante dificil de digerir. O de creer.
Pero tampoco le des demasiadas vueltas, que no es especialmente importante.
Joder que no es importante. 4 meses. Es una burrada. Se ha podido acabar el mundo tres veces. Y el dios estar a punto de recuperar su poder. Si de verdad Cernunnos quiere detenerlo no ha ayudado precisamente a ello. Desde luego a lo que no es a que me fie de él.
Cuando Grand va a pronunciar esas palabras, nota cómo se te traba ligeramente la lengua. El Guardián frunció el ceño. — Los sidhe, a pesar de sus defectos, son completamente incapaces de mentir.
Se queda pensativo un momento, acercándose a mirar por la ventana.
— Nergal... Eso explica algunas cosas — dijo lentamente, como si hiciera memoria. — En las últimas semanas, parece que la gente no está consiguiendo dormir bien. Pesadillas, pero no naturales. De hecho, yo he estado de servicio fuera de la ciudad hasta la semana pasada, pero me ordenaron volver por este motivo. Parece claro que el dios de la muerte está reuniendo poder aquí, supongo que pretenderá volver del más allá.
Niegas con la cabeza, un poco espeso por el cansancio.
— Los dioses mitológicos son, normalmente, seres de extraordinario poder. La mayoría de ellos, o bien ha desaparecido, o se mezclan entre los humanos tratando de no llamar demasiado la atención... Aunque no me extrañaría que el puto Bill Gates fuera uno de ellos... — La verdad es que no tienes muy claro si está bromeando o no. — La explosión de poder de hace unos meses podría haber sido la invocación de un ente tan poderoso como un antiguo dios del inframundo. Seguramente no haya recuperado su poder, aunque viendo cómo parece afectar a la ciudad, eso sólo significa que todo el círculo de magos al completo y con mucha, mucha suerte, podría intentar expulsarle antes de que lo consiga.
Si de verdad Cernunnos quiere detenerlo no ha ayudado precisamente a ello.
Hombre, vista la reacción del resto*, parece probable que haya dicho un "¡que os follen!"** y haya decidido sacarse las castañas del fuego el solito sin contar con vosotros.
* ...que hace casi seguro que la partida vaya a quedar con final abierto (que es como llaman los directores indie a las pelis que no cierran su argumento).
** Mejor revelación de un cylon en el juego de mesa de Galáctica de la historia. Una votación descubierta para que nadie la liase mucho y el tipo lanzando todas las cartas que restaban boca arriba para jodernos la prueba. [abuelo cebolleta off]
Cuando Grend vio que no podía decir el nombre del señor shide se mosqueó aún más.
Mierda. Me han hecho algo. No soy capaz de decir su nombre. Ni el Feudo que regenta. Que por cierto no es ni Invierno ni Verano. No sabía que había más.
En fin. Ese estallido como bien dice fue el detonante. Más concretamente el ritual que trajo de vuelta a Nergal, el cuál ya está aquí. Y según dice acumulando poder. Obviamente tiene seguidores. De hecho la culpa de haberme ido al Nuncamás, y haberme relacionado con ese lord, se debe a que estaba siguiendo a uno de los dirigentes de ese culto. Y al parecer se equivocó de persona debido a un parentesco, y la persona a la que atrapó fue una conocida mía. El cultista ha resultado ser su hermano perdido. Sólo conozco su apellido, Wright, y diría que tiene algún tipo de poder natural si se parece en algo a su hermana.
No sé cómo estará la guerra, pero Nergal quiere tomar Seattle. Y seguro que no se parará aquí. Hay que avisar al concilio, si es que no es tarde ya.
James hizo un gesto con la cabeza, sin darle más importancia.
— Hay muchos Feudos en el Nuncamás, e incluso alguno de ellos consigue mantenerse independiente de las Cortes.
Pero no prestó más atención al tema, sobre todo cuando Raymond mencionó al Concilio. En ese momento, negó con la cabeza, preocupado.
— El Consejo Superior ha convocado una reunión en Escocia... — dice, mirando su espada de soslayo. — Hay un juicio que tiene relación con la guerra con la Corte Roja. La mayoría de los guardianes están allí y no creo que nadie tenga tiempo para prepararse para nada en esta ciudad.* No, si hay que arreglar esto, tendremos que ser nosotros y cualquier aliado que pueda encontrar... Ese señor Sidhe podría ser una opción: si se desmadra con esto, seguramente las dos Damas puedan ser de ayuda para pararle los pies; no dejarán que ningún hada independiente amenace el poder de las cortes.
Se queda un momento, pensativo.
— Bien, si ese Wright es la mejor pista que tenemos, le recomendaría que tratase de localizarle. Si conoce a su hermana, no le resultará difícil realizar un ritual para hacerlo. — Se levanta y mira a la puerta. — Pero, primero, descanse un poco. Tendrá que recuperar un poco las fuerzas antes de hacer nada.
* Me has preguntado varias veces en qué época estamos: esto es justo antes de la masacre en Renegado...
Aquello fastidió bastante a Raymond. No sólo el hecho de que hiciera caso omiso sobre la importancia de Otoño, si no que el Concilio Blanco no viniese a ayudar a Seatle.
Claro. Enseguida me saco un par de colaboradores capaz de detener a un antiguo dios sumerio de la muerte. Creo que los cazafantasmas están en la ciudad.
Su tono sonó más borde de lo que pretendía, pero estaba muy cansado y había pasado por mucho.
Lo siento. Son los nervios.
Ese tipo es dificil de encontrar. De hecho el puñetero shide nos metió en esto por "equivorcarse" de hermano. Si alguien con su poder no es capaz de discernir a uno de otro, ¿cómo lo voy a poder hacer yo?
Vio que James miraba la puerta, así que asintió.
Supongo que tendrá preparativos que hacer. Contactaré con usted mañana entonces. A ver si se me ha ocurrido alguna cosa.
Pues eso. Que si Cornudus no ha podido hacerlo, como para lograrlo yo.
El guardián se fue, dejando solo a Raymond en su casa. Mientras pensaba, realizó un sencillo ritual para reforzar las defensas mágicas de su hogar, debilitadas por el inesperado paso del tiempo. La idea se le ocurrió mientras lo hacía: aún tenía el coletero de Mara que le había llevado Jade. ¿Podría utilizar el pelo de la chica para localizar a su hermano? Desde luego, era algo que merecía la pena probar.
Pasó el día preparando el ritual y pensando en lo que estaba ocurriendo: un antiguo dios de la muerte quería recuperar su poder. Y eso mismo pretendía un dios celta, señor de una corte de las hadas perdida largo tiempo atrás. Ambos pretendían utilizar el mismo ritual y pensaban hacerlo en la misma ciudad, su ciudad. Y, mientras tanto, el Consejo Blanco estaba sumido en una guerra contra los vampiros de la Corte Roja y sólo podía enviar al Guardián James para ayudarle. Además, el resto de sus aliados se estaba yendo de Seattle, le había retirado la palabra por alguna discusión irrelevante o carecía por completo de poderes mágicos.
Los preparativos terminaron y el mago se dirigió a su círculo para realizar el ritual. Poco a poco la magia empezó a canalizarse hacia él, hasta que se sintió rebosante de poder. En ese momento se dió cuenta de que lo demás no importaba: podía quedarse solo, enfrentarse a dos antiguos dioses a la vez o verse obligado a parar un maldito apocalipsis en Seattle. Fuera lo que fuera lo que le deparase el futuro, se enfrentaría a ello con todas sus fuerzas. No sólo por el poder que le confería la magia, sino porque debía hacerlo. Su madre había sido una guardiana y su recuerdo le llevaba a defender a los que no podían hacerlo. Su esposa había muerto por su fracaso, y su orgullo le impediría aceptar que otros sufrieran el mismo destino. Y, después de todo, ¿qué podrían hacer Nergal o Cernunnos? Tal vez esta vez no le hubieran pegado tipos más duros que ellos, pero al menos podía ponerles a uno en contra del otro y esperar a ver el resultado. De cualquier forma, lucharía por su ciudad.
Al fin y al cabo, eso es lo que hacen los magos.
THE END