Thomas se encogió de hombros. -¿Quién dice que te has equivocado? Has votado a quien tú pensabas que debías votar. No tenías por qué hacerme caso- Había cogido una botella de vino y la estaba abriendo con la ayuda de un cuchillo, cortando el plástico, y luego ocupándose del tapón con un sacacorchos. -Liza está fuera y solo queda Erick. El resto somos concursantes normales y ganará quién tenga que ganar- Había abierto la botella y sirvió vino a ambos. -Stephanie tiene razón, no has bebido alcohol desde que has llegado. Es más lista que yo- Levantó su copa. -Aún así, ¿brindarás conmigo y, al menos, te mojarás los labios?
Apoyó los dos codos sobre la mesa y bufó desconsolada -¿Lo que yo creía? ¿A quién le importa lo que yo haga? ¿Ni lo que yo diga? -pasaba el dedo por el borde de la copa mientras el aventurero se afanaba con la botella -Supongo...- sujetó la copa mientras la llenaba -¿Normales? No hay un concursante normal en toda la isla. Ni la cándida de Lauri es medio normal, bah -La levantó al tiempo que su acompañante -más sabe el diablo por viejo...que por diablo -se le escapó una risilla -Pero sí que bebí, anoche, un margarita y de un solo trago... un mal día. Procuro no hacerlo para estar atenta a todo cuanto pasa, ya has visto lo que ha pasado hoy con los chupitos, un desastre... -Los ojos le brillaron -La audiencia a falta de darle verdaderas historias de amor, se contenta con moñeos, borracheras y premia a comedores de perritos, meh... -chocó la copa de Thomas -En cuanto a mi embarazo. He hecho un experimento cuqui, el gato de schrödinguer... no me ha llegado la dama roja... osea que igual sisisi igual nonono, como lo de estudiar danza, estudio y practico cada día pero no tengo un solo título ¿qué es verdad y que mentira?... es un simple juego... un juego absurdo... -y se llevó la copa a la boca...
-Bueno, en este absurdo concurso, tu voto cuenta tanto como el del resto- Thomas parecía relajado mientras hablaba con la bailarina. -La normalidad, querida, está sobrevalorada y sobre-diagnosticada; no he conocido a una persona normal en toda mi vida- Levantó la copa a la vez que Kiki y bebió.
Thomas sonrió al escuchar a la chica quejarse de la verdad, la mentira y la vida en general. Cerró un poco los ojos y levantó las cejas; una especie de encogerse de hombros, pero solo con el rostro. -Bueno, entonces no estás segura. Esperemos a ver qué sucede- Se quedó reflexionando un instante. -Todo es un gran juego, y muy pocas veces tenemos el control de la situación. Puede que no lo tengamos nunca. Pero siempre me han disgustado los tramposos- El investigador privado centró su mirada en Kiki -Aquellos que se aprovechan de las grietas del sistema para su beneficio propio. Los que se creen más listos que los demás- Unos camareros les trajeron un par de platos con entrantes: verduras a la brasa con una fabulosa presentación. Thomas espero a que se marcharan antes de seguir hablando, aunque era consciente de que toda la conversación que mantuvieran estaría siendo grabada.
-Cuando llegué a la isla y comenzó el juego, voté por William porque me parecía un hombre aburrido, ensimismado. A Johnny lo voté porque me parecía muy egoísta, muy poco jugador de equipo- Sonrió -No porque me besara, aunque creo que se notó que no me gustó mucho- Probó la comida de su plato. -Mmmm. Delicioso
-La cosa cambió cuando empezaron a sabotear a ciertos concursantes. Era juego sucio. Y no me gusta el juego sucio, ya te lo he comentado. Llevo tiempo sospechando que la gente a la que expulsan, ya sea porque la nominan o porque- hizo un gesto de comillas con los dedos -incumplen las normas, no se van de la isla. Están por ahí. Diana ha hablado con ellos, no sé cómo puede haberlo hecho, y Tara nos ha traído información. Y ambas coinciden en que hay alguien que está saboteando el concurso. Cuando Liza se enfrentó a Diana, me pareció sospechoso. Como si hubiera descubierto que se había acercado a la verdad y que ella estaba en el centro de esa oscura verdad. Diana comentó que había un hombre y una mujer. El hombre solo podía ser Erick o Ulrich, pero Ulrich se autoexpulsó- Se limpió los labios con una servilleta. -Y de las mujeres solo tenía dos sospechosas: Liza y tú misma. Al final, opté por Liza, y por eso la he votado. Mañana, si no me han expulsado, votaré por Erick.
-Y una vez Liza y Erick estén fuera, el concurso podrá seguir su curso normal. Que gane el mejor, aunque creo que yo he ganado ya, en cierto sentido, aunque me expulsen esta noche- Se rió. -Antes has dicho que la vida es un poco absurda. Lo es. Caótica, absurda, llena de ruido y furia. Pero lo único que podemos hacer es cabalgar la ola todo el tiempo que podamos.
-Pues que viva la anormalidad- dijo dejando escapar una risilla de esas que arrugaban su naricilla. Y bebió un poco antes de tomar la servilleta y limpiarse los labios dejando parte del carmín sobre la tela.
Kiki apoyó los codos sobre la mesa y se inclinó sobre ella mirándolo profundamente -¿Y tú eres de los que cumple siempre las reglas del sistema? No, no lo creo - le lanzó un besito -A veces... somos esclavos de un sistema que hace con nosotros lo que no queremos. Igual me echan del programa por decir cosas como estas pero... no es justo un sistema que nos obliga a pelear a quien no busca eso... -En ese momento los ojos le volvieron a brillar pero no miraba a sus ojos esta vez, sino a su boca.
En cuanto trajeron la bandeja Kiki dejó escapar un gritito de emoción e inmediatamente tomó el tenedor para pinchar una de las verduras pero se quedó prendida de las palabras de Thomas antes de llevárselas a la boca. Luego sonrió y llevó el tenedor a la boca de Thomas -William era un empanado... no tengo más que decir y Paul se dejó llevar por sus instintos primarios... y Diana es un moscardón que no para de toparse con todo cristal con el que se encuentra... off que mujer, me saca los chakras de mis casillas y ni siquiera se lo que son... jijiji
Después tomó un espárrago con los dedos del plato de Thomas y jugueteó con él mientras lo metía en su boca -Todo lo que me dices es muy clarividente, eres un observador nato, quizás hay algún detalle que se te pasa por alto. Nada que no vayas a saber resolver o adivinar cari... pero el concurso ya nunca volverá a ser normal, así que disfrutemos de lo que queda... -le puso morritos -Sobre todo porque esta será nuestra última noche solos, aunque sigamos en el programa...- Se sorprendió de la última frase de Thomas...- Oh cari... eso de que has ganado es por... -Le dedicó una sonrisa tierna para a continuación entornar los ojitos en un gesto pícaro -¿Podemos cabalgar la ola juntos? - y alargó sus dedos para posarlos sobre la gran mano de Thomas...
Thomas rió con ganas al escuchar las palabras de Kiki, pronunciadas mientras le lanzaba un besito. -Chica lista. Intento cumplir las reglas, pero no se puede ser coherente todo el tiempo; supone demasiado esfuerzo. Pero cuando rompo las reglas procuro no hacerlo para beneficiarme a mí, sino a otros- Ahora sí se encogió de hombros. -Las reglas no siempre son justas, así que prefiero tener una brújula moral. Es como las votaciones. Las reglas dicen que debes votar a alguien, pero si no lo haces, se considera que te has votado a ti misma- Mostró su mano abierta hacia la bailarina. -Rompes las reglas, pero cumples con tu moralidad.
Le pareció delicioso el modo en el que Kiki se emocionó al ver llegar el primer plato. Se embarcó en una charla sobre cómo veía la evolución del concurso, que su compañera pareció escuchar con interés. Al terminar, le ofreció una de las verduras de su propio tenedor y Thomas se la comió mientras escuchaba su propia opinión sobre William, Paul o Diana. Asintió mientras seguía escuchándola. -Seguro que hay detalles que no estoy teniendo en cuenta- Estaba, de hecho, bastante convencido de ello. Las cosas nunca eran del todo lo que parecían, o la vida sería demasiado fácil.
-Eso de que ya he ganado es por ti- Thomas confirmó lo que ya era un secreto a voces entre ambos. Acogió su pequeña manita entre la suya y la acarició -Esta noche es para los dos, y no me importa lo que pase después. Puede que uno de los dos resulte expulsado hoy, pero hay vida más allá del concurso. Y me gustaría mucho conocerte mejor fuera de este escenario irreal- Tara no sería expulsada hoy, pero Thomas tenía bastante claro que alguien lo haría. Bien podían ser él o Kiki. -Eres muy distinta en la intimidad a como te muestras en público. Me gusta esta Kiki.
Los ojos le brillaron unos instantes -Exacto, siempre buscando el beneficio de otros, salvo que a veces... el beneficio de unos choca directamente con el de otros... ¿Quién merece más el beneficio? La línea que separa a unos de otros es tan fina... y a mí siempre me gusto bailar encima de la línea... -Asintió con la cabeza sonriente -y la moral, buff echa un vistazo a tu alrededor y aplica un rasero a la moralidad de todo lo que se cuece aquí dentro... já si quieres sobrevivir a veces tienes que prescindir de ciertas licencias morales...
Un hombre que sabe hablar y... que sabe escuchar ¿Se puede pedir más? -Cari, si tengo que votar por un ganador en vez de por un expulsado estarías en todas las quinielas -se besó la mano y le lanzó el besito -Loviuuuuuu...
Tuvo que apartar un instante la mirada ante la intensa frase que salió de la boca de su cita. Bebió un poco de su copa y se abanicó la cara. Oh my god. Luego la mano de Thomas acariciando la suya la hizo derretirse hasta el punto de que se incorporo en la mesa y las piernas le temblaban. Se inclinó y le entregó un besito suave en la boca, buscando sus labios por debajo del bigote. Ya incorporada le agarró la mano y le invitó a levantarse -Esta noche para los dos... y hasta que el concurso nos separe... por cierto. Aunque me gusta mucho tu look de siempre esta noche estás más amazing. -Soltó una risotada cuando habló de una y de otra Kiki -Cari cari, detrás de la otra Kiki hay descaro y carnaza, lo que quiere un programa inmoral como este... por cierto, me llamo Mathilda. -y tiró de él hacia la choza mientras se mordía sensualmente el dedo índice de su mano, risueña de que al fin podría dormir felizmente acompañada...
-Ah, pero la moralidad de la que yo hablo quizá no tiene que ver con la moral clásica. No soy un hombre religioso, pero soy fiel a mi palabra, amigo de mis amigos y tengo un sentido personal de lo que es justo y lo que no- Se encogió de hombros. -No veo justo que alguien gane este concurso poniendo trampas a sus compañeros. Es mezquino, y no me gusta la gente mezquina.
Thomas atrapó al vuelo el beso que le lanzó Kiki. -Mmm. Ya veremos quien gana al fin. Pero mientras esté aquí, disfrutaré de cada momento que me ofrezca la isla- Cuando Kiki se levantó y le besó en la boca, invitándole a seguirla, Thomas se levantó a su vez. Estaba claro que esa noche no iba a cenar demasiado, pero con toda seguridad no echaría de menos lo que dejaba en el plato. Kiki tiró de él, llevándolo hacia su choza.
Thomas se detuvo, sin soltar la mano de ella y la atrajo hacia él. Era un hombre fuerte, imponente, y mucho más alto que ella. La sujetó con un brazo detrás de su espalda y le apartó unos cabellos de su rostro. -Mathilda. Es un nombre precioso- Después, se inclinó sobre ella y la besó. Un beso largo, profundo y entregado.
Cuando terminó, se mantuvo un instante allí, con las cabezas juntas, sintiendo la suave brisa procedente del océano, el olor a salitre del agua y el juego de luces y sombras que el inminente anochecer traía consigo. Thomas disfrutó del momento y lo grabó en un lugar especial de su memoria.
Después cogió en brazos a Kiki y la llevó en volandas hasta su cabaña.
-Dejemos la moral para mañana...esta noche hummm vale todo. -dijo en un susurro que casi parecía un ronroneo. La cena, la copa, incluso la cena parecía haber desaparecido ante su vista que solo tenía ojos para el hombretón que la había conquistado con sus modales, con su inteligencia y con su caballerosidad -Al fin, un poco de disfrute... para eso veníamos a love paradise ¿No?
El latigazo que le pegó hacia atrás la sorprendió, pero su agilidad de bailarina no la hizo perder pie. Ni Thomas lo hubiera permitido, pero una risita nerviosa se escapó de su boca. Imponía, claro que imponía. Y una cascabel nunca sería capaz de escapar del abrazo de una constrictor. Así que se dejó atrapar sin ofrecer resistencia mientras su otra mano le quitaba sutilmente, con una delicadeza propia de alguien que es capaz de lanzar cuchillos sin dañar, algunos mechones rebeldes que se rebelaban sobre su cara. Sus mejillas coloreadas por la apreciación sobre su nombre, que casi le impidió articular palabra durante unos segundos. Luego comentó entre risitas nerviosas -Si resisto una noche más volveré a pedir la barra y te dedicaré mi mejor baile... -Y se calló, porque la boca de Thomas había poseído por completo la suya quitándole completamente el aliento.
El olor de su cuerpo, la dureza de sus brazos, el picorcillo sensual de su bigote rozando su nariz. Para Kiki no había isla, porque el paisaje montañoso que era Thomas la envolvía por completo. No había principio, ni había final. El concurso, se había acabado. Su vida acababa de empezar.
Cuando la tomó en brazos Kiki pataleó divertida hasta que sus tacones rojos salieron volando -Una cosa menos que me tendrás que quitar señor Burke...