Puse la mano encima de la de Loki, acariciándola. No sabia ni cómo empezar a explicar las inseguridades que habían poseído mi mente.
- Ese ser... Trataba de mermar mis capacidades. De eliminarme, de hecho. Tal y como le dije a Liam, comenzó a plantar ideas autodestructivas en mi cabeza, donde yo misma me veía como el centro de los problemas. Me hizo cuestionar por qué me enviaron mis padres a la corporación, el por qué alguien como tú se acercaría a alguien como yo, que en vez de por amor y por elección, me quedé junto a ti por necesidad... Y que tarde o temprano, al conocer mis habilidades, huirías, igual que todos los que me rodean. - a cada palabra me avergonzaba más de las ideas que surgieron de mi mente. - Pero... Ya está todo bien. Con lo que el horror no contaba es que precisamente gracias a mi sensibilidad supe que eras diferente a la mayoría de personas con las que había tratado. La misma noche en la que nos conocimos lo supe. Por eso me acerqué a ti y me quité la máscara, y por eso me quedé tras verte a ti sin ella... Amé cada una de tus facetas.
Besé su mano antes de dirigirme a Kzaak.
- Lo mismo se aplica contigo. Aquél día cuando te pedí que fuéramos compañeros para nuestro primer trabajo tampoco fue por casualidad... Sabía lo que se escondía bajo esas toscas escamas. Y tu sabías lo escondía yo con una simple mirada. Te convertiste en el hermano que nunca tuve. Gracias por confiar en mi y... Lamento no haber estado a tu lado en los momentos difíciles. No recordé a nuestro capitán, que fue tan importante para ti en ámbito personal...