Partida Rol por web

Viendo los disfraces de los demás no tenia muy claro si mi antifaz y mi nombre eran los mas adecuados. Comparando al resto de la gente allí reunidos, estaba claro que no entendía bien que era eso de disfrazarse y pasar por otra persona, claro que cuando elegí el mio y me mire en un espejo estaba convencido de que era genial. Igual estaba un poco equivocado después de todo.

Pero todas esas preocupaciones se fueron de paseo, cuando empece a beber. Toda loca fiesta que se precie tiene uno o mas barriles de diferentes licores, nadie sabe quien los trae o quien los paga, pero siempre están allí y si uno se agota enseguida alguien se lo lleva o simplemente desaparece para sustituirlo otro repleto de licor "misterioso" esa era mi baza, sin saber quien estaba detrás de la mascara, era difícil para mi entablar conversación y el resto había mencionado que la mejor manera era desinhibirse y el alcohol se creo para eso.

Tras un par de largos tragos, empece a reunirme con aquellos que estaban alrededor de un barril y al grito de -TRAGA! TRAGA!! TRAGA!!! -Animaban a otros a beber boca-abajo, pronto fue mi turno y me subí al techo a beber de cabeza, entre gritos y ovaciones. El primer barril cayo y pronto apareció otro, que también acabo entre mis manos. Tras dos barriles y varios vasos de dudosa calidad estaba preparado para hablar, pero mi cuerpo necesitaba otra cosa, necesitaba moverse, agitarse, bailar al ritmo de la música:

En el centro de la sala pronto me hice un hueco para moverme como nunca hubieran pensado que un individuo con 6 piernas pudiera moverse, otros intentaron imitarme o seguirme, pero en ese momento yo era el REY.

-EEehhh... sí, porque no. -Me encogí de hombros ante sus palabras, parece que al menos a una persona le había engañado. -Bueno, pero creo que no he sabido elegir correctamente el disfraz, por aquí veo muy buenos, no reconozco a nadie la verdad. -Era increíble lo que el alcohol podía hacer, decía adiós a mi mala dicción para tener una lengua suelta y fluida, el alcohol obraba maravillas. -Soy Ser-Hu-mano, encantado. -Y por alguna extraña alineación del mal, ahora eran los nombres lo que me costaba pronunciar.

Pero antes de que pudiera seguir hablando con aquella persona, la música cambio radicalmente y mis pies empezaron a moverse solos, hambrientos de agitarse al ritmo de ese sonido envolvente. -Perdona, pero necesito hacer algo urgentemente. -Puse la mejor de las sonrisas a modo de disculpa y salte al escenario.

Me gustan las chicas bajitas, las altas también, pero me gustaría ver tu versión más bajita, seguro que es adorable y seguro que mi recuerdo seguirá siendo bueno. Tenía ganas de quedar con ella un día y verla sin disfraz ni maquillaje, tal como éramos nosotros. Mmmm….bueno, sé que probablemente cueste quitarse el disfraz ahora, pero que tal mañana??? Quedemos mañana!!! Podemos ir a comer algo, o cenar, o lo que quieras! Sin maquillajes ni disfraces. Era una buena excusa para pedirle una cita y ver cómo era en realidad. No tienes curiosidad por verme sin disfraz? Venga, nos lo pasaremos bien; podemos ir a cenar y luego al cine o a tomar algo por ahí.

- Bueno... no, no creo que... en fin, hay una peli que... pero... - Casi puedes sentir la victoria. Se está ablandando. Vacila. En la distancia puedes ver cómo toma otra copa y le da un sorbo. 

Finalmente parece tomar una decisión y recupera gran parte de la seguridad.

- Con una condición.

Iré al centro. Hay un sitio al que voy a veces. Pero tendrás que ser capaz de reconocerme. Si no me dices nada o no te gusto y prefieres ignorarme, yo... me iré.

Te facilita una dirección. Es una librería-café frecuentada por estudiantes. Si vas a comer no te dejan usar sus libros, pero sí puedes llevar tus propios apuntes. La carta no es muy extensa, pero el menú del día es aceptable y barato. Y lo más importante del caso: el cine está cerca.

Por mi no te preocupes. Yo... yo creo que sé quien eres. A mi no me costará reconocerte.

- ¿Un recuerdo de las estrellas? no sería un mal añadido a mi colección. 

Ríe la coleccionista ante la invitación abierta de la Dama contraria.

Con pasos igualmente elegantes, sale al balcón exterior, curiosa por lo que el último rato de la velada pudiese aportar. Al pasar junto a la sala de baile sonríe. Le gusta el entusiasmo de los bailarines, pero no estaría siendo coherente con su disfraz si se dejase llevar de aquella manera, por lo que sigue de largo.

A mí me encanta el cine, mis preferidas son las de ciencia ficción, pero me hago a todas,  podemos ver la que quieras! Esa en la que estás pensando!!! Bien! Parecía que la estaba convenciendo, ligar no se me estaba dando tan mal esta noche, incluso había posibilidades de una cita! quién me lo iba a decir? si esta tarde mientras me preparaba alguien me hubiera dicho que ligaría de esta forma, me hubiera reído en su cara.

Su condición era un poco dura, y si no la reconocía? Era injusto porque eso no significaba que no quisiera quedar con ella, pero podía equivocarme.  Pero….pero….dame un pista!!! Quizás sea un poco difícil reconocerte, bueno…no lo sé, puede que te reconozca con facilidad o puede que no. Yo te daré una mía…mi color natural de pelo no es negro, lo tengo teñido, seguro que eso no te lo esperabas, sigues pensando que me reconocerías???

Seguí a coleccionista hasta el balcón y me apoyé en la barandilla, mirando las estrellas. Reconocí las constelaciones principales y empecé a buscar formas divertidas con las que imaginar historias. Lo cierto es que me podía pasar horas así, sin decir nada, disfrutando simplemente de aquél panorama tan hermoso.  

Que tal con la chica? parece que te diviertes. Yo con suerte tendré una cita mañana!

Apoteósico. Parece que ya has visto el número.

Respondí a mi compañero, le miré con media sonrisa. Cuando me habló de la cita asentí lentamente. Mis reacciones fueron un poco más lentas de lo normal, no por que no estuviese prestando atención, si no por que manejar aquello requería concentración.

¿Una cita? Me alegro... -apoyé mi mano en su hombro, yo era una proyección, pero el neutrotransmisor se encargó de mandarle la sensación como si fuese de carne y hueso- pero, ¿cómo que "con suerte"?

Los ojos me brillaban, me daban los permisos necesarios para crear en una sala virtual, me sentía en mi propia salsa. No solía tener acceso a este tipo de salas puesto que su suscripción es cara, supongo que habrían contratado varios espacios para la fiesta, solía ver videos en vimeo de como la gente creaba salas increibles, eran entretenidos en las noches de insomnio.
-Venga unos pequeños retoques que esto está muy soso.
Modifiqué las paredes haciendo que las columnas se convirtieran en esculturas coloridas de humanoides que expulsaban por la boca todo tipo de aguas de colores. El espacio rápidamente se convirtió en un sueño que podría haber tenido alguien que hubiera consumido ácido y desde luego no era apto para daltónicos.
-Igual me he pasado un poco.Dije mientras me reía de lo cómico de la situación.-¿Qué haríais vosotros si pudierais hacer cualquier cosa, incluso al margen de la ley? Me quedé pensativa queriendo abrir la conversación con mi propia reflexión, pero esperé a que ellos me contestaran primero.

Reed reconecta lo justo con su cuerpo como para darse cuenta de que hay un grupo que quiere ver las estrellas.
Siempre he sentido una fascinación indiscriptible por el universo.
Miré a Draconica que seguía haciendo esfuerzos por beber y propuse:
-¿Te apetece venirte a ver las estrellas?. Quien sabe a lo mejor algún día somos nosotras las que estamos allá arriba, puede ser bonito guardar esta perspectiva.
Iba a emprender camino cuando me dí cuenta de que el amable camarero también estaba ahí con nosotras y se había esforzado por hacer algo de nuestro agrado.
-Camarero, ¿por qué no te tomas un descanso y vienes también?
Espero paciente a Draconica mientras le doy un último trago a mi cóctel.

- ¿Estrellas? - Pensativa, mientras sigue a Reed - Sé todo lo que hay que saber sobre ellas. Su densidades, rutas, mapas estelares, fuerzas grabitacionales, sus... sus...

Habían salido al exterior. Quizás era efecto del alcohol, que por falta de hábito la había afectado más de lo que se podía esperar. Sin embargo, al quedarse mirando al firmamento, cerca de tanta gente que estaba haciendo exactamente lo mismo sin que pareciera importar en absoluto, y a la vez... 

Había algo más allí. Algo que no estaba en los libros. ¿Pero de dónde venía aquella sensación? Dracónica miraba al firmamento como si fuera la primera vez que realmente lo veía.

- Es... es posible que aún no lo sepa todo...

En la sala, la expresión de asombro de Dracónica es bastante parecida a la que mantiene en el exterior mirando las estrellas.

Algo inmenso e incomprensible para ella.

Ante la demanda del fantasma sólo puede negar. - No soy ninguna artista, ya lo he dicho. No comprendo qué es lo que esperas que haga. 

Señala su maquillaje - Solo encontré un tutorial y seguí una pauta dictada. Se me dá bien seguir instrucciones. Sin eso ni siguiera sabría por dónde empezar...

Entonces mira a red - ¿Cualquier cosa? no lo sé... puede... - Casi se atreve a sonreír un poco. - Puede que destruir la mitad de las flotas de todas las corporaciones sería un buen comiendo. - Ríe. Era un sonido extraño, áspero.

- Sin pistas - insiste ella en la conversación privada que ambos mantienen. 

No añade nada más. Sus ojos están perdidos en el mismo firmamento en el que están los tuyos. No hacía falta decir nada más.

El cambio de aspecto de Reed fué... llamativo, cuanto menos. Parpadeé despacio y asentí, al parecer eso era arte para ella.

Luego dracónica respondió que no era ninguna artista.

Tienes buen ojo. Es el primer paso, y uno de los más complicados.

Hice un ademán, mostrando la sala tal cual había quedado.

¿Qué no te gusta... qué cambiarías, de aquí?

Con otro ademán de la mano, el suelo cubierto de neblina mostró unas escamas y se movió un poco, como respirando, como si estuviese vivo. Aunque ante la pregunta de Reed la miré como si no comprendiese del todo.

¿Qué haría? Lo mismo. Hago lo que quiero, lo que considero correcto. Ahora mismo podría estar emborrachándome, bailando, buscando el poder para dominar el universo... -reí- Pero aquí estoy, con un conejo -sonreí divertido- que crea una marea de descontrol y con un dragón que teme mostrar lo que oculta dentro.

Me encogí de hombros con un gesto divertido.

Pero qué va a saber un fantasma sobre posibilidades.

Entonces aquellas estatuas creadas por Reed comenzaron a moverse, en una danza macabra, a nuestro alrededor, la luz se tiñó de violeta y el suelo volvió a respirar. Se escuchaban relámpagos de tormenta y la temperatura descendió varios grados de golpe.

¿Y tú?

Pregunté, como si todo este show me estuviese resultando particularmente revelador.

- Disfruta.

Susurro a la criatura que se marcha a beber, mientras yo me encamino a ver las estrellas.

Al final son cuatro -o cinco, si se anima el camarero- los que me acompañan a ver las estrellas en los últimos momentos.

No pinta tan mal, la verdad, la noche al final, un momento con aire fresco y con gente con la cual tendremos que trabajar. Me hace sentir bien por dentro.

- Será un buen broche -respondí a la Coleccionista- para terminar la noche. Disfruta el momento.

La invito, y tras ella le sigue Jack, a quien miro y sencillamente asiento, como si hubiese comprendido algo, pero prefiero no molestarle en este momento.

Reed se nos incorpora y le hablo en un tono casi confidencial.

- Al fin y al cabo, estamos hechas de polvo de estrellas.

Pero la reacción de su compañera, Dracónica, me llama la atención y me satisface a partes iguales.

- Tienes razón.

Es todo lo que le digo a la chica de las escamas, antes de que mi mirada se pierda en el infinito del espacio.