Partida Rol por web

Bueno... teniendo en cuenta los resultados de las votaciones y lo que habéis comentado...

Creo haber hallado a los Nazis de entre los que quedáis con vida aquí ante mi...

Por supuesto, esto puede ser algo inusual... de lo más inusual...

Sea como sea, los nazis son...

-Disculpad, me acaba de dar un retortijón... enseguida vuelvo y eso... no hagáis nada... que cuando vuelva, podremos acabar con los Nazis restantes de una vez y para siempre. Así que... no toquéis nada, no matéis a nadie, ni siquiera os mováis del sitio en el que estáis... ¡Como si vuestra madre estuviera viendoos en la cama!. ¡Congelados!.

Tras decir esto, el aclamado Doctor se marchó hacia el baño.

En esta ocasión las luces no se encendieron, eso sí, la estancia se iluminó por la luz que alumbraba Miguel Servet, el cual, por algún motivo se encontraba ardiendo clavado contra una de las columnas que había por la estancia de la sala de banquetes de aquella conferencia de científicos. Eso sí, los gritos se podían escuchar en cualquier lugar del establecimiento mientras este se quemaba y se ahogaba mientras más humo entraba en sus pulmones.

¡UNA SOLA COSA!

¡OS PEDÍ UNA COSA!

¡Y NI ESO HACÉIS!

¡YA VERÉIS CUANDO-

OH...

OHHH...

SALGA DE AQUÍ!

Una nueva luz iluminó la estancia, aunque esta vez no era un color amarillento y anaranjado como las llamas que estaban consumiendo a Miguel Servet, sino un color mucho más puro y cristalino, un azul verdoso proveniente del anillo que Marie Curie tenía en su mano y que lentamente había alcanzado a eliminar toda la oscuridad de la sala.

Vamos a verr ¿Qué es lo que está pasando aquí?.

Echando un vistazo rápido a los alrededores, Marie Curie cogió la agenda que había en la mesa de Sigmund Freud y releyó por encima lo último puesto, al parecer la gente había votado.

Escoged al Liderr en Secrreto y que este me a quien eliminarr.

 Emmy mira con pesar lo que pasaba al pobre Servet. Lejos de la salvación, decide desviar la mirada en respeto a lo que una vez fue un glorioso hombre de ciencia y ahora se transformaba en cenizas.

- Creo que era obvio que esto iba a pasar... lamento profundamente no haber obstaculizado los eventos de hoy. La única persona que teníamos asegurada como un inocente, muerta ante nuestros ojos. Lo cual dificulta la elección del líder a niveles extraordinarios. Lo único positivo que veo de toda esta situación... y eso es esforzándome mucho por encontrar algo positivo... es que es la primera vez que veo tanto porcentaje femenino en una velada de científicos. Un 40%, ni más ni menos... loable.

-Una auténtica pena -reconoció el astronómo, con tristeza, al ver que la nueva víctima de los nazis había sido Miguel Servet-. Era uno de los inocentes confirmados desde el primer día... Ahora solo quedamos cinco. Debemos escoger bien si no queremos que un nazi termine siendo el líder.

Con mirada imperturbable, la inglesa miró el cadáver chamuscado de Servet y, después, miró a la señorita Noether con una suave sonrisa - tienes razón, querida, tanto hombre científico y al final el porcentaje de supervivencia femenina es la que va ganando.

    Hmmmmmmmmmm... -  mirando al cadáver calcinado y luego tomando un trozo de las notas de Maxwel de hace unos días...

8. Socrates

Tu Objetivo es ser el Primer Linchado de la Partida

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Una vez siendo linchado, sobrevives al Linchamiento y se te revela como Inocente.

Eres Inmune a ser Linchado y a ser Asesinado por los Lobos en su elección Nocturna.

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En caso de NO ser Linchado, te conviertes en "neutral".

Si los Lobos te asesinan, en vez de morir te conviertes automaticamente al bando de los lobos.

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Puedes Intercambiar los poderes entre dos personajes escogidos por ti.

NO puedes escogerte a ti mismo.

      O la inmunidad tenia fecha de caducidad en el momento en que socrates la palmo... o ese seguro de vida no respaldaba daño por fuego... - dando un segundo vistazo para comprobar lo cierto de esto - como sea... allí va nuestra mejor carta...

   Entonces vamos quedando...

 * La señorita de voluntad férrea y blanco de mas de un escéptico... Noether...

 * El muerto en vida que parece tener aún retasos con el otro lado... Pasteur...

 * Nuestra santera favorita y que podemos decir que tiene un acierto del cincuenta cincuenta... Franklin...

 * El señor que parece poder desviar todo... Copérnico

 * Un catador bastante resistente y con cierta acidez estomacal, quien no deja de esperar su postre... en éste caso yo.

  Igual podríamos jugárnosla y todos votar por nosotros mismos... digo - comprobando las notas de Freud - no parece haber ni una prohibición en esto Bwajajajajjajaja....

   Como sea, en esta corta hora se jugara una de las manos mas interesantes.... 

—Una de las manos más interesantes dice... Pf... —Pasteur dejó los ojos en blanco durante unos instantes—. Será la mano más aburrida, Wilhelm. Los nazis son mayoría, aunque quizás ya sepa esto de primera mano... Noether —dijo entonces Pasteur mientras con las manos unidas a la altura de su ombligo subía y bajaba los hombros de manera intermitente—. Si me dice que la he logrado seducir y que en realidad era una inocente yo... Lo pensaré, Noether. Como le dije a Wilhelm, "perdonar es asombroso", y ¿Sabe qué? Yo soy asombroso. La perdono, Noether, y la esperaré del otro lado, algo me dice que pronto se nos unirá. Podremos hacer las pases y... Bueno, lo que surja 

Al parecer el hecho de esta conversación le había cansado, los votos ya habían sido dados, por lo que no había motivo alguno para continuar toda esa parafernalia y tontería, por lo que esta mujer decidió cortar el rollo de una vez por todas.

¡Ea! ¡Ea! ¡Ea!

¡Terminad de una maldita vez!

Vamos a ver los votos... ajá, ajá... pues Rosalind Franklin.

¡Compañera científica, dime de una vez quien es el Nazi de los aquí presentes!

La científica inglesa se acercó a Marie Curie tranquilamente y le susurró - bien, como líder, quiero matar a Steinkopf.

Con una encantadora sonrisa, volvió a su asiento y miró a los allí reunidos con su copa de whisky.

Ni hizo falta esperar por nada, de hecho Marie Curie apuntó con su enorme anillo hacia aquel científico que había sido señalado, o mejor dicho, susurrado como posible nazi por parte de Rosalind Franklin y una oleada invisible de radiación impactó en el cuerpo del hombre.

¡Muerre maldito nazi!