Partida Rol por web

Oh!!!Que tortura, no puedo más, esto es demasiado para alguien de mi edad. Menos mal que os han devuelto queridos, pensé que Venellope era una asesina, pero que muriese también el grandullón.... eso es demasiado. dijo la señora Potts rompiendo a llorar, Ya no quiero votar más, mi cinciencia y mi pobre corazón no peden más con estos disgustos...

A lo mejor la niña del pelo sucio y el grandullón con manos gigantes se han enterado de algo antes de volver - digo esperando por si han descubierto algo.

Incrédulo, atónito, y perplejo el grandullón abrió los ojos como platos ante aquél borrador al que habían dibujado.

¡Era él mismo!

O al menos una versión de lo que había sido él mismo, cuando le crearon, antes de su viaje por la gran RED. No tardó ni dos segundos en oler y ver la trampa. Sin embargo y por desgracia, fueron dos segundos demasiado tarde, Vanellope se abalanzó sin pensar siquiera. Como su narradora nos contó, y como delataban sus brazos en jarra, se encaminó con intención de decirle cuatro palabras bien dichas a aquél impostor. -¡NOOO!- Gritó impotente precipitándose detrás de ella.

Tarde.
-¡VAAAAAAAANeeeeeellopeeeeee!- Los puños de su falso alter ego caían sobre la delicada y pequeña piloto, saltó él balanceándose encima en un desesperado intento de salvarla. No lo había conseguido.

Walt les había borrado.

***

Sintiendo el dolor de su propia fuerza rompiendo su cuerpo, gruñendo según bit a bit era arrancado de su existencia, de un “plumazo” fueron engullidos por el olvido y la luz blanca que todo lo llena.
Envuelto en la nada viajó impotente hacia otro plano, ni toda su fuerza y valor había impedido aquella desgracia, no había conseguido protegerla. El tormento era insoportable pero al menos viajó junto a ella, sin soltar su mano.

Al llegar al otro lado, los que habían caído antes que ellos les bombardearon con preguntas y comentarios, Ralph tenía mil pensamientos propios que responder, habría tiempo para todo pero primero contempló como Vanellope temblaba, y no le miraba apenas.

Se fijó en aquellos ojos brillantes, llorosos e intentó abrirle los brazos con cariño, y consoladores, pero se detuvo a medio camino pues ella al girarse corrió a un rincón donde se hizo bolita lejos de él, de todos y de todo. Aislada del mundo. Lo cual, le partió el alma.
Se sentía impotente y tardó un buen rato, sin saber qué decir, sin saber cómo reaccionar. Sus últimas palabras antes de venirse el inmerecido castigo se habían enquistado en su cerebro, aquella pregunta que le había dirigido con vocecilla desesperada y triste había quedado sin respuesta.

Bajó las cejas. Serio.
Ignorando al resto se acercó a su amiga. Apartó a la leona sin violencia y sin interés, al menos por el momento. Ralph tenía sus prioridades. Y cuando fue a hablar a consolarla, el creador les arrancó de nuevo para devolverles a la vida con una disculpa.

Ahí estaban, de nuevo en aquella torre maldita. A la que Ralph, no por última vez,  desearía no haber ido nunca.

Parpadeó varias veces antes de dar crédito, y luego miró a la cara a todos los presentes, recogió lenta y mecánicamente aquellos presentes, aceptándolos, antes de ir a depositarlos a sus pies y abrazar a la pequeña. Y, por primera vez. En mucho tiempo. Aquél gigante de puro músculos dejó escapar algunas lágrimas y contestó con voz tierna lo que Vanellope le había preguntado hacía lo que parecieron siglos. –No has hecho nada, pequeña. No has hecho nada. Escúchame, no has hecho nada.- Oía el resto hablarles, y el resto de respuestas llegarían, y los reclamos también, pero por el momento solo tenía una idea en mente: consolar a una niña asustada que acababa de sufrir un trauma, que no se había ganado, a la que habían condenado por el crimen de otros. –Déjame algo de chocolate, ¿Quieres?- Se atrevió a bromear sin estar de humor mientras le acarició el pelo. Cuando le miró, forzó una sonrisa, como queriendo decir, que todo estaba bien.

Cerró los ojos en cuanto el torbellino volvió y deseó que sus ruegas hubieran sido escuchados por el Creador. Ralph merecía volver a la Torre y dar con aquel que estuviera sembrando el caos allí. Vanellope simplemente sentía que lo había condenado por su culpa sin merecerlo.

Sin embargo, cuando el torbellino se acercó a ella, sintiéndolo como si pudiera verlo. Abrió los ojos y quiso gritar que la dejara, que no era a ella a quien debía devolver al otro mundo, sino a Ralph. Él era el listo, seguro que sabría dar con aquel que estaba siendo malvado.

Déjame, pensó, sacudiéndose, pero sin poder desembarazarse de aquel abrazo en movimiento, notando cómo se iba de allí, dejando al resto de los muertos igual de desamparados que estaban a su llegada.

Cuando se quiso dar cuenta, volvía a estar de nuevo en la Torre, junto al resto de personajes. Vio sus caras y no quiso interpretar nada. Tan solo sentía culpabilidad por todo lo que había pasado. La razón por la que Ralph cayó sin merecerlo, sin que se pudiera decir que él era malvado e iba haciendo daño a la gente, era porque Vanellope había sido votada por mucha gente. Supuso, entonces, que aquellas criaturas le habían hecho lo mismo que a Peter por la misma razón: eran críos, eran pequeños. Traviesos. Vanellope era de todo menos traviesa. No se lo podía permitir. No sabiendo que si hacía algo que pudiera hacer algún mal a la gente, Ralph caería con ella. Se comportaba, siempre lo había hecho. Incluso cuando vagaban por la extensa red, y sentía curiosidad por cualquier tontería que veía, no se alejaba de él, por si algo malo ocurría y por su culpa se metían en problemas. Siempre actuaba de tal manera que Ralph no cargara con la inconsciencia de la pequeña piloto de carreras.

Hasta ese día. En que tuvo que hacer algo, tuvo que decir algo como para que la gente no quisiera tenerla allí, bajo el mismo techo de aquella alta Torre. Los escuchó hablar, murmurar y también vio cómo la pequeña tetera lloraba. No se ablandó. Era una niña, tampoco podía evitar sentirse como tal. Y si aquella gente no la quería con ellos, no les iba a estorbar.

Vio el ramo de flores y los bombones, y su estómago gruñó. Alzó la mirada hacia donde hacía segundos había estado el lápiz y dijo un “gracias” moviendo los labios sin emitir ningún sonido. Apretó contra su pecho los regalos que Ralph le tendió, y sintió su abrazo como un arrope, un apoyo que necesitaba desesperadamente.

Miró con recelo al resto de personajes, frunciendo el ceño y arrugando la nariz, queriendo saber si de verdad les había dado motivos como para que la odiaran tanto hasta tal punto que querían que se fueran de allí.

Arrastrando los pies, se marchó al rincón más alejado del alboroto de los personajes, cogiendo a Ralph de su manaza, y se sentó en el suelo, aún culpable por todo lo que le había hecho pasar al rompedor por algo que no sabía qué había hecho, pero que, estaba claro, fuera lo que fuese, estaba mal visto por el resto de sus compañeros.

-Ten- murmuró, tendiéndole un bombón-. Perdóname, Ralph- dijo, con un hilo de voz-. No quería que pasaras por esto. Todo ha sido culpa mía.

Se sorbió la nariz, haciendo algo de ruido, y degustó el bombón, notando lo delicioso que estaba y el tiempo que no tomaba algo así.

-No me quieren aquí- dijo, señalando con el mentón a los personajes congregados allí-. Supongo que debería de haberme alegrado de forma efusiva porque Mary volviera y no lo hice. Quizá, debería de haber sido una falsa y poner la sonrisa en la boca. Pero, en lugar de eso, ataqué a los demás, pensando que alguno sería malvado por hacer precisamente eso.

Se encogió de hombros y torció el gesto.

-Da igual. Tenemos chocolate- trató de bromear también ella.

Preocuparnos por Peter Pan ahora no nos sirve de nada, no créeis. Él ya está muerto, así que discutir si estaba en el bando de Simba no nos sirve de nada. Y en cuanto a acusar a Potts o a mi amada Jasmine me parece como poco absurdo.

Solo podéis alegar de ellas que confabulan juntas, y esto no es nada malo. Siempre y cuando no lo hagan por las noches y nos maten entre ellos.

Aquí, si nos regimos por algún tipo de complot en las votaciones creo que todos saldríamos perdiendo. Así que, Luis explícate porque ese interés en verlas muertas.

Y una duda más, esta va dirigida hacia ti, Nala. Dices que Mérida acabó con Pluto, eso quiere decir que no a ella la mataron los "malos" y que a Pluto le mataron los "buenos" entonces, ¿eso hace a Pluto culpable? ¿O Pluto es inocente? Quiero decir con esto que yo tenía ciertas dudas sobre el perro, pero no sé si alguno de todos vosotros logró confirmar esas dudas. Es importante para mi saber esto del perro, a pesar de estar muerto.

De todas maneras, también me gustaría pedir protección, yo puedo ayudaros con información si me dais tiempo, pero necesito precisamente de eso, de tiempo.

Suspiraba cansado al escuchar a Aladinn.
No pensé que fueras de los que descalifican personas por ser menores de edad. Mis motivos ya los he explicado y aun así dices que me explique. Espero un momento y trato de repetirle lo que ya he dicho.

Cita:

¿Acaso ves alguna falla en ese razonamiento? Sí es así házmelo saber. Luego me giro a nala. Nala ¿podrías decirle esto mismo a Merida. Explicándole que lo tome de sus apuntes para saber que piensa de mi suposición?

Aladdin decía que no debían preocuparse por Peter Pan porque ya estaba muerto pero hacía él lo mismo con Pluto, que ni siquiera hablaba.

-Ojalah el perrjo fuera de los malosz porque así quedarían menos. Kpero por mi jparte, ni idea... no sé si el perro erja mawlo o no lo era.

Solo sabía que en su momento sospechó de él por su silencio, pero eso no era del todo concluyente.

Se lo diré Luis, y te haré saber su respuesta, ¿pero qué tiene que ver Mérida con eso? - pregunté confusa.

La confusión de la leona me dejaba mas triste que la de aladin. Esta gente es muy poco receptiva o no les importa lo que diga un patito.

Nala, Este papel Muestro una oja con los nombres de todos y unas lineas uniendo los entre si. la comenzó Merida. Yo solo la tome cuando a ella la borraron y la complete con la última votación. Por eso quiero saber que piensa ella. Después de todo esta lista fue su idea.

Perdona Luis, no recordaba ese papelito - Respondí al patito. Si hubiera sido humana me hubiera ruborizado por mi olvido, pero tanta muerte me tenía traspapelada - Mérida aún no ha respondido, pero sí lo ha echo Peter, negando que pueda haber relevancia en tus palabras ya que según él "cuantos menos quedan más se coincide" y que "¿Por qué no votan a los que no dejan de acusar al resto, Bella, Jack, Cassim? Hasta ahora no parece que ninguno de los que han acusado o votado fueran malvados, peroo ellos siguen cupando, y culpando, y haciéndonos bajar a todos aquí" Según palabras textuales del niño volador.  - dije un poco para Luis y un poco para el resto para que todo el mundo pudiera defenderse.

Notó como la pequeña tiraba sin tener mucha fuerza de su enorme mano alejándole de allí. El gigantón comprendía que quizás había preguntas que merecían respuestas y que no las podría, ni pretendía, eludir. Pues quería que todo aquello se solucionara antes de volver a verse borrado o que lo hiciera Vanellope, eso aún le daba más miedo pues era a quién se había prometido desde hacía muchos años proteger.
Ralph, según se alejaban al rincón, les levantó una mano conciliadora, como dejando a entender que esperasen, les dieran unos instantes, que volvería a ellos a mirar de solucionarlo.

Una vez allí se sentó de espaldas enfrente a ella con uno de esos fuertes brazos a cada lado de ella, como si su cuerpo fuera un escudo, pero de hecho pretendía taparle la visión y que se olvidase un poco de todo aquello, aunque él, no conseguía dejar de escuchar lo que se decía.

-MuuuuuUUUUUuuuuUUuuuuchas gracias.- Dijo tomando el bombón que le alcanzaba e imitando una vaca y riéndose del recurrente chiste que había entre ellos.
 Por unos minutos, pareció que estaban lejos de allí y de todos. Como en mitad de un picnic en un día soleado. Luego le volvió a repetir, que no era culpa suya, ella no había hecho nada, absolutamente nada para que sospechasen y la votasen.

-¡Así que disfrutemos! Tenemos chocolate, y esta rico, riiiiiiiicoooooo. - Aseguró lanzando el dulce al aire, capturándolo con habilidad, comiéndolo, masticándolo exageradamente y con una sonrisa que indicaba que le devolvía la broma. Luego pasó uno de esos exageradamente grandes dedos por su mejilla, y rio; fuerte y desinhibido hasta que consiguió que ella hiciera lo mismo.

***

Así pasaron un rato, hasta que creyó verla más tranquila, y capaz de sobre llevar el trauma. Y como ya se ha dicho, el gigantón había intentado no perderse detalle, así que tras ese rato reconfortante, pidió permiso a la piloto para levantarse e ir a hablar con los allí presentes.

-Pues a mí no me parece nada absurdo.- Exclamó el regresado dirigiéndose a lo dicho por Aladdín. –Jasmine, votó dos veces sin motivo alguno a la pequeña, y la señora Potts… -la miró casi con desprecio, la sentía y la creía traicionera. –Primero nos dijo que votó al peludo por recordarle a su antiguo jefe. Para que luego se diga de la belleza interior ¿Hum? Luego que había visto el daño que hacían los votos y qué por ello votó al Pato alegando que sería el que menor votos tendría. Y ahora… ahora…- tragó saliva si es que tenía. - señala a una niña pequeña ¡¿Por qué?! ¡Ni más ni menos porqué la CREE una ASESINA! A eso se le llama, como mínimo; hipocresía.- Sus cejas caían con dureza sobre sus ojos. Había un brutal contraste en sus alturas mientras la miraba de arriba con los brazos puestos en jarra. A este punto de la historia era obvio que no iba a limitarse a observar, analizar cada actitud . Obvio que no iba callar más. –Y ya me perdonará… principito, pero justamente confabular juntas sí me parece malo, justo cuando hablar entre ellas, pero con el resto: no. Si se juntan para votar (lo cual no me parece que vayan a por el que menos votos vaya a obtener, dicho sea de paso) bien podrían iluminarnos al resto, peeeeeeeeeeeeeero no. Se quedan en un lado sin decir nada, y la señorita tetera solo se deja ver y oír cuando se la acusa por lo demás: nada.¡NADA!-

Apretó los dientes furioso. -Así que SÍ, soy otro que concuerda que esa actitud sí parece, como mínimo, sospechosa.- Quizás lo pensaba, quizás no o quizás estaba loco de rabia por haber mandado a su amiga y compañera, a ser borrada.

Ralph sabía a quién votaría. Sin duda: a una de ellas tres.

Luego se calmó y soltó el aire, seguía mosqueado, pero tenía aliento suficiente al menos para propinar unas sinceras: -Gracias- A Cassim y aquellos que había demostrado alegrarse de verlos de vuelta, que no eran muchos.

En cuanto a lo que se decía al otro lado, no había tenido apenas tiempo de contacto con el resto, y confirmó que la leona parecía tener cuerpo y dialogo a ambos lados y qué cualquier cosa que él les pudiera contar (que por su largo estado de choque era prácticamente nada), lo mismo podría hacer ella.

Lo que está claro es que cada vez quedamos menos y nos damos cuenta de que había muchos más personajes malvados de lo que esperábamos.

Es importante conocer lo que diga cada uno de los que han muerto, si es verdad o no debemos juzgarlo dependiendo de las acciones pero en estos momentos es lo único en lo que nos podemos apoyar y luego hacer suposiciones, que esperemos que cada vez que votemos sean ciertas.