Yo votaré a Bella, porque es la bruja y por simple supervivencia. Ahora que la he desenmascarado no parará de meter cizaña tratando de volveros en mi contra -sentencio -dile a los muertos que voten a Alicia y, si Ralph está de acuerdo, que mate a Kronk.
La pequeña durmió como cada noche, aferrada a la mano enorme de Ralph y deseando que el día nuevo llegara, a la espera de las malas noticias.
Sin embargo, los rayos del sol trajeron de nuevo el grito de las hadas y Vanellope se despertó de un sobresalto. Se llevó una mano a la boca, y se agazapó a la pierna de Ralph, temiendo lo que pudiera llegar a pasar. Y se quedó con los ojos como platos cuando vio que la leona se quedaba de forma inmaterial, de vía de comunicación entre un mundo y otro. Vanellope frunció el ceño, sin comprender, pero se le fueron las preguntas que tenía para Nala sobre su nuevo estado cuando las figuras aparecieron. Sonrió al ver al pequeño robot, diciéndose a sí misma si ya hablaría bien y podría comunicarse con los demás; y miró al anciano, sonriendo aún más al ver que seguía siendo el mismo cascarrabias de siempre.
Cuando todo pasó y los personajes fueron saludándose y transmitiéndose las teorías de lo que podía haber pasado esa noche, la pequeña piloto de karts, escaló por el brazo de Ralph y se acomodó en sus hombros, jugando con su cresta, mientras escuchaba y ponía toda su atención en lo que se decía.
Perdía el hilo de quién mentía, quién decía la verdad. Sólo se quedó con una palabra: “corrupto”. Le dolía que fuera el pato marinero alguien así, aunque lo afirmaba la princesa que tachaban de mentirosa. Si bien era cierto que se culpaban unos a otros de ser unos embusteros.
Le dio pena la niña rubia. No sabía por qué, pero Vanellope la creía. Le dio un ligero toque a Ralph en el hombro para que también se fijara en ella y bajó de sus hombros para acercarse a la niña. Sacó del bolsillo de su sudadera un pañuelo y se lo tendió para que se limpiara las lágrimas que se derramaban por sus mejillas.
-No sé si eres lo que dices, ni sé si eres lo que dicen, pero nadie debería llorar- murmuró, tratando de sonreírla y animarla-. Alégrate. Sigues aquí- intentó animar-. No dejes que ese tipo de comentarios te afecten. Recuerda este momento y, cuando llegue el momento de la verdad, todo se sabrá. Para bien o para mal- murmuró, torciendo el gesto, pensando en el caso de que la niña rubia mintiera.
Estos jóvenes con cada cual sus propias locuras le estaban llenando la cabeza de ruido, sobretodo ese tal Kronk que hablaba con dos versiones de el mismo a modo de duendes o algo parecido. ¿Como pudo Walt admitir algo así en su mundo? Negó con la cabeza y se dirigió a él.
-Es bien sencillo, vota a Alicia o a Bella son las principales sospechosas, el resto nos lo dirán mañana. No se como puedes tener tantas dudas y sera mejor que dejes a un lado a esos dos, te confunden aun mas y eso nos perjudica al resto.-Hacia días que no se quejaba de alguien, ya tenia ganas.
Que bueno Kronk lo ha clavado XD aunque la imagen parece que le esta dando un mordisco al angel.
-Yo votjaré a Bella. De Alicia no sé zsi es culpable o no. De Bellja sí.
No es que creyera del todo a Alicia, pero tampoco le gustaba la idea de perder a un posible protector. Y más después de haber revelado su don.
La decisión estaba tomada. Las hadas volvieron a levantar sus varitas apuntando al techo. El remolino que os hacía estremeceros volvió y con él la poderosa mano de Walt Disney con su borrador, que esta vez tenía forma de...
Bella no pudo evitarlo. Como si llevara su deslumbrante vestido amarillo, se acercó al borrador. Hizo la inclinación previa al baile y cogió de las manos a la Bestia... Momento en el que el borrador empezó a hacerla desaparecer.
Pero, tal y como había anunciado Nala, los muertos no perdonaban. La mano de Walt Disney se introdujo en el suelo y extrajo otro borrador.
Alicia corrió al ver al conejo blanco, que parecía que tenía prisa y ella tenía mucha curiosidad por saber dónde iba. Pero al llegar a su lado, no tardó ni un segundo en desaparecer.
¿Seguimos aquí y nada ha cambiado?- pregunté atónita. - ¿Aún quedan ladrones de varitas?
Luego miré a Cassim -Peter Pan pregunta "¿qué te llevó a copiar a Donald?"
Tras el silencio de sus compañeros y viendo como el sol se ponía, Kronk dijo en voz baja:
La noche se acerca y tengo miedo