Partida Rol por web

sale otra nota debajo de la puerta...

¨No se pueeede... no hay tortillas¨

......bueno...esto ya empieza a cansar.....

"si me lo permites las silencio....puedo evitar que generen ningun sonido el problema es que tu tampoco hasta que reduzca la cupula"

No escucharan el ruido de mis gritos cuando estas dos locas me estén abriendo los intestinos.

¡¡Hazlo!! Pero asegúrate que sea en nuestra área, de todas formas me puedo comunicar de otras formas  y no escucharan nuestra privacidad...le guiña de forma coqueta a Victoria...

U-u-un besito... ¡me dio un besito! Pero lo mejor no fue eso, bueno, si, fue lo mejor, pero luego hubo algo igual de guay. ¡Cuando se enfadó! ¡Sacó la lengua como una serpiente, no COMO EL REY BOO DE SUPERMARIO! Y entonces lo supe: era la Reina Boo. -DA QUEEN!- exclamé. -IWA KNOWS DA WAY!- exclamé todo feliz con acento de uganda, agitando los brazos al lado de Notwo e Iwa, que querían entrar. ¡Ay! ¡Ojalá mi particularidad me permitiera colarme y abrirles la puerta! Pero bueno como no era el caso siempre podía darles apoyo moral... -IWA KNOWS DA WAY!-

asentí y activé mi poder en un pequeño radio alrededor de todo el cuarto y unos metros mas allá de la puerta reinando el absoluto silencio afectando a Iwa A Notwo y a Atsushi

Notwo pareció sorprenderse un poco al ver a Iwa cambiar de personalidad tan drasticamente... Aunque bueno, después de haber sido golpeada en la cabeza con semejante pedrolo había tenido suerte de que sólo se le hubiese dislocado la mandíbula y hubiese perdido la chaveta... de forma temporal, ojalá. En otro orden de las cosas, aquella lengua y dientes alocados que la chica poseían eran tremendamente llamativos.

—Woah... qué envidia —dijo mirándola sin dar demasiadas explicaciones. Se preguntaba si... bueno, no era el momento, ni el lugar, ni el momento ni el lugar para pensar o mencionar aquello. Tampoco era el momento, y mucho menos el lugar. Notwo había logrado ponerse un poco nerviosa a sí misma. Carraspeó y se relajó un poco. Miró la puerta. No parecía que fuese a caer. Quiso decirle a Iwa que ya se encargarían luego de darle su merecido a Atsushi pero aunque estaba segura de que había gesticulado y modulado correctamente el sonido no salía de su garganta. Miró a la chica de lengua larga, asustada y esperando que ella sí pudiese hablar, pero aquel no parecía ser el caso. —¿Qué sucede? —preguntó, aunque sólo lo entenderían quienes fuesen capaces de leer sus labios.

-¡.....!- exclamé, agitando los brazos. -¡¡................!!- confesé. -....... ......... ... ................... ... ........-

Luego me di cuenta de que no podían oirme...

Por un momento solo esperaba por poder tomar mi refrescante bebida y por otro tenía una sensación de incomodidad y molestia por mi compañero que tuvo que hablar por mí ya que al parecer nadie comprendía mis señas,pero incluso con el mal sabor de boca que me había dejado esa incomoda situación lo que continuo fue peor.

Numerosos villanos llegaron los maestros se defendían y a nosotros como podían pero nosotros estábamos indefensos no podíamos hacer nada aunque lo intentaremos y solo podíamos limitarnos a esperar o huir.

La última imagen que vi antes de caer en cara contra la arena fue la oscuridad que emanaba de aquel villano que nos comió y escupió como si nada,aún con las amenazas aún con el sentimiento de muerte que nos asechaba no era nada comparado al terror que sentía mié tras tapaba mi rostro cómo podía mientras rasgaba la tierra buscando mi máscara aunque aveces me quedaba totalmente quieto incoado sobre la arena.

Cubría mi rostro cómo podía aunque mi cabello color naranja había quedado completamente al descubierto,aún entre arañazos logré encontrar mi máscara para apenas sacudirla y colocarle la de nuevo ocultando mi apariencia nuevamente.

Al permanecer invadir en busca de mi marcará no me di cuenta de todo lo sucedido o al menos de la dificultad de las circunstancias.

Ni por parte de la niña, ni por parte del hombre con apariencia de esqueleto hubo palabra alguna, como si no fueran más que decorados, se quedaron ahí, mirándose mutuamente el uno al otro hasta que todos los alumnos decidieron alejarse de estos dos, pues a falta de explicación por parte de ninguno, tan solo eran una pérdida de tiempo.

Con los primeros rayos de sol atravesando las ventanas de la zona común, por el contrario, hicieron que Gaster reaccionara, dando un paso hacia atrás para apartar su rostro de aquellos nocivos rayos, mientras, con una amplia sonrisa, enviaba sus manos hacia aquella niña que os había advertido de que no debíais confiar en el hombre que habla con manos, o en el que se viste elegamente, o en el que siempre está escuchando.

Una vez atrapada la niña, por mucho que esta tratara de resistirse, nada ella podía hacer para liberarse de las garras huesudas del Doctor, por lo que fue arrastrada hacia donde él se encontraba, y una grieta a un abismo de oscuridad se abrió ante los pies de ambos, y los dos entraron, uno por su propia voluntad, y la otra, arrastrada en contra de la suya. Tras ellos, el abismo se cerró y volvió a ser una alfombra rojiza.