Entran: Ladien y Maren a los pasillos internos del castillo.
(lo escribo por los dos, se da a entender :P)
Sus dedos apretando mi nariz logran que frunza mi ceño entre risas. - Novio malo. - respondo ante sus palabras que denotaban resignación al decir que íbamos a estar horas juntos, bajo una fingida disconformidad. Sin embargo, tras la maldad que le había realizado y su reacción, no pude evitar morir de la risa porque disfruté cada segundo de ilusión al creer que estaba por besar sus labios.
Sólo que al conocerlo bastante, sabía que no se quedaría quieto, su cabello era tan preciado como la varita y tomaría represalias. Era un Slytherin y no podía esperar menos de él, además su rostro cuando se ofendía me mataba de amor, no podía evitarlo. - Te provocaré cada minuto de mi vida, con tal de ver tu cara así una vez más. - pensé mientras comenzaba con la serie de amenazas al acercarse.
- Sin peleas. - asiento tras decir aquella frase, ansiosa por lo que pueda hacerme y sin desviar la mirada, busco interpretar sus intenciones. - Veamos cual será tu ataque culebrilla. - musito en silencio, agazapada como leona al acecho. Salvo que niego cuando alza nuevamente la varita, mientras dejo entrever una maliciosa sonrisa, disfrutando de una victoria que ni siquiera era mía.
Hasta que mi mundo se derrumbó, odiaba las cosquillas profundamente, todo aquel que fuera capaz de someterme a ello se merecía lo peor y mucho más porque era reír hasta desfallecer. - jajajaajajaja ¿yoooo pedirte perdón? jajajajaja ¡Ni Loca! jajajajaajajaja. - era imposible hablar cuando me avasallaba por los costados de mi cintura con sus manos. - jajaja no seas malo culebrilla, eso es jajajajaja, jugar sucio. jajajaja- continuaba buscando la forma de liberarme, era imposible al ser más alto que yo.
Tras unos segundos que parecieron eternos, estaba agonizando y me dolía la barriga de tanto reírme, finalmente caigo al suelo para zafarme de él. Totalmente fallido, más a su merced quedaba mientras sentía como sus manos se escurrían por mis costados al moverme tanto, mostrando en parte lo blanca que era de piel y el borde de la falda. - jajajaja no puedo más... jajajaja- confieso a sabiendas de que quería un perdón que me negaba a darle. -¿Quien lo soportaba después? Ni en sueños, me picaría con ello todo el día. - jajajaja No vale tocar debajo de la camisa, son más fuertes. jajajaja Te odio. jajajaja. - expreso sin existir un sentimiento real en esa afirmación, eran las cosquillas que no me dejaban hacer nada.
Hasta que la agonía gobernó mis sentidos, ya me encontraba despeinada y la camisa fuera de la falda. Por suerte tenía medias negras, así que no se vería nada si intentaba escabullirme o patalear vestida así. Agotada y adolorida por la risa, no me queda más opción que hacer lo propio. -Perdón, perdón... - puff, había costado. - pero lo tuve que decir. Ahora acostada en el suelo, despeinada y con el Slytherin abordándome, espero a que termine mi castigo. -Jodido, tendré que usar la varita la próxima vez. -medito mis futuras maldades mientras esbozo una sonrisa fingida de "Lo siento".
Te lo paso aquí al post, así liberamos aquella escena.
Estaba disfrutando de cada segundo viendo a Maren retorcerse por las cosquillas, igual de terca como siempre - No pararé hasta que lo digas - amenazaba risueño a la leona. Me perdía su cara mientras forcejeaba por soltarse, la risa que le provocaban las cosquillas me incitaban a ponerle más ganas a la tarea - Qué tierna es...y qué cabezota - La actitud de la Gryffindor me resultaba perfecta. No quería doblegarse ante mí y se la veía muy guapa a pesar de estar luchando entre risas.
Acabamos por caernos ambos al suelo. Yo encima de ella, no paré de buscarles los puntos más sensibles de los costados mientras observaba cómo se retorcía más ahora que estaba en el suelo. La camisa empezó a levantársele un poco y mis dedos rozaban de vez en cuando su piel desnuda. Reí fuerte cuando me pidió que no lo hiciera por debajo de la ropa porque las cosquillas eran más fuertes y como era de esperar, metí ambas manos bajo su camisa para seguir hasta que me pidiera perdón - Está muy suave - Sentía su piel con mis dedos y me provocaba una sensación muy agradable. Me estaba encantando el tacto de su piel, tan suave que me daban ganas de seguir acariciándola con mis dedos eternamente.
Nunca había estado así con ninguna chica. Nunca le había tocado a ninguna chica su vientre sin ropa, pero me gustaba aquello. Le levanté un poco más la camisa a causa de las cosquillas hasta dejar al aire su ombligo - Por Merlín... - Estaba sintiendo cosas muy fuertes por Maren, cosas que ni yo mismo conseguía distinguir del todo - ¡Qué ganas de darte un buen beso! - pensé justo antes de escuchar las palabras mágicas.
- ¿Ves como no era tan difícil? - pregunté riéndome - Eres muy tonta - Esa sonrisa de cachorrito degollado fingida me enamoró aún más y aumentó el deseo de acercarme más a ella. Al parar con las cosquillas, posé mis brazos a los lados de su cabeza, quedando tan solo a unos centímetros de su cara y protegiéndola con mi cuerpo en su totalidad. Me quedé en silencio mirándola fijamente a sus ojos, a su pelo alborotado y bajando la vista deleitándome con la belleza de su cuerpo - Estás preciosa... - musité lo que pensaba. No quería decirlo en voz alta, pero se me escapó sin querer haciendo que me sonrojara. Su escoba estaba tirada a un lado, como si se hubiese olvidado de su existencia y yo me fui acercando cada vez más a sus labios para hacer que ese olvido fuera total. Estaba apunto de besar sus labios - Ahora sabrás lo que se siente - Me levanté de un salto y agarré su escoba. Me senté encima como si fuera la mía propia. Sabía volar decentemente, aunque no tenía la misma pasión que Maren por ese arte - ¿Vamos o qué? ¿Piensas estar todo el día encerrada aquí? - le dije algo toca pelotas para intentar picarla otra vez y espera sobre la escoba a ver qué hacia la leona.
De alguna forma muy diferente comenzaba a sentir cosas que desconocía por completo, desde el momento donde me encontraba en el suelo y Ladien sobre mi, haciéndome cosquillas. Sus manos en mi piel, generaban una electricidad en todo mi cuerpo, me gustaba y en el fondo pretendía que aquello termine en suaves caricias. - Jo, quiero que me bese. - pienso al retorcerme por las sensaciones, hasta que finalmente luego de la palabra mágica, accede a liberarme de la agonía.
Sólo que se mantenía allí, sobre mi y su cercanía aumentaba mi ritmo cardíaco al punto de que se me corte la respiración. No podía manejar la marea de nuevas sensaciones que Ladien me generaba, incluso a punto de perderme en su mirada vaya a saber por cuanto rato. Brindándome el tiempo necesario para apreciar sus rasgos, el azul de sus ojos o su boca, que al fin de cuentas me incitaba a morir por uno de sus besos. - Me estás matando. - musito completamente hipnotizada y sonriendo escucho aquel susurro que tiñó de rojo mis mejillas.
No sólo fueron sus palabras, sino también su mirada al recorrerme y la forma de entendernos sin hablar. Era algo mágico, bonito y en parte me desarmaba el mero hecho de ver a Ladien así. - Me gustas mucho. - confieso sin desviar la mirada, perdiéndome en el mar de sus ojos, que ahora al cerrarlos esperaba con ansias aquel beso de su parte. Me gustaba estar debajo suyo, sentir su cuerpo con el mío, me brindaba una sensación de cobijo y algunos cosquilleos que no llegaba a comprender, simplemente era perfecto.
Hasta que la ilusión de sentir sus labios sobre los míos, se disipa en cuestión de segundos al salirse con la suya, al devolverme el gesto. - Serás tonto. - me incorporo enojada porque no me había besado y encima se sube a mi escoba para llevarme a mi. - ¿A mi? ¡Ya! - ¿Tú piensas llevarme? ¿En serio? ¿Alguna vez has volado en una saeta de fuego suprema? ¿Sabes que es inestable y muy veloz? - pregunto al levantar mis brazos y hacerme una coleta con mi propio cabello, permitiendo que ese mismo movimiento levante la camisa y refleje ante la mirada de Ladien: una marcada cintura, el abdomen plano y un busto que poco a poco abandonaba la niñez, ya que plano no era en absoluto. Sólo que al usar camisas sueltas, túnicas o algo arriba, no se apreciaba por la vergüenza que me generaba tener tanto a esta edad.
Finalmente, tras atar mi cabello de forma un poco desenfadada, subo a regañadientes ya que odiaba que me lleven en la escoba, al saber volar tan bien. Sentándome detrás, rodeo con mis brazos la cintura del Slytherin y susurro. - Más te vale que no terminemos en el suelo porque me escucharás hasta el final de tus días. - lo amenazo y sin poder evitarlo, sonriendo como tonta, era bonito estar así con Ladien compartiendo tiempo juntos, espero a que despegue y no morir en el intento.
Río ante los comentarios de Maren todavía subido en la escoba - Por favor...¿con quién te crees que estás hablando? - pregunto irónico ante su falta de confianza en mí - Yo lo hago todo bien - le guiño un ojo y me quedo mirando cómo se prepara para subirse conmigo.
Bajo mi mirada hacia su abdomen desnudo que quedaba libre al alzar las manos para peinarse. La imagen de la leona colocándose la coleta de esa forma, dejando al aire su pálida y tersa piel me estaba maravillando - Ya verás cuando lleguemos - pensé ansioso mirando aún el abdomen de Maren - Espero que esta cosa sea rápida de verdad... - Estaba despertando en mí nuevas sensaciones. Nunca había mirado a la Gryffindor de esa forma, era la primera vez que me quedaba atontado mirando las curvas de su cuerpo o que me había deleitado con el tacto de su fina piel.
Al ponerse detrás de mí en la escoba le respondo - No seas tan quejica - la pico por sus refunfuños. Entonces me rodea la cintura con sus brazos y nos quedamos listos para salir al fin de allí - Así no... - le dije quitándole sus manos de mi alrededor. Con una de mis manos levanté mi camiseta y con la otra, agarré uno de sus brazos y me lo enrollé indicando que hiciera lo mismo con el otro - Ahora mejor...Así no me darás tirones - Simplemente quería que me abrazara directamente, provocarla, hacer que ella también acariciase mi piel...lo de los tirones no era más que una burda excusa para que lo hiciera.
- Vámonos de aquí - Empecé a elevar la escoba - ¡Hostia! Sí que no se siente igual con esta escoba - Pero no podía dejar que se me notara inestable. Tenía que hacerlo bien o estaría recordándomelo de por vida, así que empecé a darle velocidad a aquella escoba todavía en el interior de los pasillos. Empezamos a girar por los recovecos de Hogwarts a toda velocidad - Joder, sí que corre - Con mis manos agarrándola, notaba cómo la escoba temblaba levemente, pero no quería aminorar - No puedo quedar como un cagado - Así que seguí así hasta que atravesamos la enorme puerta de entrada del castilla - Woohoo... ¡Allá vamos preciosa! - exclamé emocionado por estar volando a aquellas velocidades con Maren agarrada a mi cintura. Me sentía libre, fenomenal...increíblemente bien.
Surcamos el cielo de Hogwarts durante un rato, manteniendo decentemente la estabilidad con la escoba, que, aunque con algunas dificultades, conseguí domar más o menos - Bajemos al lago - le dije a la leona cunado lo sobrevolábamos. Fue entonces cuando más problemas tuve. La velocidad de la escoba empezó a crecer conforme descendíamos y los temblores se hacían cada vez más fuertes. Estábamos ya casi sobre el suelo y no conseguía frenar lo suficiente la escoba, ya no íbamos tan deprisa, pero era excesiva para el aterrizaje.
Chocamos suavemente contra el suelo, rodando los dos por la caída - La que me va a caer - Estaba seguro de que me daría la paliza por haberme caído. Miré la escoba para asegurarme de que estaba intacta, si no la bronca sí sería inmensa. Cuando al fin terminé de dar vueltas, me acerqué a Maren...Desde antes tenía ganas de hacerlo, pero quería darle un escarmiento primero, además, así conseguiría callarla por la caída. La cogí del cuello cariñosamente y acerqué sus labios a los míos sin darle tiempo a reaccionar. Con mi otra mano, la agarré de nuevo en la cintura y le di la vuelta para que quedara sobre de mí para estar más cómodos, dejando aquella mano allí colocada, rozando de nuevo su linda piel.
Esta vez no solté sus labios tan rápidamente, no. Nuestra pelea de cosquillas me había dado ganas de acariciar su piel eternamente y estaba aprovechando este momento para hacerlo. Recorría su espalda con mis dedos suavemente con la intención de provocarle cosquillas, pero no como antes, sino de esas cosquillas que te provocan un escalofrío que te recorre la espalda de arriba a abajo. A la vez, disfrutaba del tacto de sus labios contra los míos, dejándome llevar por aquella sensación tan placentera que estaba viviendo en ese momento. Mi lengua entró despacio en su boca, rozando la suya lentamente - Que bien se siente - El placer que me había dado ese beso me sorprendió muy gratamente, tanto que yo mismo experimenté en mi piel uno de esos escalofríos, así que me ahí me mantuve, moviendo despacio mi lengua contra la suya, con los ojos cerrados, disfrutando de cada segundo con Maren.
Maren y Ladien salen del Interior de Hogwarts
Entro en el pasillo y me voy de los pasillos al lago