Partida Rol por web

Los destello verdes que dejaba el Lago Negro a través de la cúpula de cristal incendiaban la sala, a la vez que Samuel salía de la mazmorra de los chicos, luciendo una amplia sonrisa y acomdándose la corbata, con andares superiores.

Se paró frente a un espejo y se dió el visto bueno mientras sonreía cual estrella de cine y se volvía diciendo.- Un día estupendo para empezar a destacar Slytherins... Espero que la jalea de bosque oscuro siga conteniendo arándanos sin piel... odio las tostadas con piel...

Para el prefecto no había pasado nada, y el día iba sobre ruedas... una flagrante sonrisa y un rostro cautivador frente al espejo. Todo con lo que soñaba empezar.

James se deslizó por los pasillos, siempre pegadito a la pared. No esperaba que Ladien y Nathan siguieran durmiendo pero siendo así sería mejor despejar los pasillos pronto, antes de que Lavinia y esos dos se encontraran y se volviera a liar la marimorena. Ya arreglado en su cuarto, bien peinado, con un peine de repuesto y su mochila hecha del día anterior James caminaba despacio, y cuando se cercioraba que no había nadie en su camino apretaba el paso hacia el gran salón escurriéndose de miradas directas o saludos matinales.

El segundo día en Hogwarts comenzaba y yo seguía algo cabizbajo por todo lo sucedido el día anterior. El curso empezaba movidito, espero que no me perjudique mucho más de ahora en adelante.

El pacto con la estúpida sangre sucia comenzaba hoy, tenía que actuar con ella como si no la odiase a muerte, pero por suerte, no la vi al llegar al salón. En cambio, Samuel sí que estaba allí presente, le dirigí una leve sonrisa como pude. Mi familia y la suya se llevaban muy bien, y aunque no teníamos mucha relación, sí que solemos coincidir a menudo.

Tras escuchar las palabras del prefecto, puse rumbo al comedor sin esperar al resto de mis compañeros. No me apetecía hablar con nadie.

Las pesadillas poblaron mi mente esa noche. Imágenes de la serpiente de Ladien serpenteando por mi pierna, Nathan desmayándose, la directora poniendo ojos raros y una oscuridad creciente rodeándome en mitad del bosque, fue lo más bonito que me brindó Morfeo.

Pero la respiración del invernadero que escuché otra vez en sueños fue lo que verdaderamente me despertó y me hizo saltar de la cama. Gotas de sudor frio cayeron por mi frente.

Abrí los ojos muy cansada y miré a mi alrededor. Violet no estaba en la habitación pero si Amelia. Jodido amanecer. -Debo de estar horrible. No quiero ir a ninguna clase. - musité.

Amelia me miró enarcando una ceja. Ya sabía lo que quería decir, conocía su expresión perfectamente.

-Está bien, pero voy a tener que usar otra vez los potingues de Violet porque no quiero que nadie me vea con esta cara de pringada. Y menos Ladien.

Las dos nos arreglamos rápidamente en silencio y fuimos para la sala común. Allí estaba Samuel al que miré de reojo y no saludé. ¿Para qué iba a hacerlo? Amelia y yo seguimos nuestro camino hacia el gran salón. Tenía que hablar con muchas personas, mi prima Marty y sobre todo Maren. No había sabido nada de ella desde que terminó el baile y estaba preocupada. En mi interior deseaba que me hubiera hecho caso al consejo que le dí cuando Ladien le faltó al respeto delante de todos, pero no sabia si la leona se había reconciliado con él. En cualquier caso yo me iba a encargar de recordarle la clase de novio que tenia.

Después de alguna demora, Violet salió del baño donde estaba recogiendo su pelo con una cinta de color verde. Su cara era recta, no mostraba aflicción ni odio, ni tristeza ni preocupación.

Al parecer había pasado la noche pensando en las palabras del Jefe de Casa, el Señor Lorens, e hizo lo propio ser una Slytherin.

Al llegar junto al resto se puso junto a los de su curso y dijo a todos.- Buenos Días... ¿Sabemos algo de Agnes...?

Mientras iban hablando, algunos Slytherin abandonaban la Sala común para ir a por el desayuno, del grupo de segundo aún faltaba por llegar Nathan. Pero la astucia los hacía avanzar por sí mismos...