Y Cuando Todo Acabó...

Y aquella guerra que tanta sangre y lágrimas desató, poco a poco tomo forma y desató el comienzo de mucho, y para otros el principio de su fin.

Los muros del Colegio era asediados por un enorme Gigante, que golpe tras golpe, se profanaba en abrir una nueva vía a la desesperación. Allí comenzó la batalla para Tim y Anne, los cuales se vieron abocados a la realidad cuando el único apoyo de un mayor junto a ellos, el Prefecto Marc Evans pereció bajo las enormes extremidades de aquel gigante, esperando que al menos sirviese para dar un segundo de aliento más a los demás.

Y fue allí donde entre lágrimas y gritos de dolor Anne se obligó a dominar a una enorme hembra de Águila Real.... mientras su corazón hecho añicos se aferraba a su voz endureciendo aquella aterciopelada mirada azul, que jamás volvería a derramar una lágrima aunque por dentro nunca lo hubiera hecho... nunca un Hufflepuf dejó de amar...

Y allí fueron los inicios de Tim, donde su voz casi muda, empezó a alzarse para demostrar que su llanto sordo nunca lo dejaría avanzar. El nunca busco heridas, ni ataques contra los demás, pero la muerte frente a sus ojos le demostró que ese final es parte de la vida, y que a veces, hay que derramar sangre, incluso cuando sólo se quiere sanar.

A la vez en los pasillos del segundo piso, junto al despacho de la directora, la vida de seis alumnos cambiaría sin remedio, fijando en sus mentes imágenes que nunca se borrarían, ni aunque un hechizo les obligase... pues hay heridas, que sólo pueden ser negadas, pero jamar quitarlas ni remendarlas, su huella perdura por siempre jamás.

La vida de Austin, aquel que siempre medía el valor de los acontecimientos, y su repercusión, encontró  el final a las manos de una joven bruja que absorta en unas creencias que le habían gravado en su mente con maldad, no dudo en retorcer su cuerpo con maldiciones innombrables frentes a sus amigos, y frente a los hermanos de esta. Dejando que la muerte fuera el resultado a aquel problema que el Ravenclaw no volvería calcular, mientras los ojos de sus amigos, se elevaban entre lágrimas y restaban de sus cuerpos, un pedazo que moría con aquella solución.

Marcus, sintió la punzada más aguda, al ver como su propia hermana, destrozaba a su amigo sin miedo ni remordimiento. Y tal vez, fuera ese sentimiento de soledad, o la convicción de trabajar por el bien común, lo que llevo a aquel pequeño hombre a sesgar la vida de su propia hermana, dejando que su pelo rojizo, se tiñese con su propia sangre, mientras el gesto de Marcus se volvería serio, carente de aquella sonrisa que en tan sólo su hermana le había hecho para siempre olvidar...

Y en ese mismo sitio, fue donde los castillos y sueños de Artemis cayeron sin dilación, ya no había palabras bonitas, ni consuelos que en cuentos dieran fuerza o valor. Aprendió que el camino se hacía andando y nunca creyendo que todo sería mejor. Aprendió como un pequeño ejemplar alado, puede ayudar contra un cambio en el destino y su devastación. Y dejó que su lado animago fuese una bestia más. Un animal que unido al resto de compañeros lucharía por la paz, pues el valor no está en ser la voz que dirige la espada, sino en el filo que a pesar de saber su cometido, no se mella ni se rinde al luchar.

Del mismo modo, que Marty se desprendía de aquella calabaza, para despertar en un mundo cruel donde la muerte y la ira serían lo primero en reconocer...sentimientos que encendieron el fuego en sus manos, haciéndola parte de aquel elemento que poco a poco iría devastando aquel castillo. y limpiando el rastro del odio, para dejar paso a la reconstrucción, que silbaría entre cenizas y lágrimas en pos de un mañana mejor, mientras su piel blanca se teñía de aquella tristeza que el hollín y las lágrimas formaban al encontrarse sin más.

Encontrando fuerza en la flaqueza, como Maren aprendió. Pues un cuerpo pequeño es capaz de tanto cuando se enfunda en la desesperación. Capaz de portar un cuerpo entre sus manos, y correr por los pasillos, deseando que todo sea un sueño, mientras aquel cuerpo le recuerda con su cetrino sueño a cada paso que todo puede ir peor. Pues a cada pasó que daba recordaba en su cabeza aquellas palabras que la directora le dijo donde el futuro no siempre es fijo, pues el destino siempre se puede cambiar... como aquellos besos en aquella playa, por un cuerpo inerte portado sin fuerza entre los demás.

Tantos sueños y lágrimas rotas, que resonaban entre la piedra.... mientras Kerry, su madre y el equipo de Vissel, Agnes y Renê, se decidían a hacer. Y fueron los lamentos rotos de Marcus que acababa de entender que la muerte de su hermana marcaría la angustia en su alma por siempre jamás, que el equipo decidido, decidió escapar de aquel lugar seguro en el castillo y volver a aquel lugar donde todo había empezado, aquel comedor donde el cáos y la revolución comenzó a nacer.

Y en el comedor, fue donde encontraron a Ladien, frente a un padre destructor, que impasible destrozaba el futuro de su hijo, y lo regaba con la vid del rencor. Y allí fue donde tras una maquiavélica sonrisa, Peter MacQuoid sesgó tras un juego de apariciones y engaños en cuello de Vissel LeGrand... Una prefecta que nunca mintió y que mientras la sangre de su cuello vertía lo que queda de vida entre su cuerpo en los demás, sus ojos lloraban por no encontrar una mano amiga que le ayudase a creer la muerte algo menos amarga... después de todo era su final.

Puede que fuera la sangre, o puede que al final aprendiese que un Ravenclaw lo es hasta el final... lo que promovió a Kerry a ver por fin el hechizo que mantenía la mente de su madre presa, y lo que le llevó con la más fría de las actitudes, a avanzar hasta el Señor MacQuouid y sin uso de magia alguna, su garganta con aquel trozo de roble mientras se apróximaba a su amiga y le tendía una mano al final....

Las llamas, la sangre, y el dolor, eran ahora los nuevos señores de Hogwarts junto a la desesperación...  Todo parecía perdido, para unos niños que a pesar de demostrar su fuerza, solo eran unos niños... en medio de aquella destrucción. Pero por suerte dicen algunos, las voces del ministerio y aurores empezaron a resonar.... Mientras las heridas y cicatrices de aquella batalla se gravaba en la mente de todos y hacía de aquellos alumnos, magos y brujas maduros incapaces de olvidar... forjando un lazo entre ellos, que tras el tiempo todos verían como una coalición de logros y honor, aunque es sus reuniones... sin mencionar una sola palabra sobre ello... saben que los primeros segundos de silencio de cada reunión, les recuerda que el dolor de aquella cicatriz es cierto y que aunque no deben nombrarlo por promesa... jamás lo olvidarán....

Y este es el recuerdo que unió y nunca jamás se contó al extraordinario y actual Concilio de los 7 Magos...

Anne Wood - Dómina de Bestias Aladas (Actualmente Trabaja como Investigadora en Las Cumbres de las Montañas de Acero, junto a Dama, su incondicional y leal Águila Real.)

Artemis Flamel - Animago y Espía (Su localización actual esta fichada como alto secreto por el Ministerio de Magia)

Kerry Stone - Alquimista Experto (Actualmente es Profesor de Defensa contra las Artes Oscuras en Hogwarts)

Marcus Hadley - Auror y Jefe del Sector Azkaban III (Junto al Ministerio de Magia y su sección Espía conforma la banquera leal de nuevos Aurores).

Maren Kistler - Medium y Componente del Escuadrón de Reversión de Magia Accidental (Trabaja como Profesora de Vuelo y Adivinación en Hogwarts y es la Seleccionadora Nacional de Quidditch)

Marty Dunnings - Legeremante y Juez del Ministerio de Magia (Trabaja en conjunto con la Sección Espia y la Coalición Leal de Aurores. Odia la calabaza)

Tim Downsend - Medimago Experto en San Mungo (Se expecializó en la reversión de Maldiciones Imperdonables y sus Efectos)