Ante el comentario de Lindsey, Marc sonrió y miró el reloj y dijo.- La verdad podríamos ir adelantando el desayuno ya... ¿no creéis?.
Reí cuando vi llegar atropelladamente a Lindsey, aunque en verdad la entendía. A mí también se me daban regular los relojes analógicos. Sonreí a la recién llegada y levanté una mano para saludarla. Me la quedé mirando, absorta en mis pensamientos. Se me hacía raro imaginar cómo debería ser la convivencia entre Lindsey y James. Son dos personas muy diferentes. Claro que James es muy buen chico. Llegué a conocerle mejor en la enfermería. Entonces, Marc dijo las palabras mágicas.
-¿Desayuno? Sí, por favor. Me muero de hambre. -Lo malo de vivir con una madre pastelera es que acabas teniendo hambre a todas horas.
Tim afirmó con la cabeza cuando escuchó lo del desayuno. No tenía mucha hambre en ese momento, pero debían reponer fuerzas para enfrentarse a las clases y lo que estuviera por llegar.
- A de-desayunar - dijo en voz baja. De repente empezaba a haber demasiada gente y volvían las inseguridades. Tendría que hacer algo con eso tarde o temprano.
Y sin media palabra más... los tejones se dispusieron a ir hacía el Gran Salón.
Unos segundos y os doy paso.