Partida Rol por web

Hogwarts. Seminario de Artes Arcanas {18+}

Pista de duelo

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06/06/2024, 23:27
Directora

  HORARIOS


Lunes a Viernes:

 Tarde: 16:00 - 21:00


Sábado:

Mañana: 10:00 - 14:00

 Tarde: 16:00 - 21:00

Torneos: 14:00 - 16:00


Domingo:

Mañana: 10:00 - 13:00

 Tarde: 16:00 - 20:00

Notas de juego

Esta escena esta pensada para que practiquéis hechizos, ya sea de manera individual con un muñeco de prácticas o entre vosotros.  Las tiradas son obligatorias y se llevarán a cabo en mecanicas de duelo. 

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30/07/2024, 11:06
Aster Hare

Domingo 5 de septiembre
 16:15 horas

Maniquí de entrenamiento individual 1


Entró con el paso apretado, mandíbula firme y ojos al frente, cualquiera pudo haber dicho que era la postura de un duelista entrenado pero solo fue la frustración que sentía desde que llegó. Sí, la mañana fue agradable... mucho más que agradable, si era sincero consigo mismo, pero no pudo obligarse a estudiar, su mente vagó una y otra vez a temas diversos y oscuros.

Tomó posición en la zona indicada, frente al maniquí cuya postura Aster imitó en un intento de saludo formal. Estás perdiendo el tiempo haciendo esto, seguirás siendo incapaz de mantener el nivel del seminario. Con un movimiento fluido de su varita acompañado de su voz grave,"Aguamenti", un látigo de agua se proyectó desde la punta hasta impactar de lleno en aquella figura. Dejar a tu madre sola para escapar de aquella vida no es lo que haría un hombre de verdad. Apretando sus dientes realizó un movimiento preciso y angular, respirando para realizar la invocación "Glacius", el agua que todavía estaba empapando al muñeco se congeló en un instante armando una armadura de hielo sobre él.

Por unos segundos observó a su "contrincante", indeciso, su mente seguía en conflicto y tomó aire para intentar despejarse. ¿Seguirás evitando el tema de tu padre cuando lo nombren? ¿Naiche sabrá lo que te produce con sus palabras?. 

-¡Ventus!- Su voz rompió el silencio con fuerza pero pronto fue acallada por la intensa ráfaga de aire que creó, la figura fue empujada por ella hasta golpearse con la pared y el choque hizo que el hielo cayese al piso de la sala.

El agarre de su varita era feroz, un enojo que no había sentido hace meses se apoderó de él, el humo de aquél edificio llenó su visión y de forma automática dijo: -Fumos.- Acompañó moviendo su varita en un arco horizontal frente a él para luego meterse al humo caminando. Está en tu poder hacerlo trizas todo, los magos podemos reparar los daños hechos con más destrucción. Sería tan fácil... solo tendrías que decir Confringo y todo volaría en pedazos. Puedes hacerlo. 

Aster tomó la posición para lanzar el hechizo pero se detuvo, nada de esto solucionaría nada, los muertos siguen muertos y lo destruido irreparable... Pero reconoció que tenía razón, los magos pueden causar más destrucción pero también crear algo mejor, eran humanos después de todo. Posó su mirada en los trozos de hielo que continuaban en el suelo. 

La vida es dura para la mayoría y no voy a caer en el dificultar la de los demás, solo unos pocos merecen algo tan horrible. Protegeremos la vida, no la veremos destruida por nuestras historias. ​Sonrió, al final le había servido este ejercicio. Con voz clara realizó su último hechizo: "Avifors". Los fragmentos congelados se transformaron en aves de diversos colores, Aster deseó que hayan sido especies que pudiesen disfrutar del lugar. Las pequeñas salieron pronto del humo para abandonar el recinto por las ventanas, la oscuridad de la nube se deshizo a la brevedad y Aster caminó de regreso a su habitación, satisfecho y con energías para continuar sus estudios. 

Notas de juego

Marco a Aster solo pero podemos agregar algún personaje si justo estaba viendo la escena, a mí me sirve para dejar marcado cómo va manejando las cuestiones internas. Muchas gracias por dejarme utilizar este espacio. 

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06/08/2024, 19:36
Meredith Goldstein

Miércoles 8 de septiembre
De 17:00 a 18:00 horas
Duelo Isobel vs Meredith


Los últimos rayos de sol de la tarde se filtraban a través de los altos ventanales de la amplia habitación. El silencio que imperaba en la sala vacía se vio momentáneamente alterado por el sonido de mis pasos al aproximarme a la tarima elevada en la que había acordado encontrarme con Isobel para entrenar. La quietud de aquel lugar era pertubadora, o al menos, a mi me lo pareció.

Tras una mirada rápida a mi alrededor coloqué la mano sobre las tablas de madera de la pista y caminé distraída, acariciándolas con los dedos. Había llegado un poco antes de las cinco, quizás por la impaciencia de descubrir qué tan bien lograría deselvolverme, o quizás porque... Sacudí la cabeza, bloqueando aquella línea de pensamiento. Necesitaba tener la mente despejada. Inspirando hondo subí por las escaleras y me coloqué en uno de los extremos de la pista. Desde aquella altura la sala adquiría un cáliz distinto, lejano, y me hacia sentir como si caminase por la cuerda floja. Este es el único camino

Erguí la espalda, tratando de destensar los músculos y extraje la varita que llevaba debidamente sujeta en una cinta alrededor del muslo derecho. Los ondulantes rizos de Balnaid aparecieron instantes después cuando practicaba mi postura. 

¿Te he dicho alguna vez lo mucho que te aprecio? — convine, con una cálida sonrisa casi infantil —No seas muy dura conmigo — imploré con cercanía.

Esperé pacientemente a que se colocase al otro extremo de la plataforma. RespiraEs solo un duelo. Es Isobel. Aun cuando me esforcé en mantener la compostura, noté como un leve temblor me atenazaba las manos. Este es el único camino. Incliné la cabeza, haciendo el saludo formal protocolario, y cuando me erguí de nuevo no di pie a que mi compañera se adelantase. 

¡Confundus! —mascullé, apuntando hacia la pierna derecha de Isobel. Un rayo de luz cruzó el espacio y la leona, con la que había compartido tantos años en Hogwarts, apenas tuvo tiempo de protegerse con un debil protego. ¿Era sorpresa lo que veía en sus ojos? ¿Confusión a causa del conjuro? Mi mirada se afiló. Este es el único camino. —¡Confundus! —repetí, ahora más alto, dando un paso hacia delante.

Apenas escuché el contrahechizo que ella lanzó. La confrontación entre ambas magias fue efímera. Sentí como la magia fluyó imparable a través de mí y alcanzó a Isobel como un rayo, a pesar de su vano intento por detenerla.

¿Estás bien? — pregunté preocupada. No me esperaba tan poca resistencia —  Isobel L. Balnaid — dije, como solía hacer antaño cuando pretendía llamarle la atención cariñosamente — ¿Te estás conteniendo?

Tan concentrada estaba en el duelo que ni siquiera fui consciente de que nos estaban observando hasta que miré por encima de mi hombro, como tenía costumbre de hacer, y vi el brillante pelo rubio de Malfoy.

Notas de juego

No escribo todos los turnos, asi tienes con que seguir la narrativa si quieres. 

Atuendo

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07/08/2024, 07:22
Isobel L. Balnaid

Miércoles 8 de septiembre
De 17:00 a 18:00 horas
Duelo Isobel vs Meredith


La primera semana había volado como lo hacían algunas de las hojas del verano tardío que amenazaban con caer en breve. Isobel llegó puntual atusándose la túnica escarlata con motivos oscuros. Las mangas francesas se ajustaban a los contornos de los brazos y en la única mano, portaba un guante negro que sostenía la varita. El corsé, con cuerdas traseras, ceñía flexible la cintura permitiéndole una amplitud de movimientos, mientras los botines negros apenas resonaba en el piso de la pista de duelo.

No era la primera vez ni la última que pisaría ese lugar y menos si deseaba ser auror - y duelista, si se la apuraba -  por tanto se la veía serena al aproximarse Meredith, ajustándose el cuero con el roce de la falda. Los movimientos tan felinos como su sentimiento, la encaminaron a la pista, varita en mano y justo en el centro se paró, protocolaria.

De su frente, la compañera que tantos años de dormitorios y confidencias habían compartidos, intentaba una broma que le arrancó una de las sonrisas más auténticas que alguien vería en los últimos días. Aunque las vicisitudes de la sociedad y la vida adulta las habían mantenido más alejadas de lo que desearían en los años pasados, las palabras que le dedicó estaba embebidas de cierta complicidad.

- Tranquila, Mer, tu sólo respeta las reglas y déjate llevar. Te prometo que no te dolerá - con media mueca sardónica que no engañaba a nadie.

Le hizo un gesto para acercarse. Cara a cara, mostrando las varitas en el punto medio de su rostro, alineando frente, nariz, boca y corazón.

Si de algo se vanagloriaba la leona, era de ceñirse a las tradiciones y las reglas. Y sobre todo al honor. Un duelo sin honor, no era más que una pelea de taberna y las formas en estos casos, lo eran todo, como le hizo recordar - y pagar - a cierto cuervo travieso que en una ocasión deseó volar antes de aprender a coger una escoba.

Bajó con energía la varita y al voltearse para dar los pasos reglamentario percibió, primero por el rabillo del ojo y luego mientras caminaba hacia su rincón, al público presente.

Sus ojos tropezaron golpeándose con otros que no esperaba encontrar y la varita de madera clara comenzó a escurrirsele, aferrándola casi al tropezar en su tránsito.

Una vez parada en el extremo más distal de la pista, alisó la túnica con un ligero temblor  de la mano fantasma. Hasta eso le había provocado, el recuerdo perdido de la punta de los dedos ausentes y tras una inspiración profunda que la devolvió a la realidad apenas tuvo tiempo de musitar un leve Protego para compensar los instantes que malgastó, abandonada a sus pensamientos.

Dos parpadeos seguidos la retornaron a la alfombra tras sentirse desorientada al impactar el hechizo en ella. Aclaró la mirada que le transmitía cierta inseguridad a su compañera de cuarto y tras tragar, volvió a prepararse, inquieta, para el siguiente asalto.

- Expelliarmus - masculló como toda respuesta, esta vez algo más centrada, pero aunque la varita no se movió de la mano de su oponente, ella pareció también resistir el envite de su hechizo.

Volvió a tomar aire, pesadamente, como si la atmósfera de la sala de duelo se hubiera cargado de un desagradable fluido denso que oprimía sus pulmones. 

- Em... si - titubeó al escuchar sus palabras y con el ceño fruncido musitó un seco - Sigamos

Ninguna broma. Extraño. El rictus apesadumbrado translucía algo más en la escasa resistencia de alguien que Meredith sabía de buena tinta, competitiva.

De nuevo un instante con los ojos cerrados y el muñón en el estómago. Pasó la lengua, leve, por los labios entreabiertos tratando de ignorar lo que le perturbaba en la comisura de los ojos, pero el mundo se convirtió en muy pequeño alrededor de ellas.

- ¡Expelliarmus! - nuevamente acelerada. Desarmar a su oponente era el camino más rápido para terminar y se notaba a la legua que deseaba huir de un encuentro incómodo. La varita apenas tembló en la mano de la contrincante y el hechizo que le devolvió rozó superficialmente su túnica, pero en su semblante, Meredith leyó una confusión, como si la maldición le hubiera estallado en pleno pecho, haciéndolo añicos.

Distraída, devolvió un gesto ausente a la muchacha acompañado de un susurro al acercársele - Enhorabuena. Lo has hecho muy bien - abrazándola con una fuerza inusitada, aferrándose a lo conocido y seguro. Entre sus brazos, los párpados entrecerrados, le dieron una tregua a su turbación relajándose al contacto de su compañera.

El zumbido, en esa burbuja, durante un momento fugaz, cesó.

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09/08/2024, 00:33
Augustus M. Malfoy

Miércoles 8 de septiembre
De 17:00 a 18:00 horas
Duelo Isobel vs Meredith


Malfoy entró cuando Meredith estaba sacando la varita de su costado del muslo y no pudo evitar sonreír mientras alzaba una ceja y desviaba la mirada al piso como un caballero. Tomó asiento para ver la contienda claramente, sacó su libretita y una pluma para hacer anotaciones de los movimientos porque parecía que apestaba en duelo, increíble.

Cuando Isobel apareció frunció el ceño y la miró con detenimiento un segundo, luego puso cara de póker y esperó a que se sucedieran los primeros movimientos. La sorpresa fue absoluta al ver a Meredith ganarle a su antigua compañera prefecta, ¿Quién lo hubiera dicho? Hubiera apostado todo a la cuasi-aurora. Observó a Meredith y aplaudió con suavidad, una forma de felicitar a la muchacha.

-Bien logrado, señorita Goldstein.

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09/08/2024, 17:03
Aster Hare

Miércoles 8 de septiembre
De 17:00 a 18:00 horas
Duelo Isobel vs Meredith


Cansado de leer en la biblioteca Aster se había acercado a la pista de duelos, se suponía que su compañera de cátedra participaría en uno. No es que tuviese una curiosidad extrema pero cualquier evento se sentía necesario para aliviar la mente y los doscientos tres puntos de un tratado político del siglo quince. 

A unos pasos del ingreso de la sala notó que Meredith entraba con un atuendo que a su parecer estaba diseñado con esta actividad en mente, luego de unos momentos ingresó una joven de pelo rizado. Su rival, pensó Aster antes de seguir y entrar a la recámara.

El duelo fue más veloz de lo que esperó, no como una crítica a la habilidad de alguna de las duelistas, que fue impresionante, sino porque quería entretenerse y no regresar al estudio. La voz de Malfoy felicitando a la ganadora lo hizo dudar por un segundo antes de acercarse. 

-¿Se encuentra bien?- Les preguntó a las damas con sincera preocupación.

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15/08/2024, 02:54
Isobel L. Balnaid
 

  Lunes 6 de septiembre
De 17:00 a 18:00 horas 
Maniquí de entrenamiento individual 1


Los pasos que se dirigieron a la zona de entrenamiento eran casi tan furiosos como apagado estuvo el ánimo de la bruja en esos cinco días que parecieron eternos, desde que comenzase el curso. No había encontrado un instante para entrenar en la agenda apretada de reservas y la inquina aderezada con la ira se acrecentaba por días, hasta que finalmente se encontró frente al muñeco de hierro en el área de prácticas, tambaleándose en equilibrio sobre una única rueda.

La mirada vacía que transmitía las rendijas abiertas de la careta recordaba todo aquello que había quedado en suspenso en su vida y las promesas rotas, la nada y las tinieblas. Ajustaba el guante con el que acostumbraba a practicar, sosteniendo la varita con fuerza mientras por todas sus venas una corriente eléctrica recorría todas sus extremidades, dejando un cosquilleo en ellas.

Respiraba con dificultad frente al muñeco y esa profundidad en las rendijas donde debieran estar los ojos, le recordó la máscara del joven Slytherin varios días atrás, distante en la enfermería. Un velo rojo la cubría y solo deseaba exorcizar esa parte de su alma estancada en un pensadero del pasado. Arrancar de cuajo ese sentimiento que aún la engrilletaba a esa atracción que le impelía su sonrisa.

-¡ Crucio! - gritó y el maniquí se estremeció con un temblor horrorífico, como si todo el mal del mundo hubiera pasado por él. El hechizo había arrojado a Isobel en retracción, que quedó compuesta en el suelo, atónita ante la realidad de lo sucedido. La varita vibraba en su mano exudando una traza de maldad en el humo de su memoria. ¿He sido capaz?

Se levantó con dificultad, enardecida ante el alivio que supuso vomitar el dolor acumulado, tanto que aferrando su madera, tuvo la audacia de volver a rebuscar entre la oscuridad de interior - ¡Sectumsempra!

Un par de grietas débiles resquebrajaron la carcasa acerada del maniquí, rezumando un humo turbio. Que estoy haciendo. No es lo que nadie se merece. Nadie a quien medianamente hayas amado. Una raya culpable en su conciencia la hizo agrietarse tanto como el exangüe hechizo que apenas logró golpear el muñeco y angustiada en un acceso de llanto, lágrimas limpiaron la negrura de su alma escapándose como las volutas del maniquí - Protego - susurró esperando que el hechizo pudiera barricar un corazón moribundo

Permaneció unos instantes con su mano cubriendo el rostro, en el silencio que gritaba entre esas paredes hasta que decidida, consideró aprovechar el resto de la hora en algo más útil como tratar de repeler a los dementores que asaltaron el expreso de Hogwarts.

Solo necesitaba traer a su memoria un momento, uno que aunara esa protección y en silencio, al evocar esa misma mirada y la suavidad de unos labios en la torre de astronomía, un halo brillante desde la punta se tornó en potente plata corpórea con el brío de una yegua cuyas crines ondeando al viento, relinchaban y se encabritaron apartando en escudo el maniquí convertido en dementor provisional.

Galopó unos instantes, flotando por la habitación en un insonoro golpear de cascos hasta extinguirse entre espirales de luz argéntea.

Caminaba en círculos entorno al caparazón de hierro y tras fracasar con una convocación compleja como es el Protego Máxima, comprendió que llegaba el momento de descansar. Al recoger la sala para el próximo alumno, dedicó un último vistazo al recinto sopesando lo que permanecía entre esas paredes. Cerró la puerta e  inspiró convencida.

Nadie había perdido ni ganado el duelo finalizado y sin embargo una sensación de anotar un mitigante triunfo la reconfortó en su deambular de vuelta por los corredores del castillo.