Buenas noticias, mis bienamados pueblerinos y forasteros. Esta noche, no ha muerto nadie. Puede que sea la calma antes de la tempestad, puede que se haya acabado todo. Para saberlo, tendréis que esperar a que anochezca.
Evento especial: como no ha muerto nadie, tampoco votaréis por un sacrificio, ya que pensáis que todo ha terminado.
William empieza a tener una cara de felicidad al saber que nadie murio aunque le parecio muy raro. Revisaron en todos lados de que nadie murio?...
-Bueno, pues por lo visto todo acaba aquí.-dice sonriendo, algo que es muy poco comun en ella-Al fin podremos seguir con nuestra vida normal,por lo que hoy cada uno puede dormir ya en sus casas.-sontinua sin perder la sonrisa.
Parece que fue acertada la decisión y se encontró al responsable de tanta muerte. Parece que por fin podemos respirar tranquilos, aun así toda precaución es poca, sería bueno seguir alerta. Nunca se sabe.
A pesar de su actitud precavida, en su interior Rais sentía una inmensa alegría.
Por fin se ha acabado este infierno
Siento una inmensa alegría cuando me entero de que nadie a sido asesinado esta noche. ¿Entonces hicimos lo correcto matanto a tantos aldeanos?¿Era Félix el culpable? "Probablemente sí" pienso para mi misma. "Por fin ha terminado todo este infierno". Aunque he perdido a Dulcinea y a Yazmin, espero poder llevar otra vez una vida tranquila...
A la mañana siguente, despues de haber pasado toda la noche en vela, parecía que la posada no había sido atacada. Será, acaso, el fin de este infierno? o será la calma que precede a la tormenta. Espero, de todo corazón, que sea lo primero.
Me acerco a los habitantes, y les pregunto: Parece que esta noche fue tranquila, habernos quedado funcionó. Pero, por si acaso, han verificado que estemos todos?
Y subido en la escalera que lleva a las habitaciones, cuento a los presentes, me asombra y me alegra que no haya muerto nadie esta noche.
A lo lejos, triste y cansada, camina Cornelia. Llega asustada, pensando en quién habrá sido el desgraciado que haya encontrado la muerte esta noche...
Camina rápido, con prisa, para encontrarse con los demás. Su aspecto es más desaliñado que de costumbre, llega llena de paja, despeinada y con la camisola medio salida...
Abre la puerta, y entra...
"¿Qué ha pasado? ¿estáis todos bien? Tuve que volver al molino porque padre estaba enfermo y sólo... Al llegar la medianoche me asuste, me dió la sensación de que alguien nos vigilaba, así que en un momento muy oscuro de la noche decidí bajar al granero y esconderme debajo de la paja."
"Pero decidme, ¿qué ha pasado?"
Tras abrir los ojos vi que por fin alguien no había muerto o eso pensaba...
Buenos días!!Estamos todos?? Voy a lavarme la cara luego tomare un vaso de leche.
Me fui a los aseo de la posada me lave la cara y me mire en un momento en el espejo Pensé en mi misma
Cuando terminara todo esto?? Si hoy va todo bien creo que me iré de este pueblo cuando termine toda la pesadilla y espero que sea hoy.
Volví con los demás y espere a que me diera mi vado de leche.
Al escuchar las palabras de Victoria, la sonrisa de Cornelia vuelve a salir, y estalla en alegría...
Comienza a besuquear las mejillas de todos efusívamente, casi pegajósamente mientras chilla tan contenta como escandalosa...
"¡Bendito sea dios! ¡Al fin ha terminado la pesadilla! ¡Estamos todos! ¡Bendito seas dios mío! ¡Gracias, gracias!"
Mañana empezará un nuevo turno nocturno.
Por suerte aquella noche no había muerto nadie pero cantar victoria sería una verdadera tontería porque a mí me parecía más que aquello era como para que bajáramos la guardia, si, eso debía ser. Hice las cosas propias de la mañana, quizás era hora de volver a casa.
Habiendo contado, recontado y vuelto a contar a los pueblerinos, decido ir a la barra, desayunar y luego volver a mi habitación, a dormir despues de una noche que al menos, parecia haber rendido sus frutos. Pero será cierta tanta belleza, bien mi padre decía que de eso tan bueno no dan tanto...cómo estarán en Forli? He de mandar pronto una carta a mi padre.
Pero eso lo haría despues de haber descansado bien y repuesto mis fuerzas.
Al entrar a la taberna conocí la buena noticia, al parecer aquella noche todo había terminado, pero debíamos seguir atentos, aunque cabía la posibilidad de que aquellos que huyeron despavoridos fuesen los culpables de todo.
-¡Que corra er vino weno!, ¡vino pa tos!-Le dije al tabernero para que pusiese unas rondas a toda la gente.
Bien mi buen amigo Tomás! parece que se ha terminado todo. Salud compañeros, que el pueblo esta tranquilo de vuelta!
Dice levantando la botella y dandole un trago largo
A ver a los dos mas mayores del pueblo bebiendo sin parar...Empiezo a Sospechar de ellos dos...
nadie le han puesto la mirada encima por su edad, pero porque siempre estarán bebiendo Vino.
Me voy hacia un rincón y los miro sin que se den cuenta...
Que casualidad que hemos estado todo hoy en la taberna y no haya pasado nada, creo que el asesino aun sigue con nosotros, pero asido tan cobarde de no salir para que el pueblo no se le eche encima.
Miré a mi alrededor, insistía dentro mío que era demasiado pronto para pensar que ya nada iba a suceder pero sabía que no los iba a convencer de lo contrario, así que me quedé sentada allí, mirando lo que me habían dado para desayunar y que la verdad no me apetecía para nada, habría vomitado si lo probaba y por eso sólo jugueteaba con el pedazo de pan y miraba la leche con desasosiego.
Me senté al lado de Constanza.
Buenos días, ¿como se encuentra hoy? - pregunté amistosamente recordando la intranquilidad de la mujer la noche anterior, que aunque era una intranquilidad compartida por todos fue la única con la que hable de noche y quería asegurarme de como se encontraba. Sin confesar, claro está, que yo también había estado asustado - Parece que todo ha pasado. No quiero confiarme pero supongo que nos merecemos un poco de alegría ¿No cree?
Lo miré y sonreí, al menos lo que yo creía que era una sonrisa.
-Si, celebrar un poco está bien pero tengo la ligera sospecha de que no nos hemos librado de nada, caballero y temo que cuando se nos acaben las ideas, terminemos señalando a diestra y siniestra...-me acerqué un poco a él.-La verdad, si no fuera porque si me voy a casa lo más probable es que me tachen de asesina, me iría ahora mismo...