Con la llegada de la noche el miedo vuelve a apoderarse de vosotros. El linchamiento del día ha acabado con dos personas sentenciadas pero la noche se ofrece misteriosa y peligrosa. ¿Quien caerá esta noche? ¿El asesino nocturno acabará con esos malditos cristianos infiltrados? Mientras os miráis los unos a los otros con una expresión de temor y sospecha observáis el sacrificio humano que vais a celebrar con esos dos ex-compañeros que están a punto de morir.
Turno nocturno, sin evento especial, no se lo que durará pero espero que acabe pronto para pasar al día siguiente y seguir con las votaciones.
La muerte de Julio Cesar es una sorpresa, quien habría de decir que el famoso Cesar caería víctima de su propia apatia
-¿mas como podemos saber que estás dos muertes han servido de algo?- la respuesta es muy sencilla, no lo podemos saber, solo podemos esperar que esta noche no hayan mas muertes
-al menos los barbaros han cesado en sus ataques a las puertas del templo, tal vez las legiones esten próximas a liberarnos-
No tiene sentido que le de mas vueltas, no tengo el don de la profecía, así que, como las noches anteriores, busco un ligar bien visible en el amplio salón del templo para acomodarme y dormir
Esta vez se mostró tranquilo, aunque severo.
-Dos personas me han votado, casualmente de quienes más sospechaba yo fueron quienes arremetieron en mi contra. De no ser por el voto de confianza de Posca, hoy estaría yo afuera en lugar del Cesar- y entrecerró los ojos.
-Hay aún algo que me perturba, más dejemos que pase la noche y que quienes hablaron con franqueza y revelaron las sospechas tácitas con nombres propios no nos sobrevivan a los que tratamos de hacerlo difícil a los asesinos...- y diciendo eso, se retira a un rincón del templo.
La sorpresa era tanta que no pude ocultarla de mi rostro, al parecer yo no era el unico que sospechaba de las intenciones de Cersar, pero me había negado a acusarle pues no tenia las suficientes pruebas. El mismo Cesar sucumbió ante los ojos que se posaron sobre él.
Me dirijo hacia mi hermano ofreciendole mi protección - Espero que perdones mis faltas contra ti. Hemos tenido nuestras diferencias, pero en estos momentos es cuando la familia debe permanecer mas unida, no permitiré que tu sangre sea derramada en este lugar. Ahora hay que hacer lo posible por descansar un poco, hay que renovar fuerza para el nuevo día -
Erastes estaba complacido, para su ojo se había hecho justicia, esperaba que su buen juicio no le hubiera fallado esta vez y que su votación había sido acertada.
- Si, todos esperamos que esto acabe pronto y las legiones lleguen a nuestro rescate - dijo con buen ánimo, al empezar el día. Esperaba también que el asesino hubiera caído o que ya hubiera cumplido sus objetivos y que dejara a los eran inocentes en paz.
Lástima con no contar con alguien que tenga conocimientos sobre enterramientos, nos sería de una estupenda utilidad para descifrar muchas de nuestras incógnitas, como si las personas que han muerto eran cristianos y ya se ha impartido justicia, mas mucho me temo que entre los presentes creo que no hay nadie con ese conocimiento, espero equivocarme.Lo que no entiendo es como el propio Cesar se ha votado asi mismo..., si el propio cesar ha preferido sentenciarse a si mismo, la verdad que estamos en peligro todos...¿quién dirigirá ahora Roma?,¿acaso prefirio ser linchado para morir, antes de ser objetivo de los que en la noche se ocultan y asesinan?.- dice preocupado Caton -
Espero que esta noche todos durmamos sin peligro, de todas maneras sería una gran y util idea, reforzar todos los accesos a este templo, para evitar asi la entrada de lo que quiera alla fuera darnos muerte, mejor que empecemos cuando antes, en reforzar los accesos, de esa manera todos estaremos mas seguros -dice Porcio Caton a los presentes -
Dos muertes esta vez. El ansia de sangre de la antigua gloriosa república no tenía fin. Aunque los dos sacrificados hacía tiempo que no eran vistos, tampoco se merecían ese final. Cayo Julio Cesar, el que en otra época murió apuñalado por infinitas manos en el senado, esta vez volvía a ser sacrificado, pero no en busca de un bien común, sino por el miedo y la desesperanza. Y Jocasta, apenas una cría, a tal llegaba el barbarismo de los romanos. Y su marido era uno de los que había votado por su ejecución. Le quería, claro que si, pero no podía olvidarse de la cara de la chica mientras moría...
Esta noche no dormiría con él. Seguramente tampoco la echase en falta.
Eirene se fijó que Herodes apenas se preocupaba por su esclava, bueno, mejor por ella. Así Gaia podría hacerla compañía. ¿Te importa dormir conmigo? No quiero estar con mi marido esta noche y tampoco quiero estar sola.
Octavia había presenciado las ejecuciones sin ningún tipo de emoción. La tensión desde el ataque de los bárbaros, el suicidio de su madre, la indiferencia de su hermano para con ella la tenían anestesiada, fuera de su propia conciencia. Parecía estar viéndolo todo a través de un cristal semitransparente, alejada de todo y todos. Sin embargo, las palabras de Porcio Catón la sacaron de su ostracismo, y sin saber como se encontró hablando cara a cara con los hombres.
-¿De veras crees que, con la amenaza de los cristianos, que matan a traición en nuestras propias caras, quien posea la habilidad de enterrador andará pregonándolo a los cuatro vientos? No sería sensato de su parte hacerlo, ya que a la siguiente mañana seguramente lo encontraríamos muerto. Yo creo que el enterrador está entre nosotros y de alguna manera nos hará saber si hemos dado con los cristianos... Pero no se expondrá a ser blanco de una muerte segura. Y tú, Egneo Pompeyo, si desconfías de mí, dímelo a la cara con todas las letras. Sé valiente y profiere la acusación como un hombre, no tras palabras veladas. Por mi parte te diré que si fuera una cristiana, no me molestaría en votarte para deshacerme de tí. Iría por la noche y cortaría tu garganta en silencio, como han hecho hasta ahora los asesinos. Sin embargo, que te preocupes por mi opinión me da que pensar que mi instinto no está equivocado con tu persona. Ahora es tiempo de dormir. Mañana veremos que novedades nos trae el día, si es que aún estoy aquí. Con su permiso- saludó con una inclinación de cabeza y se retiró hacia donde se encontraban las esclavas. No eran sus amigas pero al menos no destilaban odio como los hombres.
-Duras palabras para una dama que se ve envuelta en sospecha y hablara para retirar las miradas sobre ella...- dice con tranquilidad -Pero me temo que esta noche ha errado, y aunque señalo con desconfianza vuestro voto (de Jocasta y el de vos), no me refería en mi intervención a vuestra ilustre persona. Y no se necesita ser un gran entendedor para saberlo...- espeta.
-Hay quienes más despiertan suspicacias, pero como he dicho, ninguna sospecha puede airearse con impunidad, más con recelo y los nombres propios quedarán a cada uno. Ya veremos si esta noche sobrevivo o no- y diciendo eso sus palabras se apagan desde su improvisado lecho.
Gaia asintio, no era bueno dormir sola con tantos cristianos asesinos sueltos.
-Ojala ya hayan muerto la mayoria de los cristianos, porque sino...-un escalofrio le recorrio. Durante un instante, se imagino el templo lleno de sangre, con todos muertos, y unas figuras con las caras tapadas, que escribian en las paredes con sangre rezos y salmos a su Dios.
Enseguida volvio a la realidad. Eirene estaba con ella, a su lado, y los demas romanos esparcidos por todo el templo. Tal vez su destino estaba escrito, pero todavia podrian salvarse. ¿No podrian huir por la noche a otras poblaciones? No, posiblemente hayan sido conquistadas por los barbaros, o que se encontraran con ellos por el camino, lo que les aseguraria la muerte, o seguir siendo esclava.
Los cristianos siguen vivos y nosotros estamos a merced de estos seres horrendos. Miro a todos, veneno, muertes violentas y odio... de aquí no saldremos vivos, esto es seguro.
No sabía si sería su ultima noche, que los dioses la protejan.
Parece que he sobrevivido un día más, pero nada me aseguraba pasar la noche.
Una vez que se ha dicho lo necesario prefiero esperar a la mañana siguiente, si sigo vivo, para seguir buscando a los culpables. Estoy cansado, así que me echo en el lugar más cómodo que encuentre a la vista de todos.
Despues de un largo día tratando de evitar la subita entrada de los barbaros y la conspiracion cristiana, Octavio decide descansar deseando que pueda despertar al otro día, otro día más.
La noche llega a su fin y un nuevo día se vislumbra en el horizonte. Tras una cálida noche de relajación y relax mañana podría ser un buen día, tal vez...
Escena cerrada, seguimos en la siguiente escena día 6 - vigilia. Bueno, siguen los que estén vivos.
Estas muerta, el vigilante te ha eliminado esta noche.
Los cristiano han acabado contigo esta noche pero no te retires todavía porque aún tienes algo que hacer durante la semana que viene...