Partida Rol por web

Tras el recuento de votos cae la noche. Una cena ligera antes de iros a dormir y descansar aunque sois conscientes de que el peligro duerme cerca vuestra esta noche.

En una esquina me quedo pensativa antes de dormir,  Atia se ha suicidado por desesperación, nunca confie en ella, pero algo me hace pensar de que tenía algo que ocultar, sea como sea, nunca lo sabre. El olor a muerte ha indadido todas las cosas. Amo, le digo a porcio Catón, sí duermo y no despierto sepa que le aprecio. Digo en pocas palabras, el senador fue muerto, pero no se sabe si fue o no cristiano, creo que el no saber pone la situación muy dificil, porque ¿cuando sabremos que se dará la justicia o la injusticia?, suspiro, mientras veo los demás al rededor de todo... Quiero salir del templo, a veces no se si preferir una muerte rápida gracias a los barbaros que una muerte lenta a manos de los propios romanos.

Porcio pone una mano en la cabeza de Voreza y la caricia...

Solo espero que pase lo que pase, Roma no muera , espero que ambos despertemos mañana para ver el nuevo día, mas parece que cada día se hará más difícil teniendo a un enemigo interior entre nosotros, ademas de la desconfianza que empieza a florecer en todos nosotros, pienso que tanto si sobrevivimos como si no, Roma morirá, solo espero que no suceda tales eventos, ni más muertes, ni más asesinatos y que encontremos a aquellos que andan asesinando sin remordimientos. - dice Porcio a su leal esclava -

 Me siento en las escaleras del templo, dispuesto a dormir en un sitio bien visible, y si los cristianos van a por mi que tengan que exponerse al menos.

Desde donde estoy no puedo evitar escuchar la conversación, y compartir los miedos de Vorena

-aunque caigan los cristianos, si ese "justiciero" sigue actuando no sabremos si estamos en peligro o no-

Suspiro inquieto y me tumbo cubriéndome con una manta

 Ohhh Anubis, Señor de la necropolis, Dios de la muerte, acompañar el alma de los muertos hacia tu morada, y sí son cristianos torturarles hasta morir nuevamente en las fauses de los monstruos de las profundidades, canto mi oración, que  Isis bendiga mi cuerpo, por sí es llamado hacia tus pies.

Me acomodo en el suelo  y rezo por que mis dioses me protejan.

Marco Antonio habia quedado atonito al escuchar la noticia del suicido de Atia, por varios minutos estuvo parado en silencio y con la mirada perdida Atia porque? POR QUE!? el grito a puro pulmon del amante se escucho en todo el templo. Con la congoja a flor de piel se acerco hasta los hijos y les dio sus condolencias a cada uno mejor que su madre no se matara por culpa de ustedes pequeños bastardos desagradecidos.

Luego se acerco hasta Julio Cesar Cesar...Cesar...Atia ha...ha...muerto por propia mano le dice con la voiz entrecortada y llena de pesar.

- ¿Cesar? ¡¿CESAR?! ¿Que hace el Cesar por nosotros? ¿Que haces tu Antonio por Roma, ahora?, ¿Es que acaso vosotros los militares sois incapaces de protegernos? - Bruto se acercó a Marco Antonio, todavía contrariado por la muerte de su madre.

Marco Antonio se da vuelta para increpar a Bruto y ase cerca hasta quedar cara a cara con el, con los puños cerrados con tanta fuerza por la ira contenida ,que estaban blancos  Bruto lamento tu perdida pero sera mejor que respetes tu tambien las muertes, Atia y sus hijos son la unica familia del Julio Cesar! idiota espero que nunca veas morir a tu amada... Y por cierto, que hacemos los militares? lo que el senado nos deja o te olvidas quien dirije Roma?  Yo soy Soldado y Senador de Roma y si por mi fuera haria dormir a todos en una sala comun para evitar mas muertes, pero tu y el resto de los de noble cuna se acostarian al lado de soldados, libertos y esclavos?

 Cansado de discutir lo que ya no tiene remedio, me acuesto en el primer sitio que encuentro. Mañana si no muero, veré otro cadáver más y escucharé las mismas acusaciones de ayer, otra persona morirá en nuestras manos durante el día y ni siquiera sabremos si era culpable. Desde luego, no llegaremos a ningún sitio de esta forma. Muerte nocturna y muerte diurna hasta que sólo quede un. Con estos pensamientos me duermo, esperando que los dioses decidan darme un día más de vida.

Había conseguido terminar de limpiar a Lucio Voreno. La pira tendría que esperar, una incineración en un recinto cerrado no era buena idea. Además, nadie permitiría que se velara por un soldado, no mientras hubieras nobles a los que plañir.

Eirene se levantó para ver como otro romano más era ajusticiado por sus hermanos. Había decidido no participar en las votaciones hasta que no tuviera un claro culpable de los delitos. La religión siempre había sido causas para orquestar matanzas, todo nombre de dios estaba manchado con la sangre de sus creyentes. ¿Acaso estos romanos creían estar satisfaciendo a Baco matando sin razón justificada?

La joven se acercó a la zona donde había dormido las últimas dos noches con su marido. Antes de cerrar los ojos recordó a Höðr y le imploró que devolviera la vista a los romanos y a Delling, pidiendo que todos amanecieran a la mañana siguiente. Hasta que no sintió el cálido tacto de su marido y su fuerte olor a sudor, no fue capaz de quedarse dormida.

Cansada, Merula se hace una bola en el suelo, su viejo corazòn necesita un descanzo, no sabe sì mañana  tendrà un nuevo dìa, o sera èl ultimo para sus canzados huesos. Para mi que mataron a un inocente, pero que màs dà, esta cansada y sus miedos estan muy presentes, ya nada de lo que hicieran rectificarìa la maldiciòn del templo.

Tantas muertes ya tenían en desconcierto la mente del pobre Timon, comprendía en carne propia la desesperación que llevo a Atia a quitarse la vida, pero no podía dejarse llevar como ella lo había hecho.

Sin encontrar mas que hacer decide ponerse en plan de descanso, ya no le molestaba la idea de morir, pero si la idea de no haber tenido la certeza para encontrar al asesino y hacerle pagar por su osadía.

Al ver la tragica muerte de su madre, Octavio dejo entrever signos de tristeza profunda, mas su orgullos y caracter no le permitió llorar en frente de todos, sin embargo toda su atencion estaba enfocada en ello. 

Para mi madre valiente y soberbia esperar la muerte era el deshonor de la vida misma, por lo que prefierio enfrentar al Tartaro hoy mismo que esconderse como los cobardes que nos traicionan.

Nadie ha sido jamás víctima de una calamidad tan grande, para nadie ha sido más deseable la muerte. El momento más honroso para alcanzarla lo he dejado pasar, lo que me queda no es ya para remedios sino para poner fin al dolor.

Palabrería vacía, vana y hueca. Eso era lo que pretendían usar para detener a los asesinos (¿o es lo que ellos usarían para camuflarse?). Sacudiendo la cabeza Pullo se dirige a su rincón y se tumba junto a su mujer para pasar la noche, abrazándola de forma protectora. Solo pensar que el asesino de Voreno seguía entre ellos hacía que le hirviese la sangre, pero... poco podía hacer. Quizás por la mañana, si seguía vivo, podría ajustar cuentas.

 La noche cae junto con el Shock que me paralizó por las repentinas muertes de tan ilustres ciudadanos. Dejo a mis subalternos de lado y estoica e impolutamente me retiro entre las sombras. Soy un hombre fuerte, impoluto y estoica, nadie puede ver lo que yace bajo mi coraza, púes si lo hiciera, Roma correría peligro. ¿Acaso no desmorona ver a un líder caer?

Mi rostro voltea invisble entre las sombras.

-Bruto, hijo... Tus palabras duelen como 23 puñaladas. ¿Te has aliado con nuestros enemigos?. No, No podemos seguir matándonos entre nosotros, estoy... estoy pensando en una manera... mañana... mañana si los dioses no me hablan junto a ellos se los comentare. Hoy... hoy hay que descansar y despedirnos de los muertos.

Cleopatra, mi reina, mi señora. Que vuestros dioses nos protejan a todos, así como los nuestros velan por usted...

Vigilante: Mascius.
Lobos: Mascius.
Protector: Cleopatra
Vidente: ¿?

Y la noche llega a su fin aunque el nuevo día trae consigo sorpresas.

Estas muerto, alguien te elimino durante esta noche.