Partida Rol por web

HP - La copa de la travesura

El gran comedor

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13/08/2023, 10:49
_Narrador_

Vienes 28 de octubre de 1994 21:00  - Colegio Hogwarts de magia y hechicería 

Las clases habían tocado a su fin y los estudiantes se afanaban en llegar al gran comedor, y por una vez no solo por el interés en las delicias que podían haber preparado los elfos domésticos. Había empezado como un rumor, el simple aleteo de una mariposa, pero ahora corría por los pasillos como la pólvora. Se había visto a la profesora McGonagall corriendo de un lado a otro del castillo, visiblemente agitada, ordenando a unos y otros una tarea y justamente la contraria. El director también había vuelto por sorpresa de un viaje al ministerio, y si se unía todo eso con el ajetreo de los elfos domésticos todo quería decir que algo se avecinaba al castillo.

¿El qué? Nadie lo sabía, y no había nada peor en ese castillo que tener un secreto. Los secretos estaban hechos para ser descubiertos, y nada había más curioso que un par de centenares de chicos de todas las edades. A pesar de todos los intentos por sonsacar a los fantasmas, a Hagrid y a los profesores nada pudieron decir pues nada sabían. Parecía que el asunto era tan secreto que solo el director y la subdirectora McGonagall parecían enterados, y pronto el desánimo corrió por los pasillos, un sentimiento que no parecía tocar a los gemelos Weasley que revoloteaban alrededor del mar de alumnos que se dirigía hacia el comedor.

- Apuestas, hagan sus apuestas. - Decía alegremente Fred - Se aceptan cromos de las ranas de chocolate, caramelos de Honeydukes, artículos de Zonkos, escobas y componentes de pociones. - Siguió, casi sin tomar aire, como si fuera uno de esos vendedores animados del mercado - Relojes, pulseras, secretos y, por supuesto, trabajos de historia de la magia. ¡Hagan sus apuestas, no se queden sin su oportunidad!

Jocelyn Rose, la bella estudiante de segundo año de Hufflepuff, se acercó a ellos con inocencia y preguntó sobre que se apostaba. George, ¿O acaso sería Fred? le contestó

- Un anuncio será hecho esta noche durante la cena, un anuncio importante, lo sé de buena tinta, y vamos a apostar para saber que puede ser. ¿Quieres apostar pequeña? En tu caso podríamos aceptar hasta un beso, que estoy seguro que para muchos tendrá más valor que cualquier premio. - Aunque no parecía que ellos estuvieran interesados al ser mucho más mayores si que sabían que un beso de Jocelyn iba a volver loca las apuestas.

La chica bufó divertida antes de responde

- Como si eso valiera algo. No, yo quiero apostar a lo grande. 2 Ranas de chocolate a que vuelven a traer dementores como el año pasado.

La mención de los dementores hizo que varios estudiantes la miraran aterrorizados, pero los Weasley sonrieron y dijeron

- Eso se paga 15 a 1. Anotamos tu apuesta bella señorita. ¿Alguien más?

Algunos estudiantes se miraron y todos se lanzaron a apostar. 2 ranas de chocolate de la mismísima Jocelyn Rose, aquello era una oportunidad que no se podía rechazar. Cualquiera que se acercara a apostar descubriría lo que el castillo pensaba que estaba a punto de suceder, y con que probabilidad.

  1. El cambio del profesor de defensa de las artes oscuras se pagaba 1.7 a 1
  2. El otorgamiento de puntos de la copa de las casas a Gryffindor se pagaba 1.9 a 1
  3. La cancelación de la temporada de quidditch se pagaba 3 a 1
  4. El anuncio de un baile se pagaba 4.5 a 1
  5. El anuncio de la jubilación de un profesor se pagaba 10 a 1
  6. El cierre del colegio por algún peligro 12 a 1
  7. La aparición de los dementores 15 a 1
  8. La disolución de las casas para formar una única casa en 25 a 1
  9. La expulsión de todos los sangres sucia del colegio en 100 a 1
  10. La expulsión de Harry Potter en 200 a 1

Habían otras más descabelladas, como que un centauro iba a ser el nuevo profesor de Hogwarts, y todas eran aceptadas por los Weasley mientras uno metía en un saco sin aparente fin las cosas apostadas y el otro escribía la persona, la apuesta y la cuantía de la misma. La marea de gente llegó al gran comedor a las puertas del cual Peeves estaba haciendo malabarismos con unas mazas de fuego.

- Un secretito, Peeves ha escuchado un secretito, pero ¡ja,ja,ja! es secreto. ¿Quieres saberlo? 

Ante él estaba Brenda Frasier, una ravenclaw de segundo año, con su descomunal tamaño que la hacía pasar por estudiante de los últimos cursos. Peeves giró alrededor de ella riendo, animadamente, mientras hacía malabares, hasta que una de ella  cayó en la cola de la túnica de la muchacha y empezó a arder con unas llamas azules y fantasmales. 

- ¡Ja,ja, ja! Que mi maza en tu túnica hacen el incendio perfecto, ¡ja,ja,ja! - Peeves saltó y se zambulló en el suelo, siendo engullido por la piedra, dejando a la pobre Brenda con expresión asustada buscando algún lugar donde apagar sus llamas. Estaba tan avergonzada que ni si quiera se atrevió a pedir ayuda aunque se le veía visiblemente apurada.

Notas de juego

¡Y comenzamos!

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14/08/2023, 19:13
Lucas Costelo

Algo se estaba cociendo, lo notaba, hacia varías horas que estaba en tensión. No había prestado demasiada atención a las últimas clases, los viernes podían resultar muy aburridos, y con frecuencia desconectaba algunos ratos, lo justo para no perder por completo el hilo. Pero aquella tarde estaba nervioso, tenso, con ansiedad, y no recordaba que le hubiesen pillado en ninguna de sus últimas jugarretas. No, era otra cosa, algo que estaba a punto de pasar.

Y el final de las clases, con todo el mundo dirigiéndose al comedor, tan solo acentuó aquella sensación.

Los Weasley no perdían la oportunidad, donde había oportunidad de negocio, allí estaban. Unos máquinas.

Si Jocelyn llega a apostarse un beso, algo habría tenido que apostar, y no lo habría tenido sencillo, ya que estaba casi pelado. Se lo había gastado casi todo en chuches y artículos de coña, que o ya se había comido, o se habían roto, o perdido. Estaba bastante hundido, pero eso también era lo normal. En cuanto tenía algo de pasta, esta volaba de sus manos, se esfumaba, aquello si que era magia. Y, por el momento, no le servía para mejorar su currículum.

Como no tenía ni idea de lo que podría ocurrir, ni tampoco nadaba en la abundancia como para participar en una apuesta que seguro que perdería, siguió hacia el salón.

Y allí vio como el desgraciado de Peeves incendiaba a la enorme Brenda, aquella mujer daba miedo, si continuaba creciendo ganaría algún récord. Pero no pudo evitar, tratar de ayudarla.

-Tranquila Brenda, no te muevas, y te lo apago en un momento.- Le dijo a la joven, mientras trataba de pisar las llamas, y apagarlo antes de que se extendiese por todo el vestido.

Notas de juego

Si conoce un hechizo de apagar, o de crear agua, y ve que lo va a necesitar, lo usa. Que como no se apague pronto, puede ser una cosa sería la avería del dichoso fantasma. 

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14/08/2023, 20:43
OUT - Oliver Huskins

Mientras los alumnos de Hogwarts caminaban o corrían hacia el Gran Comedor, Oliver iba por el pasillo con la cabeza baja, dando de vez en cuando algún pequeño saltito al unísono con Wario, mientras pulsaba de forma frenética los botones negros y rosas de su consola portátil. Se chocó con un par de alumnos de primero según avanzaba, pero no levantó la cabeza. Su incursión al monte Teapot era lo más importante.

Perdoooón... —dijo de forma automática. Estaba tan acostumbrado a disculparse cuando chocaba con alguien mientras jugaba que ya le salía como algo natural.

Entonces escuchó la voz de Fred Weasley, una de las pocas cosas que podían hacer que levantara la vista de la pantalla de su Game Boy. ¿Apuestas? ¿Sobre qué esta vez...? Aguzó el oído cuando Jocelyn puso voz (una voz preciosa, por cierto) a sus dudas. Ladeó un poco la cabeza al escuchar la respuesta del gemelo pelirrojo, abirendo los ojos con curiosidad. Una sonrisa amplia apareció en su rostro.

Eh, ¿habéis oído? Van a hacer un... oh... —se dio cuenta de que no estaba con su pandilla y miró alrededor para ver dónde estaban los demás. Pero no pudo ver a ninguno, así que se guardó la consola en el bolsillo de la túnica y siguió avanzando hacia el comedor.

Llegó justo en el momento en que Peeves prendía la túnica de Brenda con una de sus mazas, y pudo ver que Lucas andaba por allí y se lanzaba a ayudarla.

¡Ahí va, es fuego de verdad! —dijo, entre fascinado y un poco preocupado por su compañera de casa—. Ese Peeves... ¡Espera, Lucas! ¡Te ayudo! ¿Dónde está mi...?

Y se lanzó a la carrera hacia su amigo, mientras se tanteaba la túnica en busca de su varita. ¿Por qué siempre se le olvidaba en qué bolsillo la había guardado?

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14/08/2023, 21:58
Millie

En cuanto terminaron las clases, Millie se levantó de un salto y salió corriendo por la puerta. Había dejado a Bubble escondida en un armario, con la puerta semientornada para que pudiera espiar lo que estaba ocurriendo y la última hora se la había pasado dando pequeños botes sobre el asiento y mirando cada dos por tres hacia la puerta. No había sido la mejor idea de la chiquilla. Su primera intención había sido dejarla en una intersección de uno de los pasillos, oculta debajo de una de las mesas, pero enseguida desechó la idea. Bubble era demasiado despistada y seguro que no tardaría en olvidar por qué estaba allí y se alejaría de su posición. Millie estaba convencida de que la tortuga tenía problemas de memoria, pero no podía estar más equivocada; lo que pasaba era que al animal no le gustaba que la mangonearan de aquella manera. 

Al llegar al armario ahogó una exclamación al ver que la puerta estaba cerrada. La abrió y descubrió que alguien había metido unos trapos que habían caído sobre la pobre Bubble. Podía ver como la ropa se movía con los intentos infructuosos de la tortuga para salir de aquella imprevista prisión de tela. 

Bubble, ya estoy aquí... No te preocupes, que te saco enseguida... — Le dijo, tirando de la esquina de una sábana... ¿una sábana? ¿Quién había metido una sábana allí? La sábana se había enredado con el caparazón de la tortuga y, al tirar de ella, ésta acabó boca arriba, meneando sus gruesas patas y sacando la cabeza abrió el pico en un chillido indignado. 

Perdona, Bubble... Shhht... No chilles así... — Empezó a decirle mientras se arrodillaba a su lado y la ponía derecha. — ¿Has visto algo? — La miró a los ojos fijamente. Estaba convencida de que si la miraba así podía leerle los pensamientos y saber todo lo que quería decirle. — Vale, sí... ¿Entonces no has visto a la profesora McGonagall? ¿Que la sábana te la ha tirado un búho de fuego...? Pero... — A veces la imaginación de Millie podía ser desbordante. Alzó la cabeza al escuchar voces más adelante y colocó a Bubble sobre el patín antes de incorporarse. — Vamos, Bubble...

Vio a los gemelos Weasley haciendo apuestas y se acercó  con una enorme sonrisa bailando en sus labios. 

Yo apuesto este pequeño vial que contiene esencia de huevos podridos... — Sacó de un bolsillo de su túnica un producto de broma muggle, comúnmente conocido como bomba fétida. — ...a que van a anunciar que no van a haber clases la semana que viene y todos los de segundo estaremos aprobados. Bueno, todos no, los Slytherin sí que tendrán que hacer exámenes... — Dijo y le dio la bomba fétida a uno de los dos hermanos Weasley. 

Tras hacer su apuesta siguió su camino hasta el comedor. Llevaba en la mano una cuerda que había atado al patín de Bubble y tiraba de él para que no se quedara muy atrás. La tortuga se había metido dentro de su caparazón, afectada todavía por la humillación de haberse sentido completamente vulnerable al quedar boca arriba.

Al llegar y ver a la enorme Brenda ardiendo, sus ojos se abrieron como platos.

¡Oh...! — Lucas y Oliver estaban intentando socorrerla y Millie no iba a ser menos. Soltó la cuerdecita y sacó su varita de uno de los bolsillos de la túnica, acercándose a la carrera mientras movía la varita y pronunciaba una palabra que esperaba apagase el incendio que estaba engullendo a la ravenclaw.

¡Aquaeructo! — ¡Por fin podía poner en práctica ese nuevo conjuro!

- Tiradas (1)
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16/08/2023, 12:47
_Narrador_

- ¡Mira por donde vas, estúpido! - Gruñó un estudiante ante el enésimo choque de Olivier. No era su culpa, es que el juego era una pasada. Tenía unos gráficos geniales, y una jugabilidad alucinante, una música flipante y el personaje tenía un carisma espectacular. El Wario Land era uno de sus juegos favoritos de siempre, y jugarlo en Hogwarts tenía un ingrediente de incertidumbre que lo mejoraba por un millón. El juego cobraba vida, y a veces Wario se negaba a saltar diciendo que estaba cansado, otras se giraba y buscaba un árbol donde orinar y muchas veces cantaba canciones soeces.  Molaba tanto que no se daba cuenta de a donde iba, chocándose con uno y con otro, hasta que se topó con un estudiante de Slytherin malcarado que le espetó -  ¡Malditos sangre sucia y sus sucios cacharros! ¡Os tenían que expulsar a todos!

El chico como poco era de sexto, le sacaba un palmo y tenía cara de ser capaz de transformarlo en botijo. Sacó la varita y le apuntó, y solo la aparición a lo lejos del pasadizo de la profesora McGonagall evitó que lo hechizara. Wario elevó el volumen de su Gameboy al máximo y le chilló.

- Has tenido suerte, la próxima vez Oliver te dará una patada en el culo. Huye, huye, rata apestosa. 

Si las miradas hubieran matado Olivier habría caído fulminado, si la hubiera visto, porque ya tenía otra vez la cabeza metida en la consola. Siguió avanzando por los pasillos hasta que se topó con los Weasley, que estaban negociando con Jocelyn para establecer los términos de la apuesta. En cuanto la apuesta de la bella muchacha se cursó los Weasley empezaron a despachar más y más apuestas. Todos querían las ranas de Jocelyn, y las apuestas empezaron a subir: Grageas de todos los sabores, knutts, sickles, hasta un galeón llego a ser puesto con tal de ganar esas ranas. Con otros motivos más inocentes se acercó Millie, que llevaba de paseo a su tortuga Bubbles en su patín, de camino al gran comedor. Fred, O acaso sería George?, cogió al vuelo el pequeño vial y sonrió

- Vaya vaya con lo que nos ha traído la pequeña Millie Freddie. ¿Esencia de huevos podridos? ¿Es una bomba fétida muggle? - Aquello captó la atención de George que le dijo a su hermano  - Si ganamos podríamos compararla con la mágica, para ver cual es más apestosa, ya sabes, para nuestro proyecto secreto.

Los hermanos se miraron y con una mirada se entendieron. Una sonrisa les iluminó la cara y George empezó a a apuntar - Muy bien, es una gran apuesta. Si ganas te daremos, ¿Cuanto? ¿100 a 1? - preguntó Fred a su hermano - No, no, que va, Millie nos ha traído mierda de la buena, no menos de 500 a 1. 

Los dos asintieron conformes de pagarle 500 a 1 si pasaba lo que Millie había dicho, añadiendo una caja de ranas de chocolate entera si la exención de exámenes también llegaba a los de sexto. Las apuestas se fueron sucediendo hasta que la figura oscura del profesor Snape se recortó en el pasillo, lo que hizo que los gemelos pusieran pies en polvorosa entre risas, cargando su bolsa como si no pesara nada.

A la entrada del comedor Brenda Frasier estaba en problemas. Peeves había incendiado su capa y no parecía ser capaz de apagar el fuego. Lucas intentaba apagar la capa a los pisotones, pero las llamas parecían tener vida propia, y cada vez que Lucas pisoteaba desaparecía, volviendo a aparecer en cuanto quitaba el pie. Brenda chilló

- ¡Apaga el fuego! ¡Rápido!

Oliver vio la escena y echó mano a su varita dispuesto a resolverlo. Sabía un montón de hechizos descacharrantes para una situación así. Era listo, su golpe de muñeca era alabado por los profesores, pero a veces se despistaba, y se olvidaba la varita, o era incapaz de encontrarla en sus propios pantalones. El muchacho empezó a palparse el cuerpo frenéticamente, como si él fuera el que estuviera ardiendo, todo por buscar una varita que parecía no aparecer. Afortunadamente Millie si la tenía a mano y lanzó un potente chorro de agua sobre Brenda y Lucas. La chica gritó al notar el agua fría sobre ella, pero las llamas no desaparecían. Peeves salió de debajo del suelo riendo, cogiéndose la tripa, mientras señalaba con un dedo fantasmal a Brenda y a Lucas

- ¡Ja, ja, ja! Dos pollitos mojaditos entraron en el comedor, ninguno se quemaba y vaya remojón ¡ja,ja,ja! - Las llamas se extienden por la capa de Brenda y los bajos del pantalón de Lucas, pero no parece que acusen ningún tipo de quemadura. Pronto Brenda empieza a temblar de la rabia y grita 

- ¡PEEVES! ¡COMO TE COJA TE ANIQUILO! ¡TE VOY A MACHACAR! ¡TE VOY A ...! - Brenda salió detrás del poltergeist, que se reía mientras danzaba alrededor suya, riéndose y burlándose. Finalmente chasqueó los dedos y las llamas desaparecieron y Peeves se metió en la pared para colarse en el gran comedor. Brenda cerró el puño y se golpeó en su mano desnuda, haciendo un sonido amenazante de lo que haría a Peeves si pudiera alcanzarlo. Bufó y se acercó a Millie. Le dedicó una de las pocas sonrisas que ofrecía, aunque algo escueta, para decirle

- Ha sido un conjuro impresionante. Gracias. - miró hacia abajo - ¿Tu mascota es una tortuga? Es mona, aunque creo que se marea en el patín. Está escondida... - Le sonó el estómago ruidosamente y se puso roja. Señaló el comedor y le dijo - Bueno, ya hablamos, gracias por ayudarme. 

Y para allá que se fue, sin preocuparle el estar empapada o no. No parecía de esas chicas preocupadas por su aspecto, aunque el ruido que hacía al pisar era bastante cómico. Parecía un gato mojado, y Lucas no estaba mucho mejor, aunque al menos no debía preocuparse por no romper la ropa, porque había pasado por tantas manos que ya se daba por sentado que alguna vez se rompería. Su hermana pasó a su lado camino del comedor y bufó criticando su comportamiento

- ¿Pero qué haces? ¿Es que te crees que estás en la piscina? Anda, tira, tira si no quieres que se lo diga a mamá. - Y es que su hermana podía ser un poco chivatilla a veces.

El gran comedor se abría ante ellos mostrando la decoración de Halloween. Olía como siempre y estaba más alborotada de lo normal. Peeves revoloteaba por el comedor lanzando muslos de pollo a unos y otros, siempre con una risa, y siempre cuidándose de no molestar a los profesores. Sus mesas les esperaban para que el banquete comenzara. Sabían, por experiencia, que si tenían algo que decirles no sería hasta después de haber comido el postre. Las miradas se dirigían furtivas al director, mientras que él, con aire ausente y beatífico iba sonriendo y saludando con la mano a unos y otros.

 

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17/08/2023, 18:58
Lucas Costelo

No estaba espabilado, no, para nada. Cada día se estaba volviendo más tonto, le decía su madre cada vez que volvía a casa, y puede que con algo de razón. El caso es que no se dio cuenta de que era una ilusión, no había calor y aquellas llamas no se veían afectadas por los pisotones, ni por el agua, como poco más tarde pudieron comprobar.

El maldito fantasma se había reído de ellos, y el cada día más tonto, había picado sin pensar.

Bueno, el mal ya estaba hecho, poco en realidad, ya que su apariencia nunca era de las mejores, y mucho no le preocupaba. -¡Gracias Millie! Nos engaño el maldito Peeves.- Le dijo a su amiga que había acudido en su ayuda. 

Nada a su maldita hermana, la muy cabrona se partía de risa, y luego lo exageraba todo en casa, y por cartas, de forma que la fama de tonto y liante que le estaba poniendo ante su madre, era un problemón al que tendría que hacer frente de alguna manera. Trataría de poner a Brenda en evidencia, de sacar algo suculento con lo que amenazarla sino dejaba de dar guerra y contarle todo tipo de tonterías a mama.

Y allí estaban sus amigos, Oliver y Millie, así que se acercó con ellos hasta el comedor. Ellos tampoco se avergonzaban de sus pintas, o al menos si lo hacían, no se lo decían, ni tenían en cuenta.

-No se cual será el anuncio, pero desde luego que hasta que ni termine la cena, no saldremos de dudas.- Y el que nada había apostado, nada podría ganar. Había mucha comida, y tenía muy buena pinta. El pollo tostado por fuera, pero jugosito por dentro hizo que se le aguase la boca. 

Acompaño a sus amigos hasta una mesa, y trató de esperar un poco, antes de lanzarse sobre la comida como sino hubiese un mañana. Trataría de controlarse, pero no lo veía posible, no al menos hasta haberse comido un muslo o dos de pollo. Luego ya lleno de grasota, y bien calado, seguro que su aspecto ya no podría empeorar, aunque era muy capaz de hacerlo. Miro a Brenda, limpia, y bien colocada, era normal que su madre no estuviese contento con el. 

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18/08/2023, 00:18
Millie

¡Oh...! — Millie abrió mucho los ojos al darse cuenta que había empapado a Brenda y a Lucas para nada. El fuego continuaba extendiéndose por sus ropas y parecía ser que el agua no le había afectado, pero al menos no estaban chillando de dolor. Demasiado tarde comprendió que todo había sido una broma de Peeves y las llamas no eran de verdad. Sus mejillas empezaron a encenderse y sus labios se curvaron en una suave mueca.

Finalmente no había pasado nada y el poltergeist terminó retirando el fuego falso. 

Al escuchar los agradecimientos de Brenda y Lucas les miró y sonrió. Era verdad, había podido ejecutar el conjuro a la perfección, aunque lo único que había conseguido era empaparlos de pies a cabeza. Se volvió para mirar a Bubble y negó con la cabeza.

No, no se marea... Con el patinete puede ir más rápida, pero está molesta porque antes se quedó boca arriba — Le explicó a la chica mientras se acercaba a la tortuga y se acuclillaba delante de ella para darle un par de golpecitos al caparazón. — Bubble, venga, sal ya. Es hora de comer... — Le dijo y la tortuga, reticente, acabó sacando la cabeza y le lanzó una mirada recriminatoria. 

Entró junto a sus amigos en el gran comedor y se sentó entre ellos, colocando a la tortuga sobre su regazo para poder compartir la comida. 

Se sirvió una montaña de verdura, para poder ir dándole a Bubble y un muslo de pollo, que empezó a comer con los dedos. Miró a Lucas y asintió con la cabeza. 

¿Vosotros qué creéis que puede ser...? — Preguntó con la boca llena y la comisura de los labios sucia por la grasa del pollo. 

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18/08/2023, 08:38
OUT - Oliver Huskins

Por fin, Oliver localizó su varita y la sacó de la túnica. Con ella en ristre, corrió a auxiliar a Brenda y Lucas, solo para comprobar que Millie se le había adelantado. Sería un curso menor que él, pero sin duda era mucho más rápida y decidida.

Uah... Buena ducha —sonrió al ver los efectos del conjuro de la Gryffindor, mientras volvía a guardar la varita—. ¿Era fuego de mentira? Pues parecía real... 

Tenían que haberlo imaginado. Prender fuego a un alumno hubiera sido demasiado incluso para Peeves. Cuando entraron en el Gran Comedor, este estaba casi lleno. Oliver echó un vistazo a la mesa de Ravenclaw, donde se suponía que debía ir a sentarse... pero siguió a Lucas y Millie hasta la de Gryffindor y se sentó con ellos. Su corbata azul y bronce destacaba entre las rojas y doradas, pero el chico no pensaba irse de allí a menos que le echaran.

Pues no tengo ni idea de qué será —dijo—. Aunque espero que algo divertido. ¿Os imagináis que se suspendieran las clases por lo que fuera? El año pasado hubo dementores... a lo mejor este año nos traen dragones o algo mejor.

Oliver era de familia muggle, pero dos años completos en Hogwarts habían bastado para que se empapara de todo lo relacionado con el mundo mágico. Sobre todo de las cosas grandes y molonas que escupían fuego.

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18/08/2023, 13:29
Selen White

Bombas fétidas - check ✓

Polvos pica-pica - check ✓

Polvos de noche eterna - check ✓

Pastel de calabaza podrido - check✓

Varita de pega - check ✓

Hojas de papel falso - check ✓

Ranas de chocolate evanescente - check ✓

 

Se escuchaba jaleo en los bajos del castillo que ascendían por los recovecos de las escaleras de caracol, colándose por entre las rendijas de la desvencijada puerta del dormitorio de tercero en la zona de Ravenclaw. 

Sonó casi como un clong en la cabeza de Selen,  levantando el rostro abruptamente de sus pesquisas en su baúl de cuero. Dejó caer la tapa con un sonido sordo de cerrar de muelles y apresurade se levantó, descompueste, desaliñade e inquiete. 

Metió en los bolsillos, vueltos del revés, la mercancía y con un revuelo de la capa, enredada en el poste de la cama, hizo un gesto somero a su fiel acompañante. 

Llegamos tarde, Corve, otra vez - con resignada conformidad esbozó una sonrisa pícara, expectante. 

La madera al correr el cerrojo retumbó en un rechinar metálico, apagado por los pasos apresurados del muchache. Su compañía le siguió de cerca y agradeció la comodidad de los mocasines planos, la Ingente cantidad de bolsillos en los pantalones burdos del uniforme y los pliegues de su túnica. 

El ambiente en el gran salón hervía de movimiento y se recriminó el retraso, ya que no le dejaría colocar una de las bombas de noche eterna que causase un revuelo al más puro estilo Wesley. Ellos se marcharían en un par de años y sería bueno marcar las pautas de sus herederos. 

Aún con la respiración agitada, el pelo ensortijado y uno de los faldones de la camisa asomando bajo el jersey y fuera del pantalon, se apercibió de la mancha de agua en el lado derecho de la entrada, escrutando con curiosidad el artífice de tal acto. 

Los gemelos vendían su mercadería y apuestas de la forma menos discreta y acercándose a ellos les susurró

- ¿A cuanto se cotiza que tengan que desalojar el salón porque alguien haga..."algo" - enfáticamente con un gesto de dedos muy explícito  - Pongo un sickle de plata, a que antes de acabar la noche, se ven obligados a sacarnos del gran comedor, contra su voluntad. 

Les enseñó muy tentadore la moneda reluciente entre unos dedos llenos de tierra bajo las uñas. 

Después de recibir  la respuesta y hacer la pertinente contribución, afiló la mirada, tratando de buscar un sitio amigo donde disfrutar del yantar. Tras unos instantes localizo a los otros tres buenos elementos y con una mueca divertida, dejó caer su cuerpo en el banco, junto a Oliver, tras soltar un bufido al depositarse. 

Chiques.... Llego tarde, si...- para variar, haciendo patente lo evidente - ¿Qué pasó.....?- señalando con el pulgar el charco de agua y volviéndose para encontrarse con una señorita Fresier algo húmeda. 

En realidad la pregunta no era qué, sino quien, enmascarando un ¿por qué no yo?

¿Alguna idea de por qué andan todos como pollos descabezados? Prometo solemnemente que hoy no he hecho nada ....aún - en una mueca traviesa mientras instintivamente, la mano izquierda tocaba alguno de los bultos del pantalón. 

Ante el comentario, su acompañante, un cuervo blanco, de pico albo y plumas casi transparentes, bajó del hombro de Selen, para dar cuenta de algún trozo de carne, caído en la mesa, emitiendo un graznido socarrón que si se pudiera malpensar, respondía sardónicamente a las palabras del muchache. 

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19/08/2023, 13:11
_Narrador_

Llegaba tarde, como siempre, pero todo el tiempo que las demás utilizaban en su pelo, sus uñas o en la limpieza de su túnica elle lo empleaba en su arsenal de bromas y diabluras varias. Tras comprobar que tenía un buen surtido para crear el caos abrió la caja de Corve, su cuervo blanco, para ir en dirección al comedor.

A las puertas del mismo estaban Lucas, Millie y Oliver, junto a Brenda Frasier, que habían sido víctimas de una de las bromas de Peeves. Nadie había salido herido, pero el conjuro e Millie había acabado empapando a Lucas y Brenda para la risa del fantasma. Afortunadamente nadie había resultado herido, ni siquiera parecían guardarle rencor a Millie, que había sido excepcional en el uso de la varita, y no como Oliver, que la había encontrado ya cuando toda la acción había acabado. Llamas fantasmales, ¿Quién podría haberlo pensado? Ese maldito poltergeist podía llegar a ser un incordio, pero no se podía entender el colegio sin él, era tan Hogwarts como los fantasmas, los profesores y el quidditch, aunque no por ello era la mejor parte de él.

Tal vez el suceso les hubiera servido para ganar a una amiga, aunque fuera solamente por la atención que había puesto en Bubble y por no haberlos machacado de un guantazo. Brenda parecía de ese tipo de personas que podían mover montañas, con una mano, y nunca se sabía cuando alguien iba a necesitar a un amigo fuerte.

Entraron todos al comedor y Lucas y Millie se dirigieron a la mesa de Gryffindor, donde les siguió Oliver, a pesar de ser de otra casa. Algunos de los leones lo miraron raro, pero como no hubo ningún amago de hostilidad, y como Oliver no parecía darse por aludido empezaron a servirse para comer. No era lo normal que los alumnos cenaran en otra mesa. Solían intercambiarse de sitios una vez acabado de comer, pero nadie les dijo nada, aunque alguna mirada curiosa si que obtuvieron, y otra que era una burla abierta de doña perfecta, Brenda, la hermana pequeña de Lucas. Estaba cuchicheando con unas amigas, y todas se reían, así que no hacía falta ser muy listo para saber de quien se podía estar riendo. Se vengaría, algo haría para recordarle que en la cadena trófica familiar él estaba por encima, aunque de momento tuviera que sufrirlo.

Los gemelos Weasley se sentaron no demasiado de lejos, comentando animadamente lo bien que había la recaudación de la apuesta. No sería la última que cobrarían, ya que Selen White apostó un sickle a que esa noche tendrían que evacuar. Los gemelos se miraron y empezaron a enumerar alternativamente.

- Un trol, los dementores, la cámara de los secretos, Sirius Black – sonrieron – No es una apuesta muy arriesgada, es casi casi como si apostases porque Snape o iba a sonreír o que la profesora Trelawney va a adivinar la muerte de alguien. – Se miraron entre ellos, cómplices, y finalmente asintieron. – Eso lo pagaremos 1.5 a 1, así que, los gemelos Weasley le aceptan la apuesta belle señorite.

La expectación era máxima, todos se preguntaban que pasaba, y tendrían que esperar hasta los postres para que la profesora McGonagall se acercara al atril de los profesores y comenzara a hablar.

- Queridos alumnos, el profesor Dumbledore tiene un anuncio importante que hacerles, pero antes, recordarles que este sábado, mañana,  los alumnos de tercero tienen su primera visita a Hogsmeade. Todos los que tengan pendiente entregarme la autorización firmada recuerden entregarla como muy tarde en el desayuno de mañana. Profesor

El director hizo un ademán amable y se puso al frente del atril. Sonreía, mientras miraba a un lado y a otro, disfrutando de la curiosidad de sus estudiantes. Finalmente carraspeó y dijo

- Queridos alumnos. Hemos sido elegidos para la celebración del torneo de los tres magos, torneo donde se mide la pericia, el valor y los recursos magos de los mejores magos de tres escuelas: Beauxbatons, de Francia, Durmstrang, de Bulgaria, y Hogwarts del Reino Unido. Es un torneo donde los peligros, las pruebas exigentes y los misterios están solo al alcance de los mejores de los mejores, es por tanto que solo se permitirá participar a alumnos de más de 17 años, ya estén en sexto o séptimo. – Alzó las manos con una sonrisa y les pidió a todos – El lunes, tendremos la visita de los estudiantes de las otras escuelas, y os pido que los tratéis como si fueran de vuestra casa. Estudiarán con vosotros y formarán parte de la vida del castillo, así que sed cercanos a ellos y tratad de aprender. No hay mejor enseñanza que la de un amigo, y no hay mejor amigo que el inesperado.

El comedor explotó en comentarios, pero lo más interesante pasaba en la mesa de los profesores. Snape comentaba con cara de desagrado, McGonagall miraba en dirección a Peeves y el director sonreía. Más profesores parecían sumarse al debate. Algunos trataban de aguzar los sentidos, y otros simplemente trataban de averiguar quien de entre los mayores se presentaría por el honor de Hogwarts

Notas de juego

Podéis hacer una tirada de percepción para ver que se cuece detrás.

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20/08/2023, 11:57
Millie

Ante la idea de los dragones, Millie abrió muchísimo los ojos y asintió vigorosamente con la cabeza. 

¡Ojalá, estaría super chulo...! — Exclamó, emocionada y sus labios se curvaron en una amplia sonrisa. En ese momento vio llegar a Selen y la saludó con la mano. Con la mirada siguió su gesto y, su cara se puso como un tomate al comprender a qué se refería. 

Quise apagar un fuego fantasmal que había creado Peeves y practiqué con un conjuro que nos enseñaron la semana pasada. — Le dijo mientras su mano cogía un puñado de zanahorias y se las iba dando a Bubble. 

Se mordió el labio y negó con la cabeza al escuchar su pregunta sobre qué estaba ocurriendo en el castillo. 

Tampoco lo sabemos, hay muchas hipótesis pero creo que... — En ese momento la voz de la profesora McGonagall la interrumpió. Millie volvió su atención hacia el atril y una pequeña mueca se formó en sus labios al recordar que ella todavía era una enana y no podía ir con sus amigos. Aunque... Un pensamiento empezó a rondar por su cabeza y un brillo asomó a sus ojos. 

Había llegado el momento de saber qué era lo que estaba pasando, por qué había tanta expectación en todo el castillo. La chiquilla contuvo la respiración mientras el profesor Dumbledore ocupaba su puesto frente al atril y empezaba a hablar.

Sus pupilas se dilataron al escuchar que iba a haber un torneo donde se enfrentarían alumnos de tres escuelas de magia diferentes e iban a recibir la visita de dicho alumnado. Por un instante pensó que no iban a haber clases la semana siguiente, ya sólo faltaba que anunciaran que todos los de segundo estaban aprobados menos los Slytherin y habría ganado la apuesta... Sintió como su corazón se aceleraba y su cuerpo se tensó, esperando escucharlo de labios del director, pero enseguida se desinfló en cuanto las palabras "Estudiarán con vosotros" salieron de sus labios. 

Jo... He perdido la apuesta... — Masculló, cabizbaja y, a pesar de lo emocionante que podía ser recibir la visita de alumnos de otros países, en ese momento sólo podía pensar en la apuesta que había perdido.

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20/08/2023, 15:56
OUT - Oliver Huskins

Oliver no se dio por aludido cuando un montón de miradas extrañadas de Gryffindor se centraron en él al verle sentarse a su mesa. Quizá ni siquiera se dio cuenta. Para él era lo más natural del mundo sentarse junto a sus amigos, para eso estaban. Y Selen parecía pensar lo mismo que él, pues se sentó a su lado poco después.

¿Qué pasa, White? —Oliver ofreció la mano para chocar a su compañere de casa. Le gustaba llamarle por su apellido, que le parecía muy molón, y encima hacía juego con el plumaje de su mascota—. Yo tampoco he hecho nada, pero parece ser que va a haber un anuncio sobre algo. No sé...

La verdad es que todo el revuelo le había interesado un rato, pero su mente ya empezaba a evadirse y a centrarse en otras cosas. Fue entonces cuando la profesora McGonagall les recordó lo de la autorización para ir a Hogsmeade, y casi se le cayó el tenedor.

Ostras... —murmuró—. Tengo que acordarme como sea de entregársela antes de mañana, o acabaré haciéndole compañía a Millie...

Aquella idea no le resultaba nada desagradable al Ravenclaw, pero se moría de ganas de descubrir Hogsmeade. Había muchos lugares que quería conocer en el pueblo, especialmente la tienda de Zonko, que era famosa en el colegio sobre todo gracias a los gemelos Weasley.

El profesor Dumbledore tomó entonces la palabra, revelando a qué se debía todo el revuelo de aquellos días, y Oliver abrió mucho los ojos. ¡Un torneo de magia para los alumnos! Aquello sonaba guay no... lo siguiente. Pero luego el director tuvo que chafarlo anunciando que sólo los alumnos que tuvieran al menos 17 años podrían presentarse.

Pues vaya... me hubiera gustado probar a participar —pero recuperó enseguida la sonrisa mientras se volvía hacia el resto de la pandilla—. Cómo mola, ¿no? En primero y segundo no tuvimos eventos tan chulos. Y encima vendrán alumnos de otros coles...

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20/08/2023, 17:23
Lucas Costelo

Como se lo iba a pasar de bien cuando pudiese humillar a su hermanita, algún día sería su momento, pero de momento ese día parecía bastante lejano. De momento era ella, la que cuchicheaba con sus amiguitas, acerca de los tropiezos y torpezas de su hermano mayor. Aunque lo cierto es que no logro amargarle la comida, todo estaba muy rico, y su hambre era de enormes dimensiones, se harto de comer, el pollo era excelente, pero también lo estaba la empanada de atún, y aquel pan con nueces. Y las natillas de postre fueron algo soberbio. Menos mal que de vez en cuando tenían aquellos placeres, así si que se estaba a gusto, y hasta se olvidaba uno de estar mojado.

En cuanto al anuncio, le sorprendió, ya que aquello eran nuevas posibilidades de diversión, alumnos de otras escuelas, de otros países, seguro que lo pasarían muy bien. Pero era para mayores, a ellos les dejaban al margen, y casi con el aviso de que no molestasen y se portasen bien.

-¡Menuda putada! Es que todas las cosas divertidas son para los mayores, nos tiene marginados.- Se le escapo en tono de disgusto ante sus amigos. En fin, seguro que aparecerían buenas oportunidades para echarse unas buenas risas, y así conocerían el sentido del humor francés y búlgaro. Aunque también era posible que les volviesen a castigar por alborotadores, y seguro que les echaban un ojo o dos, para ver en que estaban metidos. Eso era lo malo de cuando te habían pillado alguna vez, luego las culpas tendían a volver a recaer en ti. 

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20/08/2023, 22:30
Selen White

- BIENNNNNNNN - se escuchó el grito eufórico tras el anuncio de la visita a Hogsmeade en el gran salón comedor junto a un estruendo de platos metálicos chocándose y algún que otro sonido de jugos derramándose y chapoteos en la mesa.

El muchache rubie que estaba en pie, con las manos levantadas y la túnica arremolinada en los codos y los puños cerrados, abrió los ojos de sobremanera, mientras esbozaba un gesto granuja, se encogió de hombros y un pequeño quejido, más parecido a una risa que a una disculpa, le hizo darse cuenta que volvía a ser, una vez más, centro de atención de las miradas.

- Pringao - un graznido por lo bajo, se escurrió entre la ensaladera, donde Corve había, literalmente, sido sepultado.

Con un amago de sonrisa, que en sus mejores momentos, podría haberse confundido con un intento de disculpa silenciosa, volvió a tomar asiento en el banco de Griffindor. Ya iban dos.

Recompuso su vajilla, agregando otro par de alitas, una buena cuchara generosa de patatas a la brasa con romero, trozos de calabaza a la plancha, tres muslos de pollo en salsa Choicer, dos salchichas de cerdo bien tostadas, puré de guisantes, un scone y una cantidad ingente de salsa de asado para bañar el puré de patatas, que formaba una torre en su plato, capaz de competir con la altura del ala de Astronomía. Comenzó a comer con cierta ansiedad tomando el tenedor desde muy abajo, engullendo cada bocado con el frenesí de un soldado después de volver de la guerra.

Había saludado a Oliver con un acostumbrado cabeceo, mirada fija en los alimentos, algo escuete en palabras, pero con un fuerte sentimiento de camaradería, elevando un pulgar para Millie y Lucas.

La sola mención al torneo de los Tres Magos, hizo pausar un par de instantes sus fauces mascando, para comprobar que había oído bien la propuesta del director. ¿Sería otra de las bromas de Peeves? Era por eso que quizás estaban todos inquietos. Para elle, que había aparecido tarde, su principal foco era engullir lo máximo posible.

- Mpfe capfchis - esputando algunos restos de puré con fastidio - Fhegudo qufe pofemos hafegh afgo pfasga...- tragó un buen bocado de un roast beef que andaba enterrado bajo la pasta de patatas, se limpió con la manga y miro a sus contertulios, al borde del susurro, sin querer llamar en exceso la atención y mucho menos, después de lo que iba a añadir - Se nos tiene que ocurrir algo para participar. Me juego otro sickle de plata, que los Weasley tienen algo en la manga para esto - recordando las bombas de noche eterna que guardaba entre la tela de la túnica reglamentaria.

Con más alumnos purulando por los corredores del castillo, las culpas sobre las fechorías tenían más cabezas en las que recaer.

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21/08/2023, 18:35
Fred Weasley

La cara de decepción de los Weasley era evidente. Parecían estar hundidos por no poder participar en el torneo de los tres magos, aunque a decir verdad, salvo en las bromas y en el buen humor no eran estudiantes modélicos. Tenían iniciativa, inventiva, y posiblemente habían creado más conjuros y encantamientos que la mayoría de magos en Hogwarts, pero ese talento no se reflejaba en el currículum escolar. Su hermano Ron les miró y con una sonrisa que demostraba complicidad les dijo

- Es mejor así, mamá se volvería loca de preocupación si os hubierais apuntado, además, no es que se pueda decir que seáis comparables con él. - Dijo señalando a la mesa de los tejones donde una multitud se agolpaba alrededor de Cedric Diggory, buscador, prefecto, capitán de quidditch y uno de los mejores magos del colegio si la mitad de lo que habían oído era cierto.

Los Weasley miraron en esa dirección y recuperaron la sonrisa antes de decir

- ¿Ese? Ese no es mejor mago que nosotros. Además, no estamos así por la copa - Se miraron y asintieron - Vamos a participar en el torneo, aunque el torneo aun no lo sabe. Lo que nos fastidia es que vamos a tener que devolver las apuestas, porque nadie ha apostado por un torneo entre escuelas. Es una lata tener que devolver cosas, aunque tal vez podamos subrogar la apuesta para el ganador del torneo.

- ¡Eso! - Dijo George - ¡Eres un genio! ¡Y daremos tiempo adicional! Y permitiremos apuestas a los estudiantes de Beauxbatons y Dursmtrang. - Sonrieron a la vez, como dos genios del mal - Dumbledore lo ha dicho, les debemos acoger como si fueran de nuestra casa, así que, empezaremos por las apuestas.

Hermione sonrió y negó con la cabeza, ligeramente exasperada y le dijo a los gemelos

- Es imposible que participéis en el torneo. El director Dumbledore utilizará una línea de edad, y nadie en este castillo sería capaz de traspasarla. Es un conjuro muy avanzado, y hecho por el director mucho más.

Los gemelos sonrieron, confiados y afirmaron

- Nosotros la traspasaremos. Nadie la ha traspasado, todavía. Los Weasley serán los primeros, porque no hay un pasadizo, una puerta o un lugar al que no podamos entrar cuando nos empeñamos. Ya veréis, ya.

 

Notas de juego

1/2

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21/08/2023, 18:52
_Narrador_

Mas allá de la conversación de los Weasley se desarrollaba otra conversación que parecía más interesante, una secreta, entre profesores. Los mayores muchas veces hablaban cuando creían que nadie les oía, pero en aquella escuela, llena de estudiantes curiosos, fantasmas y magia, la única conversación secreta era la que no se mantenía.

Retazos, palabras sueltas, no podía estar segura de nada, pero la conversación parecía rondar alrededor de Peeves.

- .... Contención, hechizos poderosos..... No podemos, bajo ningún concepto.... - Decía la profesor McGonagall al director.

El director sonreía con una sonrisa beatífica y decía

- Pero Minerva, se lo prometimos.... 

Snape se unió a la conversación, junto a Flitwick. Parecía que los profesores más importantes del castillo estaban hablando sobre, tal vez, una manera de contener a Peeves.

- .... vergüenza de la escuela.... permisivos hasta el momento, intolerable... intolerable - decía el profesor de pociones.

Mientras, en el cielo del comedor, Peeves, curioso y travieso por naturaleza, se acercaba a la mesa de los profesores para averiguar de que hablaban

Notas de juego

1.5/2

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21/08/2023, 19:28
_Narrador_

Mas allá de la conversación de los Weasley se desarrollaba otra conversación que parecía más interesante, una secreta, entre profesores. Los mayores muchas veces hablaban cuando creían que nadie les oía, pero en aquella escuela, llena de estudiantes curiosos, fantasmas y magia, la única conversación secreta era la que no se mantenía.

Retazos, palabras sueltas, no podía estar segura de nada, pero la conversación parecía rondar alrededor de Peeves.

- .... Contención, hechizos poderosos..... No podemos, bajo ningún concepto.... - Decía la profesor McGonagall al director.

El director sonreía con una sonrisa beatífica y decía

- Pero Minerva, se lo prometimos.... 

Snape se unió a la conversación, junto a Flitwick. Parecía que los profesores más importantes del castillo estaban hablando sobre, tal vez, una manera de contener a Peeves.

- .... vergüenza de la escuela.... permisivos hasta el momento, intolerable... intolerable - decía el profesor de pociones.

Mientras, en el cielo del comedor, Peeves, curioso y travieso por naturaleza, se acercaba a la mesa de los profesores para averiguar de que hablaban

Notas de juego

1.5/2

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21/08/2023, 19:32
Peeves

Peeves volaba en el comedor, riendo, mientras gastaba bromas más o menos pesadas a los habitantes del castillo. Parecía tener un interés especial en la mesa de Slytherin, y su última broma había consistido en desmigar una barra de pan sobre Draco Malfoy.

- ¡Nieve! ¡Nieve fría sobre un corazón helado! ¡ja,ja,ja! ¡Patitos, patitos, tienen un nuevo comedero! ¡quack, quack, quack! - La cara de rabia del vástago de los Malfoy era digna de mención, mientras sus amigos Crabb y Goyle trataban de protegerle de la lluvia con una bandeja.

Pronto perdería el interés en los Slytherin. El director estaba anunciando el torneo de los tres magos y aquello le llamaría su atención. Flotando por el techo del comedor, soplando varias de las velas flotantes se acercó a la mesa de los profesores sin sus risas habituales. Cualquiera que lo mirara podría ver una expresión traviesa, doblando y revisando que nadie lo viera, escondiéndose detrás de cada columna, fantasma y banderola. Cuando llegó a la mesa puso una mano en su oído para escuchar y de pronto se puso la mano en la boca, en una mueca de disgusto y sorpresa.

- ¿¿¿¿¿QUEEEEEEÉ????? ¿¿¿¿CONTENER A PEEVES????? ¡NO! ¡LO PROMETISTE DIRECTOR! ¡NADIE CONTIENE A PEEVES! ¡NADIE! ¡SUCIA CONTENCIÓN, PICA MÁS QUE UNA TARDE DE VERANO EN LA BIBLIOTECA!- Nadie  había visto esa cara de Peeves, pálido, demacrado y enfadado, un enfado que era palpable. Los profesores Flitwick, Snape y la subdirectora McGonagall sacaron la varita, apuntando al Poltergeist, que voló hacia el techo para escapar. 

- ¡NO! ¡NO A PEEVEY CREEPPY! ¡NO,NO, NO! - Las velas del gran comedor se apagaron de golpe y todo se quedó a oscuras. Las varitas empezaron a iluminarse conforme los Lumos se fueron sucediendo. Un trueno retumbó en el gran comedor y de pronto empezó a llover. Peeves estaba en el centro del comedor, con su aspecto habitual, y pronto las velas comenzaron a iluminarse a pesar de la lluvia.

- ¡No, no está bien! ¡Solamente permitir a los mayores participar! ¡No! ¡No! ¡Ja, ja, ha! Y por eso Peevey Silly os invita a todos los alumnos de menos de 17 a la copita de las travesuras. Todos los alumnos están invitados, si no son viejos y tienen ganas de reír. ¡ja, ja, ja! ¡viva la risa y abajo la contención! ¡ji, jo, ju!. 

- Peeves - dijo la subdirectora McGonagall - No es el mejor momento, tendremos visita de escuelas importantes, solo será unas semanas, y después te lo compensaremos. Podrás hacer el doble de bromas cada día y...

Peeves sonrió divertido y dijo

- ¡No, no, no, cara acelga! ¡La copita de la travesura es más antigua que el torneo de maguitos pomposos y el poltergeist de Hogwarts la puede convocar siempre que quiera, cuando las bromas estén en peligro por la gente seeeeeeeria - Peeves puso cara de aburrido - Una semana donde la broma más grande gana, solo dos reglas, reír mucho y no hacer daño a nadie, al menos permanentemente, a no ser que sea Filchie Bitchie, en ese caso puedo hacer la vista gorda ¡ja,ja,ja!. 

Empezó a flotar por las mesas, enumerando con los dedos las distintas posibilidades

- Secretos, sí, sí, miles de secretos, y tesoros, Peeves conoce muchos tesoros escondidos, ahoy, fama, gloria, y una copa, más bonita que la del torneo aburrido. Quien gane la copa de las travesuras podrá escoger, además de recibir el título de maestro de criaturas y ayudante caótico de Peeves. Una broma, solo una broma por persona, y que no os pillen los aburrriiiiiidos, Peeves sabrá. Que comience la competición... Peevey os observa.

Chasqueó los dedos y se desvaneció en una nube de confeti. Si antes había explotado la sala ahora lo hacía mucho más. Algunos habían tenido miedo al ver la parte menos amable de Peeves. Otros, en cambio, estaban intrigados por el torneo y se preguntaban si podrían ganarlo. Los Weasley se miraron y asintieron diciendo a los más cercanos en la mesa de los leones

- Ni lo intentéis, ese premio tiene nombre, y es el nuestro. Ganaremos la copa de la travesura y el torneo de los tres magos, ya lo veréis. No pensamos dejar gloria para nadie, menos para ti Harry.

Harry Potter sonrió y les dijo que él jamás se atrevería a hacer algo así, que conocía sus límites. Pero si había alguien que no conocía los límites en el mundo mágico era Colton Derrick, un muggle de primero, intenso hasta la médula que siempre flipaba por las cosas más absurdas. 

 - ¡Wala! ¡Wala! ¡Wala! ¡Eso mola 1000 trillones! ¡Yo quiero! ¡Yo también juego! 

La profesora McGonagall trató de hacerse oír en el estruendo del comedor, pero no parecía conseguirlo, mientras que el director solo sonreía, como si supiera que aquello era lo mínimo que les podía pasar después de hablar de contener a Peeves.

Notas de juego

2/2

Que comience la copa de la travesura. Tenéis el castillo a vuestros pies. Si queréis abandonar la sala para ir a otro sitio decidlo y yo os abro una escena nueva.

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23/08/2023, 15:32
OUT - Oliver Huskins

Oliver escuchó a su compañere de casa mientras susurraba que debían participar en aquél torneo y sonrió. Estaba seguro de que Selen lo intentaría, igual que los hermanos Weasley, y tenía muchas ganas de ver qué se les ocurría para que se lo permitieran... o para forzar su presencia si no era así. De hecho, Fred no tardó en confirmar que tanto él como su hermano iban a intentarlo. Pero cuando Hermione Granger les dijo que el director iba a ocuparse de las contramedidas, la sonrisa se borró de su rostro. Había leído lo suficiente sobre Albus Dumbledore como para saber que una barrera impuesta por él sería un hueso duro de roer.

Los gritos de Peeves llegaron a sus oídos justo en ese momento. El poltergeist no parecía nada contento con los profesores, que hasta sacaron las varitas para amenazarle. Oliver lo siguió con la mirada mientras chillaba y salía zumbando hacia el techo, hasta que de pronto el Gran Comedor quedó a oscuras.

Ahí va... ¡nunca le había visto tan cabreado! —Oliver sonrió con los ojos muy abiertos mientras sacaba la varita para iluminarse. Aunque también había algo de inquietud en su gesto. Por algún motivo, la idea de un Peeves enfadado de verdad no le daba buena espina...

Pero entonces llegó el discurso del poltergeist sobre aquella "Copa de la Travesura" y abrió la boca asombrado. ¿Aquello iba en serio? Miró a los profesores y se fijó en que la profesora McGonagall no parecía nada contenta mientras Peeves enumeraba las "reglas". Así que seguramente, sí... iba en serio. Cuando se desvaneció, el Ravenclaw se volvió hacia sus amigos con una sonrisa de oreja a oreja.

Buaaaah... ¡habéis oído eso! ¡Tenemos que participar! —casi daba saltitos de la emoción, con la varita en la mano.

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23/08/2023, 16:28
Selen White

El paladeo de la comida se quedó casi a medio gas, cuando otra de esas sonrisas meditabundas, asomaba a la boca de le muchache. En la vida, siempre existen los dos polos opuestos que se repelen y complementan a igual medida. Para un gemelo Wesley, existía una Hermione Granger y para un Costelo, existía la otra.

Lo bueno de todo, es que para Selena, estaba Selene combinadas en poderosa conjunción en une Selen muerte de hambre y ávide por gozar, no solo de apetitos orales, sino de una especie de alimento que engrandeciese su mente, como la capacidad de poder conseguir un objetivo, burlando todos los posibles obstáculos.

El rugido del estómago había sido parcialmente apaciguado y ahora era ansia de poder poner en práctica  aquello que aún no le había sumido en un papel visible. Si apenas interés, visualizó el estrado, donde se bajaba un Dumbledore seguro, alternando la mirada con el fantasma más peliagudo del castillo. Tenía bien claro, si algo le pasaba entre las paredes de la escuela, que su asunto pendiente sería hacer la trastada más grande jamás contada.

- Shhh - dijo elle muy cautelose, observando de reojo a su alrededor.

Tras unos instantes dubitativos, se agazapó pegade a la mesa casi buscando mimetizarse con ella - ¿Estás loco? Nadie podrá burlar la seguridad del director. Ahora bien.... - elevando las cejas rápidamente en un tililar carismático, a la vez que su sonrisa se hacía más y más abierta al tanto que más y más escalofriante y peligrosa - Si es de la copa de la diversión de la que hablamos, más nos valdría ser prudentes. No aquí - ojeando los oídos atentos a su alrededor

Sólo uno sería el ganador, pero ¿sería igual de divertida la victoria si  no terminaba siendo compartida? Selen disfrutaba más de la expectativa, en muchos casos, que de el resultado. Acuclillarse bajo una escalera, aguardando el instante en el que un globo lleno de tinta imborrable se estampase contra la cabeza de Filch no tenía ni la mitad de interés, si las risas nerviosas no eran conjuntas de modo que la carcajada comenzaba en una garganta y finalizaba en la otra, sin distinguirse a cual de los tunantes pertenecía qué exhalación del quejido.

Con resignación, apartó la mano de su bolsillo, decidiendo, qué batallas en realidad debía dejar pasar para ganar la guerra.

Un graznido pareció agregar algo parecido a "Perdedores" pero nadie podía estar seguro. Ni le propie Selen.