Las voces se difuminaban al introducirse, uno tras otro, en el interior del submarino. Allá iban ocho valientes. Ocho supervivientes que habían decidido partir en busca de la única posibilidad de salvar a Hoffnung y a todos cuantos habitaban aquella ciudad.
Muchos no lo merecerían. Todo lo contrario. Un buen castigo sería que el mar barriese sus vidas, pero eso significaría que morirían todos los demás...y eso sí que no sería justo.
Sería necesario buscar otro castigo diferente en el futuro, que les sumergiera en un pozo de desesperación, pero no era este el momento de pensar en ello.
Otros se quedarían velando por ellos desde la distancia. Sus ánimos y esperanzas viajarían con ellos, pero no se enfrentarían a los mismos peligros.
Sin embargo esta tampoco era una tarea sencilla, pues en el caso de que la cúpula dejara de resistir morirían antes incluso que los ocupantes del submarino.
¿Eso sería mejor o peor? Diferente. Tanto unos como otros sabían que la muerte les esperaba a la vuelta de la esquina.
Mike, pasas a la escena Cuenta atrás, el resto pasa a Rumbo a la oscuridad.