Partida Rol por web

Mientras acababa de armar la primera parte de la tienda, escucho a Karl tratar como mierda a todo el mundo. Que dijera un par de tonterías sobre mí, me daba un poco igual... Pero siempre me habían tocado los cojones la gente como este. Además normalmente eran gente rebosante de músculo y con poco cerebro. Pero músculo este no tenía demasiado y el cerebro parecía usarlo solo para incomodar a los demás, así que me decidí a actuar: Me levanté del suelo de la tienda y me acerqué a él (Karl)

- ...Parece que te gusta hacerte el simpático, ¿No, "cariñito"?

No medié mas palabras y le cogí por el cuello, apretando y llevándole casi en volandas a nuestra tienda, tirándole encima de ella, muy cerca de donde Joao se afanaba en clavar un viento.

Yo estaba de pie y me acerqué a él:

- Te toca terminar de montar la tienda - le dije usando todo el asco que me producía-.

Me agaché intentando acercarme todo lo posible a su oreja y entonces le susurré:

- ...Y como te vuelva a ver abusar de tu posición aquí, te arranco a tiras esa piel blancucha que tienes ¿Me has entendido bien?

Dicho esto, me levanto y me alejo. Por supuesto, no pienso volver a poner ni una sola pieza mas de la tienda.

Esa pequeña conversación que habíamos tenido, había servido para que Felicia hablara un momento con Joao, de manera que cuando tiré a Karl encima del suelo de la tienda, ella le estaba diciendo nomsé qué de "cariñito" al brasileño.

No parecía ser cosa mía, pero el caso es que "la reina" había aparecido en escena y como siempre que lo hacía, su "corte" levantaba las orejas para no perderse el mínimo detalle. A mí en cambio, no me importaban demasiado las intrigas "palaciegas": Lo que Felicia quisiera hacer o decir con Joao, no era mi problema. Este era mas bien el buscarme otra tienda para dormir esa noche, después de mi "declaración de amor" hacia Karl.

Esto si que era una sorpresa, jamás hubiera pensado tener que compartir la acampada con la próxima ex Queen del St Agnes, quizás por esta noche, podría hacer que Felicia no se divirtiera como siempre lo hacía.

Me acerqué caminando con una sonrisa hacia donde estaban mis otras compañeras de acampada. No necesitaba ser una zorra con Haily ni con Naomi, puesto que ellas no eran el objetivo.

"Me disculpo por mi tardanza" - dije mientras me acercaba a Haily para darle un beso sonoro en la mejilla - "No fue un buen día, pero estoy segura que esta velada será maravillosa"

Terminé de hablar cuando saludé de la misma forma a Naomi. Claramente las había interrumpido en su tarea de montar la carpa.

Karl sintió cómo la sangre trepaba y se apoderaba de su rostro, desmintiendo su condición de porcelana. Trepaba la sangre y era incendio, como también trepaba el asco que se mostraba en arcada. La curva exacta de su labio se estremece y su sonrisa autosuficiente de unos minutos atrás desaparece por completo. La mano poderosa que le sujeta le hace retroceder un paso y después otro, es mitad miedo, mitad ira. Se siente asfixiado, la mano le corta la respiración. Unos ojos de loco le escrutan mientras pronuncian palabras que sólo transmiten ponzoña, no más poderosa que la suya, pero ponzoña al fin y cabo.

Finalmente la mano le suelta de un empujón y de una bocanada intenta juntar todo el aire que puede. No por temor a que volviera a ahorcarle, sino que necesitaría la mayor cantidad de aire en los pulmones para soltar el siguiente grito. - ¿¡Qué haces, psicópata?! - De un grito poderoso, asegurándose de que todo el campamento pudiera escucharle, en especial los profesores. Karl pasa su mano por el cuello, fingiendo aliviar un dolor que no existe. Un atisbo de sonrisa se muestra frente al freak antes de borrarse cuando nota que todas las miradas están puestas sobre él. Una mueca de dolor hace su aparición estelar en el rostro del rubio. - ¡Me ha ahorcado! ¡Me dijo que me va a arrancar la piel! - Las lágrimas no tardan en aparecer, a una velocidad sorprendente. Karl jamás se rebajaría a la violencia física, en los combates él sólo daba un golpe, certero y letal. Suficiente para dejar a su enemigo fuera de la cancha. - ¡Libby!

El rubio, antes prepotente y altivo, no es más que una sombra asustadiza y frágil. Una pobre víctima de un loco violento. Las lágrimas no paran de brotarle mientras busca el consuelo de cualquiera. 

Aún estaba con la sonrisa cuando escuche un grito cruzar el ambiente y sobresaltada olvide lo que hacía parándome en el acto y volviéndome en la dirección de aquella voz que no solo conocía tan bien, sino que sinceramente quería cerrarse sobre mí… mi hermoso rostro perdió la sonrisa en un santiamén apartando un gesto de miedo y tensión.

-Karl- dije asustada

Entonces le vi, y cerca suyo vi a Bill, comencé a perder color mientras escuchaba los gritos de Karl y mis ojos se abrían asustados, lo sabía… ni siquiera dije nada, mientras mis pasos iban apurados en la dirección de Karl… ¿le había hecho daño? Probablemente, pero estaba segura de que  lo importante: su ego debía estar herido y eso solo significaba una cosa: problemas para Bill, y Ciel enfadada y no, por favor no… apenas le di una mirada a Ciel, cuando pase a su lado, todo el mundo los miraba y yo… yo ya estaba con Karl cerca, vi sus ojos llenarse de lágrimas y como estas acariciaban aquella piel… y supe la verdad, así como supe que había caído como siempre, como una tonta….

-Karl… ¿estás...? ... no, no llores por favor… -suplique, con voz suave mientras extendía los brazos a él, justo despues de darle una mirada de reojo a Bill.

La consejera se encontraba repartiendo el resto de los grupos de los cursos inferiores cuando escuchó que alguien la llamaba a los gritos. Se dio media vuelta y observó horrorizada la escena que estaba transcurriendo. Karl lloraba, obviamente lastimado, y Maddie intentando consolarle. Los mofletes de Libby se inflaron y rápidamente se dirigió allí.

- ¡BILL SKARSGARD ESTÁS EN MUCHOS PROBLEMAS, JOVENCITO! - Y de un tirón de orejas alejó al moreno del rubio y lo apartó del grupo. - ¡No debes andar golpeando a la gente!

Libby le soltó y refunfuñó un poco más, mientras revisaba su portapapeles una y otra vez. - Te voy a poner con el grupo de los problemáticos ¡Con Jameson y Lalilly! ¡Y ni creas que te salvarás de un castigo! 

Estaba con la segunda estaca, tensando la carpa para darle firmeza, cuando noto algo extraño en la carpa de Bill, pero decido ignorarlo hasta que escucho el grito de Karl y veo a Bill furioso, la acusación de la Diva-boy es fuerte y seguro le creerán…malditos hijitos de papá…

Bill estaría en problemas y justo hoy, ya suficiente tenia con el grupo de carpa que le había tocado como para terminar castigado la noche de su cumpleaños, no me lo pensé mucho y me arme de valor, alce el martillo y con suficiente fuerza golpee la estaca errando para golpear mi mano y hacer parecer todo por un accidente, entonces mi grito fue mayor, debía captar la atención de Libby y bajarle el perfil al lloriqueo de Karl.

- ¡AAAAAHHH….MIERDA! - grite fuerte mientras soltaba el martillo y apoyaba la mano en el vientre y me la cubría con la otra… ¡maldición!, esta mierda sí que dolió…tanto fue así que las lágrimas brotaban solas y miraba a Mary Sue y continuaba chillando como una nenita, peor que los lloriqueos de Karl, mire a Liz, era esa mirada cómplice en la que le pedía que me siguiera el juego, luego mire a Bill, pero quizás no notara mi intención.

Yo continuaba maldiciendo, porque sí que me había dado un golpazo fuertísimo.

Julie se encontraba armando la carpa cuando el griterío le hizo levantar la cabeza en dirección al minion armando todo un escándalo. Frunció su ceño y observó como su compañera corría en rescate del rubio, sin entender mucho lo que había sucedido. Y fue entonces cuando Libby reprochó a Bill, terminando de entenderlo todo. Era su deber como presidenta del consejo de estudiantes intervenir y solucionar la situación.

La chica se acercó hasta donde estaba el damnificado, sin sospechar de la realidad. - ¿Estás bien, Ford? ¿Necesitas que te acompañemos a la enfermería? - Preguntó, genuinamente preocupada.

Mary Sue no paraba de parlotear alegremente sobre los campamentos cristianos exclusivamente femeninos a los que solía ir todos los veranos cuando era una niña, cuando los gritos ajenos acallaron su charla para desviar su atención. - ¡Ay! ¡Ese Bill es un salvaje! Pero así son las cosas, me compadezco de Karl ¡Suficiente tendrá con arder en el infierno por la eternidad! Pero así es, Dios les pone prueba a los homosexuales en vida para que recapaciten... - Mary Sue volvía a perderse en su discurso moral cuando su compañera de carpa se accidentó.

- ¡Oh! ¿Estás bien, Ciel? Estas no son actividades para una mujer, definitivamente. - Mary Sue corrió a socorrer a la bohemia y buscó con la mirada a Julie. - ¡Julie! ¡Aquí tenemos a una accidentada para llevar a la enfermería!

No pensaba que Maddeline me siguiera el royo. Me alegro mucho que al fin se suelte un poco, le devuelvo la sonrisa, pero no una cualquiera. Una sincera.

De pronto escucho jaleo, Karl ha humillado a Harley, o como se llame. Algo típico de ellos, no le presto importancia, no hasta que veo como bill lo lanza hacia el suelo.

Acaso, ¿Se le ha ido la cabeza? No es que esté a favor de los idiotas de los populares, pero creo que se ha pasado. Sabe que Karl es más débil que él. Libby le regañó, como es normal. Metiéndose en problemas el día de su cumpleaños. 

Escucho un grito que me hace girarme casi instantanea, era Ciel. Al parecer, se ha golpeado con un martillo. Voy a una nevera que ha traido libby lleno de bebidas, todas sanas, y cojo un par de hielos y lo pongo en un trapo. Llego justo cuando escucho a la estúpida de Mary Sue diciendo que no es trabajo para mujeres.

Me muerdo la lengua para no responderle. No tengo tiempo para sus tonterias. Ella y yo somos totalmente antagónicas, la ignoro totalmente, como siempre hago.

Ciel, dame tu mano, esto hará que no se te hinche.- Le digo cogiendo su mano golpeada con cuidado y le pongo  el hielo encima.- Sé que duele, ¿Quieres que vayamos a la enfermería como ha dicho Julie?

Estaba claro que Karl era mucho más sutil y sibilino que yo: Había conseguido que al menos medio campamento se pusiera de su parte simulando una agresión que apenas había existido. Conocía muy bien ese tipo de tíos: La mala leche de un tío y el colmillo retorcido de una tía. Gente muy peligrosa de trato y sobre todo si daba con gente tan idiota y manipulable como la Srta. Loud.

La verdad es que me había resuelto el problema del alojamiento sin yo haber movido un dedo. Bueno si: Habiendo movido una mano y habiéndole hecho una advertencia al mamonazo de Karl: Esperaba que al menos la próxima vez que se le cruzara por la cabeza meterse con alguien más débil delante mío, se lo pensase dos veces.

Ni siquiera miré a la Srta. Loud mientras me largaba su charleta: Estaba demasiado acostumbrado a "castigos" ñoños como para prestarle atención. Igual incluso a la mañana siguiente ya se le había olvidado y todo, que no sería la primera vez.

En ese momento, Ciel gritó: Al parecer se había dado un buen martillazo en el dedo y me acerqué a ver si podía ayudar en algo. Habíamos discutido el año pasado, pero las cosas no habían quedado demasiado mal... No al menos como su amiguita Elizabeth pensaba. Cuando llegué vi precisamente que ella y Mary Sue ya estaban ocupándose de Ciel, así que seguramente, poco más podría hacer y me quedé de pie junto al corrillo de chicas esperando a ver que decidían hacer.

Sentía como palpitaba mi pulgar y me dolía, sin duda no había sido una buena idea, mas cuando no logre evitar que reprendieran a Bill, pero ese niñato de Karl me tenia los huevos hinchados y eso que no tenia, siempre caprichoso con su voz chillona y creyéndose la guinda del pastel, no era primera vez que insultaba a alguien, aunque Haily también se había excedido, ¡rayos!, si no quieres que se metan contigo no les provoques, aunque tampoco la cría esa me caí en gracia, todos era una parda de idiotas con carencia de neuronas.

Cuando Mary Sue se acerca mi reacción fue alejarme de ella, no quería que me tocara y comenzara con algún rezo de yisusfan.

-Estoy bien Sue-

En eso se acerca mi amiga Liz y suspiro aliviada. -¡Joder tía esto duele!- le comento, trae hielo y le muestro la mano, la uña del pulgar estaba completamente rodeada en sangre, fue cuando me di cuenta que mi "supuesto" accidente había tomado connotación real...¡maldición!.

Bill se acerco y le sonreí, al menos que alguien le brindara algo de amabilidad, tenia a dos de mis amigos cerca y aunque con Bill en el pasado tuvimos algo especial y ahora no, seguía siendo importante para mi y continuaba preocupándome por él...simplemente el Freak era demasiado genial para mi y para que los demás lo comprendiesen.

-Menuda torpe que soy ¿no?- les comente a ambos ignorando a la yisusfan, luego la mire mas serie -Si debo ir a la enfermería que Liz y Bill me lleven... así pueden terminan de montar las carpas en absoluta tranquilidad Sue...- con un tono convincente.

En un abrir y cerrar de ojos, el plan de Felicia se fue al garete. Al poco de entrar ella en escena, se montó un lamentable espectáculo con Bill y Karl como protagonistas, ella dio un par de pasos atrás mientras lo observaba todo con una mueca mezcla de asco y confusión. ¿Acaso no sabían arreglar sus problemas de otra forma? Y por si fuera poco, Karl se puso a sobreactuar para que a Bill le cayese un castigo mayor, típico de él. Como era esperado, Libby no tardó en aparecer "heroicamente" para acudir al rescate de Karl, gritándole cual niña pequeña en un absurdo intento de reprimenda, concluyendo en que se iría con el grupo de los "problemáticos" con los que seguramente estaría más cómodo. Felicia puso los ojos en blanco y suspiró, acercándose también a Karl para ver como estaba, más por compromiso que por preocupación. Allí también estaba aquella otra perfecta muchacha de rasgos orientales, Julie, a la que le dedicó una sonrisa agradable a modo de saludo.

– Karl, ¿estás bien? ¿Se puede saber con qué le has molestado esta vez? A un tipo así no le puedes asaltar en solitario, ¡cualquier día te encuentran colgado boca abajo del hall principal! – Reprimió Felicia con las manos en la cintura y poniendo unos ligeros morritos. Entonces miró alrededor, notando los cuchicheos de la gente. – ¿Y vosotros se puede saber qué estáis mirando? ¡Volved a vuestras miserables existencias! – Casi ordenó la Queen B, ahora tornando su cabeza en la dirección de Bill, frunciéndole el ceño levemente y ladeando su cabeza. Aún tenía un interrogatorio pendiente con él...

El grupo de Paul ya había terminado de montar su carpa, cuándo empezó el follón en el campamento. No se había enteredo de que demonios había ocurrido( Drew y él ya habían empezado a relajarse por su cuenta con los suministros que Paul había traído, Adrien sin embargo parecía abstraído y no les había dirigido la palabra mientras montaban la carpa), hasta que la locaza empezó a gritar y llorar. 

-Joder, y se quejarán luego de los clichés, pensó Paul al ver a Karl gimoteando ... Parecía que Bill iba a ser su nuevo compañero de carpa, y se iba a ir hacia él a darle la bienvenida...cuándo de repente otro grito más tomaba la atención de nuevo de todo el campamento, Dios, esa acaso se acaba de golpear a sí misma con el martillo? Joder, no suele ser tan inútil , y borracha no creo que esté, quizá después beba algo pero desde luego no es de las que se traen la priva escondida.... Paul pensaba esto mientras miraba embobado y algo sonriente la escena(parecía que empezaba a subirle) . Y ahora escuchaba que reclamaban también a su nuevo compañero. En fin, con alguien más habrá que empezar a animarse, probemos con ellos....
- Equipo Problemático al rescate!! a los demás les damos mucho por culo, pero entre nosotros somos una piña Bill, los Problemáticos aceptamos tu traslado a nuestros dominios con alegría!! y además ya tienes la carpa montada, eso que te quitas!!  Decía Paul mientras se dirigía hacia ellos con su mochila puesta, deteniéndose y hablándole a Drew tb

Venga Drew, vámos a acompañarlos a enfermería, aquí ya hemos terminado, y como nos quedemos más aún nos salpica algún desastre más 

La acampada no me hacía ninguna ilusión, en especial después de lo ocurrido antes, pero la promesa de Bryan de pasarlo juntos me había animado lo suficiente como para ir allí y no fingirme enferma, como había sido mi plan inicial… hasta que Libby hablo y mi expectativa de una noche mirando las estrellas, tal como había leído hace poco en una novela rosa, se fue al vacío.

¿Al azar?... con pánico volví la cabeza, primero en dirección a Bryan que parecía no tan estupefacto como simplemente decepcionado, ¿Por qué no decía nada? Me pregunte lamentándome mientras escuchaba las listas.

Aquello no podía ser, no solo terminaba con Mary Sue, sino que además con la bohemia y… pálida no pude reaccionar por unos minutos, minutos en los que el resto de mis amigos  y mi novio se fueron cada uno por su lado… a… sus grupos.

“¿Ni siquiera un reclamo?” me pregunte mientras los demás hacían cada uno lo suyo, decepcionada camine en dirección al grupo que me había tocado, pensando que de todas formas si se lo pedía, quizás Bryan aceptara ir conmigo a ver las estrellas… forme una sonrisa leve al pensar en que en realidad si podíamos hacerlo cuando unos gritos cortaron el aire, sobresaltada mire en la dirección en que se escuchaban los gritos de Karl,  que alegaba haber sido víctima del freak y era a prisa consolado por Maddie, eleve el mentón mirando a aquel inadaptado del cual ya había olvidado el nombre y sonreí solo un poco cuando escuche a Lybbi regañarlo, cuando de nuevo otro grito cruzo el aire.

¿Es que no saben hacer otra cosa que gritar? Me pregunte molesta mirando a quién había elevado al voz esta vez… esta vez parecía haber sido la bohemia, la cual estaba rodeada de Mary Sue y la delincuente juvenil, y eh… ¿Qué ese no estaba con Libby?... hice un mohín con los labios y aparte los ojos de allí…

Tome un suspiro y me pregunte quien iba a hacer ahora nuestra carpa, si estuviera con Felicia ahora podríamos cotillear de eso, pero ella parecía ocupada en otra cosa… cosa a la que me uni, naturalmente, le sonreí a Julie al llegar junto al grupo, como saludo.

-Felicia no lo regañes... el pobre ha tenido bastante con lo ocurrido- dije con voz dulce y mire a Karl con pena- ¿estás bien Karl? ¿te duele? -pregunte.

Karl estaba seguro que, si por algún motivo su futuro en el mundo de la moda no funcionaba, de seguro se metería en la actuación. Aquel numerito que se había montado le valía para una nominación al Oscar. - No voy a pasar esto por alto, puto psicópata. - Pensó oscuramente, mientras recibía a Maddie en sus brazos y se limpiaba las lágrimas falsas de su mejilla.

Escuchó, no tan lejos de ahí, el grito de una chica. Sus orbes celestes escrutaron a la bohemia que, ¿Casualmente? se había martillado el dedo. Si algo sabía Karl era que casualidades no existían, porque sabía que aquella era la ex del psicópata y probablemente quería desviar la atención de Libby. Cosa que definitivamente no le había funcionado. - Zorra. - Pensó mientras se mordía el labio inferior. Rápidamente volvió su vista hasta donde sus amigas y Julie se amontonaban sobre él.

- E-estoy bien... - Le aseguró a su mejor amiga, con voz temblorosa. Felicia se acercó nada más para reprocharle y Karl no hizo más que odiarla en silencio e ignorarle como buen frenemy. - Estoy bien, ha sido horrible. No poder respirar... - La mirada del rubio se perdió por unos segundos, fingiendo estar traumatizado por lo ocurrido. Pasó su mano por su cuello una vez más. - No, no hace falta ir a la enfermería. Mira, Ciel se ha martillado el dedo, ella necesita que la acompañen más que yo.

Y de un ademán le ordenó a Julie que se retire, quedándose a solas con sus amigas - y bueno, Joao, que tampoco entendía mucho el idioma. Sonrió oscuramente en contraste con sus ojos rojizos e hinchados. - Me las va a pagar, de eso estoy seguro. - Afirmó en dirección a Bill, quien estaba parado como un idiota frente a una Ciel que no paraba de maldecir.

Tu teléfono vibra anunciando un nuevo mensaje.

Extraño ¿Verdad?

Julie no hace más que un levantamiento de cejas en dirección a Karl, para luego marcharse en dirección a Ciel. - ¿Estás bien? - Preguntó, más que cortesía que por otra cosa, porque estaba claro que una chica con el dedo sangrante no estaba bien. Miró con el ceño fruncido a Bill y a su nuevo grupo de "problemáticos" queriendo acoplarse. Se puso firme y los miró desafiante. - No, ustedes se quedan aquí. No queremos que causen más problemas. Iremos Elisabeth y yo.

Ayudó a Ciel a ponerse de pie y miró a Elisabeth para que la siguiese. - Vamos, tenemos que regresar antes de que anochezca.