Partida Rol por web

- JA! - Adolamin sonrió despectivo antes las palabras de Brynn - No te preocupes por mi. Si algún otro de esos seres se acerca recibirá su merecido, como su compañero -

Gaelan se asomó tras Jaelle y él también disparó su ballesta. Su virote, esta vez si, alcanzó a su objetivo que gimió y lloriqueó y emprendió la retirada.

La joven  buscó otra flecha que disparar. Mientras lo hacía vio el virote de la ballesta de Gaelan acertar en el pequeño ser y ella apretó los labios mientras tensaba la cuerda. El kobold heridp salió corriendo y Jaelle por un instante se preguntó si estaban haciendo lo correcto, no les habían hecho nada, pero no podia permitir que su indecisión les costase cara.

Soltó la flecha y esta voló rauda hacia su objetivo.

El kobold corrió hacia la oscuridad, su vieja aliada. Sus pezuñitas saltaban y se deslizaban por la fresca hierba a toda velocidad cuando sintió un impacto en la espalda. La fuerza del golpe lp hizo trastabillar e irse de bruces al suelo. Trató de levntarse pero algo se lo impedía. Se le habían cerrado pero intentó abrirlos. Cada vez le costaba más pensar y un intenso dolor se lo llevó al otro mundo.

La elfa vió cómo el kobold se desplomaba, probablemente muerto, con su flecha enterrada profundamente entre los omoplatos. Se hizo el silencio en el bosque.

La visión del cuerpo convulsionándose en el suelo impactó a la chica y se lo quedó mirando sin moverse en el silencio que sobrevino, a lo mejor fue por las dudas que había sentido, o a lo mejor porque era la primera vez que mataba a otro ser racional. Una cosa era luchar contra lobos o arañas, y otra muy distinta abatir por la espalda a un ser con el que te podías comunicar.

Tragó saliva y respiró hondo, no tenia ganas de acercarse para registrarlo ni para intentar recuperar la flecha, por lo que se giró y habló con sus amigos intentando que su voz sonase normal.

-Brynn, te puedes acercar a ver si lleva algo de interés. Yo te cubro.

Su petición era de lo más normal, el muchacho era el mejor en el cuerpo a cuerpo y en la cabaña se quedaban los tres con armas a distancia por si hacía falta 'fuego de cobertura'. 

- Si, si, cúbrelo mientras yo veo si este tiene algo - propuso el bardo señalando al kobold que había intentado asomarse a la cabaña

- No creo que se animen a acercarse nuevamente - aseguró antes de darse cuenta de lo que había dicho - Bueno, es seguro que estos no se van a acercar a ningún lado - se corrigió - Nos pidieron que acabemos con los kobolds y ya comenzamos la tarea. Esperen a a que Román se entere de lo que hicimos - añadió, verborrágico.

- Antes que nada trataré de recuperar esta flecha y ...- al tirar del ástil notó como el proyectil se romìa por su torpeza - Parece que no es tan sencillo - Por un momento se quedó callado mientras trataba de descubrir si el pequeño ser tenía algo que les pudiera resultar de utilidad

El guerrero con la espada en la mano asintió a su amiga y abrió la puerta del todo, saltando por encima del cuerpo del kobold, dió un paso a la fría oscuridad, sus pies descalzos sintieron el suelo frio, sólo debía confiar en que sus amigos han acabado con todas las amenazas.

Tras unos segundos buscando su objetivo, se lanzó contra la criatura a la que no dudo en ensartar al llegar. No pensaba correr el más mínimo riesgo y ahí no podía distinguir si estaba haciendose el muerto o no. Luego lo cogió de una pierna y lo arrastró al interior para poder registralo mejor y por si venían más.

Mientras el guerrero intentaba traer el cuerpo del kobold que había caído en el exterior, Adolamin se concentraba en revisar los restos del que había acabado en la puerta de la cabaña.

Efectivamente, el cuerpo del kobold ya estaba muerto para cuando Brynn lo remató. REgistraron los cuerpos y no encontraron más que lanzas, armaduras de cuero cochambrosas del tamaño de un niño y unas 15 monedas de cobre en total. Eso sí, ambos llevaban el mismo colgante que el kobold del lago.

Cuando iban a comentar el hallazgo, escucharon otra vez movimiento entre la maleza, en la zona en la que ni siquiera Jaelle podía ver nada.

Jaelle siguió los movimientos de su amigo con un ojo mientras el otro lo mantenía alerta contra posibles nuevas criaturas, cuando Brynn llegó a la cabaña la chica dejó por un momento la vigilancia para sonreírle mientras asentía con la cabeza, en un gesto que decía claramente que tenia razón y era mejor traerlo. Ella no participó en el registro de los cuerpos, se mantuvo a cierta distancia con la excusa de seguir ojo avizor, aunque lo cierto era que no tenía ni pizca de ganas de tocar esos cadáveres. 

Los chicos no encontraron nada de inusual a parte de sendos símbolos iguales al que llevaba el del lago, la semielfa iba a comentar algo así como que podía ser un símbolo de clan o cualquier otra tontería, más que nada para hablar de algo y olvidar los cuerpos allí tendidos, cuando nuevos ruidos llamaron su atención. Se llevó un dedo a los labios y se esforzó por divisar alguna pista de quien o quienes eran los causantes, de momento no pudo ver nada y negó con la cabeza para comunicárselo a sus compañeros, preparó una flecha en el arco y siguió atenta.

De la espesura surgió otra criatura humanoide, del mismo tamaño que las anteriores. Jaelle a punto estuvo de disparar al divisar su figura pero, afortunadamente, no lo hizo de inmediato, ya que era Roman.

-Hola, chicos!! -dijo con aquella sonrisa suya, visible en medio de la oscuridad. Vaya, veo que habeis tenido compañía!

- Si, nos pediste que acabáramos con los kobolds y exactamente eso hicimos - le informa antes de embellecer las acciones con su florida prosa - Deberías habernos visto. Los kobolds intentaron sorprendernos pero estábamos atentos y los descubrimos antes de que nos pudieran atacar por sorpresa. Nuestros disparos fueron certeros y esos seres no tuvieron ni la más mínima oportunidad de hacernos daño! -

Cuando la chica logró ver al ser que se acercaba, casi se le escapa la flecha por la tensión acumulada, bajó el arco con la flecha aún sostenida con el índice, e informó a sus amigos de la identidad del pequeño hombre.

Apenas saludó con un gesto de cabeza a Roman cuando entró y permaneció en silencio. En esa ocasión la semielfa no añadió nada a las palabras del bardo, es más sus ojos se desviaban constatemente hacia la oscuridad del exterior; tampoco se movió, se mantuvo cerca de la ventana como si esperase ver salir a otra de aquellas criaturas. Sentimientos encontrados tenían lugar en su interior.

El humano asintió con gesto un tanto hosco a Jaelle. Por dos motivos, el primero y menos importante Adolamin está desarrollando una resistencia a lo peligroso que me asombra y preocupa por igual. No hace demasiado, mi puño cerrándose frente a su cara podía intimidarlo para que no hiciera tonterías, pero a cada paso que damos se vuelve mas audaz y comportarse como un incosciente. Brynn sabe lo que es ser inconsciente y atolondrado, lo han llamado así muchas veces, sin embargo Ado pone en peligro a los demás, algo que yo nunca haría.

El segundo motivo y la clave de su mal humor es que él no hay hecho gran cosa. Si su hoja está manchada es sólo porque lo clavó en un cuerpo muerto.

-Hemos tenido suerte Roman- contradigo a mi amigo, tiene que poner los pies en la tierra. Y enfundo mi arma en la vaina- no esperaban que estuvieramos aquí, me pregunto a donde se dirigían.

Seguramente habrían sobrevivido al ataque de los orcos. He estado en el campamento orco. No son muchos, ocho a lo sumo pero han estado atacando los campamentos kobold de las montañas, forzándoles a acercarse al valle. Lo curioso es que aún aquí siguen dándoles caza. Me dió la impresión de que buscan algo o a alguno de ellos.

- Pero... - más allá de su alegría por su excelente disparo, Adolamin se quedó sorprendido ante las palabras del mediano - ... entonces, debemos cazar a los orcos o a los kobolds? - Convencido que ninguno de ambos rivales sería un verdadero problema para el grupo, el bardo continuó parloteando

- Y si los orcos buscan algo de los kobolds, no deberíamos verificar que ese algo esté con estos? Nosotros solo encontramos esos colgantes, parecidos a los que tenían los del lago - se explicó - Aunque quizás quieras revisarlos con más profundidad. Nosotros te cubrimos mientras lo haces - añadió ufano - Ningun kobold, ni orco, se podrá acercar mientras estemos de guardia! -