Roman se limitó a encogerse de hombros. Te miró unos segundos en silencio y luego volvió a prestar atención al camino. Parecía pensativo y, quizás, un poco preocupado.
-¿Qué clase de magia sabes, Gaelan? ¿Puedes lanzar rayos de fuego o algo así, como Beatrix?
Más allá de sus ínfulas de valentía, lo cierto es que Adolamín no se sentía demasiado seguro de si mismo. Una cosa era afirmar que eliminarían a unos hipotéticos Kolbolds cuando estos ni siquiera estaban presentes, y otra muy distinta era darse cuenta que había orcos, no tan pequeños, cerca de ellos.
Con el tono de su voz mucho más bajo que de costumbre, intentó convencer a sus compañeros de olvidarse de los orcos - Deberíamos seguir hacia la cabaña, y revisar que no haya Kobolds esperándonos en la misma. A eso nos comprometimos con Román - les recordó, esperando que eso fuera suficiente como para hacerles olvidar cualquier intención de ir tras los orcos
- Y eso es lo que esperan que hagamos. Mejor avancemos -
Una vez arriba la muchacha miró en la dirección por la que se habían asomado los seres, no podía negar que sentía curiosidad pero entonces las palabras de Adolamin hicieron que recordara que 'estaban a prueba'.
-Tienes razón, mejor sigamos. Cuando llegue Roman le contáis lo que habéis visto... ¿cómo eran?
No pudo evitar preguntar aunque al hacerlo su tono bajó pues quería estar atenta al camino.
Adolamin se quedó meditando un momento, tratando de encontrar las palabras para describir a los seres que había visto. Finalmente, en cuanto volvieron a emprender la marcha le contestó a Jaelle, olvidándose de las florituras con que solía enhebrar sus palabras - Feos. Grandes, Verdes y Feos -
Meneando la cabeza agregó - Muchas veces oí cuentos sobre los orcos. Sobre su maldad y fealdad. Pensé que eran exageraciones. Lo cierto es que son más feos de lo que suponía. Y supongo que eso significa que también son más malos - acotó
¿Estaba demasiado preguntón Román o se lo parecía a él?, el caso es que el mediano no hacía más que hacer preguntas, lo cual podía ser por mantener una conversación para pasar el rato o que realmente estaba interrogándole. – ¿Magia?, bueno algunos trucos y esas cosas. – comenzó a responder. – Aun no soy ningún experto en ello. – Beatrix siempre había llevado en secreto sus aptitudes sortílegas, pero al parecer, había más gente que lo sabía. – No llego, vamos ni me acerco, al nivel que debe tener Beatrix, es más, nunca he visto a Beatrix lanzar rayos de fuego… ¿puede hacerlo?. – se le iluminó la cara con la pregunta.
Tirada oculta
Motivo: Engañar
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+2)=11
-JAjaja! Puede! Eso y mucho más! Veo que ha sido cautelosa con sus dones! Eso es bueno! Te lo pregunto de cara a saber qué esperar de vosotros si nos metemos en lios con los kobolds.
Recorristeis el camino que os quedaba hasta llegar la cabaña. La cabaña del guía estaba medio abandonada en medio del bosque, en un lugar sereno y tranquilo, una especie de hondonada con forma de cuenco, repleta hasta arriba de vegetación que os llegaba hasta las rodillas.Nada extraño al llegar, de no ser por el hecho de que os rugían los estómagos y que...
la puerta estaba abierta.
Tras dudarlo un momento, el bardo le preguntó a sus compañeros - Román dijo que estaba abandonada? Aunque incluso siendo así no se porque nadie dejaría la puerta abierta -
Adolamín, nuevamente, tomó su arco y buscó una flecha de su aljaba mientras preguntaba - Creen que los kobolds puedan estar allí? -
La respuesta descriptiva del bardo hizo que Jaelle se olvidase por un instante del peligro vivido momentos atrás y riese, con una risa clara, como si fuese una liberación de todo lo que les había pasado en los dos últimos días. Después su ánimo volvió a oscurecerse con sus siguientes palabras y se puso seria de nuevo.
El camino se hizo largo para la muchacha y cuando por fin vieron la cabaña a punto estuvo de no darse cuenta de la puerta abierta. Su mano se deslizó hacia el pomo de la espada mientras oía a Adolamin y asentía a sus resquemores.
-Vayamos con cuidado -susurró en respuesta.
Sus pies comenzaron a moverse sigilosamente hacia la estructura esquivando el ángulo visual de la abertura de la puerta, si había alguien dentro esperaba llegar lo más cerca posible sin que la viesen.
Tirada oculta
Motivo: Avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+4)=24
Tirada oculta
Motivo: Esconderse
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+5)=16
Tirada oculta
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+5)=12
Tirada oculta
Motivo: Móvil. Sigilosamente
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+6)=15
El no haber ido detrás de los orcos era algo que reconcomía al guerrero siempre ávido de acción, todas las maldades que hagan esas dos criaturas de aquí en adelante será culpa nuestra. Pero reconocía que estaban a prueba y algo le decía, o eso quería pensar, que los volverían a encontrar.
Al llegar a la cabaña el estómago le rugió con fuerza. La puerta estaba abierta, menos que tenemos un poco de suerte, seguro que dentro habría algo de comer mientras esperamos, Jaelle y Adolamin, como siempre tan exagerados, pero esta vez no iba a esquivar la acción. Desenfundo la espada y voy directo a la puerta a grandes pasos.
-De acuerdo, vamos- digo con naturalidad-
La elfa comienza a caminar hacia la cabaña pero esta vez su habitual sigilo no parece acompaarla. Parece que se las apaña para pisar todas las ramas secas y crujientes del bosque. Hasta el punto en que sospechais que os pueden estar oyendo perfectamente desde la cabaña. Lamentablemete, es tarde ya para JAelle para dar marcha atrás. Nunca podría esconderse a tiempo si alguien salía de la cabaña.
La cabaña lleva años abandonada. La llamaban así porque solía vivir allí un anciano druida que guardaba la forntera del valle. Fue el maestro de May y falleció hace ya unos diez años.
Al notar que sus compañeros no parecen tan preocupados como el por el hecho de que la puerta esté abierta, Adolamín se sintió algo avergonzado.
Mientras la elfa avanzaba haciendo todo el ruido que podía, el guerrero marchó a plena luz hacia la puerta - Espero que sepan lo que hacen - murmuró mientras elevaba su arco y apuntaba a la puerta. El no estaba tan seguro de que el sitio fuera seguro. No sabiendo que había kobolds en las cercanías. Y orcos. Y vaya uno a saber que más.
El bardo se mantuvo entre los árboles mientras apuntaba a la puerta con su flecha, esperando estar equivocado
El "bardo valiente" se esconde mientras apunta
Jaelle comienza a caminar y parece un jabalí berrugoso enfurecido de tanto ruido que hace, el tono de su piel se enrojece levemente, -Si me viese Niobi- es su pensamiento avergonzado, pero para su suerte Brynn la acompaña hacia adelante con muy poca sutileza. La semielfa le mira de reojo y sonríe sin darse cuenta, abandona su intento de no llamar la atención y se acerca al guerrero. Se da cuenta que Adolamin los cubre con el arco desde atrás y eso le da algo más de confianza, aferra la espada y recoloca el escudo, y se dispone a cubrir las anchas espaldas de su amigo.
Finalmente, Jaelle entra en la casa. El polvo lo cubre todo y el estado es algo ruinoso pero el techo parece firme, al igual que las paredes pero parece un lugar adecuado donde descansar y pasar la noche. Jaelle registra la cabaña pero parece abandonada. En el suelo, sin embargo, el polvo revela una serie de huellas pequeñas, que podrían corresponderse con el tamaño de kobolds.
Después de los resquemores iniciales la semielfa señaló las huellas casi con despreocupación mientras buscaba un sitio para dejar sus pertenenecias.
-Podrían ser de kobold, al fin y al cabo la cabaña está abandonada y es un buen sitio para guarecerse del mal tiempo. Habrá que ir a recoger leña -comentó mirando en derredor -No nos descuidemos.
Y dejando la mochila en 'un buen lugar' según ella, se dirigió a la puerta para prepararse para la noche.
- Hala!!! En serio??!! – respondió el mago al comentario de que Beatrix podía hacer mucho mas. Siempre había sabido que su mentora era muy buena en el arte de la magia, pero nunca había imaginado que tanto. Aunque después de haber visto a Borgos y a Harold el día anterior, cualquier cosa era posible.
- Bueno, yo sé algunos trucos, como ya he dicho antes… Ah, y se crear una especie de flecha de magia. Ese si que me sale bien. – dijo todo orgulloso de su misil mágico. – Pero vamos, no esperes que me acerque a Beatrix, estoy a muchos años de distancia, me da a mí. – Tampoco quería revelar todos sus trucos.
- ¿Falta mucho?. -
- Quizás debamos hacer guardias! - propuso el bardo, entusiasmado ante la aventura. Sobre todo cuando la situación parecía algo más controlada
- En las historias, los héroes, siempre hacen guardia cuando descansan... para evitar que los sorprendan dormidos - se explica - Además, si esos kobolds vienen aquí nuevamente, es mejor que alguien le avise al resto... O si viene Roman y Gaelos. No quedaría muy bien que nos sorprendan descuidados, no les parece? -
Podemos averiguar la "antiguedad" de las huellas
Una vez comprobado que no hay nada que temer, enfundo el arma y voy a por nuestro corcel. Ato a Barry cerca de la entrada, mientras dejo caer el escudo junto a la puerta y la mochila. Asiento a mi compañera y me dispongo a traer leña.
-Si habrá que hacerla, no podemos arriesgarnos, habrá que hacerla fuera vigilar al burro, y entrar de vez en cuando a vigilar el fuego- comenta el normalmente despistado guerrero, pero en un alarde de organización nunca vista en él. ¿Que estará tramando?...- Ado haz tú la primera que eres, hummm, el que más cansado está.
Mis intenciones son traer madera y pelearme con el tiro de la chimenea para no llenarnos de humo la habitación del amor.
Comisteis algo y pasó más o menos una hora de la primera guardia hasta que escuchasteis ruidos fuera. Era Gaelan, acompañado de Roman, que llegaron y saludaron con sendas sonrisas.
-Saludos, muchachos. ¿Qué tal el viaje? ¿Todo bien?
El bardo abrió los ojos ante la entrada de sus compañeros y la pregunta del mediano y, sin levantarse de su petate contestó - Si, sin problemas - antes de, con una sonrisa agregar - Si exceptuamos al grupo de orcos de los que debimos escondernos... Bueno, en realidad preferimos pasar desapercibidos solo para que no tuvierais problemas en vuestro camino - se corrigió a si mismo, justificando la acción
- Supusimos que la idea era ocuparnos de los kobolds, no de los orcos, por eso los dejamos pasar y no acabamos con ellos - añadió demostrando más valentía con las palabras de la que había demostrado en el camino
- Y uds.? -