Partida Rol por web

Finalmente, Lebenin resistió el ataque de Denethor. Sus fuerzas vitorearon a sus soldados, que resistieron con determinación el ataque de un ejército superior... pero un orgullo y determinación muy inferiores.

Las fuerzas de los enanos, bajo el mando de Glorfinder, lograron atravesar las duras defensas de Forodwaith, a pesar de la ferrea resistencia inicial. Cualquier otro habría caído, pero los enanos mostraban siempre un especial empuje hacia las batallas difíciles y lograron sobreponerse y alcanzar la victoria... y la conquista.

Elrond envío, en secreto, a su hija Arwen hacía Colinas del Tiempo, en tal de asegurar la llegada de la compañía del anillo a Rivendel. Junto a ella, tres batallones de elfos la acompañaron, silenciosos como de costumbre y a sabiendas de que su tiempo en la Tierra Media estaba llegando a su fin, lucharon con la energía de tiempos pasados.

El mundo estaba cambiando y La Sombra crecía en Mordor, el tiempo de las buenas palabras había terminado y solo actuar de manera decidida les salvaría, pero los que antaño fueron amigos...hoy se encontraban divididos. Por suerte, para las buenas gentes de la Tierra Media, los elfos de Rivendel marchaban a la batalla, una vez más.

El señor élfico miraba atento los movimientos de los demás líderes ante un mapa de las regiones de la Tierra Media, habían mobilizado a sus ejércitos y no sabía que cosa motivaba esa decisión.

- Ya habrá tiempo de preocuparse de ellos...- dijo en lo que pareció un susurro.

Los elfos de Rivendel comenzaron su particular expansión con los territorios más próximos al hogar del señor Elrond. Las Colinas del Tiempo fueron las primeras en caer, sin ofrecer apenas resistencia, aumentando la extensión de sus territorios.

Se oían rumores de lo que estaba pasando en la Tierra Media. Parecía ser que años de oscuridad y sufrimiento se acercaban. Los elfos no podíamos permitir esto, siempre queríamos vivir en paz y mantener los bosques en tranquilidad y en buen estado. Todo aquel que perpetrase el mal en nuestras cercanías tendrían que sufrir nuestra ira. Empezaríamos por ello a proteger los bosques.

La Tierra Media estaba en guerra y los bosques élficos no iban a ser diferentes. Las fuerzas élficas de Celeborn y Galadrien avanzaron hacia el norte, buscando ampliar y afianzar los territorios frondosos, pero su resistencia fue feroz y rechazaron con contundencia los ejércitos invasores.

La batalla en el Bosque del Este se complicaban. Veiamos como parte de los nuestros perdían la vida. Esperamos ordenes de un nuevo ataque pero finalmente nos retiramos para volver más adelante con más fuerzas.

Mis tropas habían sido derrotadas por una turba de granjeros, los poderosos uruks al final probaron no ser más que unos buenos para nada sin embargo, no podía darme el lujo de perder ese territorio.

Elrond recibió un mensajero proveniente de las Colinas del Tiempo, su hija Arwen había vencido, pero necesitaba más tropas para afrontar otro nuevo avance.

El señor elfo hizo llamar a uno de sus comandantes y este al mando de un batallón élfico marchó hacía Colinas del Tiempo.

Las fuerzas del Señor Oscuro arrasaron con todo sin oposición alguna, recuperando la imponente fortaleza de Barad-Dûr y la Puerta Negra del valle de Udûn en un breve lapso de tiempo, amén de toda la llanura de Gorgoroth, donde hasta entonces algunas pocas colonias de uruks negros malvivían desperdigados sin nadie que los dirigiera. La sola presencia del Rey Brujo fue suficiente para que entendiesen que Sauron los reclamaba, y uno a uno, la mayor parte de los líderes orcos fueron sometiéndose a la autoridad y dominio del lugarteniente, o por el contrario, siendo masacrados sin piedad alguna si veía atisbos en alguno de querer oponérsele, no queriendo acatar sus órdenes y ser reclutados. El miedo y el temor eran la máxima para el Rey Brujo de Angmar.

Pocas horas después de haber sido dada la orden, Sauron ya gozaba del dominio y control total de la Torre Oscura, y desde lo alto inició su particular búsqueda del anillo mientras observaba las maniobras de sus huestes y las de sus enemigos. 

- Mi amo Sauron, siento interrumpirle... Vengo a informarle que ya ha sido tomada la Puerta Negra, toda la llanura de Gorgoroth, y que el grueso del ejército está a las puertas de Minas Morgul. Nuestros espías han informado que los dos hijos del senescal comandaron anoche un ataque contra la ciudad de Osgiliath en Ithilien, tomando desprevenidos al pequeño grupo de orcos que campaban el lugar, y ahora mismo están celebrando la conquista como si hubiesen ganado la guerra.- trató de explicar el emisario orco a su señor, el cual solía ser el portavoz de Sauron en determinadas ocasiones, aunque aún añadió más. También tenemos constancia de que el mayor de los hermanos partió temprano hacia el Norte y que probablemete pretende asistir a alguna especie de concilio secreto, según hemos logrado recabar. ¿Deberíamos tratar de interceptarle mientras remonta el curso del Anduin, mi señor?

- El senescal ha perdido la cordura y eso nos beneficia en gran manera, no es necesario hacer nada de momento. Si ya de por sí tiene escasos ejércitos para mantener a salvo la fortaleza de Minas Tirith si dispusieramos un ataque a gran escala, merma aún más sus números tratando en vano de controlar Osgiliath. Y en tan desesperante situación... ¿Envía a su querido hijo al Norte, cuando son conscientes de la inminente guerra? - Expresó el Lord tenebroso para sí, asimilando la información y sin esperar respuesta a la pregunta formulada.

El anillo único, deben haber escuchado algo al respecto... Por eso envían a Boromir al Norte... ¿Quieren lograr hacerse con el anillo para tratar de usarlo contra mí? ¿Cómo pueden ser tan ingenuos y no entender que el anillo solo responde ante mí? Para cuando Boromir regrese solo encontrará reducido a cenizas su hogar, para disfrute personal mío...

- Puedes retirarte, pero mantenme informado de los progresos, escoria. - concluyó finalmente Sauron, el cual tenía bastante en que pensar y deseaba estar solo. Ya sabemos que el senescal ignoró mi advertencia, pobre iluso...