Entráis creando una gran conmoción entre las aves, al fin y al cabo no esperaban visita esta noche, y menos tan tarde.
Había salido detrás de su hermano sin darse cuenta que Oliver de todas formas la había seguido no perdiendo el paso de la peliblanca. Ya era tarde y no deberían estar ahí, la niña estaba asustada y los gritos que había escuchado ahora la hacían pensar que no había sido una buena idea el haber seguido a Ray.
— hermano... — subió las escaleras y llegó hasta la puerta, su corazón latía mucho, mientras intentaba encontrar a su hermano entre las sombras — no-no deberíamos... estar aquí, vamos a la cama — murmura la chica, avanzando en la oscuridad, sabiéndose observada por muchos ojos.
Una fuerte sensación de frío inundó al joven en cuanto salió del castillo y corrió directo a la lechucería en busca de quién no le fallaría. Sabía que su hermoso fénix se alegraría muchísimo de verle, y además tenía pensado enviarle a investigar de que se trataba el grito gutural que había escuchado anteriormente. Puede que si alguien estaba en graves problemas, pudiese echarle una mano con su preciada mascota Helios.
Aunque la superficie de la escalera estaba parcialmente congelada por la escarcha, Ray no tuvo dificultad alguna para avanzar deprisa y llegar a lo alto, y en cuanto abrió la compuerta y subió el pequeño tramo hasta la zona donde estaba Helios, no tardó en saludarle cariñosamente y comprobar que a su lado se estaba realmente caliente y bien. Quizá no fuese mala idea llevarse a su mascota al cuarto los días que más frío hiciese para calentar la habitación.
Al poco llegaron Gin y Oliver, y aunque no estaba enfadado con ellos, probabablemente se sentía un tanto dolido con ambos. Oliver había revelado su secreto inconscientemente delante de Gin y Ártemis, y su hermana, en vez de preocuparse por su estado al verle llorando, algo que jamás ocurría, se había sentido molesta con él. Sin embargo, la agradable temperatura y buena energía que transmitía Helios, calmaron al muchacho y les respondió bastante más amistoso.
- Lo siento, hoy ha sido de lejos uno de mis peores días. Siento haberos preocupado al salir corriendo, pero necesitaba estar a solas con a Helios para calmar mis nervios y ver todo con otra perspectiva. No es que esté enfadado con vosotros ni nada a parecido,... Comenzó a explicarles Ray a ambos. Gin, le acabo de contar a Oliver sobre mis visiones premonitorias que ocasionalmente suelo tener cuando alguien está en grave peligro,... Y anteriormente se lo conté a Esther, aunque ella no me ha creído y me ha rechazado...
Al ver la cara de Gin no logrando asimilar lo que decía, gato de ser más claro y conciso al hablar.
- Está noche en el Gran Comedor, cuando te desmayaste y quedaste inconsciente, mi primera intención fue ir corriendo hasta ti aunque el mortífago me lanzase algún hechizo. No podía permitir que algo malo te pasara... Le relató con sinceridad, a sabiendas de que había perdido esos recuerdos. Pero entonces tuve una de mis visiones, y lo que aparecía en ella era realmente horrible. Dumbledore y el mortífago se lanzaban hechizos y estos rebotaban en dirección a las hermanas Ollivander, perdiendo de inmediato la vida. Muertas. contuvo unos instantes la respiración y prosiguió con la explicación. Es por ello que decidí intervenir, me abalancé sobre ambas y las tiré al suelo para protegerlas, por lo que el futuro inmediato cambió. Ninguna sufrió nada, están bien. Esther estaba muy molesta conmigo y no entendía porque había hecho eso, por lo que quise hablar con ambas y explicarles lo sucedido. Marnie tuvo que irse con Thad por un asunto y al final quedé a solas con Esther, pero ella no me creyó, y cuando le confesé mis sentimientos y le dije que me había preocupado que le sucediese algo, simplemente me rechazó, como si me hubiese confesado o algo similar. Estoy muy dolido...y no pienso volver a hablarle en mi vida. Para mí ella ha muerto, como en verdad habría sucedido si no las hubiese salvado...
Sabia que jamás le creerían, pero algún día, quizá no muy lejano, Ray anunciaría lo que va a pasar y se quedaría sin actuar. Puede que después de que alguien muera le creyesen, pero para Esther ya sería tarde para rectificar, para Ray se había roto toda confianza. Esther no formaria parte densidad grupo de amigos.
Finalmente le susurró unas palabras a su Fénix que ninguno de ellos serían capaces de entender. Pero de inmediato Helios asintió, desplegó las alas irradiando calor, y salió volando en una dirección concreta.
- Podemos regresar si queréis. Está a punto de empezar a llover a raudales, va a ser una buena tormenta...
- Helios, se mis ojos y descríbeme que está ocurriendo en el jardín interior, donde hemos escuchado ese grito. De ser necesario, ayuda a los que estén en peligro, compañero. Cuento contigo. - le dijo en lenguaje de Fénix, para que instantes después se fuese volando.
Envíos a Helios a ayudar a quien lo precise. No sé si ves bien que podamos mantenernos comunicados en la distancia mediante silbidos y que me explique lo que ve y acontece. (El canto del Fénix se oye desede muy lejos y yo tengo un silbato con el que responderle)
Helios ve lo siguiente, vuelve y te lo comunica:
Thad está en una camilla inconsciente o muerto, no lo sabes, Esther y Marnie están abrazadas llorando y los profesores están muy enfadados mandando a todos a sus cuartos, al poco rato se llevan a Thad hacia dentro del castillo, la profesora y enfermera Lesstrade, Esther y Marnie parece que van acompañándole. Ves que Marnie le coge de la mano y le dice algo a Thad pero este no hace ningún gesto.
Las visiones de Ray eran un tema complicado para los mellizos, era conocido que las veelas tenían dotes premonitorias, y al parecer su hermano había heredado eso mientras que ella había heredado el encanto y la belleza hipnotizantes de su madre. Cada uno de los dones era una también maldición para los mellizos. Gin se encogió de hombros y cuando su hermano terminó de hablar y explicar lo que le había pasado, extinguió la distancia entre ambos y fue hasta él para abrazarlo con todas las fuerzas posibles, estrechándolo y rodeando con sus brazos el talle de su mellizo.
— lo siento mucho... no debió ser así — le dice en su oído a su hermano, sin separarse aún de él — no... no te diré que no sientas eso por Esther... pero quizás está asustada, pero eso no importa, no... no debió no creerte, eso me molesta pero... — suspiró y se separó de él sonriéndole en medio de la oscuridad de aquel lugar — pero ya no importa... digo, pasaron cosas muy feas hoy y es mejor que vayamos a dormir — toma su mano y entrelaza sus dedos con los de él, apoyando su cabeza en el hombro de Ray, le dolía mucho la cabeza y seguía sintiéndose mareada y deseaba dormir.
— Ray... nunca dejes de salvar a las personas que ves en tus visiones, por eso eres mi héroe — le sonrió mirándolo hacia arriba, luego observó a Oliver, quien se había preocupado por su hermano — gracias por seguir a mi hermano, ¿volvamos a la cama? si nos atrapan aquí... nos castigaran — espera que los chicos la sigan, aún se sentía inquieta en esa noche tan peligrosa para todos.
Helios se ve inquieto, parece que le preocupa algo.
Ray estuvo durante unos pocos minutos comunicándose mediante silbidos con Helios, mientras iniciaba la marcha de regreso al castillo. El rostro del joven mostró cierta preocupación, y en cuanto Helios terminó de aletear y silbar a su alrededor un tanto nervioso, no dudó en transmitir la información a Oliver y Gin.
- No se exactamente lo que está ocurriendo en los jardines interiores, pero al parecer Thad está inconsciente y no responde de ninguna manera, se lo están llevando a la enfermería justo en este instante. También están allí Marnie y Esther llorando por alguna razón que desconozco, y algunos profesores están muy enfadado mandando a todos a sus dormitorios. - trató de explicarles lo más concretamente posible, a la vez que agradecía la labor de Helios con caricias. Creo que si no queremos problemas y una buena regañina, deberíamos volver de inmediato, aunque si preferís que nos arriesguemos a ir hasta la enfermería no me opondré. ¿Qué queréis hacer?
Por alguna razón Helios seguía bastante agitado, y eso solo solo indicar que en breves serían descubiertos si permanecían allí, por lomque no tardó en apremiarles.
- Sea como sea, movámonos ya. Deprisa. - razonó empezando a acelerar el paso bajando las escaleras. Nuevamente Ray le silbó algo a Helios, aunque no le pudisteis entender, pero el ave escarlata no tardó en elevar el vuelo y controlar todo a su alrededor.
- Helios, elévate e indícanos una ruta segura hasta el castillo. Confío en ti, compañero. No deseo que nos encuentren los profesores ni nadie que pueda estar por aquí. - le silbó a su mascota con los característicos silbidos para hacerse entender.
En el momento en que Gin le abrazó, el joven correspondió el abrazo de forma cariñosa y le dedicó un susurro que no pudo ser apreciado por el resto, solo dedicado a su hermanita.
- Te agradezco tu apoyo y siempre estaré ahí para ti. Siento si has podido molestarte por no haberte contado de inmediato lo ocurrido con Esther, pero estaba muy dolido y en ese momento solo estaba Oliver ahí. No es que te guarde ningún secreto ni nada parecido. Ya sabes que te quiero, pequeña...
Helios no ve a nadie, pero te indica que hay una presencia en los pasillos de vuelta a los dormitorios extraña
Escuche en silencio todo lo que el chico había dicho, en parte tenía cierto punto de razón y no quedaba mucho por hacer, mas que retirarnos, aunque podía saber a que se debía el chico que probablemente estaba siendo ahorcada habría sido Castle, no era desagradable pero tampoco me importaba mucho, aún así era momento de dar marcha atrás hasta el dormitorio.
Hades parecía tranquila en su espacio no es que disfrutará de la compañía de las demás lechuzas pero era suficiente entender que no le agradaba estar ahí y mucho menos le agradaba la entrada y salida de tanta gente, con su mirada de apatía pareció decirme muchas cosas.
-Prometo compensarte, amiga mía- le dije acompañando a los hermanos Yaxley, aún así si les había seguido es por que tenía muchas cosas pensadas, ahora me sentía estúpido, que decirle oye no quería revelar eso de tí, pero bueno quería comentarte soy un monstruo nada peligroso, pero puede que termine matando a media habitación si llega la luna llena, ahi se esfumaba mi posibilidad de amistad y de quizás algo más, ahora estaba cuestionando que debía decir.
-Ambos alto- dije firme en mi lugar - tenía pensado contarte algo, pero ahora no lo sé, me parece que puede ser malo, aún así se tu secreto y tu deberías saber el mío- comencé a desabrochar la pijama, durante mucho tiempo retirando la una parte de la camisa de la misma, para mostrar una cicatriz a la altura del omóplato, realmente estaba avergonzado pero esperaba que pudieran entender a que iba todo esto - solo no griten, o pueden alertar a alguien- dije mientras comenzaba a cubrir de nuevo mi cuerpo con el pijama, lo que ambos chicos pudieron notar fue un herida grande de marcas de dientes, dientes profundos que habían quedado grabados en mi cuerpo, - Por favor no digan nada, que sea un secreto entre los tres, mis padres me sacarían del colegio si se enteran que le conté de esto a alguién- termine de abrocharme el pijama y continué caminando, cualquiera podría darse cuenta que cosa había provocado esa herida, a pesar del tiempo no parecía que se había curado y algo en ella no estaba bien, incluso se podría decir que la herida permanecía así como el recuerdo mas espeluznante y el secreto más temido que cualquier chico pudiera tener.
El resto fue quedarme quieto a la altura de ambos chicos, esperando su reacción, tenía miedo a las burlas y haber cometido el error más fatídico de todos, y tanto por un chico que ni si quiera sabía que me gustaba.
— yo no debí haberme molestado — le dice a su hermano que le había susurrado algo al oído cuando lo tenía abrazado, y luego se quedó sorprendida, con sus ojos muy abiertos escuchado a Ray relatar lo que estaba pasando, no porque no supiera y admirara la habilidad que tenía Ray para hablar con su Fenix, sino porque algo estaba pasando en esa escuela y la visita del mortífago no había sido lo único terrible de aquella noche.
— creo que es mejor que vayamos a la cama, yo no me siento muy bien y... poco podremos hacer por Thad — a veces era muy pragmática además no estaba interesada en sufrir algún regaño, quería un baño y meterse a su cama, pero mientras los mellizos se acercaban a la salida, Oliver los detuvo y les reveló algo que de seguro sería lo más preciado en su vida. Ginevra soltó a su hermano y observó aquella marca, llevándose los dedos a la boca, no por horror sino porque el chico estuvo de seguro apunto de morir. Debió dolerle mucho y sufrido mucho con todo aquello. La niña, al terminar el relato Oliver, quien los miraba con miedo, dio unos pasos hacia él y le tomó la mano entre las de ella.
— juro solemnemente que nunca... nunca revelaré tu secreto y... si puedo ayudarte de algún otro modo, espero poder hacerlo — apretó su mano con fuerza y miró a su hermano para ver que decía, quizás se pondría sobreprotector pero Ginevra no podía dejar atrás a nadie que sufriera — deberíamos ir a la cama, — pensó de inmediato en cuando sería luna llena, sabía que habían pócimas para poder contener la maldición, ¿pero serían realmente efectivas?, su padre podría saber más y ayudar a Oliver. Entrelazó los dedos con Oliver y le tendió la otra mano a Ray.
Recuerda que tenes dos pociones en tu equipaje para controlar los efectos de la transformación, tu padre te enviará más cada cierto tiempo a través de una lechuza mensajera.
Lo se master pero eso no pienso decirlo hasta que ellos pregunten.
DM: OK
Se está haciendo realmente tarde (o pronto) y la luz del amanecer parece asomarse ya por el horizonte.
Parecían estar dispuestos los tres a regresar a la habitación y descansar auqnue fuese unas pocas horas, cuando Oliver pidió que se detuvieran y les reveló el que probablemente sería su mayor secreto. El hecho de que lo hiciese significaba que tenía plena confianza en ambos, y para Ray, aquello era muy de agradecer.
Aunque su primera impresión al ver la fea herida fue de impacto total, no tardó en atar cabos y entender que se trataba de una herida por hombre-lobo. Estaba convencido de que Oliver ahora también eran un licántropo, lo cual causaría entre temor y repulsa por la inmensa mayoría, pero no fue así con Ray y su hermana, los cuales eran más tolerantes que el resto.
- WoW, eso debió de doler... Lo siento mucho, Oliver. Doy por hecho que... Ahora eres... Un licántropo. - En la forma de expresarse del joven de cabello plateado se podía entrever que no había en él rechazo a su condición, a lo sumo respeto y cierto dolor por lo que significaba. Estaba convencido que para Oliver no sería nada fácil, pero si ya tenía a Yurik en quien confiar, ahora les tendría a ellos dos, de eso no habría duda alguna.
Viendo que su hermana le tomaba de las manos al joven de Durmstrang y le prometía guardar el secreto, Ray hizo lo propio y apoyando su mano en el hombro, prácticamente al lado de la mordedura del chico, también asintió.
- Tienes todo mi apoyo en esto y tú secreto está a salvo conmigo. Aquí tienes un buen amigo para lo que necesites y lo sabes.
Sin embargo, el tiempo apremiaba y no era conveniente aguardar más allí. Era momento de regresar de inmediato a los dormitorios y tratar de descansar en la medida de lo posible si querían sobrevivir al inicio de las clases que estarían por llegar.
- Te agradezco que hayas confiado en nosotros, pero ahora regresemos a los dormitorios. Podemos hablar de esto en otro momento... Por cierto, Helios me indica que hay una extraña presencia en los pasillos hacia los dormitorios. Tengo la impresión de que en cuanto entremos en Hogwarts, las paredes puedan tener oídos por todas partes, mejor no hablar ya de nada relevante e ir en sigilo.
Y dicho eso, inició la marcha para llegar cuanto antes a los dormitorios. Tratarían de ir con cuidado y ser sigilosos para que ningún profesor les diera por estar por ahí a altas horas de la madrugada. Mejor prevenir.
Llegáis a los dormitorios sin incidentes y dormís unas pocas horas.
recordad apuntar todo lo relevante en vuestro diario.