Ante la negativa de su hermana de jugar al escondite, y viendo que quizá no iban a ir a la excursión si Gin se encontraba mal, Ray apretó los puños conteniendo sus impulsos de gritar, y cuando ya no pudo más y su cara se había vuelto roja del enfado, corrió hacia la tarta, se llevó una porción enorme a la boca, y salió corriendo fuera de casa dando un portazo, no sin antes decir:
- ¡Me da igual el cumple! ¡Me da igual la excursión! ¡Me da igual no comer!
Y ya cuando la puerta se cerró, se pudo escuchar desde muy lejos, corriendo por el jardín, un grito apagado por la lejanía de...
¡Me da igual todo!
Ray siempre había sido un chico conflictivo, no como su hermana que procuraba muchas veces no hacer sentir mal a las demás personas, pero esta vez realmente quería quedarse con su mamá y no soltarla, y quizás, hasta se quedaría a vivir en esa ilusión, pues ahí su familia estaba reunida y su mamá seguía con vida.
— mamá... a Ray se le pasará — le dice a su hermosa madre, separándose sólo un poco para poder comprobar que era ella. Hablaron de un cumpleaños ¿sería el de los mellizos? — ¿es nuestro cumpleaños? — preguntó, sin soltar la mano de su mamá, la recordaba así, tibia y suave — podemos ir por él... — ahora sentía pena, y cada vez iba olvidado más y más de donde venía y que aquello era una ilusión — papí, — se gira hacia el profesor, esperando que le dijera que irían todos justos a buscar al niño.
Se pasaron toda la tarde buscando a Ray por los alrededores de la casa, Ginevra seguía abrazada a su madre o de la mano de esta, al llegar la noche Ginevra tenía frío y sueño, las ganas de estar con su madre eran más fuertes que el sueño que pudiera tener en aquellos momentos o del frío que pudiera tener, sin embargo, todo se quedó en negro y al abrir de nuevo los ojos Ginevra amanece en su propia habitación. No está decorada como ella la recordaba, no había rastro alguno de objetos mágicos, en su lugar había libros de Geometría, matemáticas, lengua y literatura, conocimiento del medio, ¿Qué era todo aquello?
Abrir los ojos fue extraño, no recordaba en qué momento se había dormido, solo que se había dormido y solo atinó a estirarse y bostezar un poco mientras abría los ojos se daba cuenta de que no había nada mágico. Gin pestañeó un poco y se restregó sus ojos, saliendo de la cama y mirando los libros. No había nada mágico y ahora era más consciente de eso, pero en vez de asustarse, sonrió, quizás todo lo vivido había sido un sueño y ese lugar era la realidad, además, si no había magia, su mamá nunca hubiera muerto a manos de los mortifagos. Gin, contenta, salió de su cuarto corriendo hacia la cocina para buscar a su mamá, era lo único importante en esa vida.
— mamá.. ¿mami?¿ Dónde estás? ¿Podemos ir en busca de setas? — recorrió la casa, dando saltitos de felicidad — Mamí, ¿Ray sigue enojado? — eso si lo tenía claro y presente — ¿mami? — siguió buscando a su madre.
No hay nadie en casa. Ves unas luces rojas y azules que iluminan la estancia del salón, cuando asomas la cabeza ves un coche con unas luces en el techo, parece un patrullero de la policía, un chico joven está hablando con tu padre, ambos parecen tristes y afectados por algo que no logras oír desde el otro lado de la ventana.
Lleva su mano derecha a su cara para cubrirse de la Luz que venía, no reconocía el patrullero, o mejor dicho, no lo vinculaba a algo malo como los muggles. Ginevra se restregó los ojos y salió de la ventana para caminar por el pasillo y salir al ante jardín, ahí corrió donde su papá y se aferró a sus piernas.
— ¿que pasa papito? ¿Dónde está Ray y mi mamá? — pregunta, mirando hacia arriba al profesor.
Me agacho para ponerme a la altura adecuada y clavo mi mirada en la de Ginevra.
Mamá y Ray han tenido un accidente cielo, venían para casa desde el centro en el coche y un conductor se saltó un semáforo. Mamá está en el hospital y Ray está... las lágrimas recorren mis mejillas mientras mi mirada pasa de los ojos de Ginevra al suelo y luego ya no puedo mirarla de nuevo.
Ray... ha muerto cielo. Ahora está... está... con los abuelos... en el cielo.
Agarro sus manos y luego la abrazo fuertemente. La cojo en brazos y la meto dentro dejando al policía allí. El chico de uniforme parece abatido por dar aquella noticia y se queda unos minutos sin saber reaccionar bajo los primeros copos de nieve que empiezan a caer anunciando la entrada del invierno y la finalización del otoño.
Gin no comprendió porque estaban tan tristes todos, pero su papá se inclina hasta ella mientras la niña se restregaba los ojos del sueño que aún tenía. Luego, vino la explicación de esa pena, una que la niña no comprendió bien, ladeó su cabeza un poco, y se asustó, pues sabía que los accidentes eran graves.
— pero ¿ya vienen? — preguntó antes de que su papa le revelara el destino de su mellizo, Gin aún esperaba que le dijera que estaban bien, pues ya Gin estaba perdida en esa fantasía en donde su familia estaba reunida por completo y todos eran felices, realmente quería creer que su mamá estaba viva y que estaba con ellos. Pero todo eso se derrumbó y su cabeza mareada por lo que pasaba, comenzó a creer más y más aquella ilusión y que le dijeran que su mellizo había muerto.
— ¿cuando vuelven? — volvió a preguntar mientras el brillo de sus ojos se perdía. Su cuerpo se volvió tenso, y echó la cabeza para atrás, sus ojos se pusieron blancos y cayó al suelo, mientras convulsionaba en violentos espasmos que agitaban su pequeño cuerpo. Había sido demasiado para ella y su frágil mente se había reiniciado como una forma de evitarle el dolor.
Motivo: Crisis (impares)
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Motivo: Tiempo
Tirada: 1d100
Resultado: 29
Motivo: Horas
Tirada: 1d12
Resultado: 9
Horas: 1- 60
Días: 61- 80
Meses: 81- 99
Todo: 100.