Partida Rol por web

Pues te los cargas y aviao.

Le dí un leve gracias a la mujer y comencé a comer sin prestar atención a nadie de los allí había. La cocinera siempre acertaba con la comida que me gustaba así que el desayuno me sentó bastante bien y me despejó un poco más. Ahora ya estaba lista para lo que pudiese venir. Tras un último trago al zumo, me levanté de allí para poder comenzar el paseo que había hasta la Plaza de Entrenamiento. Era una pérdida de tiempo permanecer allí y siempre está bien llegar antes de tiempo a los lugares... por no decir el castigo que nos esperaba si llegábamos tarde.

Caminé hacia la salida del comedor, esperando que el sirviente mecanizado también la siguiese.

Llego al comedor y me siento junto a una ventana. Pido el desayuno y espero a que me lo traigan. Mientras lo hago tarareo algo de musica en mi cabeza. Hasta que llega pasan unos minutos, por suerte al sentarme alejada nadie se atrevería a molestarme. 

La marioneta que acompañaba a la chica pelirroja se situa al lado de las otras dos, con pasos medidos, formando una fila entre las cuatro.

Salí de la cocina con un plato de desayuno preparado para ella, un poco de variedad y ligero, pues esa chica no solía comer demasiado.

-Que aproveche, encanto -dije con la mayor de las sonrisas tras lo que volví hacia la cocina, me quedaban pocos desayunos que servir de forma "adelantada"

Terminé de comer y enganché en brazos a Rei mientras hacía gestos con una mano.

Según saliamos miré un momento a la chica que estaba desayunando y tras eso salí, escoltado por las marionetas que volvieron a su misión.

No creo que pueda con todos a la vez... pero bueh, algo se podra hacer

Gracias. Respondí antes de comenzar a comer. Luego aproveché el tiempo que tenía, no iba a usar mucho, solo unos minutos con lo cual me sobraría una hora para bajar la comida.

Después de desayunar me dirigí a la plaza en compañia de la marioneta que me seguia a todos lados. Tarareaba en el camino algunas notas para mis adentros. Mi vestimenta y mi cabello flameaban con el viento por la prisa de mis pasos aunque yo esté caminando a mi parecer con velocidad normal.

Caminé siguiendo la marioneta. Me resultaban muy extrañas aquellas creaciones, sin pensamientos o emociones propias. Era incluso peor que un cuadro o que una silla. Se movían, pero no del modo en que lo hacían las creaciones oníricas. Tenían un propósito. Uno claro y definido, pero que no provenía de ellas. 

No era necesario decir que las marionetas ya habían decidido dónde tendríamos que sentarnos o qué teníamos que comer. Traían de esas bandejitas con comida seleccionada específicamente para nuestra edad y estado de desarrollo y... Va, ¿a quién querían engañar? Era un asco. A los probetas casi todo lo que nos daban era funcional, así que esperar un postre con azúcar o cualquier detalle distinto sería absurdo. 

Miré la bandeja y comencé a comer de forma mecánica, sin saborear la papilla que, probablemente, estaría llena de nutrientes y blablabla. Miré con envidia la comida de otras mesas. Había gente que comía cosas de verdad. Luego miré a Valeria. 

- ¿Qué crees que quieren? Espero que no sea nada de destruir cosas. No me gusta romper cosas - dije. - Me gusta más... - iba a decir las clases con el doctor - el laboratorio o, bueno, las clases en las que ves cosas nuevas.

Salí de la cocina por cuarta o quinta vez en esa misma mañana para llevarlas el desayuno a las niñas que acababan de entrar.

-Buenos dias chicas, que os aproveche- las dije con mi mayor sonrisa y dejándolas un par de platos con lo que solía ser su desayuno favorito, lo que comían las pocas veces que las dejaban comer- espero que tengais un buen dia, y me vuelvo que ahora me vienen todos los agentes e instructores de golpe.

Asique me volví hacia las cocinas, ahora empezaba la fiesta.

Esto era sospechoso. Nunca nos daban cosas sin motivo. Pese a todo reaccioné como se esperaba de mi, de forma dulce y con una sonrisa tímida. Al menos había dejado caer algo de información, que ahora venían los agentes y los instructores. 

- Gracias, esta muy bueno - mentí. ¿Pero qué se podía decir de aquella papilla de avena?  Esta llevaba algo de fruta, pero aún así, tampoco es que se pareciera para nada a las tartas con las que soñaban algunos. O a las pastas de té del "papadoc". 

Miré a mi alrededor, buscando algo de interés o que nos dijera qué querían de nosotras hoy. 

Me había mantenido a la espera todo el trayecto hasta el comedor, oliéndome que pasaba algo gordo, esperando una señal que confirmara mis sospechas.
Nerviosa, acaricié distraída el pelo de Alice, mientras componía una sonrisa - No lo sé, Liz, no lo sé... pero creo que hoy todo será distinto... -.

Viendo como salía Laila de la cocina, con nuestros desayunos, fruncí ligeramente el ceño, antes de asentir con una media sonrisa a su charla. Parece que después de todo, estaba en lo cierto, hoy pasaba algo. Dándole las gracias, eché una mirada a Alice, sentada a mí lado, que revolvía la avena como si de ésa forma, pudiera convertirla en otra cosa.
Negando con la cabeza mientras sonreía al verla, comí una primera cucharada, sin prestar atención al sabor o la textura. Estaba bastante acostumbrada a nuestra dieta, y al contrario que Alice, nunca había probado otra cosa ni había experimentado en los sueños de otros otro tipo de comida.

Con tranquilidad, y aparentando que no me importaba qué pasase a mi alrededor, seguí comiendo mientras vigilaba todo el comedor, esperando la entrada de alguien que pudiera darme más pistas sobre lo que estaba ocurriendo.

Una de las marionetas se acercó a las chicas

-Señoritas, quedan escasamente 20 minutos y nos tomará unos 10 el llegar a la plaza

Tras decir esto volvió a su posición junto con la otra marioneta

Terminé la papilla de avena y recogí la bandeja de forma mecánica. No era nada que me emocionase particularmente. Luego miré a Valeria. 

- Será mejor que vayamos ya y lleguemos con tiempo. - mi expresión era neutra, pero ambas sabíamos de sobra qué ocurriría si no llegábamos en tiempo, perfectamente presentables y dispuestas a saltar todo lo alto que nos dijesen. 

No es que todos fuera así, pero por seguridad era mejor asumir que sí. Repasé la túnica para asegurarme que no tenía manchas y que estaba perfectamente colocada. Después seguí a una de las marionetas, dando por hecho que Valeria vendría también. Miré al constructo y, finalmente, pregunté. 

- ¿Información relevante? ¿Planificación de actividades?

No es que fueran a dar ninguna información que no se permitiese, pero en ocasiones tenían permiso para revelar lo básico. 

Suspirando, seguí a Alice hacia la salida, cada vez con más curiosidad sobre todo el día de hoy y lo que iba a suceder.

Las marionetas apretaron el paso y escoltaron un poco más rápido de lo normal a Valeria y Alice

Me siento a comer tranquilamente apenas llegada al lugar. Naturalmente me senté en mi sitio de siempre, alejada del barullo y junto a la ventana.

Cuando vino la camarera encargué bastante comida. Necesitaba recuperar un poco de orgullo y fuerzas.