Partida Rol por web

 Valeska intenta golpear con su propio hacha, quebrando la guardia de su adversario de abajo a arriba, en un corte vertical. Pero Hrilex se da cuenta del movimiento y lo evita echándose ágilmente atrás. 

La corpulenta mujer se prepara para el ataque, ignorando la sangre que mana de sus múltiples heridas.

 Se apoya un momento en un trozo de mástil caído y se lanza adelante, esta vez hace un amplio arco para cortar a ambos enemigos. Os voy a cortar en pedazos! y os echaré a los perros para que os devoren vivos! malditas ratas sarnosas!

El ataque falla apenas por unos centímetros, no es que haya medido mal, sino que no ha previsto bien cuales iban a ser vuestros movimientos. Parece realmente un veterano de estas lides.

 Turno 6 [Iniciativa resumida]

De repente se oyen sendos estruendos, el barco se bambolea pesadamente. Golpea a la Torre, que igualmente se mueve. A continuación las balas de cañón impactan en el agua, a una docena de metros por delante, de los botes huidos.

Tan sólo dos cañones, pero suficiente para hacer desistir en su empeño al capitán del Drake. Y el oficial que marchaba en el otro bote. Desde su frágil esquife alza las manos y grita su rendición a los cuatro vientos.

Mijail ríe primero y luego aúlla. La victoria es vuestra.

Igualmente en cubierta, los defensores han rendido sus armas. Los oficiales heridos, que ya se debatían entre rendirse o morir combatiendo tiran sus armas al suelo. Carter pide clemencia mientras Hudson escupe al suelo y mira con frialdad a los corsarios.

Por su parte Hrilex, incluso después de ver como el resto de los hombres se rinde, sigue combatiendo:En ayuda de Sancho y Valeska llegan varios corsarios que acorralan a Hrilex, y finalmente le dan muerte.

El capitán del Drake y el resto de sus oficiales son llevados a La Torre y encerrados en dos celdas que hay en la sentina. Y el propio Mijail acompañado por tres tenientes se hacen cargo de su vigilancia. Por el momento no hay trato para los heridos más allá de un socorrido torniquete.

Ordoñez comienza a dar ordenes, con voz firme y dura, sus ojos fríos e inexpresivos no muestran aún la alegría de haber atrapado otro barco y el botín que guarda en su bodega. Pero sabéis, que una vez termine todo, beberá y contará chanzas como cualquier otro miembro de su barco, como si no hubiera un mañana para ella.

Todos, seguís sus ordenes a rajatabla, no solo porque sabéis que Mijail matará a cualquiera que la ose desobedecer, sino porque sabéis que es una veterana y que sus decisiones generalmente son acertadas.

Sancho y varios marinos descienden hasta donde está la vía de agua. Ha entrado demasiada agua, el Drake se está hundiendo lentamente y no hay posibilidad de salvarlo. Aunque os pusiérais todos a achicar agua, ahora mismo no sois suficientes -y no tenéis bastantes materiales para arreglar vuestro barco y el de ellos. Hay demasiados desperfectos, el Drake ha sido sometido a fuego intenso de cañón, tiene el velamen en mal estado, le falta algún mástil y severos daños en las cuadernas.

Hans baja con varios marinos a la bodega para trasladar la mercancía a La Torre, eligiendo aquello que sea de más valor.

Por su parte Dominique, llega al polvorín y hace un recuento de armas y munición. También pasa por la segunda cubierta donde están los escasos cañones del Drake. El reabastecimiento de la munición gastada es primordial para mantenerse en este negocio por suficiente tiempo. Varios marinos siguen sus ordenes.

 Alessio, se venda alrededor y sobre la zona en la que ha recibido la puñalada y luego comienza a organizar el traslado de los heridos a La Torre, revisa rápidamente las heridas de sus compañeros, y comienza a tratarlas con ayuda de un marino -que no es doctor, pero que ha visto muchas heridas de combate.

Valeska, reacia a ser parte aun de una tripulación corsaria, se aleja de todos, sube al puente de proa y mientras se cubre la herida del costado, cierra los ojos  e intenta sentir la brisa y la calma del mar. Allí erguida cuan alta es, como tantas otras veces ha hecho, parece rezar a alguna deidad Vestenmavjer.

Los corsarios que aun se mantienen en pie, ilesos obligan a los marinos del Drake a alcanzar los botes -en total contaban con tres botes- llevando consigo alimento y agua para una semana. Obsequio del capitán Ordoñez quien cree que es la mar la que tiene que juzgar si mueren o viven.

Al fin y al cabo todos os regís por las leyes del Mar.

Cargando con un pesado fardo de mercancía, Hans se cruza con Valesca en la cubierta del Drake. No puede dejar pasar la oportunidad para soltar una buena bravuconada.
- ¿Cuál ha sido el tanteo final Valeska? Yo juraría por todos los dioses del averno que esta vez te he superado por mucho. -

Valeska sale de su "meditación" acompañada de la brisa fria pero a la vez relajante del mar, para oir las palabras de su compañero corsario. Mira con una disimulada atención el fardo que es arrastrado por el suelo de la "Torre" y le responde sin que sus palabras suenen a dolor por las heridas que ha recibido luego del combate:

"- Y ha sido asi - tocando con cuidado las heridas que tiene en su corpulento cuerpo - Como me han dejado, pero bah, para esto fui hecha"

La guerrera sonrie a Hans:

"-Espero reponerme para disfrutar juntos de esta mercancía"

Resignado vuelvo a ascender a la cubierta del barco mientras niego con la cabeza.

No puede ser, demasiado maltrecho como para que tenga reparación. Por lo menos con los materiales que disponemos.

Ya que no tiene reparación no me queda gran cosa importante que hacer.

Entonces veo a Valeska hablando con Hans y me acerco a ellos.

¿Qué tal?, ¿habéis resultado muy dañados?. Hacía tiempo que no me enfrentaba a un rival tan fuerte como el que manejaba el hacha.

- Vamos daos prisa con esos toneles de polvora!!

Dominique sigue atento la carga y transporte del polvorin enemigo así como la municion de los cañones para reponer todo aquello que se ha gastado en el combate. Su pistola y su rifle vuelven a estar a punto y los guarda con dedicacion denotada de un veterano que lleva en la guerra mas tiempo del que se atreveria a reconocer.

Hay muchas cosas por hacer y aunque la victoria ha sido finalmente suya parece que el coste en vidas ha sido demasiado elevado.

- Seguro que te repones ¿acaso no lo haces siempre? - responde a Valeska - Lo que no tengo muy claro es si lo conseguirás si te pone encima ese matasanos que llevamos a bordo. - Hans se ríe con ganas de su propia broma. Aun se está riendo cuando Sancho se acca y les pregunta por su estado de salud.

- Esos perros no han conseguido ni acechares a mi buen Sancho... pero no se puede decir que Valeska haya tenido la misma suerte. ¿Como te ha ido a ti? Creo que no te los has pasado especialmente bien porque casi te he visto bostezar mientras despachabas Avaloneses. - vuelve a reír su propio chiste, el combate le ha puesto de excelente humor.

Ja, ja no creas maese Hans. He tenido suerte que te has encargado rápidamente y no he tenido que subir para matar uno a uno a los utilizadores de las armas de fuego.

Me acaricio mi cuello con las dos manos y giro la cabeza.

Además el tipo del hacha me ha dado más problemas de lo que esperaba. Lástima que hayan podido hundir su barco antes de terminar el asalto.

- Parece que Ordoñez nos llama. Estaban interrogando a los prisioneros... asi que igual sale algo interesante en este abordaje además de este cascarón maltrecho. - dice plantando el pie con energía sobre los tablones un par de veces. Luego se dirige hacia el lugar en el que se encuentra la capitana.