Se rompen barriles de ron y cerveza, la capitana brinda con los heroes en su camarote con un fuerte y añejo vino de hace treinta años y todos ríen y bailan durante el resto del día.
Lo único que les queda por hacer es el reparto del botín. Pero incluso tras darle un porcentaje a sus majestades, queda un buen pellizco para cada uno de ellos...
Los héroes deciden separarse en este momento para seguir su propio camino, quién sabe si volverán a encontrarse, y qué nuevas aventuras correrán entonces.