Fortaleza Erioch
Franja de Jericho
818.M41
Durante meses, los nuevos reclutas de la Deathwatch están casi encerrados en la Fortaleza de la Vigilia de Erioch, donde se les administra un entrenamiento específico necesario para realizar las diferentes funciones que se esperan de un miembro de dicha organización. Un Hipno-adoctrinamiento sobre la Franja Jericho, la Cruzada Achilus, las amenazas principales y sus planetas principales o más importantes. Es un lugar violento y letal, como todo el universo, pero en este lugar tienen varios frentes abiertos, unos contra Tiránidos y otros contra unos traidores del Caos.
Los entrenamientos con armas y de combate eran como en cualquier otro capitulo salvo por la variedad de estilos. Cada astartes y cada capitulo combate de una forma diferente aunque las armas fueran las mismas, y esa es una de las grandes bazas de la Deathwatch, el equilibrio que podría llegar a tener un Kill-Team era mayor y más versatil que los de un solo capitulo. Tras varias semanas en las que iban mezclando diferentes aspirantes para ver como podrían ser más efectivos, todo cambió. Tras los entrenamientos de la mañana, un Capitán de la Vigilia buscó a varios astartes y les ordenó que cogieran el equipo de combate y que esperaran en los hangares en una hora.
Las órdenes eran sencillas y se acataron con velocidad, pues no parecía ser que fuera otro entrenamiento. Una Fragata Clase Sable, La Destrucción de Khaal, sería su transporte hacia el lugar que fuera su destino. El mismo Capitán los designó a diferentes destinos, y a esa fragata iban cuatro hermanos. Solo sabían que tenían que presentarse ante el Capitán de Vigilia Kalegos cuando llegaran a su destino. Era una nave ligera y rápida, una nave de escolta, lo que decía que les iban a llevar a un frente hostil, pero no sabían bien a cual de ellos. No tardó más de una hora en despegar desde que los astartes subieron, lo que hizo hincapié en la urgencia de la misión, fuera cual fuera.
Semana y media de viaje por la disformidad les levó a su destino, pero en lugar de llegar a un planeta, un satélite o una fortaleza, llegaron a un espacio vacío. Cuarenta minutos después comenzaron a sonar todas las alertas de proximidad, y del espacio disforme surgieron un Crucero de Asalto y cuatro Fragatas Clase Sable, con los escudos en alto y las armas preparadas. Durante un minuto fue un caos de intentos de comunicación, levantar escudos y prepararse para el combate, pero después todo se calmó. Las órdenes fueron dadas y se preparó una lanzadera para ir a la nave insignia de esa flotilla, ese Crucero de Asalto que respondía al nombre de Santa Muerte.
Cuando llegaron al hangar de la nave insignia, en el pudieron ver la clásica actividad de humanos preparando aterrizajes y los diferentes aparatos y materiales de un hangar, y justo frente a la pista asignada se alzaba un astartes. Vestía la servoarmadura de la Deathwatch cubierta por una túnica de color hueso con una capucha echada sobre el casco y en la mano derecha portaba un Crozius Arcanum. Cuando se acercaron pudieron ver en la hombrera derecha la espada alada de los Ángeles Oscuros.
-Hermanos -dijo el Capellán que ahora mostraba el yelmo de calavera clásico de su oficio- soy el Capellán Magron, bienvenidos a la Santa Muerte. Esta es la nave insignia y personal del Capitán de Vigilia Kalegos. Él os ha elegido personalmente para que forméis el quinto Equipo de Asalto a sus órdenes -paseó la mirada sobre los cuatro astartes presentes antes de hablar- ahora os llevaré ante el Capitán, pero quiero que sepáis una cosa, le gusta la sinceridad y ser directo, huye de toda la política y juegos de mentiras, por lo que si traéis algo de eso con vosotros seréis destituidos rápidamente. Seguidme.
Crucero de Asalto Santa Muerte
Saliente Orpheus, Franja Jericho
818.M41
El capellán guió a los cuatro astartes por la nave mientras varios humanos normales y servidores se apartaban de su camino con respeto, pero mirando con curiosidad a los cuatro nuevos astartes que había en la nave. Algunos de los suboficiales saludaban al capellán mientras pasaban, y éste correspondía con un gesto de la mano o un asentimiento de cabeza. Durante este trayecto, el capellán iba poniendo al día a los recién llegados sobre la nave y su misión en ese sector.
La Santa Muerte es un crucero de asalto con una gran historia que fue reparado y dispuesto para que se uniera a la Cruzada Achilus en la Franja de Jericho, y era una nave de respuesta rápida. Durante una misión de extracción en un mundo cercano a la Anomalía Hadex, el crucero fue abordado y tomado por una fuerza de traidores leales al Caos, pero este abordaje no duró más de un día. El capitán Kalegos, que por aquel entonces era un hermano de la Deathwatch sin rango, lanzó un contrataque audaz junto a su Equipo Eliminación, masacrando a los traidores cubierta por cubierta. Tras esa misión tan audaz, la nave fue devuelta a la Fortaleza de Erioch, donde se retiró durante un tiempo para ser limpiada y purificada de lo que pudieran haber hecho durante ese día, y cuando la volvieron a poner en activo fue asignada al Capitán Kalegos.
Tras eso, el Capitán de Vigilia y la Santa Muerte fueron destinados aquí, al Saliente Orpheus, pues su velocidad y capacidad de respuesta a emergencias fue algo vital para salvar vidas, aunque no todas las que gustarían. En el Saliente Orpheus fue donde, poco a poco, fue haciéndose un nombre y pidiendo refuerzos y teniendo otros Equipos de Eliminación bajo sus órdenes.
Llegaron al puente de mando, pero antes de llegar ya se escuchaba una voz gritando desde el interior. El capellán abrió la puerta y en el interior había muchos humanos en los diferentes puestos de mando, pero en el lugar donde estaría el trono del Lord Capitán había una inmensa estructura de bronce y hierro negro que era en realidad un trono de mando; pero en tamaño astartes, lo que hacía que los humanos parecieran aún más pequeños. El trono os daba la espalda y frente a él, en una gran pantalla, había un humano muy bien vestido que gritaba. Estaba rojo de ira.
-¡TANTO MI SOBRINO COMO MI NAVE NO PUEDEN ESTAR ALLÍ! -gritaba mientras señalaba con dedo acusador a su interlocutor en el trono- ¡NO PUEDEN QUITARME NADA! ¡SOY MIEMBRO DE LA FAMILIA...!
-Basta -dijo una voz atronadora, que sonó fuerte y poderosa aunque no gritó, y eso hizo callar al hombre- Yo no reconozco ni tú poder ni a tu familia, y en nombre de la Inquisición, la Deathwatch y de la Cruzada Achilus le despojo de su navío, la Fragata clase Sable La Destrucción de Khaal, y si su sobrino quiere dejar el mando, así sea, pues tengo varios posibles capitanes, pero si no es así pasará a estar a mis órdenes y las de la Deathwatch.
-¡NO PUEDE...!
-Creo que me ha malinterpretado -interrumpió de nuevo la voz del astartes- Era un informe por cortesía, no una petición. Está hecho -y la comunicación fue cortada.
Puente de Mando del Crucero de Asalto Santa Muerte
Saliente Orpheus, Franja Jericho
818.M41
Esperó unos segundos antes de ponerse en pue y dirigirse hacia una de las consolas cuando vio al capellán con su nuevo Equipo de Eliminación. La armadura del Capitán era impresionante, absolutamente negra salvo el brazo izquierdo, no mostraba ningúna seña de ningún capitulo, pero en cambio, en el pecho llevaba una "I" alada en color plata y dorado que cubría toda la placa pectoral de la armadura, y en la frente del yelmo llevaba una "I" dorada y roja, destacando como una gema en medio de una corona. Tenía una gorguera que cubría la parte superior del torso y hacía que pareciera una tortuga con la cabeza medio escondida. De cerca, toda la armadura podía mostrar múltiples grabados de palabras de castigo a los enemigos y bendición al portador, al igual que las tenían normalmente en el brazo plateado todo miembro de la Deathwatch, estas cubrían cada centímetro de la armadura. Se acercó al grupo a grandes pasos y saludó al capellán de manera informal, con un asentimiento ligero, y luego dedicó el signo del aquila a los recién llegados.
-Saludos, hermanos. Soy el Capitán de Vigilia Kalegos y voy a ser vuestro oficial al mando directo. Vosotros cuatro váis a formar mi quinto Equipo de Eliminación y el último que añadiré a mi mando directo, al menos mientras no ascienda más allá de Capitán -paseó la mirada verdosa de su yelmo por los recién llegados, como si estuviera estudiándolos- Sé que para la Deathwatch aún no habéis trabajado, pero se muy bien que no sois unos novatos. Cada uno de vosotros tiene años, décadas o puede que algún siglo de experiencia en combate junto a vuestros hermanos de capitulo, y seguís vivos, lo que demuestra una gran habilidad. Bajo mi mando se hacen las cosas de una forma ligeramente diferente, y espero que os acomodéis a ellas lo antes posible.
-Primero, en mi presencia nunca os voy a pedir o exigir ir sin el casco como hacen algunos compañeros míos, pues yo mismo no me lo quito ante nadie.
-Segundo, yo solo asigno misiones, el como las llevéis a cabo con el material al que tengáis acceso es cosa vuestra, podéis pedir consejo a cualquier otro hermano más veterano en esta zona de combate, pero no será nada oficial.
-Tercero, aunque estéis bajo mi mando, puede que pasen meses sin contacto directo, así que debéis de tener la capacidad para resolver las cosas por vosotros mismos. Necesito que tengáis iniciativa, no que por no tener órdenes un planeta sea asolado por el los malditos xenos.
Se quedó callado un momento antes de continuar- Seamos realistas, no sois niños ni novatos, por lo que prefiero daros libertad y que me demostréis de qué sois capaces -tras añadir eso, hizo de nuevo el signo del aquila y se dirigió a las consolas.
-Ellos os llevarán a vuestras celdas de descanso -dijo el capellán mientras señalaba a un grupo de humanos que se acercaba. Eran Stormtroopers Inquisitoriales, con la armadura pintada como las de los miembros de la Deathwatch. Uno de ellos se adelantó y os saludó- Síganme, por favor -dijo con una voz calmada, lo que mostraba que estaba más que acostumbrado a tratar con astartes.
Durante el camino os iban mostrando donde estaban las instalaciones que os podrían interesar. El departamento munitorum, las salas de entrenamiento, el Apotecarium, etc. Era extraño ver como las zonas eran tanto para humanos como para astartes, incluso en el Apotecarium había un astartes hablando de algo con uno de los médicos de la nave.