Partida Rol por web

Las posturas se tensan. El que está más atrás te apunta a la cabeza apenas nombras a María Luisa y murmura algo en su radio. Resulta fácil saber que, otros guardias se están moviendo hacia acá.

-Acá no hay vía pública, esto es todo predio de la Princesa. Y esta es la autoridad que tengo para demostrarlo. +replica entretanto el que va de portavoz, mientras también te encañona con la AK.+ Tenes 10 segundos para decir tu nombre, clan, y que buscas acá con la señorita Bernal, o te llenamos de plomo. También tenemos estacas, si te interesa. Pero esas son para después.

Si antes estaban suspicaces, ahora están en alerta máxima. Pero todavia no esta todo perdido...

Ahora sí, chisto sonoramente y mi semblante cambia. Esto había pasado de una nimiedad a una verdadera molestia. Al final una viene con la mejor voluntad, hace todo lo posible para que confien y se lo metían por el culo. - ¿You know what? Fuck this shit. - Pensé mientras empezaba a contestar, ya que, a pesar de mi resentimiento no podía irme ahora.

-Mi nombre es Sarah Dalmasi. - Hice una pausa antes de contestar el clan. No quería que me llenen de balas por ser Gangrel, ya que con ellos era el problema en primer lugar. El problema era que la Toreador conocía mi clan, o al menos estaba casi segura de eso. -Mi clan casi no importa, porque no estoy aliada con ellos, pero técnicamente soy una Gangrel. - Dije al fin, después de pensar brévemente en decir Caitiff o Brujah, pero finalmente rehusándome por la falta de tiempo para construir la mentira.

-Hace tres días me reuní por primera vez con la señorita Bernal. Lo que me pidió, ella lo sabe, yo vine a dar un reporte que no pude entregar antes por motivos que ya le explicaré a ella. En persona. - Hice una pausa rápida. -No sé qué estará dirigiendo ahora y qué pintan ustedes, pero si no me concierne, mejor. -

Por la radio se informa de tu respuesta. Pasan unos segundos… Los refuerzos llegan en tanto, otros 4 tipos, con armamento similar e igual o peor cara. Al fin, el sujeto hace una señal con los dedos y te apuntan.

-Acompáñenos. +ordena secamente, y es difícil desoír tantas armas. Con la cabeza indica hacia la parte posterior del edificio. Obviamente, están alejándote de los camiones. + Vamos a hablar en privado con la señorita Bernal.

Todavía queda la chance de escapar. Si no son tan buenos tirando…  Aunque también puede ser que lo que dice es cierto y tengas tu oportunidad.

Al escuchar la propuesta del tipo quise tragar saliva. Por un segundo recordé mis primeros pensamientos cuando salí de Santa Fe, que Don Diego me mandaba a la capital para deshacerse de mi y asegurarse de que nunca regrese.

Apreté los dientes hacia el uniformado, pensando en unos segundos mis opciones. Sin embargo sabía que si dudaba por mucho tiempo podrían tomar provecho de eso o incluso dispararme por dudar, por lo que, casi sin razonar mucho me adelanté unos pasos. -Muy bien, le sigo. - Dije con cautela, intentando enmascarar mi nerviosismo. -Oh, crap... pasé de estar enojada a cagada en las patas en un segundo. -

Caminando a la misma marcha del hombre, lo seguí hasta donde me dirigían.