- Seguramene las monedas sean plata más pura que la de las flechas, que es aleación...
Master avisa cuando realmente durmamos, así veo de cambiar los conjuros memorizados... supongo que con un convocar enjambre (plaga de murciélagos) puedo ocuparme de los cangrejos... o por lo menos hacerles algo de pupa... tienen vista ciega (no les afecta la oscuridad mágica) y dado que los bichos no se pueden sanar a si mismos (espero no tengan algun regeneración o similar) a la larga se morirán conque una única vez estén en la misma celda que el enjambre (dado que siguen perdiendo 1 pg por turno hasta que alguien los cure)
El tema es que solo tengo un conjuro level 2. Si rezo por ese no puedo hacerlo por un restablecimiento para no sacarle todos los conjuros al clerigo :-(
- Será mejor que descanséis, es mejor aprovechar el tiempo que nos es concedido, nosotros haremos la primera guardia. - El enano no tenía la cabeza demasiado centrada, muchas cosas le daban vueltas en su cabezota, y eso para alguien que siempre había sido mas enano de acción que de pensar y darle vueltas a las cosas, era mucho
- Las monedas de plata servirán, gracias.
El clérigo empezó a machacarlas con su maza y a esparcir los restos por delante de la puerta.
- Si estos monstruos pretenden atraparnos aquí dentro, se van a llevar una buena sorpresa.
No volveré a memorizarlo, esto es un despilfarro.
Cita:
La voz de enano le hizo alzar la mirada hacia él. Se dio cuenta de que Bhain miraba su muslo mientras sacaba la daga. La semielfa ya conocía aquella mirada en otros ojos masculinos, pero algo en el enano le decía que el corazón de aquel guerrero era mayor que su lascivia. Mama ya estaba acostumbrada a que los hombres lanzaran furtivas miradas a sus tersas carnes, formaba parte de su naturaleza y en más de una ocasión, la maga había utilizado los primitivos instintos del hombre en su propio beneficio.
Miró al enano un instante para comprobar su sonrojada cara tras la barba y en un ademán disimulado, dejó caer su falda para tapar lo que al guerrero tanto sofocaba. A él no quería hacerle sufrir. Aquel enano le comenzaba a tener demasiada estima…quizás debería comenzar a distanciarse un poco.
Entonces habló de hacer la guardia juntos, de que le ayudaría en el manejo del hacha. La maga no dijo nada, aceptando con un gesto la propuesta. Sin darse cuenta, su mano volvía a acariciar el colgante. Sacó su libro de conjuros y lo mostró cerrado al enano:
-Gracias por el ofrecimiento, pero me temo que necesitaré todo mi tiempo para preparar los conjuros que usaré en las próximas horas… aunque agradezco tu ofrecimiento y acepto de buen gusto tanto el hacha como compartir guardia con vos…maese Bhain. –Le dijo al enano con una sincera sonrisa tan difícil de ver en la maga, no tanto la sonrisa como la sinceridad manifiesta en ella.
En cuanto saque un momento me pongo con los cojuros. Seguró haré algunos cambios.
Si mal no he entendido habrá las siguientes guardias:
Pasamos a la escena Nocturna.