Partida Rol por web

-No lo creia posible, pero parece que al final despues de todo entrar por la puerta principal va a ser nuestra mejor baza

No os extrañe la postura de Tobin. Demasiados han muerto en guerras aquí y allá por un falso sentido del deber o del honor. Y sin duda hay muchos que prefieren ser cobardes vivos a héroes muertos, apuntó Fingolas desde el rincón donde se había acomodado a descansar.

- No creáis con ésto que dudo de la nobleza de la causa que nos ocupa-, continuó el elfo sin rastro alguno de sarcasmo en su voz, -pero con la edad he aprendido a no juzgar a la gente por sus palabras sino por sus actos, y Tobin se ha jugado el pellejo como todos en Predemia.
-Además-, remató esta vez con sorna, -nuestra nómina de enemigos está ya bien nutrida, ¿no sería hora de empezar a hacer algunos amigos?

Mama Brigitte soltó una sonora risotada ante las palbras del elfo: -JAJAJAJJA ¡Qué elocuente! Sabias palabrasss, si señor, sabias palabrassss. Para empezar deberíamos intentar h a c e r n o s amigos nosotrossss. Todavía algunos ni siquiera se han presentado y me gustaría saber, al menos, el nombre del individuo cuyo culo pudiera salvar.

El mediano escuchó las explicaciones y no pareció muy convencido. Sin embargo el no estaba acostumbrado a esas costumbres humanas, así que estaba dispuesto a aceptar lo que dijeran sus compañeros.

Pese a todo, las palabras de la maga, no por poco agradables dejaban de ser ciertas, por lo que agregó a su comentario - Es cierto, yo soy Rómulo - comentó orgulloso - Y el es Remo - acotó señalando a su perro - y este de aquí es Héctor - finalizó señalando a la víbora que descansaba placidamente sobre el cánido. Feliz de haber cumplido con su parte esperó, esperanzado, que el resto se terminara de presentar.

Silvania bajó el arco con un gesto de resignación, resistiéndose todavía a abandonar lo que le gustaba, para pasar el mal trago de tener que 'hacer amigos'.

Suavemente bajó la flecha y cerró los ojos, dejando que la diana desapareciese de su mente con la concentración que la mantenía en un estado casi de éxtasis. Lentamente sacó la flecha de la cuerda, acariciando las plumas, y la devolvió al carcaj.

Después colocó una esquina del arco en la cara inferior del pie, agarró el arco con la mano derecha por la empuñadura, y con la izquierda empujó la otra punta mientras sus dedos aprovechaban para soltar la cuerda, dejándolo destensado. A continuación, con un ritual casi litúrgico, lo introdujo en la funda, acariciándolo mientras entraba suavemente en el interior, de suave pelo de res. Pensó en encerarlo, pero al instante se dio de cuenta que lo había hecho el día anterior.

Cuando ya no le quedaron más excusas para seguir retrasando el momento, puso el arco con la funda al hombro, y dio media vuelta para juntarse de nuevo con el grupo de aventureros.

- Mi nombre es Silvania, y soy arquera.

Con una radiante sonrisa el mediano saludó a la arquera, con la que había compartido algunos combates en el pasado - Bienvenida - aclaró solo para llenarse la boca de palabras.

Shelzar vio que no le quedaba más remedio que actuar, todos se estaban presentando y posiblemente alguno de ellos tomara a insulto que el no lo hiciera. Además como bien había dicho la nigromante mejor saber los nombres de aquellos a los que podría salvar el trasero.

- Mi nombre es Gaius Shelzar, mi oficio, aunque odio la comparación, es como el de Tobin, soy de su gremio. Contar conmigo y mis habilidades, no vacilare en ayudar en esta misión aun a riesgo de mi vida. Tengo demasiadas expectativas puestas en ella como para fallar.

Dicho esto decidió formar parte más activamente en la conversación del grupo, que aunque al principio no le había convencido ahora ya casi parecía hacerlo.

Mi nombre es Bhain, quizas alguno me conozcais, pues he luchado en la arena durante largo tiempo. Ahora mi brazo sirve a una causa mas noble. Mientras esteis en mi bando os puedo asegurar que podeis contar conmigo para lo que sea

El joven paladín se decidió finalmente a hablar después de escuchar al semielfo y al resto de compañeros:

- Mi nombre, como bien dijo Lord Bakus es Mosest. Es todo un honor que se me haya permitido participar en esta misión, y no dudaré ni un momento en dar la vida con tal de que salga adelante.

En ese momento hizo una pausa para contemplar los rostros de los demás. Luego continuó:

- Por cierto, creo que antes estábais discutiendo el plan. No quiero entrometerme, pero, ¿por qué no simplemente entramos matando a los guardias que nos salgan al paso, vamos a donde tengamos que ir, hacemos lo que tengamos que hacer y después deshacemos el camino?. Por cierto; ¿a donde teníamos que ir y qué teníamos que hacer?.

Si hicieramos eso nuestra mision no llegaria mas lejos que de la entrada a la ciudad, y no es ue desmerezca tus habilidades, solo que seria un suicidio . Esta vez es cuestión de entrar con discreción

Todavía algunos ni siquiera se han presentado y me gustaría saber, al menos, el nombre del individuo cuyo culo pudiera salvar.

Arthedain, sin moverse de su cómodo asiento, sonrió secamente ante las palabras de la nigromante y replicó, zumbón:

- Bella dama, mi nombre es Arthedain y pertenezco a los filos del ocaso, una hermandad a la vez mágica y marcial de la que a lo mejor habéis oído hablar. Y, puesto que parece que el tema os resulta cómodo, podéis salvarme lo que habéis mencionado, o mi anatomía entera, a la que he de confesar que tengo bastante aprecio. Por mi parte, me ofrezco a la recíproca para salvar cualquier parte, ejem, destacada de vuestra anatomía, aunque hay tantas donde elegir que mucho me temo que para decidirme habría de estudiarla con más detenimiento, vos ya me entendéis.

Y, volviéndose hacia la arquera, dijo tan solo:
- Encantado, Silvania.
- Ghaius, Bhain, Rómulo, Mosest: un placer.

El enano se volvió a su compañero y le devolvio el saludo- el placer es mio, Arthedain

- La naturaleza solo mata cuando es indispensable - le comenta al paladín - Si podemos evitar que nos descubran, quizás solo debamos ocuparnos de esos no-muertos. Será dificil encontrarlos con toda la ciudad tras nuestros pasos, no crees? -

Luego, escondiendo una sonrisa por lo que pudo entender de las palabras del elfo, el mediano le responde alegremente - El placer será mío. Por cierto, os presenté a Rómulo? El no conoce mucho de magia, pero si sobre los combates -

esta mision requiere a partes iguales una dosis de valor, sigilo y diplomacia

Durante el resto del día el grupo pasó el tiempo lo mejor que pudo, preparándose para la aventura que les esperaba al día siguiente...