Partida Rol por web

Samuel permanece sentado, atento a la conversación entre Daniel, LLúcia y Lina. Siempre ha sabido ver más allá de lo que yo mismo soy capaz, y siempre ha acabado dándome consejo. El problema es que siempre lo hace más tarde de lo que me gustaría, más con la intención de burlarse de mi que con la de ayudarme. De todas formas es posible que me ayude a formarme una impresión de los que están hablando con nosotros. Entonces repara en que me encuentro mirándole.

-Son graciosos los distintos puntos de vista, uno remarcando su independencia, la otra mostrando su lado rebelde... Esperemos a ver cómo acaba esto; que nuestros anfitriones muestren sus cartas.

Mientras la conversación fluye a mi alrededor, permanezco ausente mirando hacia donde se encuentra Sony. Ajeno a todos nosotros, se encuentra concentrado en sus dibujos. Parece libre de preocupaciones, alguien capaz de disfrutar con cualquier nimiedad, capaz de sacarle verdadero partido a su inmortalidad. Pero nadie desearía ser como él... De vez en cuando unos murmullos escapan de mi boca, ajenos por completo a la conversación que los demás mantienen a mi alrededor.

-Independencia... rebelde... anfitriones...

Parece que esta chica es como los demás brujah después de todo. - Pienso al oir las palabras de Llúcia.

Centremonos en el tema en cuestión, la jerarquía que hay aquí no es indiferente. -  al menos para mi. - tenemos que adaptarnos y tratar de arreglar las cosas para no despertarnos muertos mañana o tratar de huir.

Linais mira a todos y  hace una expresión de sorpresa. Me perdonaran, pero espere todo menos que me preguntaran eso. Hace una expresión curiosa como si se diera cuenta de algo.  ¿Ustedes realmente vinieron a este lugar y no se informaron de todo esto?, mira al nosferatu ¿despertarse muertos?.. mmm creo que compartimos el mismo miedo. Mira a Sony de reojo . Tratare de contestar todas sus preguntas a cambio de colaboración. Los mira a todos. Parece ser que ustedes también están en una situación complicada, y nosotros en estos momentos también.

 En realidad actualmente la situación no es fácil, y sí. Mira a Llucía.  Hay motivos...

Camberra ha sido por siglos un estado camarilla, y el gobernante es el príncipe Alexander D´Croux, un Ventrue. Su eliseo esta Ballumbir St en la zona central y de negocios de la ciudad, pensé que lo sabían, es un sujeto bastante conocido. Hace un signo de asco.

Hace un mes exactamente mataron al senescal en una situación un poco extraña, luego  atentaron contra la vida del primogénito nosferatu , y los demás primogénitos temen que sean los próximos. Eso ha despertado toda una pesadilla en la ciudad, antes vivir aquí era malo,  bueno por lo menos para nosotros, después de esto se ha vuelto simplemente insoportable.

Tanto el sheriff como el azote han tomado medidas extremas para mantener el orden en la ciudad. Están haciendo una casería de brujas para hallar al responsable, y se han acusado a diversos grupos, y como siempre los sin clan nos tienen en la mira porque siempre que ocurre algo nos echan la culpa. Mira a Martín quien está sentado lejos de ustedes. Entre otras cosas.

Si van al Eliseo, talvez nos podamos ayudar mutuamente. Mira a Daniel, y luego de reojo a Martin el cual le hace una mirada de preocupación.

¿De qué manera? - pregunta Edgar, mirando con interés, y algo de suspicacia a la mujer.

Realmente a él no le importaba en qué problemas se había metido ellos y otros vampiros por la muerte de no se quién. Para Edgar lo importante era salir de allí, y rápido.

Se que con pedirles esto, no garantizara que lo hagan pero en realidad queremos agotar todos los recursos antes de que sea demasiado tarde. Martin se sienta a su lado. Un amigo ha sido arrestado y solo una persona podría ayudarlo, si entregan una comunicación a Sir Federick  Reich, el podría evitar que lo ejecutaran.

Maldicion, un ventrue...era de esperarmelo.. Digo mientras escucho a la mujer y de tanto en tanto le echo un vistazo al otro tipo que ha entrado hace un rato me interesaria ir a ese eliseo del que hablas y presentarme ante el principe y su grupo...aunque viendo como esta de caliente el ambiente seria un arma de doble filo...ya saben con los primogenitos, el azote, el sheriff..las arpias... Hablo en alto De todas formas le ayudaremos con su amigo si nos ayudan a irnos...que dicen

Al hablar no miro a mis compañeros en especial a Llucia

Llúcia permanece escuchando todas las palabras de Lina. Luego, la rápida intervención de Edgar, la respuesta y luego la aclaración de Daniel, le hacen reflexionar un momento. Echa una mirada a sus compañeros, y le resulta evidente que no hay ninguno de ellos que piense lo que ella está pensando. Niega. Las ideas se han perdido al mismo tiempo que la tierra se fertilizaba de sangre, pero la decadencia del siglo XX es algo que a duras penas puede terminar de creer. De todas maneras, como en ese punto las ideas de todos parecerían converger, Llúcia lo aferra como si fuera ideal.

Sus recuerdos van trabajando, construyendo en su cabeza la alternativa a esa situación sin salida.

- ¿Se encuentra en el centro de la ciudad?

En ese momento  el nombre de Sir Federick  Reich te es muy conocido.  Estas completamente segura de eso, ya habías leído  y escuchado sobre él.

Hay ciertas leyendas urbanas al respecto.

 El hombre es un antiguo brujah (de la vieja escuela) que alcanzo la golconda y que es conocido por sus intervenciones justas en situaciones de emergencia.  Sabes que es un hombre que se dicta bajo un código de honor rígido y que por su condición de iluminado busca una visión idealizada de justicia como la antigua Castago. Dentro de lo que has escuchado es que se pone siempre al lado de la justicia.

Es una especie de diplomático y consejero. Aunque muchos lo respetan, también  hay otros que le odian.  Entiendes porque Lina está pidiendo comunicarse con él, seguramente si la causa es justa se pondrá al favor del hombre. Lo que no comprendes es que hace  en Camberra.

-¡Que situación tan curiosa!- Samuel permanece mirando a Lina mientras esta explica la situación -Parece que tus amigos Anarquistas la están liando aquí, en Camberra. Por un lado tienes a la Cúpula, la vieja Sangre de los Camarilla ostentando el poder en la ciudad. Por otro lado están los que están causando todo este revuelo; que si bien pueden ser manadas Sabbath, lo veo más como un acto independiente de Anarquistas o cualquier otro grupo independiente. Y finalmente, como cabezas de turco, se encuentran los Sin Clan.

Samuel se levanta y se sacude el polvo de los pantalones, mientras camina hasta situarse detrás de Lina. Mi mirada le sigue en todo momento, consciente de que me va a hacer intervenir en la conversación.

-Muy bien, repite lo que te diga- Su mirada se clava en mi -Entonces, si me he enterado bien, la situación es esta: La Camarilla gobernante está teniendo problemas con un grupo, y los cabezas de turco sois vosotros, los Sin Clan... De hecho es ese amigo vuestro al que han culpado... Ese amigo al que podemos ayudar entregando un mensaje a Sir Frederick Reich... Antes de decidir nada necesito saber 4 cosas... Los que dan problemas a la Camarilla, ¿quienes son? ¿Sabbath? ¿Anarquistas? ¿Quién es exactamente Sir Frederick Reich? ¿Cómo nos recibirán los gobernantes? Y por supuesto lo que han preguntado mis compañeros... ¿Dónde hemos de ir y cómo nos podéis ayudar vosotros?

Mi mirada vuelve de la zona de Sony hasta clavarse en Lina. Pese a todo, parece distraida, como si estuviera ausente de la conversación, poco interesado en ella. De hecho da la impresión de que me encuentro lejos de todo esto, de nuevo en mi granja, disfrutando de su tranquilidad. Tras la intervención de LLúcia mi atención se fija en ella, recorro la estancia con la mirada, asiento con la cabeza, y comienzo a hablar.

-Entonces, si me he enterado bien, la situación es esta: La Camarilla gobernante está teniendo problemas con un grupo, y los cabezas de turco sois vosotros, los Sin Clan...- Hago una pausa, como si estuviera midiendo bien mis palabras  - De hecho es ese amigo vuestro al que han culpado... Ese amigo al que podemos ayudar entregando un mensaje a Sir Frederick Reich...- Una nueva pausa -Antes de decidir nada necesito saber  4 cosas...- Cada vez da más la impresión de que estuviera repitiendo algo que me aprendí hace tiempo -Los que dan problemas a la Camarilla, ¿quienes son? ¿Sabbath? ¿Anarquistas? ¿Quién es exactamente Sir Frederick Reich? ¿Cómo nos recibirán los gobernantes?- Dejo un ligero silencio y continuo -Y por supuesto lo que han preguntado mis compañeros... ¿Dónde hemos de ir y cómo nos podéis ayudar vosotros?

El hombre que hasta ese momento no había hablado se queda mirando a Llucia. Si, en el centro, se puede ir caminando, o llegar en 45 minutos en algún vehículo, y en realidad si pueden hacer algo por Steve se los agradeceríamos.

 En ese momento Sony habla sin dejar de dibujar. Steve iba a comprarme lápices. Su sola frase despierta algo de tristeza en los otros dos.

Linais quien mira a Sony con cierta reacción extraña responde al malkavian lentamente como pensando otra cosa al mismo tiempo. La Camarilla siempre ha tenido problemas con el Sabbat, es más algunos los acusan de esto, sin embargo existe una paranoia generalizada, apuntan a cualquiera. Luego lo mira directamente al rostro. A Reich le dicen el hacedor de milagros, si alguien puede ayudarnos es él....  y no sé cómo los reciban, ¿Cómo voy a saberlo?, lo único que sabemos es que nosotros no podemos ir por allá.

Si lo que buscan es salir de la ciudad podemos  ayudarlos

Queremos huir de la ciudad precisamente para evitar que ellos nos encuentren, ir a su guarida no parece tener mucho sentido. - Digo tajantemente

Al oír a Paolo, Edgar asiente con la cabeza, totalmente de acuerdo con lo que dice.

¡Ahs, qué vaina tan bonita! Nos vamos a meter como huevones en la boca del lobo sólo porque a ésta se le perdió el jevo.

Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Paolo, pero igualmente quiero salir de aquí y regresar a mi patria, de la que nunca debí salir. Si es al tal Steve que quiere libre, por mi parte me comprometo a hacer lo más que pueda por lograr ese objetivo; pero, como verá, nos está mandando a la guerra con los bolsillos vacíos. - A Edgar se le dibuja una sonrisa maligna en el rostro, y continúa: - Verá usted que no podemos ir con las manos pintadas de blanco y cantando canciones de paz; no llegaremos a ninguna parte así, más bien nos llenarán de plomo. Si es usted tan amable de darnos armas, por mi parte le estaré agradecido.

¿Armas? Dice la mujer. No no tenemos, pero sabemos quién las vende, aunque no son baratas.

No necesito armas para salir de aqui....las armas solo son un problema... pienso muy tranquilo ahora, aunque bastante desconfiado por el otro tipo que se encuentra en el lugar

Entonces...finalmente....nos ayudaran a salir de la ciudad o no....contesten de una vez para asi decidirme Aunque andar con los Panders no sera bien visto por el principe...y eso que nisiquiera me he presentado...rayos

Me quedo viendola como si esperara algo urgente

Edgar se apresura a negar con la cabeza ante la idea de comprar armas. Ciertamente, desde que había comenzado esa aventura había extrañado en demasía tener un arma en sus manos, y por eso las había pedido, además de la idea obvia de que todos tuvieran algo más con que defenderse; pero de ahí a comprar armas no.

Ciertamente es una lástima que no tengan, pero no me parece adecuado ni para lo que nos pide ni para nosotros que compremos armas. Llamaríamos demasiado la atención. - Hace una breve pausa antes de continuar: - Además, y me tomará por desquiciado, pero tal vez no necesite de ellas para defenderme.

Al decir esto Edgar se mira las manos.

Tal vez no pueda controlarlo a mi antojo, pero mientras tenga fuego en estas manos tendré medio boleto para atacar a los enemigos que se presenten...