Partida Rol por web

La Senda del Poder

4.2 Buscando quien sabe qué.

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23/04/2010, 17:04
Saul Buchanan

Finalmente Reich ha aparecido sin que hiciera falta que nos molestásemos en buscarle. A simple vista tampoco tiene el aspecto de alguien importante; sin embargo la forma que tienen de tratarle da a entender todo lo contrario. Si nos ganamos su confianza sin duda será la baza que nos salvará de los gobernantes de Camberra.

LLúcia se baja del coche y parece dirigirse en pos de nuestro objetivo, con su determinación característica. Sin embargo duda un momento y se me queda mirando, preguntándome por mis intenciones.

-No, nuestro objetivo era buscar a Reich. No hemos podido hablar con él antes de que entrase, pero está localizado. Vagando por estas calles no lograré hacer nada... Vamos a buscarle dentro.

Dicho esto salgo del coche y espero a que lo cierre, para encaminarme hacia la puerta ligeramente por detrás de ella.

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23/04/2010, 23:26
Edgar "El Gringo" Torres

Edgar mira al príncipe y luego a las mujeres que le acompañan, diciéndose a sí mismo:

¡Coño 'e la madre! ¡Ya quisiera ser uno príncipe para estar rodeado de mamis! Mardito sortudo...

Luego mira a Daniel; y mientras levanta una ceja vuelve a decirse:

Caramba con este hombre. Llega a tercera base y ahora duda lanzarse pal home. Haber como le sacamos el cuerpo a esta vaina...

Señor príncipe - empieza Edgar , me llamo Edgar Torres y acompaño al señor, aquí presente.

Edgar se queda en silencio unos segundos, sin saber qué hacer. ¿Cómo decirle al príncipe: "sabe, amigo, estamos aquí en contra nuestra nuestra; ¿puede creer que nos secuestraron"?, aquello simplemente le parecía ridículo. Quizá el hombre no estuviera al corriente, quizá podrían mentirle, decirle una mentirita blanca con tal de no llamar demasiado la atención. Sin saber todavía qué decirle, le dice a su compañero, a Daniel, en voz muy baja, como para ver si estaba de acuerdo con el "plan":

Mira, pana. Si le hablamos al tipo este de recto, nos verán la cara de huevones, y para mí ya hemos recibido bastante coñazo, y mira que nos falta más. O te inventas un plan para decirle la verdad de manera no muy dolorosa, o le cantamos una versión acomododa de la cuestión. ¿Qué dices? Total, fuiste tú el de la idea de entrar aquí...

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27/04/2010, 07:53
Príncipe Alexander D´Croux

El principe los mira a ambos, y en especial muestra un signo de desagrado hacía Edgar por murmurar  delante de él. Supongo que usted no tendrá la decencia del señor Daniel ¿verdad?... ¿viene acompañarlo o también a presentarse señor?. Su mirada es de suspicacia, da la impresión de que pudo haber escuchado lo que Edgar dijo.  ¿porqué estan en mi dominio?, no parecen ser de estas tierras, ¿qué buscan?

La mujer que esta detrás de ustedes toce incomoda, parece esperar su turno para hablar.

Notas de juego

se salvaron por un pelo.

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27/04/2010, 08:00
Marcia Linus

Mientras los hombres entran al Eliseo, ustedes dos salen del auto directo a la puerta mientras que son vistos por  los guardias de manera curiosa. A la entrada ven una mujer elegante que les pregunta. Bienvenidos al Eliseo, ¿les puedo ayudar en algo?. Mientras ven que los dos hombres y su comitiva se dirigen a la derecha del eliseo.

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28/04/2010, 03:12
Daniel sam

Le lanzo una mirada fulminante a Edgar y recuerdo porque queria venir solo a presentarme ante el Principe...era por eso...asi que simplemente le observo con respeto

Edgar...vaya que pones mi cabeza en juego estupidamente....chico...controlate...no estas en tu casa Y empiezo a hablar, anteriormente habia estado en otros Eliseos ya que como Gangrel he viajado de ciudad en ciudad, no es la primera vez que afronto una situacion como esta, aunque siempre lo he hecho solo

Perdon Principe por molestarlo o incomodarlo...en estos momentos estamos perdidos y por cosas del destino hemos dado con su ciudad y teniendo en cuenta los protocolos establecidos estamos frente a usted solicitando autorizacion para permanecer mientras renovamos nuestro curso..

Espero que esto sea suficiente para salvar el pellejo...puede que sea un salvaje desconfiado pero se como sobrevivir en la urbe

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28/04/2010, 04:29
Edgar "El Gringo" Torres

Edgar se hace el desentendido ante las expresiones de los presentes, y si se reprime es internamente, donde nadie le escuchará:

¡Qué versia! Se ve que estás vainas no están hechas para mí... mejor me quedo yo calladito y dejo hacer.

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29/04/2010, 03:12
Príncipe Alexander D´Croux

Al principe parece llamarle mucho la atención la ausencia de palabra de Edgar, le mira extrañado, y continua. ¿Llegaron por accidente?, espero que si es asi no tengan "accidentes" esto lo ultimo lo dice en tono odioso en mi dominio. La mascarada debe cumplirse, y también las tradiciones, no me importa si vinieron de vacaciones o estan perdidos...

Sonrie al gangrel  complacido con su actitud. Espero señor Daniel sepa orientar a su amigo, que si no me equivoco. Lo mira. Es inmigrante latino, su ascento es claro. Le mira con desden. Los suramericanos a veces no comprenden las normas del respeto, espero señor Edgar sepa que este es mi dominio, y debe respetarlo.

¿entendido?

Espera entonces que ambos le den una respuesta afirmativa para continuar.

El hombre mira a la mujer que llego después de ustedes y dice:

¿y usted es?

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29/04/2010, 03:24
Samantha Cera

Buenas noches su magestad, mi nombre es Samantha Cera y he venido a la ciudad a cumplir con las tradiciones y presentarme a usted.  Sonrie. Vengo por motivos de negocios, y mi presencia en la ciudad solo durará una semana.

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30/04/2010, 07:06
Llúcia Blanxart Puig

Llúcia mira a la mujer, y guarda un momento de silencio esperando que Saul intervenga. Pero jamás sucede, y se da cuenta rápidamente que no irá a suceder tampoco. La situación, si no fuera tan grave, le haría gracia: un hombre apartado voluntariamente de la sociedad y una mujer disconforme con todo el sistema intentan acceder al núcleo de la mismísima hipocresía de aquello de lo que escapan y de lo que detestan. Le haría gracia y le violentaría, daría la media vuelta y se iría, o jamás se le hubiera ocurrido esa idea. Pero Reich dobla por un costado, y Llúcia se da cuenta que no hay más remedio. Necesitan hacer eso, o no podrán hacer otra cosa más.

- Buenas noches - se dirige a la mujer que ha aparecido, con una breve inclinación de la cabeza y tono respetuoso, no de falso respeto si no de sincera cordialidad - Soy Llúcia Blanxart Puig. Acudimos al Elíseo porque acabamos de llegar a la ciudad, y además tenemos una comunicación que entregar a un hombre que nos han dicho que está aquí.

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01/05/2010, 14:02
Saul Buchanan

Atento como me encontraba en seguir a Reich apenas me percato de la presencia de los guardias y la mujer hasta que nos encontramos a unos escasos metros de ella; momento en el que nos detiene para preguntarnos nuestras intenciones. Tánto tiempo ha pasado desde la última vez que pisé un Elíseo que apenas llego a recordar las medidas de seguridad que posee, el exhaustivo control de todos aquellos que vayan a pasar a él.

La pregunta de la mujer me paraliza y no consigo más que balbucear algo ininteligible. Al darse cuenta de la situación LLúcia sale al paso, presentándonos y "mostrando" nuestras intenciones. Por unos instantes me hace gracia el hecho de que la persona que me introduzca en la sociedad cainita de Camberra sea una Brujah tan típica.

-Soy Saul Buchanan- Digo secamente unos instantes después de LLúcia, cuando la mujer comienza a mirarme inquisitivamente, tratando de no mostrar ninguna emoción.

Notas de juego

¡Perdón, perdón! Se me había pasado postear aquí :(

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03/05/2010, 00:11
Marcia Linus

La mujer los mira confundida, ¿buscan un hombre?, bueno, es usual, aquí se reunen la mayoría de los nuestros, ¿vienen a cumplir la tradición? , su magestad esta ocupado recibiendo unos recien llegados, si quieren esperar.

Observan que al que buscan, da un giro a la derecha.

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03/05/2010, 00:14
Príncipe Alexander D´Croux

Reconozco su cara. Le dice a la mujer. Bienvenida.

Y mira tanto a Daniel como Edgar, necesito que informen al eliseo donde se quedaran durante este més... y les advierto. Lo ultimo lo dice con total claridad. Cualquier fallo a la mascarada será motivo de juicio.

Y tras esto, pareciera que "termino" la diligencia.

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03/05/2010, 18:28
Saul Buchanan

La persona a quien perseguimos se va alejando de nuestra presencia. Cada vez las oportunidades de hablar con él antes de entrar en la boca del lobo se van reduciendo. Una sensación de indefensión y peligro empieza a apoderarse de mí, al ver que nuestro objetivo se escapa. Las palabras de la mujer no hacen si no colgarse en el ambiente y desaparecer sin que les preste la mínima atención.

-Tradición... esperar, hum...- murmullo varias de sus palabras, en un acto casi instintivo, dando la sensación de que me encuentro atento, pero la realidad es bien distinta. Al ver que dobla una esquina alzo la cabeza firmemente y trato de llamarle con un grito -¡Señor Reich!

Ya está hecho. No se si esto nos servirá para algo, o si nos hundirá más ante los ojos del Príncipe; y ante los de Reich por molestarle. de todas formas, no puedo entrar ahí, no sin Reich...

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04/05/2010, 03:42
Edgar "El Gringo" Torres

Cuando el príncipe termina de hablar, Edgar se levanta sin más y, tras una leve reverencia, se retira del recinto sin esperar a su compañero. Mientras camina, con las manos en los bolsillos y con la vista fija, se dice a sí:

Ja, ojalá que nuestra aventura no nos haga romper la mascarada o puede ser esta tierra la última que vea... Sólo espero que Llúcia y Saul hayan encontrado al tal Reich...

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07/05/2010, 05:02
Director

Notas de juego

vámos a esperar un poco a que se desarrollen algunos eventos. Igual Maldad estara ausente por un tiempo así que estaremos a la espera.

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07/05/2010, 05:04
Llúcia Blanxart Puig

Haciendo una especie de reverencia corro detrás de Saul, en realidad  puede ser la única oportunidad que tengamos para hablar con él. Si hay que hablar con el príncipe, ya habrá momento, hay cosas más importantes. ¡Señor Reich!

 

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07/05/2010, 05:07
Federick Reich

El hombre frena en seco cuando escucha su nombre y mira a su costado con tranquilidad, mientras el otro hombre trata de interferir en su camino. Si ese soy yo, los mira como si tuviera muchas preguntas, ¿me necesitan?

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07/05/2010, 05:10
Milliarden Schulden

 Señor Reich, dice el hombre elegantemente vestido, creó que no tenemos tiempo, y al decir eso los mira a ambos con desden, de esto, estoy seguro que será mejor que pase a sus habitaciones, un hombre de su categoria puede correr riesgo al lado de estos extraños.

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07/05/2010, 05:13
Federick Reich

Un momento señor Schulden. Sonrie tratando de ser cortes, era evidente que el hombre no le caia en gracia. Puede que usted no tenga tiempo, pero yo puedo regalarles a estas personas un minuto, lo que estoy seguro, no bloqueara la agenda.

Los mira a ambos mientras habla.

Además, sí mal no recuerdo estamos en un Eliseo, y en el Eliseo (repite como si estuviera dando una lección), los vastagos no se hieren unos a otros, bueno, por lo menos en los que he estado.

El hombre con el pelo cano, hace una reverencia y se adelanta. Es evidente que la respuesta no le ha gustado.

No los conozco, tengo una muy buena memoria, ¿en que les puedo servir?

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09/05/2010, 20:16
Llúcia Blanxart Puig

Llúcia simplemente termina detrás de Saúl. El impulso del Malkavian la había tomado por sorpresa, una grata sorpresa. Cuando llegan hacia Reich, Llúcia se detiene y se sorprende frente a la pregunta con al que el hombre se dirige a ellos. Una serie de posibles reacciones llegan a ella, acalladas por el diálogo que mantienen los dos desconocidos. Cuando el hombre de pelo entrecano les mira con desdén, encuentra la mirada de Llúcia, su semblante firme y preparado, un semblante donde su desprecio y desdén rebota y se escurre como si jamás hubiera existido, como si no importara nada; y en agradecimiento por su atención, le devuelve un favor abrasivo, claramente dispuesto.

Pero el hombre se va y sólo queda Reich, y su voz, voz que a Llúcia le llena de algo. No sabe qué. Algo, y algo bueno.

Entonces mira a Reich. Los vampiros no suelen mirarse a los ojos por muchos motivos, excepto que estén demasiado seguros de no poder ser dominados, o de dominar ellos, o de no ser leídos, o de ellos ser quienes lean. O de estar seguros de poder combatir con las miradas un duelo que, en sitios como los Elíseos, es del único tipo de batallas que se pueden librar; y de esas batallas muchas veces depende, casi, la propia existencia. Pero Llúcia le mira a los ojos, directo, pupila contra pupila, sin amedrentarse ni un paso y sin esconder ni un ápice. Aquellos ojos le trasmiten fuerza, resolución, y los de ella, firmeza, una gran resistencia interior.

- Gracias - dice, con un suave gesto en la dirección del hombre que se aleja - Tiene razón, jamás nos hemos visto. Mi nombre es Llúcia, Llúcia Blanxart Puig, y él es Saul Buchanan. Hemos venido a la ciudad a buscarle, pues nos habían dicho que es defensor de la verdadera justicia. Y no tengo ninguna duda de que lo es - los ojos de Llúcia no se han movido: sólo han evaluado su intuición respecto a Reich, y tras llegar al convencimiento de que le trasmitía confianza, de que aquel hombre compartía su idea de justicia, le había abierto su presencia y dejaba que Reich viera en ella lo que quisiera, y le interesara ver - Tenemos dos causas para presentarle, urgentes las dos. Una de ellas podemos contársela; la otra deberá leerla, pues pocos detalles sabemos. ¿Podríamos exponérselas? Nos llevará menos de un minuto más del que le ha robado a su acompañante.

Llúcia habla con respeto. No lo finge: lo siente. Su semblante no reconoce la autoridad: sólo el gran respeto hacia un igual.