Durante dos semanas, La explosión del teatro Kursaal y la masacre correspondiente en su interior fue la comidilla de la ciudad de Boston. Portadas impactantes, titulares amarillistas y, sobre todo, una brutal carnicería mediática para conseguir exclusivas policiales o testificales directas. Ni siquiera las investigaciones oficiales consiguieron esclarecer lo que ocurrió allí, y mucho menos el por qué había un depósito de dinamita debajo del teatro, ni quién lo detonó. Muchos de los cuerpos sepultados bajo los escombros fueron recuperados, pero no hubo ningún superviviente.
Es posible, en los bajos fondos de la ciudad, escuchar rumores sobre dramaturgos rivales y resentidos... Aunque sólo se trata de eso, rumores.
La malograda puerta de la oficina Burk & Harper se abre con un ligero chirrido, revelando la figura del señor Flickerman, que acude a la cita con los dos investigadores. Lleva consigo una carpeta repleta de papeles y cuartillas, y está arrebujado en su abrigo viejo. Fuera hace frío, como aquel día...
Con paso firme, el señor Flickerman se aproxima al escritorio y deposita allí los documentos, para, seguidamente, saludar con un afectuoso apretón a Lew y a Seamus. Durante las últimas semanas, y debido a que la vida ha seguido para los tres hombres, el grueso de la investigación sobre lo que aconteció allí ha sido delegado en el parapsicólogo, sensiblemente más desocupado.
La vida no ha sido difícil durante los primeros días tras el incidente, y los tres habéis sido asaltados por horribles pesadillas en las que llegabais a atisbar un enorme vacío... Con algo que babeaba y regurgitaba allá, a lo lejos, en medio de la infinita negrura espacial... Pérdida de peso, insomnio y fatiga acumulada son algunas de las secuelas que sufrís, cada uno en distinta intensidad. Pero, al menos, estáis vivos, cosa que no puede decirse del resto de asistentes a la fatídica noche.
Bien, esta es una escena en la que me gustaría que comentaseis vuestras impresiones de lo que vivisteis, las secuelas que han quedado en vuestros personajes, y, si queréis, lo que tenéis pensado hacer a partir de ahora (que puede ser perfectamente seguir con vuestras vidas). Me permito usar a Harold como PNJ puesto que MrSeek lleva un tiempo sin postear, y así me es posible daros unos cuantos datos extra que no conseguisteis descubrir durante las investigaciones en el Kursaal.
Con un par de post,s se cerrará la escena ^^.
Tras los saludos de cortesía, Harold abre la carpeta y comienza a extraer manojos de papeles y fotografías.
—De acuerdo, les contaré qué es lo que he sacado en claro de mis averiguaciones... Empecemos por el principio. ¿Recuerda que me dijeron que Zann ya aparecía en las fotografías de construcción del Kursaal, a finales del pasado siglo? Bien, rastreando el Registro de Propiedad, viene resultando que, efectivamente, fue él quien lo construyó y poseyó desde un principio... Todos los cambios de propietarios han sido meras cortinas de humo, es más viejo de lo que parece...
Seguidamente, extrae de uno de los fajos un pequeño cuadernillo negro.
—Este es el librito que el señor Burk intentó escamotear del despacho de Zann... —Anuncia, con una sonrisa— Parece un libro de contabilidad privado. He estado revisándolo a fondo y el señor Erich llevaba un tiempo desviando cierta cantidad de fondos directamente de las ganancias... Si me permiten una apreciación, creo que acabamos de encontrar la explicación a toda esa dinamita, Zann llevaba un tiempo planeándolo, pero... ¿Qué ocurrió aquella noche, y por qué murió? He aquí algunos datos...
Extrayendo un par de cuartillas de sendas fundas de plástico, explica:
—Creo que tenemos clara una cosa... La señorita Dorothy Abnets no era quien decía ser... De hecho, ni siquiera era señorita... He conseguido rastrearlo... Era un hombre, más específicamente... Agárrense.... Un "castrato", es decir que.... Bueno, sus genitales... Ya saben... Parece ser que hasta hace poco más de un año, se hallaba en algún lugar de Europa del Este que no he podido encontrar. La práctica de los castrati fue prohibida hace ya varios años... Así que, o fue uno de los últimos en legalizarse, o, lo más probable, fue castrado ilegalmente.
>>Y ahora creo que es hora de hablar sobre la ópera de Zann y... Esa entidad que Zerlina llamaba Tru´Nembra. No he podido encontrar referencias a ello en mi biblioteca, dudo que pertenezca a ninguna mitología conocida y, sin embargo, pudimos comprobar en nuestras carnes que era muy real... ¿Recuerdan lo que dijo el Señor Church? ¿Y el argumento de la ópera? Para hacer un trato con ese ente, era necesario que el contratante entregase dos hijos... Uno para ella, y otro a la música. Sabemos que Samiel Zann no era hijo legítimo de Erich, si nos fiamos del diario que escribió Zerlina. Por tanto, mi suposición es la siguiente ¿Recuerdan ese "hijo" que desapareció? ¿Ese por quien Zerlina se lamentaba, según el señor Burk, en el momento en que se apagaron las luces en el patio de butacas? Creo que Dorothy era ese hijo... Ese hijo que entregó a la música. En cuanto al que entregó a ella... No tengo ni la más mínima idea, sinceramente, no se me ocurre ninguna otra persona que encaje.
>>Ello me lleva a pensar que tal vez Zann, al momento de anunciar su retiro, ya pensaba poner fin a la locura de su inconsciente pacto, y alguien no podía permitirlo... ¿Dorothy? ¿Zerlina? Quién sabe... Lo que sí es cierto es que la cabeza de Zann ha sido recuperada. ¿Saben de dónde? Estaba en la armadura. Dentro del yelmo de la armadura que el señor Goldan vistió mientras ensayaba, y no sólo eso, sino que tenía un disparo en la frente. Ello me llevó a pensar en que el asesino fuera Samiel, puesto que él tenía una pistola, y el señor Goldan su cómplice. No obstante, Samiel en todo momento de los ensayos permaneció dentro de nuestra vista, en el patio de butacas.
>>Mi principal sospecha se desvió, por tanto, hacia Dorothy. La otra persona con pistola, esa pistola que nunca fallaba... Como en la ópera "Der Freischuts". Opino que Erich se refería a ella cuando anunciaba que "Samiel venía a por él". No se refería a su hijastro, no, sino al demonio Samiel, que amenaza, en la ópera, con arrebatarle el alma al protagonista, Max.
>>Pero ¿Goldan? ¿Qué tenía que ver en ello? Esto es una simple suposición, pero... Supongamos que llegó al despacho para encontrar a Zann muerto, con un tiro en la cabeza. Supongamos que leyó la nota en la que se acusaba a un tal "Samiel"... ¿Ven por dónde voy?. Si Goldan sabía que Samiel era su hijo natural, o, al menos, lo sospechaba, me inclino a pensar que montó la pantomima de hacer desaparecer la cabeza para esconder el agujero de bala y desviar las culpas, todo ello justo después del ensayo. En cuanto al truco de la habitación cerrada, no tengo ni la más remota idea de cómo pudo realizarlo, y creo que ya nunca lo sabremos.
>>Llegados a este punto, entiendo que Zann mantenía a raya tanto a Tru´Nembra como a su sierva, Zerlina, con su música, de alguna manera, de ahí el celo tan excesivo y los continuos cambios de partituras y argumentos... Quizás intentaba ganar tiempo para componer la canción que desterraría a la entidad el tiempo suficiente para poder escapar del teatro y accionar la dinamita, acabando para siempre con la pesadilla... A grandes rasgos, es lo que opino que pasó. Toda esta historia es la de un hombre con una ambición tan desmedida que vendió a sus seres más queridos por un talento inimaginable, resultando en una horrible tragedia... Y, fruto de su arrepentimiento, intentó acabar con todo. Antes, sin embargo, acabaron con él... ¿Qué opinan?
Seamus suspiro, entre aliviado y confuso.
- Hace unos días me reiría de lo que ha dicho. Ahora ... solo puedo esperar que la dinamita haya acabado con todo eso y enterrado el pacto demoniaco bajo sus escombros.
Lew escuchó atento las investigaciones que había hecho Harold y que daban algo de luz a muchos de los agujeros negros que tenías este caso.
- Buen trabajo Harold- dijo Lew sinceramente-. La verdad es que todo esto me ha sorprendido desde un principio y no suponía que tendría tanta...profundidad.
- De todas formas hemos de dar gracias por que todo haya acabado. Pero, visto lo bien que investigas, podríamos hacerte un hueco en nuestra agencia- comentó sonriente el detective.
Ante el cumplido del señor Harper, Harold asiente con la cabeza, algo azorado.
—Gracias... Pero creo que, por mi parte, se acabaron los trabajos de investigación. Tengo plaza en la universidad de Miskatonik ¿Sabe? en Arkham, como docente, y creo que me retiraré allí a dar clase y reflexionar por un tiempo...
No obstante, en lugar de añoranza, lo que se refleja en sus ojos es un sentimiento de incomodidad creciente, que no tarda en manifestar.
—Yo sólo... Hay algo que no logro entender de todo esto y que me molesta. Me parece demasiada casualidad que el hijo de Zann, a quien nosotros conocemos como Dorothy, llegase a dar con su padre desde, prácticamente, el otro lado del mundo. Estoy convencido de que alguien tuvo que ayudarlo, pero no he podido averiguar nada al respecto.
Y se cierra el telón. Dando por finalizada esta extraña historia. La sinfonía de los adioses ha concluído, pero ya no queda nadie en la sala para aplaudir.
Un cuento de ambición, en el que Erich Zann lo dio todo para alcanzar el éxito y la fama, sólo para descubrir que era esclavo de su propio mecenas.
Una historia de un hijo rechazado por su padre, que buscó y logró venganza cuando supo que sus padecimientos en lo más profundo de Europa se atribuía a aquel que lo vio nacer.
Una madre destrozada por la locura, llevada por una devoción ciega hasta la destrucción de su antiguo amor, la manipulación de su simiente y su propia degeneración.
Cuando el telón se cierra y las luces se encienden, desaparece la magia, el misterio, y las intrigas entretejidas, los amores prohibidos, los oscuros corredores del Kursaal, quedarán ocultos para siempre, pues los héroes anónimos consiguieron contener aquello que se disponía a venir.
La comparsa macabra de las flautas interestelares.
La corte del Sultán Lobotomizado.
Necesita música.
Y Tru´Nembra siempre está dispuesta a buscar nuevos talentos que puedan mantener a Azathoth bailando en el vacío del infinito durante muchos eones más.
LA COMMEDIA È FINITA.