Partida Rol por web

LA TORRE ABANDONADA DE LA CIÉNAGA

Escena personal de Isolda

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03/05/2014, 06:58
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Bienvenido a la escena personal de tu personaje, aquí puedes poner todo lo concerniente a tu trasfondo, tiradas como preguntas sobre todo lo que tenga que ver con tu ficha.

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03/05/2014, 08:31
Isolda
Sólo para el director
- Tiradas (6)

Motivo: Fuerza

Tirada: 3d6

Resultado: 3, 5, 3

Motivo: Destreza

Tirada: 3d6

Resultado: 3, 1, 5

Motivo: Constitución

Tirada: 3d6

Resultado: 4, 6, 4

Motivo: Inteligencia

Tirada: 3d6

Resultado: 5, 2, 2

Motivo: Sabiduría

Tirada: 3d6

Resultado: 5, 2, 4

Motivo: Carisma

Tirada: 3d6

Resultado: 5, 3, 1

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03/05/2014, 08:36
Isolda
Sólo para el director

Buenos días, ahí están las tiradas de características de mi personaje.

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03/05/2014, 20:16
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Dime que personajes prefieres y también puedes quitar de una característica máxima 2 puntos para ponerla en otra.

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03/05/2014, 21:26
Isolda
Sólo para el director

Buenas, viendo mis tiradas, me decanto por guerrero, guerrera en este caso.

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03/05/2014, 21:41
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Bien puedes ir eligiendo nombre si quieres puedes poner tu profesión o viajero si no quieres que sepan que eres una guerrera, buscar un avatar, poner tu descripción y la historia la dejas vacía es bueno que yo sepa tu historia para así poderte meter en el mundo pero los demás personajes sólo conocerán lo que tú quieras contarle. Elegir alineamiento.

En cuanto al Equipo cada aventurero comienza con 3d8*10 monedas de oro que podrás utilizar para comprar equipo, armadura y armas.

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04/05/2014, 23:49
Isolda
Sólo para el director

¿Cuales son los alineamientos posibles?

- Tiradas (1)

Motivo: Dinero

Tirada: 3d8

Resultado: 13

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04/05/2014, 23:53
Isolda
Sólo para el director

Perdona, no había visto la ampliación

 

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04/05/2014, 23:54
Isolda
Sólo para el director

Nombre: Isolda

Profesion: Guerrera

Alineamiento: Legal

Creo que debería dejar la profesión tal cual, mi personaje tiene sabiduría 9 ósea, que no la veo muy prudente ni experimentada, la veo un poco ingenua. Además, si va a ir por ahí con una armadura todo el mundo va a hacerse una idea de su profesión.

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05/05/2014, 00:01
Narrador
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Vale me parece bien.

Tienes 130 monedas de oro para gastar en equipo.

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05/05/2014, 00:06
Isolda
Sólo para el director

La parte de avatares posibles no me aparece, ¿sería adecuado que me buscara uno por mi cuenta?

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05/05/2014, 00:09
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Sí claro.

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05/05/2014, 19:12
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En la ciudad hay gremios locales de luchadores lo digo por si te interesa pertenecer a uno, en caso afirmativo eres libre de crearlo a tu gusto en caso de querer dejarlo en mi mano yo lo haré.

También puedes hacer un retazo de historia si te decides a pertenecer a un gremio de luchador por si quieres que otros estén interesados en mandarte retazos de su historia, ya me dirás todo ésto es opcional.

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10/05/2014, 13:30
Isolda
Sólo para el director

Retazo de historia:

El campamente de los mercenarios:

La vida militar no había sido tan fácil como Isolda había pensado inicialmente, salir de la casa de sus padres y cabalgar por los caminos que había recorrido desde niña fue sencillo, pero más allá el mundo era inmenso, salvaje y desconocido.

No pasó mucho tiempo sin que unos falsos mendigos la engatusaran para que les entregara gran parte de los magros recursos con que contaba y pronto se dio cuenta de que no contaba con dinero, lugar donde descansar ni auxilio en medio de un espacio extraño y a menudo hostil.

No tenía la menor idea de hacia dónde dirigirse para incorporarse al ejército en el que había servido su padre y tampoco tenía muy claro que ese fuera su verdadero destino. Las aventuras parecían emocionantes y divertidas en las novelas de caballerías, pero la realidad parecía mucho más aburrida, sucia y maloliente.

Viajó de un pueblo a otro, pero nadie parecía necesitar a una valiente guerrera. Pensó que lo estaba haciendo todo mal, los hombres armados, se decía a sí misma, deben encuadrarse en unidades reglamentarias y servir en el séquito de señores nobles que los guíen, de lo contrario caerían en el caos.

Finalmente la suerte le sonrió cierta mañana en la que paseaba por la plaza de un pueblo desconocido para ella llevando a su caballo de la brida. Parecía ser día de feria, porque el lugar andaba bastante concurrido, Isolda se sentía, como siempre, extraña y absurda, mirando aquí y allá en la esperanza de que algún menesteroso se acercase suplicando ayuda, quizá unos huérfanos perseguidos pr un ogro o algo así....

En cambio encontró a Piquet. Estaba en medio de la plaza proclamando a grandes voces, con dos lanzas clavadas en el suelo cruzadas y un escudo frente a ellas y una mesa donde se sentaba un escriba. Piquet vestía al modo de un heraldo, pero ceñía una espada como si fuera un caballero. Unas calzas rojas de fina hechura y una librea de colores brillantes en la que ostentaba la misma divisa que estaba dibujada en el escudo al pie de las lanzas eran su atuendo, que se completaba con una gorra coronada con una larga pluma.

Piquet hablaba en alta voz exhortando a cuanto hombre joven veía a alistarse en su banderín de enganche, para servir a su señor Baclar con las armas. Encarecía con las más asombrosas hipérboles la nobleza y bravura de su señor Baclar, la largueza con la que recompensaba a sus soldados y la justicia de las causas que defendían. Tenía cierta habilidad con las palabras y sabía evocar imágenes de aventuras y gloria en las mentes de quien le escuchaba, por eso, las familias con hijos en edad militar trataban de apartar a éstos del puesto de Piquet, temiendo que les sorbiera el seso con sus historias de aventuras, trapisondas, asaltos, combates, guerras y botines.

Pero Isolda no tenía quien le amparase y se quedó embobada oyendo las cosas que decía el heraldo. Naturalmente, había partes del discurso que a la muchacha se le escapaban y ni tan siquiera paraba en mientes, pero el aspecto general la fascinaba, pensó que quizá al fin había encontrado lo que buscaba.

Isolda se unió a la compañía de Baclar sin sospechar que se tratab de vulgares y viles merccenarios a quien se le daba un ardite los altos ideales de la andante caballería, una banda de zafios engreídos con pocas luces y escaso valor que se dedicaban a alquilar sus servicios a quien pagara unas míseras monedas.

La mayoría de los hombres de la compañía ni siquiera eran verdaderos soldados, mozos de cuadra, hijos de granjeros, aprendices de artesano escapados de los gremios e hijos perdidos de familias numerosas engrosaban las filas de la compañía del señor Baclar.

Los cabos y sargentos los encuadraban sin miramientos en pelotones y les proporcionaban una somera instrucción con lanza y escudo, no mejor de la que cualqueir milicia urbana o leva de campesinos. Tras las primeras semanas de instrucción básica, el furriel los llevaba a una tienda dónde guardaban la impedimenta, allí se armban con lanza, casco y escudo de las muchas y dispares piezas que allí tenían, siempre de segunda o tercera mano y siempre bastante deteriorados.

Nunca veían al Señor Baclar, que moraba en una ciudad cercana llamada Robleda dedicado a buscar contratos y vender sus servicios a quien fuera tan estúpido de comprarlos, sino que vivían sometidos a los caprichos del condestable Ariosto, que ostentaba el mando del campamento y respondía directamente ante Baclar. Era un hombre gordo, malhumorado y brutal, preso de sus vicios, pero trataba razonablemente bien a los reclutas, ya que eran la mercancía que su compañia vendía. Carecía del más elemental sentido de los valores militares, para él el honor era solo una palabra y lealtdad una necedad absurda, pero era inteligente y sabía organizar una patrulla o una escolta de caravanas con razonables garantías de seguridad. Era más un adminsitrador que un táctico y veía las capacidades que proporcionaban sus hombres más como un elemento disuasorio que como una auténtica herramienta de combate.

Piquet era agradable e inteligente y trataba a todos bien, pero muchos soldados le tenían cierta manía, ya que parecía moverse por el campamento sin obligaciones, no participaba en la instrucción ni los adiestramientos y sin embargo comía y cobraba como si fuera un oficial. Una vez a la semana, tenía que dar una clase a los reclutas sobre heráldica y sobre organización, pero casi nunca lo hacía, sino que perdía casi todo el tiempo de la teórica contando anécdotas graciosas. Aunque su trato personal era, como decíamos, agradable, nunca movía un dedo para ayudar a nadie.

El único auténtico guerrero de todo el campamento era un sargento viejo y medio ciego, que se encargaba de adiestrar en el uso de las armas a los reclutas más prometedores. Tenía por nombre Gamelin y era temido por todos los reclutas por la severidad de sus lecciones. En los entrenamientos era recio y se preocupaba mucho por que sus pupilos adquirieran las habilidades marciales que les permitieran sobrevivir en combate, pero esta es una tarea dura y exigente que sus alumnos apenas comprendían. Isolda en cambio disfrutaba entrenando con el viejo Gamelin. En efecto la muchacha, entrenada desde niña por su propio padre y animada de un noble espíritu combativo, le daba la réplica a Gamelin sin importar la dureza del esfuerzo ni los moratones que se ganaba, hasta el punto de llegar a apreciar sinceramente al caduco y gastado mílite, único de entre todos los hombres de la compañía que parecía entender los fundamentos del Camino del Guerrero, el ideal de vida castrense que ella había visto desde niña en su padre.

El campamento se encontraba a unas pocas leguas de Robleda en una posición razonablemente fácil de defender, aunque no era una pieza maestra del arte de la castramentación. Tenía una plaza de armas espaciosa en el centro y dos calles principales perpendiculares que lo recorrían de norte a sut y de este a oeste. El perímetro exterior era cuadrado y estaba protegido por un terraplén de tierra rodeado de un foso no muy profundo. En cada una de las esquinas se alzaba una pequeña atalaya donde montaban guardia los mercenarios sin mucha diligencia. Las tiendas de los soldados estaban plantadas sin mucho orden dentro del recinto y entre las calles principales.

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02/06/2014, 20:44
Narrador
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LA FORTALEZA DEL VADO
 
Extraído del Módulo “Retorno a la Fortaleza de la Frontera” y adaptado para Aventuras en la Marca del Este.
 
Breve Historia de la Fortaleza:
 
La Fortaleza del Vado, también conocida como
la Fortaleza de la Frontera, se encuentra emplazada entre
las Marcas del Este y del Oeste (de ahí su sobrenombre).
Fue construida, hace unos 30 años por Macsen Wledig, un
aventurero de éxito que al haber alcanzado cierto
reconocimiento en su profesión y comenzar a atraer
seguidores, decidió retirarse y construir su propia fortaleza
como colofón a sus proezas. Eligió esa zona por ser un
paso natural entre ambas Marcas por ser una importante
ruta de comercio. Además, era un punto fácilmente
defendible. Pidió permiso a la Corona y ésta, bajo
juramento de fidelidad por parte de Macsen, se lo
concedió. Planeaba expulsar a todos los monstruos de esas
tierras, salvo unos pocos que intentaría que permaneciesen
escondidos en las zonas más apartadas, presintiendo que
una cacería de monstruos de vez en cuando le serviría
como deporte cuando comenzase a echar de menos los
antiguos días de explorar cuevas y llevar a cabo valerosas
hazañas. Después, campesinos y ciudadanos se
establecerían atraídos por la seguridad de la fortaleza y al
cabo de unos años tendría su propio pueblo en el corazón
de una región con granjas y campos bien protegidos.
 
 
 
Al menos ése era el plan. En realidad, Macsen
encontró que el retiro le sentaba bien. Perdió el tiempo
dirigiendo los asuntos de la guarnición y la fortaleza,
dejando la región sin tocar excepto por patrullas
ocasionales, e incluso éstos fueron cada vez menos
frecuentes con el paso de los años. Dejaba a los jóvenes
aspirantes a aventureros, como una vez había sido él,
hacer incursiones por los alrededores para que limpiaran
la zona y eliminar cualquier peligro para su pequeño
asentamiento. Con el tiempo, la zona se vació y no
quedaban ni tesoros ni desafíos y los aspirantes a
aventureros se marchaban a otras regiones donde poder
forjarse un nombre.
 
Las cosas siguieron así durante algunos años,
hasta que el desastre de la guerra se abatió sobre la
tierra. La fortaleza en sí no se vio afectada por ninguna
de las guerras que hubo a su alrededor, pero Macsen no
podía permanecer allí y ver como su tierra natal en el
este era destruida. No, no mientras él tuviera fuerza para
empuñar una espada. Reunió a todas sus tropas, excepto
a unos pocos hombre que se quedaran allí para proteger
la fortaleza hasta que él regresara. Partió hacia las
llanuras de Eltauro y nunca más regresó. Llegaron
noticias de que había muerto, pero el castellano sostuvo
que los rumores eran falsos, pero al final tuvo que
admitir que tanto Macsen como el resto de camaradas
habían muerto.
 
Afortunadamente, Macsen había elegido bien a
su castellano.
 
Devereau era un allegado leal, un arquero que no
pudo acompañarle debido a una herida durante una
aventura le dejó lisiado. Si le hubiera sido posible
marchar junto a su señor, habría muerto como el resto.
Un hombre más ambicioso podría haberse declarado
como el nuevo señor, uno menos reflexivo habría
reclutado nuevas tropas y así atraído gente nueva,
cambiando para siempre la esencia original de la
población. Devereau no era ninguna de estas cosas.
Después de organizar una reunión a la que acudió cada
hombre, mujer y niño de la fortaleza, expuso la situación
y propuso tres soluciones: abandonar la fortaleza y que
cada uno volviese a su tierra, dividiendo el tesoro que
quedaba a partes iguales; solicitar un nuevo señor y
rendirle obediencia como habían hecho con Macsen; o
elegir un nuevo líder de entre ellos. Después de mucho
debatir, eligieron la última de las opciones, pidiendo a
Devereau que continuara como castellano y les guiara a
través de los difíciles tiempo que se avecinaban,
renovando su nombramiento en una votación popular al
final de cada año.
 
En los años transcurridos, la fortaleza
lentamente ha recuperado su fuerza. La guarnición
profesional del pasado ha sido sustituida por una milicia,
en la que sirven todo granjero y artesano (sea hombre o
mujer) durante un periodo obligatorio. La mayoría de las
viejas barracas y plazas de armas han sido transformadas
en huertos de hortalizas (para alimentar a la población en
tiempos de crisis) y alojamientos para los habitantes de
la fortaleza y sus familias. La sabiduría de esta política
ha sido probada varias ocasiones, pues tres veces el
castillo ha sido asediado o atacado y siempre los sitiados
han resistido y vencido a sus enemigos. Hoy es de nuevo
una pequeña pero próspera comunidad, menos populosa
que antes, pero protegida por gente que ha invertido
años de duro trabajo en convertirla en su hogar y que la
defenderá hasta las últimas consecuencias

Notas de juego

Aquí te dejo información sobre la Fortaleza del Vado.

Cargando editor
02/06/2014, 22:09
Isolda
Sólo para el director

Gracias