Partida Rol por web

Al acercarte más a la parte del poblado que queda sobre el edificio, te das cuenta de que sería posible descender hasta el tejado del mismo, bajando por las ramas y lianas que cuelgan de los árboles. Desde esa posición parece más claro que la vegetación está abrazando (literalmente) el edificio. Descubres también que en el tejado del edificio hay un enorme agujero, como si parte del techo se hubiera desplomado en algún momento, y además distingues una especie de fulgor rosáceo a través del agujero. Tendrías que acercarte más para examinarlo y sacar conclusiones.

En ese momento escuchas un ruido e instintivamente miras en la dirección en la que se encuentra el portal. Arianna, Dace y Jade están frente al portal, junto a Ryuusei.

Un acceso fácil o al menos eso le parecía a Juggernaut que ya se estaba frotando las manos ante la perspectiva de bajar por aquel agujero.

-Vaya, ya tenían que aparecer. Justo ahora que iba a divertirme -dijo al ver llegar a sus compañeros a través del portal. Se incorporó, deshizo el camino recorrido con la máxima rapidez que la prudencia aconsejaba y cuando llegó al otro extremo de la pasarela, se llevó dos dedos a la boca y silbó con toda su potencia-. ¡FIUUUUUIIIIIII! ¡MIRAAAAAD AQUÍ ARRIBAAAAAAA!

Poco después de cruzar el portal, mientras observáis lo que hay a vuestro alrededor, escucháis un silbido que os hace mirar hacia las copas de los árboles. Enseguida distinguís a Juggernaut saludando desde las alturas.
 

-Eohhhhh -ululó Juggernaut-. Ya habéis tardado. Pensaba que os habíais aburrido de mi presencia y que me habíais abandonado. Tenéis fácil acceso hasta aquí arriba y hay más cosas que ya os contaré. Subid rápido. Lo siento, Arianna. El gatito tendrá que quedarse ahí abajo.

Arianna vio solo a Ryuusei cuando atravesó el portal y rápidamente levantó la vista hasta las alturas. Desde allí le llegó la voz de Jug instantes después.

-Tenía que haber apostado a que subirías allí conforme te dejara solo-le contestó relajada. Nada en la voz de su compañero indicaba peligro o nada anormal.

Miró a sus compañeros y se encogió de hombros-Vamos arriba, si miráis, veréis que hay una especie de cabañas sobre los árboles y allí-señaló hacia un lado-... es una especie de templo hecho en oro... Pero empecemos por arriba ya que nuestro Jug ha decidido copiar a los monos y escalar hasta las alturas.

Dace abrió los ojos en cuanto dejó de percibir la gran claridad que había al cruzar el portal y se encontró en mitad de un gran bosque donde los árboles tapaban casi la totalidad de los rallos de luz. Ajustó la vista lo más rápidamente que pudo y se mantuvo alerta ante cualquier posible amenaza. Ryuusei los esperaba plácidamente sentado en el suelo, lo que le tranquilizó, al que no vio fue a Juggernaut y eso volvió a intranquilizarlo.

-¿Donde diablos se habrá metido este muchacho?

No tuvo que esperar mucho para encontrar la respuesta cuando la voz de su amigo los llamó desde la copa de los árboles. Dace sonrió al verlo.

-Jade, te dije que disparases a cualquier cosa que se moviese entre los árboles. Dijo en broma, aunque conociendo a la muchacha creyó necesario advertirle que no lo hiciera. Es una broma Jade, no hace falta que dispares a nadie, al menos no a Juggernaut. Se volvió hacia Arianna. No te preocupes, ya sabes que es irrefrenable, lo importante es que está bien. Será mejor que subamos antes de que lo consuman los nervios. No se que es este lugar pero parece muy tranquilo, aún así manteneos alertas.

Dicho aquello se dirigió hacia el lugar que Juggernaut les había indicado para subir y dejó que Arianna trepara la primera.

-Sube tu ahora Jade, yo vigilaré aquí mientras tu tomas una buena posición desde arriba y revisas que no hay peligro.

No es que no se fiara de Juggernaut, es que simplemente el muchacho a veces era demasiado impulsivo. Dace seguía sin fiarse de aquel extraño lugar.

Llegaron al otro lado del portal y Jade estuvo un poco despistada, pero solo por unos momentos. El lugar era precioso, le gustaba, aunque al mismo tiempo tenía que seguir alerta. Su arco estaba listo para disparar en cualquier momento. Sus ojos intentaban captar los detalles o movimientos y la voz de Juggernaut los hizo mirar entre los altos arboles, buscándolo. Por suerte no disparó una de sus precisas flechas, aunque por un momento estuvo entre la duda de si debería obedecer al jefe, o no. Su rostro no mostró a sus amigos el momento de tensión por el que pasó, solo se limitó a asentir y subir al árbol siguiendo a su amiga.