Partida Rol por web

Los bandidos eran iguales en todos lados, pues siempre prosperaban en los tiempos difíciles y así permanecían hasta que era detenidos.

Por ello me decidí a disparar contra el lancero del grupo, pues era quien más posibilidades tenía de apoyar al resto si el combate se alargaba.

Vuestro ataque ocurre en un parpadeo, en cuanto Arraman lanza su hechizo el bandido que esta sobre la mujer cae dormido, el de la lanza y el otro aguantan con cara extraña pero al de la lanza no le dura mucho ya que la flecha de Húrin le golpea en el costado haciéndole caer quedando inmóvil en el suelo.

El humano restante se queda estupefacto arrojando la maza y poniendo las manos en alto sin saber donde mirar, la mujer también se queda paralizada.

Me preparo para lanzarme para ayudar a la mujer que esta intentando violar, con mi maza ligera e interponiendo mi escudo entre ella y el agresor.

Rapidamente cojo otra flecha dispuesto a usarla con cualquiera que hiciera un movimiento brusco mientras salgo poco a poco hacia la luz.

- El bandidaje es un grave delito.

Comento sin dirigrme a ninguno en particular pero apuntando al que supuestamente se había rendido, claramente queriendo cubrir a la mediana de cualquier estupidez realizada por su parte.

- Consideraos detenidos.

Mientras Kharen atiende a la mujer, que parece que no sufre heridas graves, solo un ataque de ansiedad,  el hombre que la acompañaba emite un quejido suave, así que no estaba muerto como parecía. El bandido consciente os habla:

- Soldados no hacía falta tanta fuerza contra nosotros, solo somos un pobres desgraciados que no tienen ni para comer, les pedimos ayuda a estos dos cuando los vimos en el camino pero no quisieron ayudarnos! - el tipo hace grades aspavientos visiblemente nervioso - puede que se nos fuera de las manos pero no ha pasado nada grave, les encontramos una buena bolsa de monedas, si nos dejáis ir os la daremos lo juro.

Aun quedan unos minutos hasta que os alcance la columna principal de Destir.

Nada, de irse de rositas, ibais a violar a esta mujer y por suerte solo es un rasguño lo de ese hombre, como bien ha dicho mi compañero estais detenidos.- Me levanto energicamente encarandome con uno de ellos- Asi que ya podeis soltar las armas antes que el forjado os obligue.

No tardó en cruzársele por la cabeza el reflejo de destripar la escena en busca de la susodicha bolsa de monedas. Lo tomó como algo natural, inherente al hombre común que siempre busca lo que no tiene. No habían pasado dos días empapándose de la situación del campo de batalla, y ya se habían topado con algo cuya normalidad era una noción terrible que turbaría a cualquier alma sensible.

Paseo su mirada por las víctimas y los victimarios, pensando en si alguno de ellos se merecía aquella fortuna. Nunca lo sabría. -Guardaré el camino. Apenas despunten las cabezas de nuestros camaradas en el horizonte, podremos guiar al capitán a la escena.- Y casi sin ser oído, se fundió con la arboleda mientras se perdían sus pasos.

Arraman echo un vistazo a la bolsa y la sopeso unos segundos.

-No nos vendria mal teniendo en cuenta la paga que nos dan en el ejercito... -El mago vio la expresion de la mediana y puso los ojos en blanco. Esta bien! Esta bien! Que se lo quede la plebeya! Como si fuera tan facil encontrar petalos de rosa tan al Norte!

No me daban lástima. Habrían acabado matándoles si no hubiéramos aparecido y si les preocupaba el no tener ni para comer bien podrían haberse unido al ejército, de seguro no hubieran sido los primeros.

- Cada uno enfrenta ésta guerra como puede, pero incluso ésta tiene sus normas y las habéis traspasado.

Les informo sin bajar el arco, esperando a que depusieran sus armas y se rindieran por completo. El único problema de esto es que la autoridad competente para juzgarlos, bien podría decidir pasar de ellos y liberarlos o darles un castigo ejemplar y definitivo, pero eso no era asunto nuestro.

- ¡Ahora bajad las armas!

No creo que el capitán nos haya enviado en la avanzada para que hagamos de justicieros. ¡Estamos en territorio hostil!

Esos pobres desgraciados seguramente tengan un nombre, un origen y una profesión previa. ¡Soltad las armas y contadnos por qué y para qué estáis aquí!

Al poco llega el resto de la fuerza con Destir a la cabeza a donde tenéis retenidos a los bandidos, le dais un reporte rápido y se baja del caballo para encararse con los hombres que ahora están arrodillados (el dormido ya ha sido despertado "amablamente").

- Noble señor, no lo hicimos con mala intención, sólo teníamos hambre y desesperanza, era la única salida que vimos...

Mientras otras quejas lastimeras salen de los labios de los hombres maniatados, Destir levanta la mano para hacerlos callar y a continuación habla pausadamente:

- No me interesan vuestros lamentos escoria, cada uno es responsable de lo que hace; lo normal es que os juzgaran y condenaran en una ciudad, pero no hay ninguna de camino, así que las justicia os llegará aquí y ahora.

Con un fluido movimiento desenvaina su espada y da sendos tajos a los hombres que caen fulminados sobre la hierba, limpia la hoja y vuelve a montar.

- Ya ha terminado el espectáculo, devolver a esos civiles al carro con uno de nuestros mulos y empezad a caminar -  os mira - bien justicieros seguid adelante tenemos que hacer noche noche en una aldea abandonada que hay más adelante.

Alain contestó a Destir con un sonoro:

¡Sí, capitán!

Deacuerdo capitan- digo con voz baja, mientra me encaminaba hacia nuestra posicion, miro  a mis compañeros- Ha sido cruel, lo que ha echo el capitan, podia haber sopesado algo antes de ejecutarlos asi como asi.

Arraman lamento no haberse guardado la bolsa mientras nadie miraba. Seguro que la mujer no hubiera protestado mucho. A fin de cuentas, la habian salvado.

Cuado el capitan ejecuto a los bandidos, el mago ni pestañeo. Era lo mas practico. Y se lo habian ganado. 

Al cabo de un rato, volvian a estar en vanguardia a el le quedaba un hechizo menos y seguian igual de pobres. No estaba de buen humor.

A sus ordenes capitan- despues acompaño al grupo en silencio hasta que la mediana hablo entonces se giro a ella - Ha sido lo practico, si nos hubieramos parado mas tendriamos que descansar fuera del pueblo ese que ha dicho el capitan.- Despues saco una de las hacha arrojadizas preparado para si tenian que combatir.

Había supuesto que su fin sería ese. Los tiempos de guerra no dejan mucho espacio para la justicia, pero tampoco éramos nosotros quienes teníamos dicha potestad, por lo que cuando el oficial desenfundó su espada y los ajusticio, apenas sentí un poco de lástima por su destino.

Se lo han buscado.

Pensé consciente de la muchas otras posibilidades que habrían tenido si se lo hubieran pensado dos veces, pero tampoco tenía mucho más tiempo para perder. Debíamos adelantarnos al grupo principal y examinar ese pueblo, no fueramos a sufrir alguna emboscada en el peor momento.

- Vamos.

Sugerí al resto de la escuadra sin muchas ganas de hablar.

me adelanto un poco hasta llegar al que esta al frente del grupo y digo -Mira, soldados de Cyre, parece que no nos han visto.- mientra digo eso hago un gesto a todos para que se paren.

Una vez la clériga da el aviso os apartáis del camino y os fijáis más atentamente,:

Efectivamente el pueblo esta en un estado ruinoso, en la primera casa que hay a la izquierda del camino hay un soldado en el tejado con una ballesta, en el suelo un forjado que se mueve por los alrededores sin rumbo fijo, y otro soldado apoyado en una esquina. No podéis ver más adelante.

Aun quedan un par de minutos para que llegue la columna pero los hombres a caballo seguramente si serán visibles desde la casa.

Compañeros, debemos informar inmediatamente a la columna. El capitán posiblemente quiera rodear el pueblo y emboscar.

Es logico, tambien es que lo haga el mas rapido- dice mientra saca pecho- yo tardaria nada en dar la informacion tal cual. Lo que si me gustaria que no empezarais el combate sin mi.