Abro los ojos y la miro, molesto
-No hace falta que grites, escucho perfectamente…y me gustaría recordarte el precepto Ninja nº1: un shinobi siempre controla sus emociones
Me pongo en pie y me acerco a ella, susurrándole algo al oído.
-No puedo decirte a dónde ha ido, pues no lo sé- al notar la ira de la chica le pongo mi mano izquierda en su hombro derecho y acerco más mi boca a su oreja para susurrar -Pero sé que se ha ido para entrenar con un hermitaño de gran poder…así que prácticamente estará mejor que nosotros
Miras los ojos de Kazuma y te das cuenta rapidamente de que no te esta diciendo la verdad. Lo sientes, algo en tu interior te lo dice.
Te sientes incomoda cuando te toca, algo en el a cambiado y la espada que porta te da una sensacion de intraquilidad.
Miro a Kazuma todavia mas enfadada, apartando su mano con desaire.- ¿Entonces de que tenias que hablar conmigo si no lo sabes?.- Le gruño. Puede que un ninja deba ocultar sus sentimientos pero esto no es una mision y Mushu es mi amigo.
Al final comenzaba el entrenamiento y nos había dejado entendido que sería mucho mas duro de lo que iba a ser al principio, yo lo sabía, y no era algo que me asustase, estaba conforme con ello.
El hombre al que le escuché los rumores en el funeral estaba allí, parecía que era el que se ocuparía de nuestro entrenamiento, al menos de mi grupo, ahora pertenecía al grupo azul, liderado por Kazou. Me daba igual el grupo en el que estar... bueno... en cierto modo no del todo, no se me olvidaba en absoluto, que el hombre del clan Mizu era el padre adoptivo de Kyou.
Reiko estaba nerviosa, nos habían comunicado que se habia ido de la villa Mushu, a mi también me disgustaba, quería saber donde habia ido, y como se encontraba... pero parece ser que nadie nos iba a responder en aquellos momentos. Observaba como Kazuma intentaba calmarla pero no sabia si lo conseguiría.
- Tranquila compañera... debes confiar un poco mas en lo que te dice Kazuma... seguramente esté bien... al fin y al cabo, fue el hijo adoptivo de nuestro Hokage...- Dije sonriendola un poco, en intento de que se tranquilizase. Luego miré al Sensei.
- Sensei... entonces... ¿estaremos separados?. - Hice una pregunta que poseia una respuesta obvia, pero no me lo quería creer, quería entrenar con todos ellos, y la falta de uno solo ya podía notarse, desde la catástrofe de la villa nos habíamos unido mucho.
Reiko aparta la mano que he colocado en su hombro y me responde enfadada, así que simplemente me aparto, observándola
-Yo al menos se algo…que es más de lo que se puede decir de ti- por primera vez mi tono se muestra algo afectado, dejando ver algo de dolor ante el enfado injustificado de la chica.
Acto seguido miro hacia mis compañeros del equipo azul, sintiéndome algo triste "Así que finalmente vamos a estar separados…lástima". En un intento de animarles me acerco a ellos sonriendo, dándoles un abrazo a cada uno
-Seguiremos viéndonos en los momentos libres, las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para vosotros en cualquier circunstancia, no lo olvidéis- les sonrío nuevamente, dándole unos golpecitos en el hombro a Kyou, demostrando que no tengo nada contra él porque sea el hijo de Riom.
Todavía no tenemos Hokage, pero eso no impide que todos nos esforzamos mucho en los trabajos de reconstrucción de la Villa, el ánimo no es el mejor, pero poco a poco veo gente que vuelve a tener pequeñas sonrisas en sus rostros.
Mi padre casi no está en casa, se están dando muchas reuniones en la Sala Principal del Clan, pero por mi edad no me involucran, mi madre me dice que no me preocupe que todo estará bien. Esa misma noche recibimos indicaciones y debemos empezar los entrenamientos a la mañana siguiente.
En el lugar de entrenamientos se encuentran casi todos mis compañeros, solo hace falta Mushu, quien se ha ido de la Villa. Nos dividen en dos grupos, los grupos de shinobi generalmente están formados por tres ninjas y a partir de ahora pertenezco al grupo azul junto con Kyou y Eda. Seguro lo vamos hacer muy bien, son personas en las confió mucho.
Cuando nos dividen en grupos Reiko y Kazuma discuten por algo que no podemos cambiar, estoy a punto de intervenir pero Kazuma se despide de todos, cuando termina me acerco un poco a todos.
-No solo nos veremos en los momentos libres Kazuma, seguro en el campo de batalla también nos encontraremos y sé que podremos contar con ustedes, al igual que ustedes podrán contar con nosotros, es lo que significa tener amigos, es por esto que Reiko no puede dejar pensar en el paradero Mushu, pero debemos tener fe en él. Sonrío y empiezo caminar hacia Garon.
Cuando estoy en frente lo mira -Sensei, pensé que Drago seguiría siendo nuestro maestro, ¿Donde se encuentra?