Partida Rol por web

La voz de los dioses

Zedia

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01/02/2022, 00:59
Zedia

1. La pluma y la espada

Zedia se encontraba en el campamento con el resto de los soldados. Había necesitado que pasasen muchos años para no sentirse como una extraña en aquel ambiente. Sus padres eran maestros, y ella había aprendido todo lo que se podían enseñarle.

Siendo joven consiguió una plaza en palacio, como tutora de algunos hijos de los nobles y cortesanos que allí vivían. Pero las ambiciones del rey Ergonath siempre tenían tendencia a crecer. Su nación hambrienta de valles y tierras fértiles quería expandirse. Sin embargo sus naciones vecinas tenían una mayor fuerza militar, no tenían más opción que lanzarse hacia las tierras que no se habían podido colonizar bien por las condiciones del terreno o por las bestias que allí vivían. Ergonath que no era estúpido, decidió mandar expediciones con aquellos que podían conocer más del terreno, el clima y la tecnología. Zedia se encontró en una curiosa situación siendo entrenada para ser capaz de defenderse a sí misma y a otros, convertida en la consejera del militar a cargo. 

A veces se planteaba si todo esto merecía la pena, y ciertamente se sentía satisfecha de ser capaz de defenderse y ayudar a otros soldados, pero aquellas zonas de pantanos, marismas, y fangos, estaban lejos de ser las comodidades que conoció en palacio. Como sabía manejar los números también se encargaba del racionamiento, y a veces se preguntaba si debería asignarse un poco más a sí misma, pero la mera idea la llenaba de culpabilidad.

Notas de juego

Actualmente Zedia es de alineamiento NB (neutral Bueno) y tiende hacia (LB, Legal bueno) ya que se encuentra en el ejercito y los guerreros requieren entrenamiento , como erudita favorece el estudio, ambas son prácticas legales, ya que se favorecen del orden y la disciplina.

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02/02/2022, 23:03
Zedia

Pero no sucumbió a la tentación, por un lado porque no era justo para el resto del pelotón del que también dependía su vida, y además iba contra las normas.

No bien había terminado de hacer el inventario cuando uno de los soldados se acercó a su tienda.

- Consejera, se espera su presencia en la tienda del capitán general. No se preocupe, nosotros nos encargaremos de preparar todas sus cosas para continuar la marcha. 

Contenta y aliviada de liberarse de tan tediosa tarea tomó unas cuantas hojas de pergamino y un carboncillo antes de dirigirse al centro del campamento, donde le esperaban para la reunión estratégica.

El capitán general era un pooka oso, alto, peludo, grande y fuerte, aunque las orejas suaves y redonditas de su cabeza le resultaban adorables a Zedia, jamás se lo diría. Su alférez era una Galiant, al parecer una caballera de una casa vasalla al rey que a su vez tenía a otro Galiant como escudero, un mocoso que rondaría los trece años. La guerrera respetaba el honor de los Galianti, pero su estricta formación militar le resultaba incomprensible, esos niños deberían estar en la escuela.

- Zedia.- le saludo Oster con su voz profunda.- Acabamos de superar los límites de nuestras fronteras, mañana comenzaremos a explorar tierra de nadie...

- Bueno... eso de "De nadie"... tampoco es cierto, señor.- El oso le miró sorprendido de que le interrumpiera.- Viven al menos siete tribus de goblins, además de un sinnúmero de especies de reptiles, el pantano les favorece por su inmunidad a los venenos. Además tampoco la vamos a explorar, ya tenemos mapas de la región desde hace dos siglos gracias a Hermit Fasline, un explorador que trabajo al servicio del bisabuelo de su majestad y... - Se cortó al ver las caras del resto de presentes.- Lo siento, le he interrumpido.

- Si, pero menos la parte de corregir al capitán y dejar en evidencia que somos unos ignorantes, ya nos ha dado las respuestas de las preguntas que íbamos a hacerle.- Aportó la Galiant.

- Tendremos que prepararnos contra los goblins. ¿Cuánto puede tardar en tener antídotos para los venenos de esta región, consejera?

- No lo sé, no tengo equipamiento y no los he estudiado... pueden ser meses.

- No tenemos tanto tiempo para masacrar a esos sucios goblins.

- ¿Masacrar? No sería mejor para ambas partes llegar a un acuerdo, tal vez, darles ciudadanía y una educación a cambio de expandirnos civilizadamente por sus tierras....

Los tres allí presentes miraron a la humana con excepticismo.

- Puede retirarse Consejera, cuando necesitemos de su ayuda o si sale de sus ensoñaciones, contaremos con usted.

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09/02/2022, 18:59
Stellan

Cuando un ejército se enfrentaba a un adversario de un número desconocido, lo subestimaba y, para colmo, en un terreno desfavorable solo cabía un resultado posible, la derrota, pero si encima eran comandados por un estúpido que ignoraba las advertencias más sabias, entonces la derrota pasaba a masacre y, por ende, algo que debía evitar. Sin embargo el general estaba lejos de mi alcance en estos momentos. Claramente sentía algún tipo de aversión frente a los habitantes del pantano, mientras que su segunda era demasiado estricta para comprender algo más allá de los matices grises de la vida, lo que me dejaba únicamente con la intendente.

Claramente esa humana sabía cómo debía actuar, comprendía cuándo debía luchar, cuándo negociar y, aunque careciera de un fuerte poder, sin duda tenía cualidades de líder. Seguro que si ella mandara en este ejército, las cosas irían diferentes, al fin y al cabo los soldados no dejaban de ser los recursos del general.

Decidido.

Consideré centrándome por completo en aquel fangoso lugar. Necesitaba actuar por el bien de la mayoría y quizás si esa joven descubría los planes de los que se le había privado, pudiera considerar actuar por un bien mayor. Solo necesitaba que no se alejara demasiado de la tienda del mando, así sería lo suficientemente sutil para llevarle las palabras de las que le privaban y, con fortuna, hacerla actuar.

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13/02/2022, 00:44
Zedia

La guerrera estaba convencida de que aquello no era la forma de conseguir los objetivos que tenían por delante. El fin no justificaba los medios. 

Pero estaba sola, podía intentar darle un discurso al resto de la expedición, pero podría ser interpretado como sedición y su cabeza dejaría a salvo sobre sus hombros. Por mucho que fuera una guerrera entrenada, no podía enfrentarse físicamente a sus superiores sin ser traición. La única alternativa era desviar la ruta de la expedición de forma que no entrara en conflicto con las tribus locales. 

También requería que le sonriera la suerte, y que los goblins no tuvieran expediciones con ganas de asaltar y robar. Tenía que conseguir distraer a unos, mientras negociaba con los otros. 

Nunca había rezado pero por una vez cerró los ojos.

- Si alguien me escucha, por favor que me ayude.

Resuelta a encontrar una solución pacífica entró en la sala de estrategia, con los planos frente a ella se dio cuenta de un fallo crítico de su plan: No conocía a ciencia cierta cuales eran los territorios de cada tribu de "enemigos" de su ejercito. Pasaron las horas mientras paseaba por la tienda de campaña, notando como la desesperación le devoraba lentamente. 

Un soldado se acercó para anunciarle el orden de marcha al día siguiente, iban a profundizar más en las tierras estables del pantano y después mandar exploradores a encontrar las especies locales que pretendían exterminar. Frustrada se fue a dormir, consciente de que no había encontrado una solución para su problema. 

A la mañana siguiente siguió la marcha de la comitiva tirando de las riendas de su caballo para asegurarse que no metiera las patas donde no debiera. Pero su cabeza estaba en otra parte. Como mucho en dos días comenzarían las escaramuzas. A lo largo del día no prestaba mucha atención a su entorno, atormentada por la culpa de lo que iba a ocurrir. Solo se paró cuando se dio cuenta de que estaba delante de su tienda, que algunos soldados habían montado para ella.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Zedia tiene un desafío grande y esta receptiva. Cualquier dios que Influya sobre ella en la dirección "evitar el conflicto" gana +2D. 

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13/02/2022, 02:21
Stellan

¿Acaso la había subestimado? Que hubiera caído con tanta facilidad en la frustración era un problema, aunque uno salvable. De todos modos ella ya había pedido ayuda y yo estaba dispuesto a ayudarla ¿acaso necesitaba algo más? Por eso me decidí a actuar en cuanto se detuvo delante de su tienda, no fuera a dejarse llevar por la desesperación.

- Eres inteligente Zedia, tu misma ya has encontrado la solución. Nadie quiere estar aquí. Cuida de la tropa, todos apreciaran algo más de comida y ayudará a reducir el tiempo de la misión. Asegúrate de que los exploradores cuenten siempre con vino en abundancia, si están ebrios les será difícil ver a nadie e incluso errarán en su valoración del terreno. Deja ofrendas de comida con frecuencia, porque que vosotros no veáis a los habitantes del pantano, no significa que ellos no lo hagan y apreciarán tu gesto.

Reconforté su espíritu susurrándole a su corazón los datos que se le escapaban.

- Finalmente incluso vuestro general tendrá que admitir el fracaso de la misión, puesto que si localiza ningún enemigo tampoco podrá enfrentarlo, y ese será el momento de hablar y hacerle regresar. No te rindas Zedia, la determinación es la mayor virtud.

Quizás me había extendido demasiado teniendo en cuenta que ella misma ya sabía todo aquello, al menos indirectamente, pero dado su potencial era mejor que fuera consciente de sus capacidades.

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24/02/2022, 14:31
Zedia

Intentar desviar el curso de la incursión para evitar conflictos era una solución acorde a los criterios de Zedia, pero sabotear a su propio ejercito estaba fuera de lugar. Era peligroso, si la pillaban la ejecutarían por sedición y una tarea demasiado compleja para una sola mujer.

Habían montado campamento, pero no se habían ni molestado en preparar una cocina. Cainled, el pooka al mando de la misión, había ordenado a todos sus hombres preparar sus armas y engrasar sus armaduras. Una aldea de goblins, se encontraba a media jornada de viaje, atacarían al alba.

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11/03/2022, 12:07
Zedia

Zedia se colocó su armadura ligera y su cogió su lanza. Aunque su cargo era más honorífico que otra cosa, estaba por encima de los soldados rasos, y en consecuencia, tenía algunos a su cargo. O más bien, destinados a su protección. 

Cainled les había ordenado mantenerse en la retaguardia. En cuanto la luz del alba asomó por encima de la colina del valle, el pequeño ejercito comenzó su marcha entre árboles y arbustos.

Podría haber sido una marcha más sigilosa, desde luego, pero los crujidos de las ramas y los tintineos de las armaduras no eran suficientes para romper la quietud del bosque. 

Los Goblins eran criaturas de hábitos nocturnos, más por necesidad de su sistema de vida basada en los saqueos que por estar adaptados para ello. Atacar al amanecer era una táctica efectiva, ya que las criaturas estarían entrando en su fase de sueño. 

La aldea estaba medianamente fortificada con empalizadas de madera, destinadas más bien a mantener a los animales salvajes fuera de su perímetro que a evitar los ataques de las amenazas externas. Los goblins no tenían ninguna oportunidad. Las tropas se posicionaron, prepararon sus arcos y flechas, apuntaron alto y dispararon. 

El cielo naranja del amanecer se oscureció por las sombras que proyectaban las saetas antes de caer como una lluvia de muerte sobre la aldea goblin.