Partida Rol por web

Las cavernas de Thracia

0. - En lo profundo de tu memoria [Prólogo]

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09/02/2020, 23:10
Judge

La celda se iluminó cuando las dos hechiceras atravesaron el umbral, unas esferas luminosas que arrojaron haces anaranjados por la estancia, revelando a su ocupante. Se trataba de un hombre que no era joven, pero tampoco viejo, y de él irradiaba un aura tan poderosa que Mayra se detuvo sobrecogida por la impresión. No podía identificarla, pero era antigua, más antigua que el mundo. La magistrada Nindra le puso una mano en el hombro y el efecto se suavizó un poco. Luego le indicó a la joven que se aproximara al preso.

Estaba sentado en un banco de madera, vestido con una camisa blanca, pantalón oscuro y una casaca marrón bastante ajada. En otro tiempo, las prendas debieron ser elegantes, pero el paso de los años había deslucido la tonalidad de sus ropas. Una gruesa cadena con una argolla le rodeaba el cuello, otra similar sujetaba su brazo derecho, que estaba cubierto por las piezas de una armadura negra y de bordes afilados. Era como si se hubiese quitado la armadura de combate excepto las placas del brazo. El guantelete tenía pinchos y se asemejaba más a la garra de una bestia que a la mano de un hombre. Cuando éste agitó los dedos, la cadena tintineó.

Mayra había tratado con magos poderosos, pero no había tratado con un hombre como el que la estaba esperando y a medida que se acercaba, se sentía más impresionada por su presencia. 

Había leído el informe. Si bien estaba incompleto, porque había cosas que no podía saber y seguían siendo un secreto de la Torre, contenía información importante. Había sido acusado de atentar contra la Torre, había liberado a un mago de Zhoamint, había provocado ataques contra ciudades al sur del Imperio, había asesinado a varios Cazadores imperiales, era un mercenario y un asesino profesional. Pero más allá de todo eso, era un hombre atado a la conciencia de un demonio. En términos sencillos, podía decirse que estaba poseído, pero no se trataba solo de eso. El hombre y el demonio compartían el mismo habitáculo, el cuerpo humano y ambas existencias cohabitaban al mismo tiempo. Dos mentes en una sola cabeza. Eso era lo más excitante de todo. Eso y que la voluntad del hombre se impusiera sobre la del demonio en todo momento. 

Pero Mayra no estaba autorizada para preguntar por la naturaleza de su posesión, estaba allí porque ese hombre y su demonio sabían cosas sobre la antigua civilización de Thracia. Ese hombre había encontrado en primer lugar a Eldrid, la mujer bestia que, según todos los indicios, procedía de aquella región. El prisionero y la mujer bestia habían estado juntos durante varios años y cuando él fue capturado, la mujer bestia no tardó en ser apresada. 

Mayra se detuvo a varios pasos del prisionero, porque su aura le provocaba vertigo. Estaba encadenado y aún así, la sensación de peligro persistia. La presencia de la Magistrada, la maga más poderosa de la Torre, era lo único que impedía que Mayra saliese corriendo. Miró al prisionero a la cara, tenía el cabello corto y negro, y el rostro cubierto por una barba. Una enorme cicatriz le cortaba media cara, atravesandole el ojo. Sin embargo no lo había perdido y sus pupilas oscuras estudiaron a Mayra con atención y ella se sintió como un libro abierto, totalmente expuesta. 

Pero el prisionero no dijo nada. Parecía estar esperando a que ella hiciera su primera pregunta. 

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09/02/2020, 23:19
Mayra

La curiosidad mató al gato, pero Mayra no era ningún gato.

Había hecho los deberes antes de entrar en aquella habitación, había investigado acerca de la naturaleza de aquel hombre y de su posesión, había hablado con la mujer-bestia y poco antes de reunirse con Nindra, le había pedido a su tío que lanzara sobre ella un hechizo de protección contra el mal. 

Antes de entrar en aquella sala, se había sentido preparada, pero nada le había preparado para aquella presencia abrumadora. La maga se perdió en las titánicas cadenas que lo mantenían preso, en la armadura erizada de púas, en las terribles cicatrices. Durante unos instantes no fue capaz de articular palabra, Mayra lo miraba todo, fascinada, como si quisiera memorizar cada detalle. 

Recordó lo que la había llevado a aquella estancia, carraspeó y envaró la espalda.

—Thracia. ¿Qué sabes de la ciudad perdida?

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10/02/2020, 07:53
Judge

El prisionero no respondió inmediatamente y Mayra se preguntó con quién estaba hablando. ¿Con el hombre o con el demonio? Acto seguido, se preguntó quién la estaba mirando y se estremeció, a medio camino entre la curiosidad y el recelo.

La magistrada Nindra le había dado instrucciones sobre cómo tratar con el prisionero, al que llamaban Caín. El demonio se hacía llamar Mephisto y su procedencia era desconocida, aunque sus intenciones siempre habían estado claras: provocar el caos. Mayra estaba tan interesada en Thracia como en averiguar más de la comunión de estas dos entidades de dos planos diferentes. Según lo que había podido sacar entre líneas de los informes y las palabras de la maga, la magia había obrado en esa unión.

Pero esa no era su prioridad. En pocos días, Mayra había recibido tantas noticias impactantes que había llegado a pensar que no podría controlar la ansiedad ni el entusiasmo. Primero de todo, su tío le había informado de la expedición a Thracia y le había dicho que ella iba a ir. Le había entregado el diario de su padre con todas las notas que éste había recogido y lo poco que Zakar había podido averiguar de ello. La Torre había accedido a financiar una nueva investigación después de que la última, hace diez años, fuese un completo fracaso. En una semana, Mayra había estudiado el diario, había desentrañado todos sus secretos y había comenzado a formar sus propias teorías. Además de eso, le habían permitido hablar con un vestigio viviente thraciano: una mujer bestia que se hacía llamar Eldrid. No había nacido concretamente allí, pero la raza a la que pertenecía tenía su origen allí. Se decía que en Thracia, en algún momento, había sido conquistada por hombres bestia y Eldrid podía ser una de ellos. Quizá, en su sangre, en su pasado, había algo que permitiría encontrar la ciudad o un acceso a ella. Eldrid sabía muy poco de sí misma o sus orígenes, pero Mayra había logrado que hablara con ella y le revelara que una vez, junto a Caín, había intentado llegar hasta Thracia para averiguar más de sí misma.

Eso era lo importante. Eldrid no parecía muy lista, no poseía la madurez de un humano, tenía muy mal genio y a veces le costaba hablar de forma correcta. Mayra había entendido que se esforzaba por ser civilizada, pero estar encerrada en la Torre la cabreaba y prefería comportarse como la bestia que era que como la mujer que podía ser. Así que necesitaba la información que Caín hubiera podido averiguar de su, en teoría, viaje a Thracia, o lo que el demonio ancestral que lo poseía pudiera saber de todo ello.

-Poco -respondió Caín. ¿O era el demonio el que hablaba? No, definitivamente era el humano quién había dicho eso, su mirada era afilada como un puñal-. Seguro que tú sabes mucho más que yo sobre eso.

-No hemos venido a hablar contigo, Caín -habló Nindra, detrás de Mayra. La presencia de la Magistrada mantenía el ambiente bajo control, Mayra estaba segura de que sin ella, el aura del demonio lo invadiría todo.

-Ya lo sé. Permímete que insista sobre la necesidad de conversar con alguien más -Luego señaló a Mayra. Pasarse horas aislado, hablando únicamente con un demonio, debía volver loco a cualquiera-. ¿Quién eres? ¿Y qué es lo que te interesa saber sobre Thracia? Concreta un poco más.

Un brillo en sus ojos delató un cambio en él. Durante un segundo, su mirada pasó a ser oscura como el infierno y Mayra entendió que, durante ese segundo, quién la había mirado era el demonio. Y pensó que prefería conversar con el humano antes que con aquella criatura nacida del mismo Iffrinn.

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10/02/2020, 10:55
Mayra

Mayra se estremeció bajo la mirada del demonio, no quería hablar con una criatura del Iffrinn, y al mismo tiempo, la excitaba. Eran aquellos momentos de experiencia intensa, aterradora pero controlada, los que ella ansiaba. No tendría que enfrentarse a Mephisto en una batalla de hechizos. Estaba aprisionado, y ella gozaba de la compañía de la Magistrada más poderosa de Akraleuka. No le toques —había sido la única precaución que le habían hecho, y no había hecho más que fantasear con ello y lo que pudiera pasar a continuación.

—No soy nadie —respondió Mayra con fingido desinterés. Era verdad: ella era una maga cualquiera en la Torre, que aún no había alcanzado la Magistratura—, pero puedes llamarme Mayra si así lo deseas.

Mayra no estaba segura de llamar al poseído por su nombre, o por el de Mephisto, de modo que no utilizó ni uno ni otro.

—Quiero que me digas la ubicación exacta de la ciudad perdida, dónde encontrarla a través de la jungla. Quiero que me hables de sus habitantes pasados y actuales, y los peligros y guardianes que pudiéramos encontrar al explorarla.

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11/02/2020, 09:15
Judge

Esa expresión que se formó en los labios de Caín debía ser una sonrisa, pero no parecía muy probable; el prisionero no tenía motivos para sonreír. Se quedó callado unos momentos, la cabeza ligeramente inclinada, Mayra se sintió inquieta porque el tiempo pasaba, él la miraba, pero no decía nada. Sin embargo, parecía pensar en algo. 

-¿No eres un poco joven? Aún no eres magistrada y estás preguntando por una civilización perdida con siglos de antigüedad. ¿La Torre ha decidido intentar una nueva expedición?

Nindra no intervino esta vez, permitió que Mayra llevara la conversación como ella quisiera. 

-En Thracia ya no queda nada. Lo que tú buscas se encuentra bajo la superficie. -Hizo otra pausa larga, con la cabeza inclinada, como si estuviese escuchando algo. Mayra comprendió que Caín estaba conversando con el demonio, pero ella no podía escucharle. Caín clavó la mirada en la joven y ella sintió un escalofrío-. ¿Qué es lo que sientes respecto a la muerte, Mayra?

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11/02/2020, 09:32
Mayra

Mayra no se sorprendió de toda la información que tenía sobre ella el demonio. Era obvio que Mephisto estaba leyendo su mente, de modo que Mayra levantó rápidamente una muralla de pensamientos. Empezó a enumerar, en orden alfabético, todos los libros de la biblioteca de Akraleuka en orden alfabético. Se permitió una sonrisa de suficiencia. ¿Trucos de magia a ella, a una incántatrix? Por muy joven que fuera, aquello era un truco de los baratos.

—¿Qué? ¿Encuentras eso igual de interesante? —le dijo, dirigiéndose específicamente al demonio por primera vez

Se cruzó de brazos. Era obvio que el demonio le estaba hablando de sus padres, pero no iba a permitir que dirigiera la conversación por los derroteros que él quisiera. Se cruzó de brazos.

No has contestado a las preguntas que te he hecho —observó.

 

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11/02/2020, 10:02
Judge

Caín volvió a hacer ese gesto, como de sonreír, pero sin hacerlo. Quizá había olvidado cómo hacerlo. Tras unos momentos de silencio, el prisionero se movió para intentar ponerse un poco más cómodo. La argolla del cuello parecía pesada, la Magistrada le había comentado que la cadena y el hierro estaban imbuidos con poderosos conjuros que impedían al demonio utilizar cualquiera de sus poderes, además de mantener a raya al prisionero, que quizá era igual o más peligroso que lo que lo había poseído.

-No me importa una mierda nada de lo que hagas, Mayra -dijo con total sinceridad, carente de humor, pero sin enfado. Parecía hastiado de todo-. No me interesa ni Thracia, ni la Torre, ni vuestros putos asuntos de magos. Has venido a preguntar y yo puedo elegir no contestarte. Si estás aquí y tu madre está aquí -señaló a Nindra-, es porque algo os interesa saber. Algo que yo sé o que él sabe. Yo no sé nada de Thracia. Él me ha pedido que pregunte por la muerte. Complácelo y quizá te responda. Por mi lado, yo estoy familiarizado con ella. ¿Y tú, niña? ¿Estás dispuesta a morir? ¿A que todo acabe? ¿A no encontrar las respuestas que buscas antes de que la muerte te lleve? ¿Qué?

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11/02/2020, 10:23
Mayra

La respuesta de aquel ser contrarió a Mayra, pero no se iba a dejar avasallar por el prisionero, y menos en presencia de un cargo tan importante como Nindra.

—Yo no te intereso. Y tú a mi tampoco. ¿Entonces por qué no cierras la boca, Caín, y me dejas hablar con Mephisto?

Dejó que aquella mirada tenebrosa se asomara a los ojos del prisionero antes de satisfacer su curiosidad.

—No acepto muerte. La muerte se ha convertido en una imposición intolerable a la raza humana. Como dijo Barrock Harrington en su libro El Inmortalista "toda filosofía que acepte o venere la muerte debería ser considerada muerta en sí misma, sus predicados carentes de significado, sus ideas faltas de sentido" —le soltó de sopetón al demonio, en un tono entre amargo e intrépido—. Estoy de acuerdo con él, no creo que haya una manera de hacer las paces con la muerte, con la mortalidad, con la condición humana. Encuentro desgarrador, paralizante y triste, deprimente más allá de todo límite mensurable que podamos reflexionar sobre el cosmos infinitos y seamos, al final, pasto de los gusanos. Encuentro inaceptable el hecho de que me vayan a quitar de forma inexorable todo aquello que amo.

Casi se atragantó al pensar en sus padres, y tomó aliento un momento para recuperar su compostura.

—Es inaceptable estar de acuerdo con los términos que la muerte nos impone —dijo, y se cruzó de brazos—. ¿He satisfecho tu curiosidad?

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12/02/2020, 07:09
Judge

A Mayra le sorprendió haber sido capaz de sostener la oscura mirada del demonio mientras hablaba, no había sido tan dificil. Sin embargo, al terminar su exposición, otro de esos silencios se produjo. A estas alturas, la maga estaba segura de que el prisionerio y el demonio conversaban en la mente de uno y no podía escuchar lo que decían ni uno ni otro. Finalmente, fue Caín quién la miró.

Era quién la había estado mirando todo el tiempo, en realidad.

-Tu curiosidad por Thracia te matará y todos tus miedos se harán realidad. Azrael, señor de la Muerte, te estará esperando a sus puertas. Los Caminantes de la Muerte gobiernan la superficie, las Bestias habitan en las cavernas y en lo más profundo de Dannan, bajo los templos de los Caídos, descansa el Rey Inmortal. ¿Vuestro Imperio? Antes incluso de que fuese una idea en la mente de la humanidad, Thracia ya había conquistado todo, había alcanzado el límite de su hegemonía y comenzaba a degenerar hasta que todo vestigio fue erradicado por aquellos a los que un día esclavizó.

Mayra comprendió que Caín recitaba las palabras de Mephisto, no era algo que estuviera saliendo de él. Se quedó en silencio y luego habló el prisionero. La maga empezaba a entender cómo funcionaba uno y yo otro. Más o menos.

-Dice la leyenda que los dragones llegaron a Dannan desde el Ifrinn a través de Thracia. La humanidad no se conformó con la superficie, dedicieron conquistar el subsuelo y cavaron tan profundamente que llegaron al trono de Lucifer. Los dragones escaparon, seres malditos por siempre, de las cavernas de Thracia, plagando el mundo con su presencia. Pero yo he estado en Ifrinn -la última frase no la pronunció Caín, esta vez sí, esta vez fue Mephisto y Mayra sintió como tiraba de ella. Algo le pegó los pies al suelo, no se trataba de ningún conjuro. Era la atracción del demonio. Sus ojos habían cambiado, eran negros como una noche sin estrellas, reflejaban milenios de antigüedad, mostraban un conocimiento sin igual.

El hombre levantó la mano izquierda, la que no estaba encadenada, y se la ofreció a la maga.

-¿Quieres verlo?

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12/02/2020, 09:41
Mayra

Mayra tomó nota de cómo Caín y Mephisto necesitaban tiempo para hablar entre ellos. No compartían, por tanto, la misma mente, pues no eran capaz de comunicarse con la inmediatez de un pensamiento. En cambio, tenían que formular sus pensamientos en palabras, aunque estas fueran silenciosas, para comunicarse entre ellos. No parecía un método especialmente eficaz.

Cuando Mephisto reveló parte de lo que sabía en labios de Caín, la joven maga tuvo que redoblar sus esfuerzos por recitar la retahíla de libros para enmascarar sus pensamientos más profundos. Por supuesto que le gustaría ver el Ilfrinn con sus propios ojos, pero a muchos kilómetros de distancia, sentada en su estudio de Magistrada, mediante un conjuro de visión mágica a distancia. Por muy curiosa que fuera, no era tan estúpida como para romper la única regla que le habían dado: no toques al prisionero.

—¿Disfrutas asustando a los mortales con tus presagios oscuros o realmente te preocupas por mí, Mephisto, y deseas evitar que viaje Thracia y encuentre allí el fin de mis días?  —le preguntó Mayra al demonio, ignorando la mano extendida de Caín, y bajando la mirada para transcribir las palabras que acababa de escuchar en su diario—. Creo que de ambas opciones es la segunda la que más me turba. Tú no contestes, Caín, ya me has dejado claro que no te importo.

No se iba a asustar porque Mephisto predijera su muerte, no más de lo que ya estaba por viajar a un lugar con la negra fama de Thracia. Era un lugar muy peligroso, donde la gente desaparecía, pero eso ya lo sabía. El demonio no podía saber a ciencia cierta que moriría. La adivinación era la escuela de magia más inexacta, y ni siquiera los dioses conocían el fin de todos los caminos. Que se lo dijeran a los Primeros.

—Las leyendas dicen muchas cosas —apuntó, señalando con su cálamo al prisionero—, pero yo vengo en busca de verdades. Dejaremos el paseo guiado por el Ilfrinn para otro momento. Me conformaré con que me cuentes qué tienen de verdad las leyendas. ¿Qué fue lo que acabó con una civilización tan poderosa como Thracia, entonces? ¿Los dragones o una revuelta de esclavos?

Siguió tomando notas y frunció el ceño.

—¿Y cómo podemos encontrar la ciudad?

Era la tercera vez que se lo preguntaba ¡maldita sea!

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12/02/2020, 11:20
Judge

-Insistes demasiado en que no hable -comentó Caín. El demonio había desaparecido, pero la mano humana seguía levantada y ahora que le echaba un vistazo al prisionero, encontraba algo de atractivo en él que no había contemplado en la Torre. Los magos no es que fueran un dechado de belleza, los había interesantes, los había poderosos y los había encantadores. Este prisionero era la representación de atractivo y peligro que a veces era dificil de ignorar-. Te he dejado claro que no me importan tus asuntos ni a ti los míos, una vez es suficiente.

Mayra esperó a que aquellos dos volvieran a comunicarse entre pensamientos.

-Tu muerte no le preocupa, ni la quiere evitar. Solo te ha dicho lo que vas a encontrar allí. Un culto a Azrael, a la Muerte. No sabe qué es lo que acabó con la civilización, ha estado en el Ifrinn, pero...

Se detuvo un momento, Caín era quién hablaba, pero dejó de hablar de golpe. Mayra observó su tensión en el cuerpo, en la mirada, en una sutil fluctuación en el aire. La respiración del prisionero se agitó, apretó los dientes y su frente brilló de sudor. La maga escuchó que la magistrada Nindra se acercaba a ella, pero no hizo ni dijo nada. La Magistrada era la dueña de la Torre, hacía años que nadie la veía en persona, que estuviera presente con Mayra en la misma habitación ya era importante, que la hubiese acompañado a ver al prisionero tenía que darle una idea de lo trascendental que era todo lo que estaba pasando.

-¿Qué sucede? -preguntó la Magistrada con suavidad.

-¿Tú qué crees? -masculló Caín con un jadeo.

Las cadenas se tensaron, la oscuridad pulsó alrededor de la figura del hombre, sus ojos se oscurecieron y el metal del brazalete encadenado lanzó destellos rojizos. Nindra puso una mano sobre el brazo de Mayra. Una teleportación y saldrian fuera de la celda en un parpadeo. ¿Sería suficiente?

Unos segundos más tarde, la tensión se esfumó y la figura del prisionero se relajó un poco. Sacudió la cabeza, como si tratara de despejarse de un profundo sueño.

-Te jodes -contestó, pero Mayra supo que no se estaba dirigiendo a ella, porque levantó la cabeza y la miró con una sonrisa burlona-. Es un demonio joven y no quiere reconocer que no tiene ni puta idea de lo que le estás preguntando. Por eso se hace el interesante. Thracia fue uno de los mayores imperios de la humanidad, esclavizó a numerosas razas y elevó templos en honor a un dios infame. ¿No te suena de algo? Una de esas razas casi extintas era la de los Hombres Bestia, esclavizadas hasta que se rebeleraon contra sus opresores. Uno de ellos llegó hasta el continente y engendró una nueva criatura. Eldrid, que supongo, ya la conoces y tampoco te importa lo que le pueda pasar. Suma unos esclavos furiosos, un culto a un dios injusto, la ambición por el poder y la magia sin control y tendrás motivos de sobra para entender por qué Thracia se fue a la mierda. Debajo de la ciudad, a miles de kilómetros bajo tierra, hay templos y ciudades antiguas que todavía están en funcionamiento.

Se encogió de hombros, parecía aburrido.

-Para llegar hasta Thracia solo debes atravesar la jungla, no tiene pérdida. Tienes que sobrevivir el tiempo suficiente para llegar hasta sus puertas. Sigue el curso del río en dirección al norte hasta la cascada y darás con ella.

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13/02/2020, 13:24
Mayra

Mayra ocultó una sonrisa y sus pensamientos bajo una muralla de aburridos tomos de botánica para disimular lo mucho que estaba disfrutando con el toma y daca con Caín. Qué diablos, y nunca mejor dicho: el prisionero tenía un buen revolcón.

—¿He herido tus delicados sentimientos masculinos? —le preguntó a Caín—. ¿Quieres un pañuelo?

La maga comprobó que su burla no había sido buena idea. No tenía muy claro lo que acababa de suceder, pero apostaba a que Mephisto habría tratado de hacerse con el control directo de Caín. Disimuló su zozobra escribiendo el relato de Caín en sus notas.

—Háblame de los Hombres Bestia, de los Caminantes de la Muerte y del Rey Inmortal —dijo Mayra, sin mencionar lo que acababa de acaecer.

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14/02/2020, 12:09
Judge

-Nadie sabe quién es el Rey Inmortal. Puede ser un dragón, puede ser un antiguo emperador, puede ser una rata que vive bajo una piedra. Existía antes de los primeros asentamientos humanos en Thracia... -Caín inclinó la cabeza. Estaba escuchando al demonio-. Los Hombres Bestia fueron esclavos de Thracia y se rebelaron contra sus amos. Los Caminantes de la Muerte son servidores de Azreal, ángel de la Muerte, el culto que acabó por destruir la poca cordura que quedaba en sus gobernantes, si es que quedaba alguna. 

¿En serio no sabías nada de esto?

Caín sonrió un poco más, solo un poco más que antes.

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14/02/2020, 12:21
Mayra

—Claro que lo sabía —dijo Mayra en un tono aburrido, cerrando sus notas sin apuntar nada de lo que había dicho Caín en la última interacción—, pero está bien que lo confirmaras, de todas formas.

Se levantó de la silla y giró sobre sus talones para mirar a Nindra.

—Ya he terminado, creo que tenemos toda la información útil que podemos tener de él —dijo, y miró por encima del hombro, hacia atrás, al prisionero—. Adiós, Caín.

Le guiñó un ojo y se marchó de la celda.