Una vez la gran mayoria de los futuros estudiantes y acompañantes han entrado, pueden observar como el hall del edificio central tambien es de nueva construccion, sus espacios son amplios muy luminosos y con grandes cantidad de luz natural.
Justo por encima en el primer piso termina varios metros antes de la pared de entrada, dando un espacio mucho mas alto y grande en el hall, desde arriba un hombre de cierta edad trajeado entre otro hombre mas joven y una mujer empieza a hablar.
Bienvenidos todos, estudiantes, señores, señoras, soy el director Tasiko.
Darles la bienvenida a nuestra nueva escuela, espero que sea de vuestro agrado.
Aquí aprenderemos todo lo necesario para vuestra vida en sociedad, tanto conocimientos como actitud a la sociedad, dentro de 3 años cuando una parte de vosotros os graduareis, tendréis un futuro brillante en este país y extranjero. Sin mas intención de retrasar la agenda de hoy, os presento a la srta Mihkono encargada de la residencia y administración, ella os acompañara por el campus para enseñar todas las instalaciones. Por otro lado tengo al señor sohyo, subdirector del centro y catedrático en historia.
Deja unos segundos y respira profundamente, Solo me queda desearos una buena estancia en nuestro colegio.
Gracias director tasiko.
Ahora es el momento en que los acompañantes deben despedirse, en 10 minutos empezaremos la ruta por terminar en el edificio residencial donde se repartirán las habitaciones.
La mayor parte de los acompañantes que han entrado empiezan a salir por las varias puertas acristaladas, algunos tardan mas despidiendo de sus hijos, otros ni han aparecido en la recepción.
Dentro de unas horas empezaremos la ruta donde presentare las primeras localizaciones del internado, cualquier nueva situación que requeríais podéis pedirla que si es necesario os la hare.
Mai entra con paso acelerado en el hall acompañada del sonido de sus zapatos. Siempre llamaba la atención, sobretodo por su aspecto. Entre sus manos llevaba el móvil, con mucha agilidad estaba intentando enviar un mensaje a su mejor amiga Nako- mierda.... no tengo cobertura...-piensa para si misma a la vez que vuelve a meter el móvil en el pequeño bolso.
Una vez dentro observa que ya hay mas alumnos esperando.
El director se presenta y les da una breve charla de bienvenida- ¡Hola! - saluda por instinto a la vez que levanta el brazo, al observar que todos se le quedan mirando intenta mantener de nuevo la compostura.
Con los brazos cruzados y el libro a buen recaudo dentro del petate, estaba de pie escuchando sin ganas la presentación de aquel lugar, al ser presentada la mujer solo se le paso por la cabeza una palabra, carcelera.
Después un grito al sonido de HOLA le obligo a mirar a una chica asiática que parecía querer evitar serlo, pero quien no pudo evitar mirar su espalda y nuca fue el,Carlton Poor.
Taro había bajado del vehículo con desgana. La misma con la que se despidió de su padre y la misma con la que entró al hall. Medio encorbado, portaba una mochila y poco más con él. Callado miraba a la gente que con él se encontraba, sin fijarse en nada importante o en nadie en concreto. Bueno, excepto al chico negro. Era difícil no fijarse en él.
Atento escuchó las palabras del director, y la señorita Mihkono, llegando a soltar sus primeras palabras allí en un tono de voz no muy alto pero perfectamente audible para los que se encontraban a su alrededor.
Tío... ¿Eso es una tía? - Murmuró refiriéndose a la señorita Mihkono.
Tras la presentación inicial, estaba ansiosa de comenzar la guía por el internado, esperaba que pasase rápidamente ese año que tenía que esperar para ir con mi padre a Francia... pero bueno aquí conoceré gente y lo pasare genial, seguro que al final del año no querré irme de aquí...
Buenos días srta Mihkono, ya estoy lista para empezar cuando quiera, le digo haciendo una leve flexión de respeto hacia ella...
Me guiaron hacia dentro, busqué un rincón un poco apartada de las familias y escuché atentamente el discurso del director.
-De momento no parece tan malo..- pensé.
Después de que la que parece ser nuestra "guía turística" ,la srta Mihkono, hablara, observé como algunas familias se despedían. Les tuve un poquitín de envidia, deseaba que mi madre estuviera también, pero no podía culparla por eso... supongo que no.
-Ay! mamá, tengo tanto miedo...- mientras pensaba en ella el corazón me dió un vuelco, no sabía cuando la volvería a ver, no habíamos hablado en absoluto de si vendría a visitarme de vez en cuando o si me llamaría. Me apreté aún más contra la pared queriendo fusionarme con ella si pudiera. - ¿Cómo será esta gente? ¿Y si no me aceptan?¿Y si se burlan de mi? no podré ir a ningún sitio-.
Estaba tan enfrascada en mis pensamientos y mis propios miedos que me sobresalté cuando una chica pelirroja habló, al mirarla fijamente me di cuenta de que no me había fijado realmente en los alumnos, y en ese momento comencé a observar detenidamente a todos los que parecía que serían mis compañeros desde hoy.
- Pues nada... a ver como se da la estancia...
Escuché atentamente lo que decían los mayores. No me gustaba la idea de estar en este sitio.. pero supuse que a mis compañeros tampoco.
Los observé de reojo, al menos a los que podía ver sin girar demasiado la cabeza. Todos parecían estar atentos, y los que no, miraban la estancia y a los demás, como hacía yo misma.
Estaba deseando poder hablar con alguno.
Sorprendentemente mis padres me acompañaron hasta el hall del internado para la presentación. Cuando entramos allí vi a muchos futuros alumnos y, una vez en la sala de recepción, me giré hacia mis progenitores y, con una mirada furibunda le dije:
-Ya podeis iros, ya teneis a vuestro hijo encerrado así que no veo por qué tenéis que estar aquí.-
Al decirle eso, mi madre se entristeció y se marchó de vuelta al coche mientras que mi padre me lanzaba una mirada llena de odio y decepción. Ante eso, tan solo le sonreí con sorna y le dije adiós.
Una vez solo, aguardé a que aquel director se presentase y nos diera la bienvenida, sin embargo, mientras hablaba, saqué mi fiel mechero y comencé a juguetear con él sin prestar mucha atención al rector del internado. Abría y cerraba la tapa haciendo brotar las chispas de la piedra para relajarme. Cuando aquel tipo nos deseo una buena estancia, sin inmutar un solo músculo de mi cara, cogí mi mochila para seguir a la andrógina Srta. Mihkono al tiempo que me decía a mi mismo:
-¿Buena estancia? Ya sabemos que al menos el director le da al alcohol....-
Al entrar en la estancia quedo sorprendido por lo bonito que es lo que hasta ahora veo, escucho atentamente lo que el director nos dice.
-Ojala dentro de tres años suceda lo que el señor director nos esta diciendo en este momento.- Ese pensamiento pasa por mi cabeza como si de un sueño se tratara .
Escucho las instrucciones de la srta Mihkono, me limito a esperar que esos diez minutos pasen, ansioso por que nos enseñe este hermoso lugar.